domingo, 26 de abril de 2020

BOLETÍN 215: EL ECUADOR, LAS TRES CARABELAS Y EL TITANIC

Un comentario que circula por ahí dice que Cristobal Colón, cuando salió del puerto, quería llegar a China por una nueva ruta, pensaba ganar poder y riqueza, tenía a su cargo tres carabelas, financiaba su expedición con plata de otros, tenía una tripulación que integraban muchos delincuentes y, cuando llegó, no sabía dónde estaba y encontró una cantidad de gente desnuda y, vista desde el lado español, ignorante. Pocos de sus acompañantes eran navegantes expertos y honrados, entre ellos los capitanes de la Pinta y la Niña. Él comandaba la expedición y la Santa María, la nave insignia.

El presidente de un país que se halla en tremendas dificultades, cuando se posesionó quería el poder para pasar a la historia, tenía a su cargo tres temas nacionales importantes: político, económico y social; declaró públicamente que iría hacia el Socialismo del Siglo XXI, sin reconocer que ese no era un destino acertado; quería financiar sus ofertas de campaña con crédito externo; tenía en su gabinete varios personajes que resultaron delincuentes; y, encontró una gran cantidad de gente casi desnuda, sin trabajo, con problemas de salud y educación muy graves. Algunos de sus acompañantes eran honrados, pero otros seguían practicando lo que aprendieron de su amado jefe en 10 años y querían más tiempo para sus picardías …

Durante la travesía, Colón tuvo que afrontar intentos de rebelión de sus marineros, porque el tiempo que les habían dicho que estarían en el mar era menor de los dos meses y pico que estuvieron, y fue precisamente a inicios de octubre cuando la cosa se puso más fea. Si no llegan unas gaviotas a cruzar el cielo, mostrando que la tierra estaba próxima, seguramente que la historia diría otra cosa de la que sucedió.

Durante los años de gobierno, el presidente de este relato tuvo que afrontar cuatro dificultades importantes: una, cuando se dio cuenta de que quien le entregó el cargo no le había dejado la mesa servida; dos, cuando descubrió que su colaborador principal había dado muy malos pasos en el gobierno anterior; tres, al constatar que la remplazante también tenía páginas oscuras; y, cuatro, en octubre de 2019, cuando los menos pensados y los de “manos limpias” bloquearon el país por mucho tiempo y hasta quemaron un edificio y valiosos documentos.

Resulta que, a la fecha, el país del cuento es el Titanic del siglo XXI. Primero, es un barco que el presidente estaba seguro de que iba a navegar sin posibilidad de hundimiento. Dijo, al posesionarse, más o menos, que su mayor orgullo sería decirles a sus nietos que él había sido parte de la tripulación de la década anterior y que continuaría la gestión de su “hermano”, el piloto anterior de la nave. Segundo, este Titanic ya no es el barco más grande y confiable del mundo, como se lo creía al del siglo anterior, sino que hay muchísimos barcos mejores y veloces que, por supuesto, como lo hemos constatado en estos días, frente al fortísimo y duradero oleaje de una tormenta de embate hasta ahora desconocido, no dejan de ser objetos pequeños, fácilmente posibles de destrozo por el mar. Tercero, mal que nos pese, este Titanic tiene varias categorías de pasajeros: una, de aquellos que, por si acaso, llevan a remolque sus yates y ocupan el piso superior, en cabinas familiares de lujo; otra, de los que han asegurado puesto en los botes de salvamento, coimeando a los marineros encargados de abordarlas si hay naufragio, y ocupan el segundo nivel, en cabinas cómodas; una tercera, de los que confían en que por lo menos tendrán acceso a los chalecos salvavidas; y, cuarto, los del piso de abajo, que viajan en una sala muy grande y sin ventanas, comiendo una sola vez al día porque no tienen dinero y sin saber que casi no hay chalecos para ellos.

El Titanic del cuento enfrenta ahora varios peligros; hace agua por todos lados, sufre los efectos de una tormenta de impredecibles consecuencias, tiene una parte importante del pasaje muerto o infectado por una enfermedad desconocida hasta hace poco, carece de profesionales e instrumentos médicos suficientes para contrarrestar el problema; y, pese a las órdenes del capitán de que nadie salga de sus cabinas, en la proa se acumulan quienes quieren saber si se llega pronto a tierra; mientras algunos muertos se bota al mar y muchos vivos juegan al 40.

Además, el Titanic siglo XXI inició este viaje con plata prestada para satisfacer las necesidades de la tripulación y el pasaje; el capitán anterior puso como tripulantes y en primera clase a una gran cantidad de hijitos de papá que siguen ordenando; y, regaló muchos tiques para el viaje a dirigentes populares que están metidos en el cuarto de máquinas, con anuencia del capitán.

Todo ello configura, en el momento actual, una crisis sin precedentes en la historia nacional, que nadie siquiera imaginó y que pone al barco muy cerca del naufragio.

Las noticias procedentes de otros barcos, mucho más grandes y bien surtidos, son alarmantes. Tripulantes y pasajeros mueren en cantidades importantes con el mismo virus desconocido. En algunos pisos de las naves se obedece las órdenes de los capitanes, pero en otros no. Los pasajeros de primera clase han acaparado los alimentos y el agua dulce, mientras en las otras “clases” se ha racionado todo. No hay posibilidades de abastecimiento seguro y oportuno, porque los helicópteros de tierra están prohibidos de volar.

En algunos casos, capitanes de enormes cruceros, bien informados, pero confiados, no han tomado medida alguna de prevención oportuna y solamente reaccionan cuando el mar se ha llevado a algunos pasajeros y otros han fallecido con la nueva enfermedad.

En ese mar en que navegamos todos y todos estamos sufriendo el mismo oleaje, las acusaciones vienen y van con respecto a que fue uno de los barcos el que infestó al resto, sabiendo su capitán que sí hay cura del mal, pero no informando a los demás.

Pues bien, el capitán del Titanic siglo XXI ha decidido, un poco tarde, tomar al toro por los cuernos, y buscar una manera de salvar a los pasajeros, la tripulación y el barco. Para ello, hace algunas reflexiones:

Si el barco se hunde nos hundimos todos y posiblemente serán pocos los otros barcos que ayuden a salvar al pasaje y la tripulación, porque todos están atendiendo sus problemas.

Para tapar los huecos por donde ingresa el agua, hay que urgir a los que tienen en sus cabinas de primera clase algún material utilizable, que lo entreguen en forma inmediata. El que no quiera ayudar que por lo menos no estorbe, es el mensaje con gesto adusto.   

Como varios de los pasajeros tienen yates a remolque y los botes salvavidas del barco son pocos, habrá que pedirles que colaboren en el salvamento de los del piso bajo, porque para ellos no hay ni botes ni chalecos inflables suficientes.

Como la tripulación está entrenada para casos de emergencia, pero no para ésta, se le ordenará que actúe con la mayor eficiencia y salve la mayor cantidad de vidas, disponiendo el embarque ordenado en los botes y entregando chalecos a todos los que no suban a los botes.

Además, se mandará mensajes urgentes a los barcos cercanos pidiéndoles que, si pueden, auxilien con urgencia en la medida de lo posible.

Las respuestas no se hacen esperar: un grupo de amigos que viaja en primera está seguro de salvarse, se niega a perder las comodidades de que goza, porque dice que el compromiso de la empresa es brindarle todos los servicios que pida. Considera que el barco tiene que llegar a puerto y que, si no sucede, demandará por daños y perjuicios. Argumenta que, si no fuera por lo que pagan por sus boletos, muchos de los tripulantes no tuvieran trabajo. Entre ellos comentan que, si hubieran sabido lo que iba a pasar, hubieran viajado en otros barcos o se hubieran quedado administrando sus empresas.

Los propietarios de los yates consideran que la capacidad de éstos es pequeña y que apenas alcanza para ellos y sus familiares, a lo más un amigo cercano. Por tanto, exigen que el capitán les garantice que podrán pasar sin problema del barco al yate; si es posible sin mojarse los zapatos, y buscan que algunos pasajeros de cuarta clase los lleven en brazos por pasarelas.

Los viajeros de segunda clase se movilizan ágilmente bajo el principio de que, si se trata de salvarse “yo, el primero” y compran a malos tripulantes un puesto en los botes salvavidas.

Los demás pasajeros están presos de una angustia terrible. Entre ellos hay muchos contagiados de la enfermedad desconocida y temen que, además, haya naufragio. Siempre asoman los que dicen que, para vivir como han vivido les da lo mismo morir de cualquier forma.

El cuento expuesto da pie para hacer las siguientes reflexiones:

1.    El gobierno nacional debe atender, con urgencia y eficientemente, las necesidades nacionales surgidas de varios problemas de enorme magnitud, que no fueron previsibles al inicio de su mandato y, en el caso del corona virus, hasta diciembre de 2019. El presidente, que en su vida debe haberse imaginado que iba a tener las responsabilidades actuales, tiene que proceder con urgencia para evitar que se hunda el país corcho y no reflote. Cuenta los días que le faltan para dejar el puesto.
2.    Sus acciones ante la emergencia, hasta ahora, en varios aspectos son acertadas y oportunas.  El pago de la deuda externa que se hizo en marzo fue conveniente para poder recibir un valor mucho mayor en recursos frescos. El diferimiento en el pago de los intereses de los bonos por varios meses fue también muy conveniente. La declaratoria de Estado de Excepción fue necesaria, pero debió tener aplicación más exigente en los primeros días, para que el ejemplo sirva de freno al irrespeto de las normas. El encierro obligatorio y el toque de queda son útiles, pero no se pueden mantener por mucho tiempo más frente a las necesidades de quienes viven de lo que ganan cada día. Igual, es positiva la obtención física y en otros casos el logro de la oferta formal de recursos financieros de los organismos multilaterales y de otras fuentes para superar la coyuntura.
3.    Pero, en otros casos las decisiones han sido muy lentas, inconsultas con los expertos y los que diariamente trabajan en ciertos temas. Los procedimientos legales y de otro tipo para identificar y enterrar a los muertos fueron muy mal aplicados. El mal uso de los pases para circular debió preverse y darles a los documentos mayor seguridad.
4.     Los viajeros de primera clase del Titanic siglo XXI, accionistas de las empresas que hicieron grandes utilidades, no solo en el 2018 sino en la década perdida (no para ellos), deben colaborar para que los de la cuarta clase tengan chaleco salvavidas. Algunos lo están haciendo y bien por ellos, pero la magnitud del problema hace que el Estado obligue a asignar, no una cantidad decidida por el benefactor, sino sumas importantes y para todos los que tuvieron la suerte de hacer buenos negocios hace poco.
5.    Los viajeros de segunda clase, funcionarios con sueldos superiores a los mil dólares en el sector privado y en el Estado, deben estar conscientes de que en el Titanic Siglo XXI es un privilegio tener trabajo (lo será más en los próximos meses) y cubrir las necesidades básicas sin mayor problema. Todos ellos deben aportar en algo de acuerdo con su nivel de remuneración. Le escuché a un asambleísta decir que, si a un funcionario se le quitaba 18 dólares, eso de repente representaba en su casa el pan para el desayuno de la semana; a él habría que recordarle o informarle que miles de ciudadanos de este país, con 18 dólares se ven obligados a comer lo que pueden durante 18 días.
6.    A muchos de los viajeros de tercera clase, que no tienen sueldo fijo, pero que poseen pequeños recursos y con ellos trabajan independientemente para hacer unos ingresos mínimos para la familia, que a lo mejor cubren o superan un poco la canasta básica, no hay que sugerirles ni exigirles aporte obligado. La mayoría está en el grupo de gente solidaria que no da lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene, porque la vida le ha enseñado, como dicen los dichos populares, que “donde comen tres comen cuatro” o que “para uno más en la mesa, hay que aumentar un mate de agua a la sopa”.
7.    Para los viajeros del piso de abajo del Titanic siglo XXI, está muy bien que el gobierno y muchas entidades públicas y privadas se preocupen de hacerles llegar los salvavidas, en términos de comida y ciertos otros bienes necesarios de tipo sanitario. Lo que faltaría es que haya una gran coordinación entre todos los benefactores, para que la ayuda llegue a todos los que la necesitan y por un tiempo prudencial. También, que se evite que los ladrones, de cuello blanco o de camiseta, roben y se aprovechen del momento.
8.    Los subsidios personales deben estar siempre orientados exclusivamente a los que de verdad lo necesitan, en los grupos de huérfanos, viudas, madres solteras, ancianos, discapacitados. En varios de estos casos, deberían darse como préstamos a largo plazo y no mensualmente, sino de una sola vez por año, para que sirvan para emprendimientos y dejen en la memoria de los beneficiados la idea de que se les da oportunidad de trabajo y no limosna, caridad, ayuda, bono solidario o lo que quiera llamarse.
9.    Aportemos, cada uno desde nuestra posición, para evitar que el barco se hunda. El capitán tomando decisiones bien y oportunamente, consultando a la tripulación y a los pasajeros que sepan formas de salir de las emergencias vigentes; la tripulación de mayor jerarquía, actuando con celeridad y controlando que los marineros estén en sus puestos y atiendan todos los problemas al momento; los pasajeros, dispuestos a obedecer las instrucciones,  conscientes de que estamos todos en el mismo barco y que, no importa el lugar de nuestra cabina o sitio, a la hora de la verdad no habrá distingos entre los que tienen yate, cupo comprado en los botes salvavidas o chaleco.
Por favor, no transformemos al Titanic siglo XXI otra vez en el país corcho. Juntos, todos, logremos que el Ecuador supere la tormenta y ponga proa hacia un claro objetivo de paz, honradez, democracia, crecimiento económico acelerado, justicia social, dominio científico y tecnológico, participación positiva creciente en el nuevo mundo de este siglo.   

viernes, 10 de abril de 2020

BOLETÍN 214: BUSQUEMOS LUZ AL FINAL DEL GRAN TÚNEL


SIENTO MUCHO QUE EL MUNDO SE HALLE DE DUELO Y SIN SALIDA FÁCIL. Sin embargo, más pronto que tarde espero que encuentre la luz al final del gran túnel.

Celebro NUEVE AÑOS de escribir quincenalmente este boletín. Son 214 documentos, generalmente de 4 páginas, en los que he tratado de analizar y dar sugerencias sobre los problemas económicos y sociales del Ecuador y del mundo. Calculo que un poco más de dos millones de lectores los han recibido y muchas veces leído. Alguna vez constaté que se los revisaba en las llamadas “altas esferas” y muchas veces me han dicho que sirven en las aulas para considerar algún aspecto. Los seguiré publicando mientras pueda pensar y escribir. Mi propósito es solamente volcar en el papel mis conocimientos, experiencia y lecturas diarias.

Dedico este Boletín al doctor Oswaldo Dávila Andrade, a quien el 26 de marzo le iban a rendir un muy merecido homenaje en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), por ser el primer Doctor en Economía salido de sus aulas. Ese homenaje no pudo llevarse a cabo, por las razones que todos conocemos; pero, supongo que, cuando ya sean posibles los eventos públicos, uno de los primeros de la PUCE será el pendiente aquí mencionado.

El doctor Dávila es uno de los ecuatorianos y de los economistas de los cuales todos los ciudadanos de este país debemos estar orgullosos. Profesional de primer nivel, trabajador incansable, economista experto en Econometría, planificador visionario, funcionario nacional e internacional honrado (lo que no debería ser un mérito sino una obligación), duro crítico de los “mesías”, todavía aporta al país con sus comentarios en el Observatorio de la Política Fiscal.

Oswaldo fue mi profesor, más tarde mi guía y compañero de trabajo en Lima, después jefe en el CONADE y luego mi asesor en el MICIP; en fin, nuestras vidas han estado ligadas por una gran amistad que me honra y se mantiene por más de medio siglo; y, por el trabajo fecundo y honrado de los dos por varias décadas. Nos ha preocupado siempre el futuro nacional.
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En este boletín pretendo analizar la situación actual del Ecuador y dar algunas sugerencias para que el país llegue al punto de inflexión y empiece a avanzar con dinamismo, sobre la base de la unidad nacional y una nueva manera de ver el mundo y los factores nacionales de desarrollo.

El diagnóstico es uno impensado hace pocos meses. La población mundial acorralada por un virus, muchos países casi paralizados, los gobiernos de muchas naciones sin capacidad de atender las urgencias médicas y la falta de dinero, las ciudades desiertas, toda la gente pensando en la muerte, los noticieros copados de datos macabros, los ricos constatando que su plata no vale para comprar salud en esta situación y los pobres sabiendo que cada día son más pobres y que, si se contagian, difícilmente recibirán atención oportuna y gratuita.

Los economistas de aquí y de todas partes proyectando un futuro sombrío en el corto y en el mediano plazo, porque la economía mundial entró en recesión, el comercio mundial se frenó, las inversiones esperarán mejores días, las personas recelarán de movilizarse con la libertad con la que lo hacían antes, el turismo se moverá con mucha dificultad y los países como el Ecuador verán que la demanda de sus productos caerá en volumen y precios, porque no habrá la demanda necesaria en los países importadores y hasta se producirá un cambio notable en las prioridades de gasto. El mundo y el Ecuador del siglo XXI tendrán que ser ambiental, económica y socialmente muy diferentes a los del siglo XX o no se habrá aprendido la lección.

Para que el Ecuador se oriente correctamente y adquiera el dinamismo que debió tener desde inicios de siglo, requiere nuevos líderes; analizar profundamente sus endebles bases actuales y el entorno actual y futuro dentro del cual tendrá que trabajar; los factores de producción con los que cuenta; y, planificar bien los pasos que deberá dar en el corto, mediano y largo plazo.

Lo urgente es lograr la unidad nacional. Para ello, se necesita una reunión convocada por el presidente Moreno, de los líderes reconocidos del país no manchados por actos delictivos, que pretenden la presidencia de la república o que son claves para llegar a definir candidaturas, para determinar unas pautas de lo que debe hacerse ahora y después. Hay que saber que, quien quiera que llegue a la presidencia, va a encontrar un Ecuador enfermo con corona virus en terapia intensiva, al que hay que ponerle un respirador sanitario y un respirador financiero capaces de mantenerlo vivo y sin grandes desastres sociales en el 2021 y más allá.

De esa reunión, que espero se produzca, deberían salir varias posibles decisiones con efectos en el cortísimo, corto, mediano y largo plazos, que puedan tomar el actual gobierno y los siguientes, para enmendar los gravísimos errores de ética, dirección y visión de quienes ya han sido sancionados en primera instancia por la justicia, pero que merecen penas mucho mayores por el daño que le hicieron al país en la década más nefasta de la historia.

Entre las decisiones que deberían tomarse están las siguientes, algunas de las cuales ya han sido mencionadas por dirigentes gremiales y colegas:

Conseguir de los acreedores del Estado, especialmente de China, un diferimiento razonable en el pago de la deuda nacional, y obtener nuevos préstamos en condiciones favorables al país, lo que redundará en que los gobiernos, éste y los siguientes, puedan atender adecuadamente las necesidades nacionales de desarrollo. Para ello debería integrarse un grupo de expertos financieros reconocidos que acuda a los acreedores, les explique la necesidad nacional y obtenga lo propuesto en la forma más conveniente al país. 

Asignar a la salud recursos estatales suficientes para que atienda debidamente los problemas derivados del corona virus y de otras enfermedades catastróficas y ejecute un plan de desarrollo de acciones de salud preventiva (agua potable, alcantarillado y procesamiento de desechos), en forma urgente, en los sectores donde esos servicios no hay o son insatisfactorios.

Encargar a una de las universidades de posgrado la elaboración, hasta abril de 2021, de una estrategia de desarrollo 2021 - 2040, con el concurso del gobierno, las otras universidades, los empresarios y los trabajadores, para que el nuevo gobierno y los siguientes cuenten con una importante herramienta de trabajo consensuada que les permita, independientemente de su carácter ideológico, tener un solo objetivo nacional.

Revisar con urgencia todos los sistemas administrativos, tiempos, procedimientos y trámites estatales, para reducirlos en todo lo posible y trasladarlos al sistema electrónico, de manera que los usuarios tengan que acudir lo menos posible a las oficinas públicas. La transparencia de la información pública debe ser una constante, salvo en temas de seguridad nacional.

Focalizar en el menor plazo posible los subsidios a los combustibles y los otros, para que solo se beneficien de ellos los que de verdad los necesitan y el transporte público. Los bonos para ciertas personas deberían ser asignados como créditos a largo plazo, para que los receptores sepan que no es un regalo, sino una facilidad para que desarrollen alguna actividad. En esos casos no deberían ser entregados mensualmente, sino por año y cuando más por tres años, a una tasa de interés no mayor de la tasa pasiva de los bancos.

Dar seguridad jurídica por 10 años a todas las inversiones nuevas que se realicen en el país en los próximos 10 años, exonerándoles de aranceles a las importaciones de aquellas maquinarias e insumos que no se producen internamente y del pago del impuesto a la renta.

Reducir la diferencia entre las tasas activas y pasivas de interés, para que el crédito sea más barato y los emprendedores puedan acceder con mayor facilidad y velocidad a los recursos que necesiten. Flexibilizar el acceso al crédito estatal, pero sin dar posibilidad a condonaciones u otras formas de lograr regalos disfrazados del dinero de los contribuyentes.

Asignar crédito suficiente y en condiciones muy favorables para el sector agropecuario, con el fin de asegurar el desarrollo rápido de las exportaciones agrícolas y agroindustriales y el abastecimiento interno de alimentos en estado natural y procesados. El objetivo básico debe se aumentar la productividad nacional, entendida como la efectividad del Estado y la competitividad de las unidades productivas nacionales.

Aprobar las nuevas formas de relación laboral que ha creado la tecnología, entre ellas el trabajo desde la casa, el teletrabajo, el trabajo por horas; el reparto de la semana laboral de 40 horas en los 7 días de la semana sin recargos, pero con todos los derechos económicos prorrateados; el reparto de las 8 horas laborables diarias en diferentes horarios presenciales y desde casa.

Efectuar los cambios necesarios en la Constitución, diseñada por Correa y sus compinches de aquí y de afuera para marchar hacia el socialismo del siglo XXI y cubrir sus ilegalidades, para que la Ley suprema haga posible un cambio fundamental y positivo en la vida del país.

Reformar la estructura de la Asamblea para que haya dos cámaras y solo existan 24 senadores, uno por provincia, 3 diputados por cada provincia de las 4 de mayor número de habitantes; 2 por cada una de las 6 provincias intermedias; y, 1 por las menos habitadas, electos para cuatro años en la primera vuelta electoral, con posibilidad de reelección una vez. Todos profesionales de mínimo tercer nivel, hombres y mujeres que declaren su patrimonio familiar (propio, del cónyuge y de los hijos) al ingresar y cada año, que no puedan cambiarse de camiseta y que no tengan otra labor que la de la Asamblea.

Eliminar lo más pronto el Consejo de Participación Ciudadana, no mediatizarlo, para que se vuelvan a existir solo las tres funciones del Estado.

Crear un sistema de coordinación de las entidades de control del Estado, para que cada una cumpla su función, pero todas ellas logren sinergia en el aseguramiento del buen uso de los recursos del Estado.

Proveer de normas más estrictas, y más y mejores funciones y equipos al sistema de seguridad interna y endurecer las penas para los delincuentes, a los cuales hay que buscar se reintegren a la sociedad con educación y trabajo mientras están en las cárceles. Triplicar y hasta ser más severos en las sanciones previstas en las leyes actuales para los delincuentes, si se trata de perjuicios al Estado, sin posibilidad de rebajas ni de otras granjerías por edad u otras consideraciones. Esos delincuentes no roban a alguien, roban a toda la población del país.

Otorgar autonomía al Banco Central, para que no esté sujeto a la voluntad del presidente de la República en el manejo de los recursos del encaje bancario y de las reservas internacionales.

Hay que volver a tener el Consejo Nacional de Desarrollo, para que planifique el futuro nacional y se pronuncie previamente sobre los proyectos estratégicos y los acuerdos internacionales. Su accionar debe ser estrictamente técnico y atento al devenir del mundo y la Región, para lograr que el país se inserte de la mejor forma en el concierto internacional y dé bienestar a su población, para la cual debe buscarse siempre mayor equidad.

Un subsector al que hay que darle prioridad es el de la pesca, en las nuevas condiciones del extendido patrimonio marítimo nacional, fortaleciendo la flota nacional y el control por parte de la Marina. Otro subsector que requiere atención, por sus capacidades de mejoramiento ambiental, producción de madera y desarrollo industrial es el forestal, que ayudaría mucho al sector rural, porque el país tiene evidentes ventajas comparativas (en la velocidad de crecimiento de los árboles) y competitivas frente a los países madereros cercanos a los polos.

Acordar con empresas petroleras reconocidas la exploración y explotación de yacimientos, para elevar pronto el volumen a 700 mil barriles diarios y luego aumentar esa cantidad. Mediante alianza público – privada montar con urgencia la nueva refinería necesaria al país, dada la obsolescencia de la de Esmeraldas, para procesar combustibles de excelente calidad. Esto tiene que aparejarse con la revisión y focalización de los subsidios actuales.

Aprobar normas para el desarrollo de la minería legal que garanticen su trabajo y emitir disposiciones severas en contra de la minería ilegal y de las acciones contrarias a la minería legal. Al igual que en el caso del petróleo, lograr la industrialización nacional, en el grado posible, de los minerales extraídos, que tienen grandes reservas y pueden dar importantes beneficios. Contrarrestar por todos los medios posibles la minería ilegal, generadora de recursos para otras actividades ilegales y dañinas del medio ambiente.

Impulsar la industrialización, sobre la base del petróleo, los minerales y un desarrollo tecnológico acordado por el Estado, la industria y la academia, de manera que se eleve la productividad nacional y la capacidad de competir con ventaja en el mercado mundial. Hay que impulsar el establecimiento de grandes industrias, cuya producción genere empleo directo e indirecto importante y exportaciones que, a su vez, requieran el fortalecimiento de las MIPYMES.

Es fundamental llegar a acuerdos estatales con las cámaras de la construcción para desarrollar urgentemente con medianas y pequeñas empresas proyectos de construcción de 100 mil viviendas de tipo social, en edificios de 4 pisos, con el objeto de que el costo de los servicios básicos y el uso del terreno sea menor que en la construcción de unidades familiares. Hay que completar la autopista Panamericana, con ramales de cuatro carriles hacia Posorja y Cuenca, de manera que se cree una columna vertebral para el transporte interno e internacional. Igualmente, se debe completar las facilidades operativas de los aeropuertos internacionales de Manta y Cuenca, con el fin de que haya muchas más rutas y frecuencias para el turismo y el comercio exterior del país. También, mejorar las condiciones del puerto que sirve en mayor magnitud al transporte fluvial hacia y desde el Amazonas, por la razón que expondré luego.   

Es vital diseñar un nuevo sistema de educación, que tenga una mayor participación de la teleeducación, de manera que los profesores puedan impartir sus clases elevando la productividad de sus enseñanzas, los estudiantes logren un gran acceso a la información más avanzada en cada campo y haya menor necesidad de permanencia en las aulas.

Otorgar a la ciencia y la tecnología la importancia que merecen. La famosa ciudad del conocimiento fue una buena idea, pero se la ubicó en sitio equivocado, lejos de las grandes industrias y de un puerto de primer orden. Hay que revivir ese proyecto cerca de Manta o de Posorja, que cuentan con universidades, puerto y aeropuerto cercanos y por tanto costos menores para la movilización internacional de gente y el comercio exterior. 

Las nuevas circunstancias derivadas de la crisis sanitaria actual requieren que se amplíen y masifiquen considerablemente los servicios de telecomunicaciones, de manera que la mayor parte de la población pueda operar con las nuevas tecnologías de comunicación para la teleeducación, el teletrabajo, el gobierno electrónico, los negocios on line, las transacciones financieras sin salir de casa, otras acciones. Cuidar la salud y ganar tiempo es ahora vital.

Acelerar los procesos de negociación con los países con los que ya se han avanzado conversaciones, para lograr acuerdos comerciales, en especial Estados Unidos y México. El primero es el principal socio comercial del país y el segundo es clave para poder participar en la Alianza del Pacífico. Generar dólares mediante negocios legales y muy bien dirigidos debe ser una obsesión nacional, para precautelar la vigencia de la dolarización.

Adelantar lo más posible la firma de convenios de protección recíproca de inversiones con otros países, incluso planteándoles que el Ecuador podría declarar renovados los 17 que ya existieron, si los otros países también los validan, para luego reformarlos en lo necesario.

Cerrar embajadas que no aportan nada al desarrollo nacional y, en todo caso, atender las relaciones con ciertas regiones con una sola embajada o con un embajador itinerante. Hay que terminar con los diplomáticos a la carrera y las “becas” para los hijos de papá y respetar a los diplomáticos de carrera, que deben ser formados en temas financieros y de comercio exterior con mucha intensidad. Los embajadores deben tener visto bueno de la Asamblea.

Explorar y aprovechar la ventaja competitiva que tiene el Ecuador frente a los proveedores de Colombia, Perú y Brasil, para abastecer a las poblaciones de esos países cercanas a la ruta Ecuador – Manaos. Ese mercado es, por su ingreso, equivalente al mercado nacional, y llegar a él en buenas condiciones de logística y precios puede ser muy importante. Se debe considerar que Bogotá, Cali, Lima y Sao Paulo, los actuales centros de aprovisionamiento, están muy lejos y que nuestras poblaciones están muy cerca.

Es hora de que Dios ilumine a los actuales y los futuros gobernantes del país y a los líderes políticos, académicos, empresariales y laborales, para que, después de esta terrible experiencia del encierro domiciliario y el temor a la muerte cercana de todos y cada uno de los habitantes de este mundo, tengan una nueva visión de su compromiso con el país, trabajen por su desarrollo, multipliquen las plazas de trabajo y reduzcan el número de pobres e indigentes.

miércoles, 1 de abril de 2020

BOLETÍN 212: ECUADOR, EL ACUERDO COMERCIAL CON ESTADOS UNIDOS


NOTA: Por esta vía, pedí la colaboración de los lectores para difundir un libro con los boletines 141 a 210, porque publiqué un libro con los boletines 1 a 70 y otro con los boletines 71 a 140. Pocas personas me han manifestado su gran apoyo moral y un modesto apoyo económico, razón por la cual desisto de la idea. Muchas gracias para los entusiastas.

El próximo 11 de abril cumplo nueve años de producir estos boletines. Es una labor ardua de investigación y escritura, pero la realizo solo porque me gusta, sin beneficio económico alguno.

El primer boletín, en el año 2011, fue dedicado a plantear la necesidad de firmar un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Después de nueve años estamos casi a fojas una, porque a Correa más le gustaron las relaciones políticas con Nicaragua, Bolivia y Bielorrusia, que histórica y económicamente no significan nada al Ecuador, que con el “imperio”, principal socio nacional por décadas, en todos los sentidos: político, económico, social, tecnológico.

En ese boletín dije que: “para el Ecuador, las relaciones de todo tipo con Estados Unidos son muy importantes, porque tienen que ver con la política internacional (es el país más poderoso del mundo y el más influyente en las áreas política, institucional, económica y financiera); el comercio internacional, las inversiones, el turismo y la migración; y, en muchos casos, sus decisiones de política interna son trascendentales para todo el mundo.”

Además, puntualizaba que: “Con los antecedentes expuestos, atentar contra las posibilidades de mejorar las relaciones con Estados Unidos y tratar de cambiar ese mercado por otros, no es aconsejable. Para el Ecuador es fundamental crear nuevos mercados, pero para eso se necesita dar confianza a los inversionistas y productores, incrementar sustancialmente la oferta exportable competitiva (lo que ha sido ignorado por parte del Gobierno), mejorar los servicios de transporte y la logística integral, y que los países objetivo demanden los productos, sobre la base de amistad y confianza. Eso será muy difícil de conseguir con Irán, Libia, Cuba y Nicaragua u otros, lejanos, pobres o desconectados con el Ecuador.”

Hace pocos días, en Radio Quito, dije que el país necesita que el Gobierno y la Sociedad Civil  lleguen a un acuerdo interno, necesario para enfrentar el acuerdo con los Estados Unidos o con otros países Mi idea es que, si no hay ese acuerdo interno, no solo para la coyuntura, sino para mirar 10 o 20 años adelante, de nada servirá que el mundo le ponga alfombra roja al Ecuador, si este se queda parado en el inicio sin saber qué hacer o, peor todavía, retrocede, como está haciendo ahora, sin dirección, sin plata, sin conciencia de la gravedad de su problema … y con coronavirus en acción, elecciones poco confiables en el 2021 y muchos líderes de pacotilla.

De aquí en adelante, en aplicación de una estrategia de desarrollo hacia el 2030 o el 2040, entre otras acciones se necesita con urgencia y básicamente con miras a un país que tendrá más de 20 millones de habitantes después de 10 años:

-       Modificar la Constitución del Socialismo del Siglo XXI, para ir hacia la economía social de mercado, con énfasis en el apoyo a los más necesitados, lo que pido desde 2008;
-       Tener estabilidad política, que no consiste solamente en posesionar un presidente de la República cada cuatro años, sino contar con una línea clara de acción hacia el largo plazo, que sea respetada y conocida por todos; y, tener ministros y altos funcionarios que duren en funciones, respeten y marchen sobre la línea definida, y no crean y no traten de hacer creer a la sociedad que “por primera vez en la historia …” se va a cumplir algún proyecto inteligentísimo durante su ejercicio ministerial.
-       Dar seguridad jurídica permanente a todos los ciudadanos, entre ellos a los inversionistas nacionales y extranjeros. Eso significa desterrar la corrupción, la tramitología y el clientelismo político; fijar pocas reglas de juego claras, trascendentes, permanentes, para la tributación, las relaciones laborales y todas las actividades.
-       Priorizar las actividades de salud preventiva antes que las de salud curativa. En muchos países se ha demostrado que el gasto nacional en salud baja considerablemente o se aprovecha de mejor manera, si en vez de curar más enfermos se tiene un porcentaje muy alto de ciudadanos sanos trabajando. 
-       Mejorar sustancialmente la educación en todos los niveles y encadenar técnica y tecnológicamente el avance, con esfuerzos de investigación apoyados por el Estado y la empresa privada, para que los alumnos, en sus respectivos campos de estudios, se conviertan en mano de obra calificada y emprendedora en todos los sectores;
-       Hacer que el Sector Público sea eficiente, lo que significa tener el mínimo de personal bien preparado y seleccionado, con ingresos justos; efectuar inversiones prioritarias para el desarrollo nacional; focalizar los subsidios estrictamente en los grupos más necesitados; eliminar muchas entidades que fueron creadas para afianzar el populismo.
-       Negociar con todos los países que sea posible los necesarios acuerdos de protección recíproca de inversiones, porque sin su vigencia no van a llegar al país los grandes capitales que se necesita para la cadena exportadora en su conjunto;
-       Exigir al sector privado que sea responsable con el ambiente y con todos quienes están alrededor de las empresas: clientes, Estado, inversionistas, proveedores, competidores;
-       Dar al sector agropecuario la importancia que merece, reconociendo que el país tiene vocación agropecuaria, para desarrollar la agroindustria de exportación, no solo alimentaria, sobre todo de los productos que en el mundo se considera exóticos; 
-       Impulsar la explotación petrolera al nivel más eficiente posible, tomando en cuenta que los problemas mundiales de ambiente y el desarrollo de las energías alternativas, más pronto que tarde harán que los combustibles fósiles pierdan valor de mercado y si no se los extrae a tiempo, se quedarán sin valor en las entrañas de la tierra;
-       Explotar industrialmente los yacimientos mineros, cuya riqueza es considerada una de las mayores del mundo en algunos minerales. Si no se lo hace de esa forma, la minería ilegal dejará sin los recursos financieros posibles al Estado, contaminará el ambiente gravemente y servirá para financiar actividades delictivas;
-       Desarrollar actividades industriales teniendo en cuenta la globalización, lo que quiere decir que no hay que producir necesariamente productos finales, sino materias primas y partes y piezas para industrias de otros países que tengan fácil acceso al mundo;
-       Planificar el desarrollo de la construcción de infraestructura y vivienda. En lo primero, sin corrupción y definiendo prioridades; en lo segundo, procurando que las ciudades no crezcan horizontalmente, aun en la vivienda social, por los costos de los servicios;
-       Ejecutar una política laboral que promueva y consiga la ocupación de la mayor parte de la PEA, induzca al pago de salarios justos por las actividades de cada ciudadano, evite la discriminación de la mujer en el trabajo y aplique efectivamente la meritocracia.
-       Hacer que los trabajadores y sus familias, cuando los necesiten, reciban los beneficios de la seguridad social. En esto juega un papel importante la suficiente y oportuna disponibilidad de recursos del IESS, que no debe ser “caja chica” del gobierno.
-       Contar con mercado asegurado, vía acuerdos comerciales, para la producción exportable nacional, que cada vez debe ser mayor, más competitiva y llegar a más mercados;
-       Aprovechar la nueva dimensión del mar territorial en beneficio de la pesca y el turismo, fortaleciendo los mecanismos de defensa de la soberanía en ese ámbito;
-       Desarrollar la infraestructura nacional para agilitar el comercio exterior. Aspectos básicos: terminar la autopista Quito – Guayaquil y las extensiones hacia los puertos de Posorja y Manta; lograr que éstos funcionen cada vez más eficiente y rápidamente; y, hacer que los aeropuertos de Manta y Cuenca sean aeropuertos internacionales.
-       Junto con ello, atraer turismo receptivo de cuatro o cinco estrellas por al menos una semana por individuo y para varios millones de extranjeros. Para ello, se necesita que el Estado provea los servicios básicos necesarios de primera calidad, educar a la gente para que utilice y cuide los sitios turísticos sin afectar a sus características, para que sean atractivos el mayor tiempo posible; lograr que algunos operadores de toda clase no piensen en sus negocios como medios de explotación de incautos para enriquecerse en corto tiempo, sino en servicios de calidad duraderos y a precios justos.

Ojalá que Dios bendiga al Ecuador y tengamos desde el 2021 en adelante los estadistas que necesita el país, no solo en Carondelet, sino en la Asamblea y en las instituciones y empresas. Los que presidan el Ejecutivo tendrán gran cantidad de limitantes financieros y de otros órdenes para su tarea, pero si planifican, son austeros y visionarios, harán que el Estado, no solo el gobierno central, funcione para bien de la población.

Junto con ello, para la negociación del Acuerdo Comercial con los Estados Unidos se debe tener en cuenta muchos aspectos, entre ellos:    

La economía de los Estados Unidos es la mayor del mundo y en el año 2019, según el Banco Mundial, su PIB fue de 20.544 billones de dólares, equivalente al PIB del conjunto de las economías de los cinco países que le siguen: China, Japón, Alemania, Reino Unido e India. 

Estados Unidos es el primer país importador y el segundo país exportador del mundo; vende tecnología del más alto nivel, servicios modernos, maquinaria pesada y equipos, vehículos de toda clase, productos químicos, armamento, alimentos, animales vivos. Sus principales clientes son Canadá, Japón, México, Reino Unido, Corea y Alemania, en ese orden.

El presidente Trump es contrario a la suscripción de acuerdos comerciales, pero en el caso del Ecuador ha manifestado su decisión de avanzar en ese sentido, lo que hay que aprovechar sentando bases para que, si Trump no sigue en el gobierno, culmine con éxito la negociación.

El comercio del Ecuador con Estados Unidos es ampliamente favorable al primer país en casi todos los años. Exportó 11.240 millones en 2014, el mejor año y desde el 2017 a la fecha se ha estabilizado un poco sobre 6 mil millones de dólares anuales, debido a la baja en las exportaciones petroleras (volumen y valor). Importó CIF 8.751 millones de dólares en 2014, también el mejor año y desde entonces las cifras han sido menores, entre 4.129 y 5.791 millones de dólares, como se observa en el cuadro 1.

En consecuencia, la balanza comercial, que en 2014 fue favorable en casi 2.500 millones de dólares, se ha colocado en los siguientes años por debajo de 1.525 millones, siendo la cifra menor la de 2018.

ECUADOR: COMERCIO CON LOS ESTADOS UNIDOS (millones de dólares)
AÑOS
2010
2014
2015
2016
2017
2018
2019
EXPORTACIONES FOB
6.046
11.240
7.226
5.436
6.057
6.671
6.550
IMPORTACIONES CIF
3.863
8.751
5.791
4.129
4.532
5.531
5.270
BALANZA COMERCIAL
2.183
2.489
1.435
1.307
1.525
1.140
1.280
FUENTE: Banco Central del Ecuador - Información Estadística Mensual
ELABORACIÓN: LLO

Las exportaciones ecuatorianas a los Estados Unidos representaron el 43,7% de las totales al Mundo del año 2014 y el % de las efectuadas en 2019.

La canasta exportadora del Ecuador a Estados Unidos es relativamente amplia; pero, solo 10 productos concentran poco más del 90% del total exportado. En 2019 las exportaciones de petróleo siguen siendo las más importantes a Estados Unidos. Banano y plátanos es el segundo grupo. Los camarones ocupan el tercer lugar.

Por muchos años el aumento de las exportaciones no petroleras se debió a las preferencias arancelarias que los Estados Unidos le otorgaban al Ecuador en forma unilateral y en reconocimiento a su labor en contra del tráfico de drogas. Esas preferencias lamentablemente no fueron bien aprovechadas, ni por la vía de la ATPA, que tuvo vigencia desde 1991 hasta fines del 2001, pero que se prorrogó hasta el 2002; ni por medio de la ATPDEA, que amplió las preferencias hasta el 31 de diciembre de 2006, y luego hasta el 2013. Una de las causas estructurales fue la persistente falta de oferta exportable; pero otra, muy importante, la amenaza constante del Gobierno norteamericano en el sentido de que por A o B razones, en cualquier momento iba a quitar o reducir las preferencias, lo que desmotivaba cualquier intento empresarial por instalar empresas orientadas a vender en el mercado de los Estado Unidos.

Los productos beneficiarios de la ATPDEA eran casi todos los del arancel de Aduanas, pero entre ellos se beneficiaron especialmente: aceites crudos de petróleo, flores (rosa), brócoli, madera, hortalizas, mangos, frutas tropicales, yuca y otras raíces comestibles; jugos, purés, jaleas y preparados de frutas, productos congelados, confites.

La inversión de Estados Unidos en empresas ecuatorianas ha sido siempre importante, pero no todo el capital que procede de ese país lo registra la Superintendencia de Compañías como originario de allá, sino que una parte viene por paraísos fiscales, lo cual hace difícil determinar el verdadero valor de la IED estadounidense, que en esta información está subvaluado.

Una parte importante de la carga del Ecuador se moviliza hacia los puertos del Este de los Estados Unidos, lo que significa que requiere pasar por el Canal de Panamá, en el cual el pago de su peaje y la espera significan costos y problemas de competitividad con otros países que no necesitan cruzar el Canal.