martes, 26 de mayo de 2020

BOLETÍN 217: EL INFORME PRESIDENCIAL DEL 24 DE MAYO DE 2020


Cumpliendo el mandato constitucional, el presidente de la República presentó el 24 de mayo de 2020 su informe anual. Como sucede todos los años, se magnifican las acciones positivas, se olvidan o apenas se mencionan las acciones negativas, se culpa a otros de los fracasos y no se contrasta las engañosas ofertas de campaña con lo logrado, porque así conviene.

El informe presidencial no debería referirse a los tres años de este gobierno, debería referirse a los 13 años del mando de Alianza País y a los 10 o más años que, con suerte, le quedan al Ecuador para pagar las deudas y los errores de Correa y del presidente actual de la República.

Las razones para pedir que se explique lo que pasó en los 13 años anteriores son las siguientes:

El presidente Lenín Moreno fue parte de la directiva de la campaña política que llevó a Correa al poder en 2007, lo que significa que colaboró en la elaboración del plan de gobierno de Alianza País y de la estrategia para hacer que se proponga una nueva Constitución para ir al socialismo del siglo XXI, que consideraba la vía idónea del país.

Luego, fue candidato a vicepresidente de la República y como tal participó activamente en la campaña de la gente de “mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, en la que ofrecieron al pueblo gobernar con gente joven honrada, muy capacitada y apasionada por el país, hasta el año 2011, lo que hizo que ganaran las elecciones con una votación muy alta.

El presidente actual, por seis años fue vicepresidente de Correa. Durante ese tiempo se sentaron muchas de las bases políticas, económicas y sociales de lo que sucede hoy en el Ecuador, que no se han desmantelado. Se supone que participó de las decisiones principales y las apoyó, porque de otra manera no hubiese continuado en el cargo, por decisión propia o porque el presidente, conociendo su estilo prepotente, le hubiera agradecido los servicios.

En ese tiempo, entre las acciones principales, se aprobó la Constitución 2008, cuyo objetivo era crear el marco legal fundamental para que el Ecuador camine hacia el socialismo del Siglo XXI. Nunca estuve de acuerdo con la filosofía y muchas partes de esa norma y en el año 2009, en un libro mío, no solo que critiqué su aprobación y vigencia, sino que sugerí cambios de fondo y forma, como puede comprobar quien se halle interesado. [1]_/

Luego de ejercer la Vicepresidencia y de realizar una importante acción en beneficio de los discapacitados, el licenciado Moreno incrementó mucho el valor de sus bonos políticos nacionales e internacionales y se fue por algún tiempo a vivir a Suiza, con un nombramiento internacional apoyado por el gobierno del Ecuador, lo que supone que las relaciones con Correa y su gobierno seguían siendo de las mejores.

Ginebra es el centro mundial de los organismos internacionales y de los diplomáticos. Allí se sabe todo lo que pasa en el mundo, por las vías de esos organismos, por los medios de alcance mundial y porque llegan de cada país informaciones sobre lo que sucede en él. Nadie, en consecuencia, puede decir que no sabe lo que pasa en su nación, máxime cuando las idas y venidas de gente a la que se recibe en casa son claves para recabar datos y recibir documentos.

El trabajo en la vicepresidencia y la información sobre su importante cargo de gestión mundial en Suiza hizo que Moreno gane prestigio aquí y en el exterior. Por ello, para la campaña electoral de 2017, salió de Correa y la directiva de Alianza País, la idea de que Lenin Moreno debía ser el candidato a la Presidencia de la República, por encima de Jorge Glas y algún otro correísta.

La campaña de Moreno se realizó con la participación abierta de Correa y el gobierno, que puso a funcionar toda la maquinaria para que el presidente actual saliera triunfante, incluyendo un apagón oportuno que dio resultados a su favor, condecoración de Correa al comedido del apagón y persecución al doctor Polibio Córdova y su familia, por haber publicado una encuesta, científicamente ejecutada, en la que los resultados eran opuestos a los oficiales.

El 24 de mayo de 2017 llegó el presidente a Carondelet. Elogió a Correa, a quien trató fraternalmente, y dijo que a sus nietos les contaría que fue parte de quienes transformaron al país en la “década ganada” gracias a Alianza País. Correa no solo que le dijo que la mesa estaba servida, sino que le preparó el desayuno de su primer día, con varios libros que le instruían sobre lo que debía realizar en sus primeros meses de gobierno. También le puso a la orden los chefs y los aspirantes a chefs, para que atiendan los deseos, no de Moreno sino de Correa, en esa mesa que el supuesto beneficiario creía muy atractiva. Empezó pletórico de entusiasmo, aseguró que seguiría por la senda que llevaría al país al socialismo del Siglo XXI y puso en su gabinete a copartidarios que creía que se volverían morenistas, sin dejar de ser correístas, para apoyarse en ellos. 

Sentado ya frente a su escritorio y con los primeros datos proporcionados por algunos ex -correístas, ahora morenistas críticos de su anterior jefe, el presidente se percató (así dice), que no había tal mesa servida y que tenía que deshacerse de algunos chefs y optar por los aspirantes, para que atiendan sus deseos y no los de su predecesor.

Los primeros meses, en los que se volvió a la libertad de expresión y de prensa, hasta agosto de 2017, le llevaron a ganar popularidad, hasta que alrededor de un 70% de la población lo consideraba un buen presidente. Sus principales críticos dicen que no aprovechó esa circunstancia y no tomó medidas que ya se veía necesarias en el plano económico, para evitar que la crisis se volviera de la magnitud que tiene ahora.

En el colmo de los colmos, pronto constató que su amigo y principal colaborador, Jorge Glas, designado vicepresidente de la República para los años 2017 – 2021, había delinquido en sus funciones con Correa y tuvo que aceptar que salga y vaya a la cárcel. La acusación y base de la condena era que había tenido asociación ilícita en perjuicio del Estado y que ello le había reportado beneficios económicos por medio de terceras personas. 

En su remplazo logró que se nombrara vicepresidente a una persona joven, hija de un gran amigo suyo, de apellido Vicuña. Poco tiempo después, constató que ella había sido una más de “manos ardientes”, lo que al constatarse determinó que saliera del puesto por la puerta de atrás, … aunque a volver a trabajar en una entidad gubernamental que le había guardado el puesto por 9 años, donde la pulcritud debe ser clave imprescindible en todo funcionario. Por suerte, a la tercera acertó y el actual vicepresidente es un joven que, según se observa, es preparado y experimentado, trabaja bien, lo hace con amor a su país y tiene aceptable popularidad.

¿Cuál es la situación real a mayo del 2020, cuando correístas y morenistas unen fuerzas cuando es necesario para evitar problemas a sus antiguos jefes, compañeros y amigos del alma?

La Constitución del 2008 sigue vigente y no se la ha modificado en lo sustancial, con lo que su filosofía y sus mandatos supremos están allí, con todo su poder, para el que quiera aprovechar; y, hay un señor que aspira a Presidente al que le gustaría una dictadura constitucional.   

El presidente sigue rodeado de muchos de los correístas importantes antes y ahora, y de los morenistas que en el gobierno anterior ocuparon puestos secundarios. Se ha premiado a altos dirigentes de Alianza País con cargos en el exterior, pese a que se ha demostrado que su cumplimiento de funciones en el IESS y en otros lados ha sido desastroso. Se ha cultivado, desde las más altas esferas, el nepotismo y las “becas” en las embajadas para ciertos políticos y sus familiares. En la Asamblea están varios “honorables” que no se investiga y otros han tenido que salir porque las evidencias los acusan y no ha sido posible mantenerlos allí.

Lo que es muy peligroso, como ha denunciado un político importante, los libros de lectura para los niños de las escuelas públicas ensalzan al socialismo del siglo XXI y a Correa y no buscan la unidad nacional sino la lucha de clases. Además, el “menú” de drogas que impulsa el microtráfico está vivito y coleando. Ladrones al Estado surgen todos los días.  

Desde marzo de 2020, aunque mal de muchos es consuelo de tontos, el país, al igual que otros en el mundo, se vio desbordado por la pandemia del coronavirus en el plano de la salud, porque en el gobierno anterior se gastó enormes cantidades de dinero en hacer hospitales, ya que las mega - obras permitían mega - coimas, pero no en salud preventiva. Incluso, en la provincia de Manabí, pese a tener recursos obtenidos con el que resulta “pretexto” del terremoto, se dejaron inconclusos algunos de esos hospitales, que se ha pretendido hacer con sobreprecios.

Pese a que se sacó a algunas personas de contratos personales, se ha dado hasta hace poco un incremento del gasto público en sueldos y salarios y sus complementos (lo que significa que se hizo ingresar a gente de sueldos altos), sabiendo que el Estado está obeso y que muchos empleos son solo formas de ganar sin trabajar, de funcionarios sin la formación y la experiencia necesarias, pero reales o supuestos partidarios del régimen.

Se ha mantenido funcionando, hasta cuando ya no ha sido posible evitarlo, decenas de entidades y empresas públicas que solo han significado lastre para la economía nacional; cuantiosos egresos, robos y pérdidas; y, trabas burocráticas e impuestos de muchas clases para las actividades del sector privado, que ha carecido de seguridad jurídica para su labor.

La deuda externa heredada no ha sido renegociada y, por la necesidad de evitar los déficits, se ha tenido que incrementar las obligaciones en muchos miles de millones de dólares, lo que se ha agravado con este problema del coronavirus. Es cierto que últimamente se ha conseguido deuda con años de gracia, tasas bajas y pago a largos plazos de los organismos multilaterales, pero todavía está pendiente la negociación dura con los “bonistas” y con China, y las necesidades de financiamiento sin cobertura a la vista son elevadas. Y la deuda crece y crece.

El pueblo sabe que la lucha contra la corrupción no se ha dado. Un preso por aquí y otro por allá para acallar protestas; unos pocos millones de dólares devueltos, que no son resultado de las acciones gubernamentales; altos cargos del gobierno en manos de individuos que ahora no roban grandes cantidades, sino pequeños valores en medio de la pandemia; gente que paga su condena “en libertad”, con grillete que algún caso facilitó una fuga; corta prisión domiciliaria en residencias de lujo, con piscina y fiestas; empresas que sobornan y demandan al gobierno porque no le han pagado por sus obras con sobreprecio y fallas, pero siguen campantes; líderes populistas culpables de los problemas de octubre que se muestran desafiantes; cada día mayor convencimiento popular sobre que la justicia es y será para el de poncho.

¿Cuál es la perspectiva del inolvidable y terrorífico 2020 en adelante?

El presidente dijo que para su último año de gobierno las prioridades serán: salud, alimentación de los más pobres, empleo y dolarización. Se entiende, con todos sus efectos colaterales. Ojalá pueda cumplirlo de la mejor manera, aunque el año electoral tiene mucha complejidad. 

En lo humano, hasta cuando haya confianza en la prevención del coronavirus, se mantendrán el recelo personal y las medidas gubernamentales para evitar los contagios masivos y la vuelta a las cuarentenas con todos sus efectos de muerte, parálisis económica y desastre social.

En la política, nadie visible y confiable que pueda gobernar entre 2021 y 2025, más todavía cuando llegará sin mesa servida y a régimen de pan y agua por las deudas. Los precandidatos más importantes no tienen suficiente apoyo popular y no triunfarán fácilmente.

En la economía habrá un decrecimiento del PIB del 8% o más este año y crecimiento muy modesto posterior, durante por lo menos los 4 años del próximo gobierno … o desgobierno. Algunos sectores, como el de las flores y el turismo receptivo tardarán en recuperarse del golpe recibido, y no aportarán al desarrollo como lo hacían antes. La competencia entre países subdesarrollados por el mercado mundial debilitado y la poca demanda harán que los precios de lo que vendemos, comenzando por el petróleo, sean menores que en el 2019 por un tiempo.

En lo social, un angustiante panorama de desempleo masivo llevará a que un porcentaje mayoritario de la población trate de ganar algo para el pan de cada día, en una informalidad grave para los ciudadanos y de recaudación menor que ahora para el Estado; y, por otro lado, provocará un aumento de la inseguridad ciudadana, visto que una proporción de la población mayor que la actual buscará medios ilícitos de conseguir dinero.

En lo internacional, existe la evidencia de que el coronavirus ha golpeado fuertemente a los países demandantes de productos nacionales, comenzando por el petróleo, con lo cual no vendrán divisas suficientes y tampoco inversiones de la magnitud que se necesita.

Una proyección hasta cierto punto de vista optimista, basada en crecimiento negativo del PIB del 8% en 2020, crecimiento cero en el 2021, y tasas del 2% en el 2022 , del 3% en el 2023, del 4% en 2024 y 2025 y del 5% desde el 2026 hasta el 2030, da como resultados que recién en el 2024 se superaría la cifra del PIB del 2019, llegando a 72.283 millones de dólares constantes del 2007; y que, para el 2030 el PIB valdría 95.944 millones de dólares. Es necesario informar al lector que entre 2009 y 2019 solo en tres oportunidades se marcó tasas anuales de aumento del PIB superiores al 4% y que en cinco años no se llegó al 2%. El reto es, por tanto, grande y necesita que los gobernantes del 2021 al 2030 apliquen una estrategia de desarrollo de largo plazo en la que inversión, tecnología, producción, empleo y exportaciones sean las columnas del desarrollo nacional, en beneficio de la mayoría de la población, ahora muy mal tratada.

NOTA. El autor de estos boletines, escritor de 30 libros sobre temas económicos y profesor de posgrado por 25 años en varias universidades, ofrece sus servicios para dar conferencias, efectuar seminarios, asesorar empresas, en Macroeconomía, Desarrollo Económico, políticas de Comercio Internacional y Exterior, a partir de julio. Teléfono: 0999 726954 Correo: llunao@uio.satnet.net


[1] _/ ECUADOR: PROYECCIÓN 2020. Luis Luna Osorio – UNAP. 2009.

domingo, 10 de mayo de 2020

BOLETÍN 216: EFECTOS PREVISIBLES DEL CORONAVIRUS


El coronavirus marcará la vida humana en todos los países del mundo por largo tiempo. Las noticias dicen que no habrá vacuna hasta el 2021 en el mejor de los casos y que hay que aprender a vivir con ese problema, cuidando de que la mortandad no crezca sin control.

Los efectos previsibles son muchos, pero los más importantes podrían ser los que constan a continuación, que ya son evidentes en algunos casos y que, en otros, se irán mostrando en los próximos meses con mayor o menor gravedad. Dios quiera que el golpe inicial, que ha sido único en la historia mundial, sea menos fuerte con el paso de los meses y que todos los países, especialmente el nuestro, vayan normalizando su diario quehacer, cuyas características variarán en forma notable, según el comportamiento de la población.

PELIGRO DE INFECCIÓN PARA TODAS LAS PERSONAS EN EL MUNDO. En la actualidad, todos los humanos nos despertamos con la espada de Damocles en la cabeza. Puede que sí, puede que no, pero existe la posibilidad de que alguien o algo nos contagie del virus y empecemos una tragedia que nos puede llevar a la muerte o a una cura posible. Los expertos dicen que el índice de mortalidad no es tan grave, pero la pregunta es: ¿Y si soy parte de la estadística mortal? Los ricos, la clase media y los pobres, jóvenes o viejos, estamos en el mismo planeta y como no hay remedio conocido, podemos estar entre los “favorecidos”.

PELIGRO DE NUEVAS OLAS DEL VIRUS DONDE SUPUESTAMENTE SE HA CONTROLADO.  El ansia de algunos gobiernos por no afectar sus votos o sus ingresos y la de otros por complacer a los empresarios grandes y chicos, ha hecho que se vayan flexibilizando las medidas de control estatal. En varios países se apela a la cura de “rebaño” como en Suecia, en otros a soltar de a poco las rigideces y, en un tercer grupo, Ecuador incluido, a aplicar semáforos. Como resultado, millones de personas vuelven a las calles como si nada estuviera pasando y no guardan ningún tipo de precaución. Hay quienes dicen que después del tsunami van a venir olas grandes o pequeñas, pero que tendremos que acostumbrarnos a las cuarentenas focalizadas, nacionales o regionales y hasta mundiales.

REDUCCIÓN DE LOS CONTACTOS HUMANOS DE TODO TIPO. En todo caso, la precaución estatal y el recelo personal, sobre todo si se vuelve complejo el control, van a llevar a que se reduzcan notablemente los contactos entre las personas, en especial si hay las nuevas olas posibles. Eso significa que los estados tendrán que educar rápidamente a las masas, sobre todo a ciertos grupos ciudadanos, en el peligro personal y general del contagio; aplicar medidas severas de control que pueden derivar en abusos de autoridad o en nuevas normas cuasi dictatoriales; y, reformas culturales y prácticas como las de mantener distancias entre personas, cambiar sus ubicaciones en los establecimientos y grandes edificios, reducir los cupos en los vehículos de transporte y las cadenas de producción de las empresas de todos los sectores, supermercados, sitios de comida, iglesias, cines, etc.

INCREMENTO DE LAS ACTIVIDADES SANITARIAS PREVENTIVAS Y CURATIVAS ESTATALES. Hasta hace poco, el porcentaje del Presupuesto General del Estado para la Salud parecía adecuado; dependía del gobierno si se daba mayor atención a la salud preventiva o a la curativa; el gobierno anterior hizo muchos hospitales porque le interesaban los contratos de grandes obras y las coimas, mientras le clavó al IESS la atención a miles de personas que no aportan o que aportan cantidades menores a las requeridas. Desde ahora, la asignación tendrá que ser mayor y efectiva en los dos campos de acción y también para crear conciencia en la gente de la necesidad personal y comunitaria de prever los efectos de toda epidemia en la vida. Como se decía en la prensa, la atención de la salud ha vuelto a ser una prioridad para todos.  

CAMBIOS IMPORTANTES EN EL SISTEMA PRODUCTIVO. Muchas empresas pequeñas y medianas que tienen ganancias reducidas no van a poder resistir el tsunami actual de la cuarentena y las posibles olas posteriores; dejarán en la desocupación a millones de trabajadores, no porque sus dueños quieran hacerlo, sino porque la demanda actual va a sufrir un serio golpe y quienes puedan van a ahorrar para posibles enfermedades como la actual, aparte de que dejarán de hacer turismo, movilizarse incluso en las ciudades, etc. Las grandes empresas preferirán incrementar la robotización y verán disminuidas sus ganancias, por la reducción de la demanda y por el cambio en la estructura de gasto de las familias aquí y en el exterior. También en ese caso, la menor contratación será un efecto fuerte y en niveles de ingreso medios y altos. Muchas empresas trabajarán en varios horarios con la misma gente, encareciendo los productos por los sistemas de seguridad que deberán aplicar y por los costos de la mano de obra, que puede incrementar el índice de ausencias al trabajo por enfermad.

CAMBIOS IMPORTANTES EN EL SISTEMA EDUCATIVO. Los grandes centros educativos dejarán de ser atractivos para los padres, por temor a los contagios. El Estado preferirá avanzar en la educación pública y privada por vía electrónica, para que haya menos asistencia a clases y eventualmente mejor información. Los salones de clase deberán albergar menos estudiantes que ahora y por tanto se necesitará más profesores para el mismo número de alumnos, lo cual encarecerá la educación pública y la privada.

REDUCCIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE ASISTENCIA MASIVA. Por algún tiempo se dejará de ver estadios llenos, teatros con aforo completo, coliseos al tope, plazas de toros llenas, desfiles de toda clase, procesiones, concurrencia masiva a los centros turísticos de renombre mundial. Muchas de esas actividades se realizarán, si la autoridad lo permite, con la presencia del personal estrictamente necesario y para transmisión por televisión. Y, si en alguna parte del mundo el efecto es un rebrote de los contagios, enseguida se parará todo aquello que se parezca a un espectáculo de masas. Resultado: muchos deportistas y artistas y personal de apoyo desocupados, obras de grandes dimensiones transformadas en elefantes blancos. 

CAMBIOS IMPORTANTES EN LOS SISTEMAS DE TRANSPORTE Y SUS COSTOS. La pandemia obligará a modificar las costumbres en materia de transporte. En los aviones y los buses, eventualmente la mejor disposición de asientos será una rectangular, con un amplio espacio al medio. Los costos de los pasajes y los boletos, por tanto, se elevarán mucho y eso afectará a la movilización de las personas, por negocios o por otras razones.

Las tarifas de los buses urbanos tendrán que ajustarse a la nueva realidad y no habrá posibilidad de llevar pasajeros de pie; la tarifa a fijarse para el metro de Quito tendrá que ser alta o recibir un fuerte subsidio municipal, lo que incidirá en el costo de vida de la población. Las paradas ya no podrán ser sitios de acumulación desmedida y sin orden de los usuarios, que además deberán pasar controles sanitarios. Los vehículos de carga, especialmente de alimentos, medicinas, insumos y equipos complementarios, deberán cumplir con estrictas normas sanitarias, al igual que sus tripulaciones, lo que incidirá en los fletes.  

Será difícil que la gente se atreva a efectuar viajes fuera de su país y hasta fuera de su ciudad, en el evento de que se renueve una cuarentena y tenga que quedarse, como pasa ahora, no los 4 o 5 días programados, sino un mes o más, hasta conseguir costoso viaje de retorno. 

REDUCCIÓN DE LA DEMANDA DE COMBUSTIBLES. La menor demanda de las empresas y la reducción del tránsito de vehículos que se producirá en el mundo, sin duda alguna llevará a que se utilice menores cantidades de combustibles. Por tanto, sus precios caerán, como ya sucedió, afectando a los países que, como el nuestro, dependen de la venta de crudo en gran parte de sus finanzas públicas y privadas.

MAYOR CONTROL ESTATAL DEL CUMPLIMIENTO DE NORMAS DE SALUD. El Estado tendrá que dedicar muchos recursos a controlar el tema de la seguridad. Por lo menos en la primera etapa de retorno a la aparente “normalidad” tiene que poner policías, guardias municipales, militares, a exigir que la gente cumpla los mandatos de la autoridad y eso le llevará a aumentar la nómina y el gasto. De otra parte, como estas situaciones dan pie para que asomen los ladrones de cuello blanco a aprovecharse de las circunstancias y vender productos y servicios de salud a precios muy elevados, como se ha visto en los días pasados, también la Fiscalía y la Justicia tendrán trabajo incrementado y necesidad, que ya había, de más personal.

MAYOR CONTROL SANITARIO DEL COMERCIO MUNDIAL DE ALIMENTOS. Las normas vigentes para los tratados internacionales dicen que los países, cuando está de por medio la salud, pueden tomar medidas soberanas. Eso significa que, en la actual pandemia, sin que afecten sus compromisos bilaterales o multilaterales, los países pueden prohibir o limitar expresamente cierto comercio, o pedir tantas garantías sanitarias de trazabilidad, que al final resulte imposible o casi imposible venderles ciertos productos. Esto puede afectar en alto grado a países como el nuestro, exportador de “entradas y postres” y de flores para adornar la mesa.

MENOR CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. Varios organismos internacionales se han pronunciado ya, diciendo que la economía mundial sufrirá un serio retroceso en este año y posiblemente en los siguientes, debido al efecto del coronavirus y los aislamientos. Los países desarrollados y China marcarán cifras negativas de crecimiento del PIB y desempleo fuerte. Ello llevará a una grave e igualmente dura repercusión en los países subdesarrollados, por la falta de demanda para sus productos de exportación. Las cifras de la inversión, el PIB, el empleo, las exportaciones, bajarán drásticamente; y, en cambio, las de la pobreza, la externa pobreza, el subempleo, la inasistencia a las escuelas, el hambre y la desnutrición crecerán rápidamente.

El turismo, el transporte por los diferentes medios, los precios de los productos primarios sufrirán bajas considerables (la reciente del petróleo es una muestra).

FUERTE REDUCCIÓN DEL EMPLEO, ESPECIALMENTE EN PAÍSES ABASTECEDORES. A este respecto hay varias consecuencias negativas. La primera, las grandes empresas aumentarán su preferencia por la robotización, porque, como decía un empresario, los robots no se enferman, trabajan 24 horas por 7 días, no piden vacaciones ni aumento de sueldos y cuando no se los necesita se los dedica a otras actividades o desecha; la segunda, las normas de tipo sanitario exigidas por los estados significarán costos que muchas medianas, pequeñas y microempresas no podrán sufragar, por lo que cerrarán sin remedio; la tercera, el cambio en la estructura de consumo de las personas y las familias impulsará a las empresas del área de la salud y a las de los sistemas electrónicos, pero afectarán a otras. Incluso, para evitar la movilización de alimentos desde granes distancias, puede ser que se incremente la agricultura urbana de carácter comercial, se aumente la preferencia por los productos agropecuarios procesados, se desvíe el consumo textil hacia ropa e implementos sanitarios.

REDUCCIÓN NOTABLE DEL TURISMO Y LA INMIGRACIÓN. Sobre todo, si hay frecuentes oleajes de la pandemia en ciertos lugares, el efecto será un freno al turismo en todas partes, lo que incidirá sobre las economías de los países acostumbrados hasta ahora a recibir decenas de millones de turistas. Las grandes ciudades europeas perderán visitantes y negocios de manera importante y sus finanzas, incluso del Vaticano, se van a sentir muy golpeadas.

Otro problema será que los países aprobarán medidas más severas de control de la inmigración, incluyendo la prohibición de ingreso, por ejemplo, de personas de la tercera edad, para las cuales la evidencia indica que la pandemia es más peligrosa. De otra parte, ningún gobierno estará dispuesto a atender la salud de personas extranjeras potencialmente portadoras del virus, porque atentarían contra la vida de sus nacionales.

NECESIDAD DE PRODUCCIÓN LOCAL DE ALIMENTOS EN PAÍSES DEFICITARIOS. La pandemia demostró que algunos países necesitaron ciertos productos de consumo alimenticio masivo importados y carecieron de ellos. Sus políticas de producción futuras van a tratar de superar el problema produciendo internamente, aunque sea a costos elevados, pero evitando el déficit de abastecimiento. Esa decisión puede llevar a la sustitución de algunas importaciones principales de países ahora exportadores, que verán reducida la demanda y sus ingresos por exportaciones, lo cual golpeará en mayor medida a los pequeños productores, generando desempleo y, sobre todo en la agricultura, migración del campo a las ciudades, provocando problemas de atención a los servicios básicos. 

AUMENTO DE LA DELINCUENCIA. La OIT calcula que 300 millones de personas quedarán sin empleo por la pandemia. Muchas de ellas irán a la subocupación, pero un porcentaje derivará a la delincuencia común, siendo también pasto del crimen organizado. Ello provocará que la inseguridad en las ciudades aumente notablemente y que, más que antes, empresas y personas tengan que cuidarse por diferentes medios o sufran en sus personas o en su patrimonio.

PELIGRO DE PANDEMIA DE PROTESTAS SOCIALES POR FALTA DE ATENCIÓN ESTATAL. Con base en lo antes expuesto, el problema mayor que puede generarse es una pandemia de protestas sociales por la falta de atención de los estados al virus. Sobre todo, si no se lo llega a controlar en un tiempo razonable y se mantienen los controles sanitarios con cierta rigurosidad, las poblaciones que sufran muertes muy cercanas o que no tengan fuentes de ingreso, por modestas que sean, van a salir a las calles en forma violenta, a generar no solo manifestaciones públicas masivas, sino acciones delictivas en contra de la propiedad privada, obligando a acciones dictatoriales de los gobiernos.

NOTA FINAL. Confiemos en que Dios se apiade del mundo, los gobernantes tengan la capacidad de tomar las decisiones acertadas para controlar el virus, los científicos den pronto con la vacuna o el remedio para la pandemia y la sociedad aprenda a comportarse y evitar que muera más gente por esta causa. Por otro lado, ojalá la economía mundial, ahora presionada, despegue con el resorte de una demanda comprimida y rápidamente se recupere en los sectores en que esto sea posible. Eso ayudaría mucho a los países subdesarrollados porque generaría exportaciones y empleo que tanta falta hacen. 

NOTA. El autor de estos boletines, escritor de 30 libros sobre temas económicos y profesor de posgrado por 25 años en varias universidades, ofrece sus servicios para dar conferencias, efectuar seminarios, asesorar empresas, en Macroeconomía, Desarrollo Económico, políticas de Comercio Internacional y Exterior, a partir de julio. Teléfono: 0999 726954 Correo: llunao@uio.satnet.net