domingo, 31 de mayo de 2015

ECUADOR: LA EXPORTACIÓN 2009 - 2014



BOLETÍN 96: ECUADOR: LA EXPORTACIÓN 2009-2014

Eco. Luis Luna Osorio MBA                   Mayo 26 de 2015

La exportación es la venta legal de productos (bienes, servicios y tecnología) de un país a otros del mundo. La exportación es uno de los elementos claves para lograr el desarrollo integral de los países, especialmente cuando éstos son de mercado interno mediano o pequeño, como el Ecuador. La exportación es la fuente más idónea de obtención de divisas para el país, el gobierno y las empresas. Sirve para financiar las importaciones y pagar las deudas con el exterior. Su mejor realización nacional es aquella en la cual hay diversidad de productos exportados, exportadores y países de destino; creciente participación de productos industriales y servicios en vez de productos primarios; a la par que avances tecnológicos constantes. Depende de la productividad nacional, que es la suma de la efectividad del Estado y la competitividad de las empresas.

Efectividad del Estado significa que la infraestructura disponible para la producción y la exportación es eficaz y eficiente, y que los servicios que utilizan esa infraestructura operan óptimamente, ya sean de transporte, comunicaciones, finanzas, energía, servicios a empresas, educación, salud, administración pública, relaciones internacionales.

Competitividad de las empresas significa que éstas entregan al mercado productos en la cantidad solicitada, con la mejor calidad en su clase, al menor precio comparable, y oportunamente según lo acordado con los clientes del exterior.  

LAS EXPORTACIONES TOTALES.- Para el país, el gobierno y el sector privado, los primeros años de esta década fueron excepcionales con respecto a las exportaciones.  Desde el año 2009 hasta el 2014 las cifras crecieron constantemente, hasta lograr un récord 2014 de 25.732 millones de dólares, superior en el 85,6% a la cifra 2009 y que será difícil de superar, dada la reciente y brusca caída de los precios del petróleo y otros productos. Sin embargo, ese valor no se logró por acción nacional, pública o privada; sino, gracias a la situación política y económica internacional, que hizo que los precios de los principales productos de exportación se eleven considerablemente, en especial los precios del petróleo crudo y de unos pocos productos agrícolas ya conocidos.

Las cifras mencionadas dieron alegría al país y permitieron, en el periodo 2009 - 2014, contar con ingresos por 128 mil millones de dólares, que sirvieron para activar la economía, generar recursos como nunca antes para el gobierno, financiar una serie de proyectos importantes e incluso malgastar y dedicar mucho dinero a subsidios, excesiva burocracia estatal, y publicidad gubernamental y del Presidente de la República, tanto en el país como fuera de él. Lamentablemente, la balanza comercial de enero a marzo del 2015 arroja un saldo negativo de 900 millones de dólares, especialmente porque las exportaciones de ese trimestre, frente a las del periodo similar de 2014, se redujeron en 1744 millones de dólares, debido a la drástica baja en el precio y las ventas de petróleo, problema que continuará vigente este año y posiblemente el 2016.

De otro lado, el texto de la Constitución de la República, aprobada con el fin de consolidar la vigencia del Socialismo del Siglo XXI por 300 años; la concentración total del poder en el Presidente de la República, que se considera Jefe de Estado para todos los efectos de gobierno y no solo para la representación del país ante otros estados; sus equivocadas políticas de relaciones internacionales, de relaciones económicas internacionales y de comercio exterior; sus cambios constantes en el marco legal económico, buscando aparentemente mejores condiciones sociales; sus frecuentes designaciones de nuevos ministros y altos funcionarios que abordan temas que poco o nada conocen; su criterio negativo en relación con las actividades del sector privado; generaron en conjunto notable inseguridad jurídica general, una carga tributaria excesiva y creciente, muchas condiciones y exceso de trámites para la operación de las empresas, ahuyentando a la inversión privada significativa, tanto nacional como extranjera, que es la que puede generar proyectos orientados al mercado externo con mayor facilidad y con mejor opción de alcanzar competitividad en poco tiempo.

La Constitución busca fortalecer al Estado en todas las áreas y las formas posibles; crea condiciones para que la Función Ejecutiva prevalezca sobre las demás; coloca al Presidente de la República en la cima del poder político; y, pretende que la economía nacional tenga como objetivo principal la distribución social de la poca riqueza nacional, antes que el incremento de ésta, generando una gran cantidad de derechos de la población, muy difícil de satisfacer en el nivel de desarrollo nacional actual y eventualmente de la próxima década.

La política de relaciones internacionales se caracteriza porque frecuentemente deteriora las buenas relaciones anteriormente existentes con países y bloques amigos, como los Estados Unidos, la Unión Europea (de 28 países miembros, entre ellos Alemania, Francia y el Reino Unido) y otros en los que es muy importante la ideología liberal, a los cuales se les ha dado frecuentes muestras de una mal entendida “soberanía”; mientras que ha buscado crear nexos con países de ideología socialista o con otros, lejanos, poco representativos a nivel mundial o de casi ninguna vinculación anterior y actual con el Ecuador. No obstante, hay que señalar que las relaciones internacionales con China le han sido muy útiles al gobierno y que, por el contrario, las mantenidas con Bielorusia, Cuba y Nicaragua, por dar tres ejemplos,  han sido poco afortunadas.

La política de relaciones económicas internacionales ha ido casi por el mismo camino. El gobierno se ha negado a negociar un acuerdo comercial con el principal cliente del país, los Estados Unidos; luego de años de actitudes variables ha aprobado a regañadientes un acuerdo comercial con el principal mercado de productos no petroleros del país, la Unión Europea; ha dejado en la congeladora avances posibles en el marco de la Comunidad Andina; y, se ha mostrado muy dispuesto a participar en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y en la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR), mientras impulsa prioritaria e incondicionalmente la integración latinoamericana, cuando desde 1960 hasta la fecha, los resultados de esa integración para el país, en el campo económico, son muy poco halagadores.

La política de comercio exterior de bienes ha sido, como consecuencia de lo anterior y de la tendencia socialista del gobierno, muy poco afortunada. Apenas sí se ha entendido que el comercio exterior no debe ser manejado por la Cancillería, creando tardíamente el Ministerio de Comercio Exterior, y se ha  incrementado el número y las sedes de las oficinas de promoción de exportaciones e inversiones (esperemos que para que generen resultados y no sean solo fuentes de empleo bien remunerado en el exterior, para gentes afines al gobierno). 

El rápido incremento de las exportaciones de bienes no le debe nada sustancial al gobierno. No se ha avanzado en la transformación de la matriz productiva en los sectores estratégicos (petroquímica, siderúrgica, metalmecánica, industria de la madera); tampoco en el cambio del aspecto más importante de la política de desarrollo de la productividad nacional (efectividad del Estado más competitividad de las empresas), que es la puesta a punto de los puertos nacionales, por lo menos Manta y Posorja, para la época muy próxima en que crucen por el canal de Panamá los modernos barcos de gran calado; se avanza lentamente en el desarrollo de rutas y frecuencias directas desde los aeropuertos internacionales de Quito y Guayaquil hacia el mundo; y, no se ha logrado poner en práctica el transporte internacional de carga por carretera, salvo para carga especializada. Si no hay cómo y en qué transportar y a costo bajo, cómo se puede competir?

El aumento de las importaciones CIF de bienes, de 15.089 millones de dólares en el año 2009 a 27.739 millones en el 2014, con un incremento del 84 por ciento, se debe básicamente a la compra de combustibles, que pasó de 2.641 millones de dólares en 2009 a 6.617 millones en el 2014; de materias primas industriales, que subió de 3.800 millones a poco más de 6 mil millones; y, de bienes de consumo, que ascendió de menos de 3.300 millones a 5.500 millones, debido a que la población no encontró en el mercado interno lo que necesitaba y lo consiguió en el exterior.

LAS EXPORTACIONES 2014 POR PRODUCTOS.- De las exportaciones totales realizadas, por 25.732 millones de dólares, cerca de 21.500 millones (83,5%) correspondieron a productos primarios y cerca de 4.250 millones (16,5% apenas), a productos industrializados. La menor importancia de estos últimos productos no se debe a que se vendió menos, sino a que creció mucho la cifra de exportación primaria, en razón del mejoramiento acelerado de las ventas de petróleo, banano  y camarón.

Hay que señalar que no todos los productos primarios van, como la mayoría de las personas cree (inclusive gente especializada), de la tierra o el mar al mercado internacional, sin ningún procesamiento previo; ni todos los productos industrializados nacionales son resultado de procesos complejos, sino que resultan de primeros o segundos procesos industriales sencillos, como la pasta de cacao o algunas harinas ensacadas. En 1996, sobre la base de una investigación primaria, demostré que el banano, el camarón y las flores exportables necesitan de componente industrial y procesos de selección, preparación, prevención de daños, envase y embalaje por un valor FOB poco mayor del 20% en cada caso y que sus insumos (fertilizantes, plaguicidas, papeles, cajas de cartón, plásticos, impresión, etc.) provocan exportaciones industriales indirectas de mucha importancia para el país.

Las exportaciones de productos primarios del 2014 suman cerca de 21.500 millones de dólares. El líder es el petróleo crudo, con poco más de 13 mil millones, seguido por el banano, con 2.607 millones; el camarón, que suma 2.571 millones; y, las flores naturales, que registran casi 800 millones. El petróleo significa el 50,6% del total vendido en 2014; le siguen: el banano (10,1%), el camarón (10%),  los otros elaborados de productos del mar (5%), las flores naturales (3,1%). En consecuencia, un solo producto primario representa más de la mitad de las exportaciones totales y apenas 5 productos significan cerca del 80 por ciento, triste realidad que viene siendo así desde los años 70 del siglo anterior y que requiere un cambio profundo, pronto y efectivo.

El rubro Otros productos primarios exportados creció de 300 millones de dólares en el año 2009 a 1.366 millones en el 2014, con un incremento del 370%, lo que significa que sí se está produciendo una modesta diversificación, liderada por la venta de productos mineros, que en el 2009 no llegaba a cien mil dólares y en el 2014 suma 1.100 millones.

Las exportaciones de productos industrializados del 2014 superaron los 4.250 millones de dólares, siendo los productos principales: los otros elaborados de productos del mar, por 5.354 millones de dólares. Los demás productos, incluso los derivados de petróleo, que en otros años fueron importantes, en este año no lo fueron, de manera que aportaron poco a la cifra global.

El rubro Otros del grupo de productos industrializados se elevó de cerca de 960 millones de dólares en el año 2009 a 1.460 millones en el 2014, con un incremento del 52%, que tiene importancia y refleja una multiplicación del número y el valor de las pequeñas exportaciones manufactureras.

LAS EXPORTACIONES NO TRADICIONALES.- Las totales de esta clase sumaron 3.503 millones de dólares en el año 2010  y de ellas, 435  millones correspondieron a productos primarios y 3.068 millones a productos industriales. El autor del Blog excluye de los productos primarios no tradicionales a las flores naturales, que el Banco Central incluye, porque ya se exportan desde hace más de 30 años y son tradicionales desde los años 90.

De la misma manera, las exportaciones totales de productos no tradicionales del año 2014 (sin flores naturales) sumaron 5.290 millones de dólares, siendo productos primarios el 30,5 por ciento y productos industrializados el 69,5 por ciento.

Los productos primarios no tradicionales, por 1610 millones de dólares (sin flores naturales), están liderados por los productos mineros, 1.100 millones (68%); la madera, 231 millones (14%); las frutas, 70 millones (4%); el tabaco en rama, 61,5 millones (3,8%).

El registro de productos industrializados no tradicionales, por 3.680 millones de dólares, es mucho mayor que el de productos primarios no tradicionales, está diversificado y comprende principalmente: enlatados de pescado, 1.263 millones (34%); otras manufacturas de metales, 363 millones (9,9%); extractos y aceites vegetales, 280 millones (7,6%);  manufacturas de cuero, plástico y caucho, 223 millones (6,1%); jugos y conservas de frutas, 195 millones (5,3%);  químicos y fármacos, 155 millones (4,2%); vehículos, 153 millones (4,1%); otras manufacturas textiles, 106 millones (2,9%). Aparte de esos productos, constan: harina de pescado, elaborados de banano, manufacturas de papel y cartón, maderas terciadas, prendas de vestir.

Sobre la base de las explicaciones dadas, lo conveniente para el país es que, mientras tenga el poder actual, el Presidente de la República revise sus políticas de relaciones internacionales, relaciones económicas internacionales, comercio exterior y decisiones internas vinculadas a esas políticas, para que el Ecuador se oriente hacia donde más le conviene, que es (se lo repite y se lo hará todas las veces que sea necesario), la diversificación de sus exportaciones, en términos de productos y destinos; el aumento del número de los exportadores (lo cual no significa que hasta los microempresarios lleguen a serlo directamente) y que cada año aumente significativamente el valor agregado de los productos colocados en el mercado interno y en el internacional. En países como el Ecuador, la política de fomento y diversificación de las exportaciones es parte fundamental de la política de desarrollo nacional.

El tan mencionado cambio de la matriz productiva no debe ser solamente un recurso propagandístico del gobierno, sino una realidad; pero, para ello, lo que el país necesita es el uso correcto de los factores productivos, mediante la combinación óptima que puede dar la mejor tecnología. Eso solamente se logrará si el gobierno, los empresarios y los trabajadores unen fuerzas y se dedican a buscar ese objetivo de cambio por todos los medios razonables, a saber:

Mejor aprovechamiento de los recursos naturales del país; por ejemplo, logrando que el petróleo no se exportado crudo, sino transformado en productos petroquímicos. La refinería, considerada emblemática desde el 2007 y hasta ahora en espera de financiamiento, no debería ser dedicada a producir combustibles sujetos a subsidio indiscriminado, sino a bienes industriales;

Mejor aprovechamiento del ahora llamado “talento humano”, preparando a la niñez y la juventud para el mundo cada vez más competitivo del futuro y no para vivir del Estado; evitando que un porcentaje importante de la PEA esté desocupado y que otro porcentaje, mucho mayor, esté subocupado; lo que implica que deben crearse centenas de miles de puestos de trabajo bien remunerado; haciendo que la empresa privada tenga todas las posibilidades de emprender en proyectos de largo aliento con miras a la exportación, aprovechando un clima de estabilidad política y seguridad jurídica que le garantice trabajar sin sobresaltos ni preocupaciones sobre su propiedad, su capacidad de dirección de sus negocios, los niveles de remuneración para sus gerentes y trabajadores y la seguridad individual de todos sus miembros.

Captación de inversión extranjera en montos satisfactorios, mientras la capacidad de ahorro interno sea tan limitada como la que ahora existe. Para ello, hay que ofrecer a los inversionistas, en primer lugar, la seguridad jurídica a largo plazo que les garantice invertir por el tiempo que deseen y repatriar sus dineros y las utilidades que de ellos obtengan sin problemas; en segundo lugar, un mercado creciente y amplio, que no puede ser solo el mercado interno de pocos millones de personas con muy poca capacidad de compra, sino el mercado mundial, conseguido sobre la base de la productividad nacional a la que se hizo referencia al inicio de este artículo.

Reducción de la actividad empresarial directa del Estado y de su intervencionismo exagerado en las tareas empresariales privadas, sin que deje de cumplir sus funciones esenciales. Ahora que es posible, por los medios informáticos, electrónicos y de comunicaciones, contar con mucha información de interés, comprobarla, cruzarla y aprovecharla de la mejor manera, parece a veces ridículo y no solamente innecesario, crear decenas de instituciones públicas destinadas a generar o a incrementar controles, procedimientos y trámites que podrían hacerse aplicando modelos administrativos y software modernos, por medio de organizaciones pequeñas que operen centrales de información tecnológicamente desarrolladas y bien mantenidas.

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