lunes, 25 de agosto de 2014

BOLETÍN 82: UN BANCO PARA LAS MIPYMES




Eco. Luis Luna Osorio MBA            AGOSTO 26 de 2014

UN BANCO PARA LAS MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS (MIPYMES)

El gobierno ha anunciado que, en los próximos días, pondrá a consideración de la Asamblea Nacional, un proyecto de Ley que permita reestructurar el Banco Nacional de Fomento (BNF) y transformarlo en un proyectado Banco de Desarrollo Rural.

El responsable de este Blog está de acuerdo en que desaparezca el Banco Nacional de Fomento y se lo reemplace; pero, no por el Banco propuesto, sino por un banco que atienda las necesidades crediticias de todos los sectores productores de bienes y servicios, en los niveles de micro, pequeña y cierta mediana empresa, hasta un valor a definir que serviría de piso para la acción de la Corporación Financiera Nacional (CFN), de dar crédito para las empresas grandes y algunas consideradas medianas. 

1. El Banco Nacional de Fomento (BNF).- Para argumentar sobre la conveniencia de la desaparición del BNF, cabe mencionar algunos datos importantes, resumidos de un estudio efectuado por la oficina del Asambleísta René Yandún Pozo, que se basa especialmente en documentos de la empresa calificadora de riesgos del BNF (BankWatch Ratings S.A.), de la Superintendencia de Bancos y del Banco Central del Ecuador.

El BNF es de propiedad del Estado, tiene 85 años de vida institucional y su Ley Orgánica está vigente desde hace 49 años. Como banco de desarrollo, enfoca la oferta de crédito y servicios a sectores vulnerables de la población, lo que explica su mayor riesgo de crédito y escasa rentabilidad, comparado con otros bancos públicos y el mercado financiero. 

Busca 20 objetivos específicos (financieros, de mercado, de procesos internos y de aprendizaje), y usa 36 indicadores de gestión. Por delegación oficial, sigue al frente de los programas de finanzas populares, emprendimiento y economía solidaria. 

El BNF es banco de primer piso y tiene una red de 153 oficinas con cobertura nacional. Es el único banco público facultado a administrar cuentas corrientes y libretas de ahorro, con recursos que son relevantes como fuentes de fondeo, junto con los aportes estatales. 

El BNF ha sido utilizado por el gobierno para ejecutar programas no sustentables, como el crédito masivo a tasas preferenciales; la importación a precios internacionales y la comercialización de productos a precios subsidiados; así como, la entrega de bonos de desarrollo humano y microcrédito de subsistencia. Por lo tanto, tiene la menor disponibilidad de activos productivos en el sistema de banca pública (66%), no alcanza un margen operacional positivo y tiene la cuantía más alta de pérdidas en el sistema financiero. 

Los índices financieros revelan menor eficiencia en el BNF que en el promedio del sistema. La razón es que el BNF ha tenido siempre muchos clientes expuestos a factores exógenos y eventos climatológicos, que han originado condonaciones mientras eran posibles; y, mucho crédito refinanciado, reestructurado o consolidado. Sin embargo, pese al alto riesgo resultante de esa situación, no ha tenido un sistema de administración de ese riesgo, que le permita reducir los efectos negativos de su utilización política y las pérdidas derivadas. 

Desde que el gobierno inició el Programa de Regularización del BNF, en 2005, se han realizado cambios continuos en la Gerencia General, varios cambios en las posiciones gerenciales nacionales, zonales y de sucursales, reduciendo personal y reemplazándolo con otro de mejor perfil, sin observarse un beneficio importante en el funcionamiento del banco, ni en los costos operacionales (salida de 287 servidores, de junio 2011 a junio 2012).

Los problemas de integración y estabilidad de los miembros del Directorio del BNF han incidido negativamente en la toma de decisiones y en el aporte que deben efectuar los comités técnicos. El  representante legal encargado ha rotado por cinco ocasiones desde junio 2009, limitando la definición y el desarrollo de las estrategias del Banco.

Por su condición de banco público y su protagonismo en la ejecución de políticas sociales, la administración del BNF ha sido afectada por la injerencia política. La falta de solución al contrato colectivo ha incidido en el compromiso del personal, retardando la implantación de mejores controles internos y afectando negativamente la gestión.

De otro lado, la dependencia de resoluciones o aprobaciones de otras entidades estatales, ha burocratizado la administración integral de riesgos y retardado la programación operativa y financiera. El BNF aplica siempre planes y presupuestos desactualizados, porque demora la aprobación de esos documentos por parte del Ministerio Coordinador de la Política Económica, el Banco Central del Ecuador (BCE) y el Ministerio de Relaciones Laborales. 

La gestión operativa está expuesta a resoluciones políticas que afectan la capacidad financiera del BNF y su rentabilidad. Históricamente, el retorno sobre los activos (ROA) se posiciona debajo de la rentabilidad promedio de la banca pública. Los ingresos operacionales no son suficientes para cubrir los gastos operacionales, lo que deriva en un margen operacional neto permanentemente negativo, aunque en el 2013 mejoró la situación hasta casi equilibrarse ingresos y gastos.

De acuerdo con la Resolución No JB-2002-465 de la Junta Bancaria, el BNF tiene la calificación de tipo internacional BBB-. Según ella: “Se considera que claramente esta institución tiene buen crédito. Aunque son evidentes algunos obstáculos menores, éstos no son serios y/o son perfectamente manejables a corto plazo”; pero, la realidad parece contradecir la calificación, por los datos ya enunciados y otros que se anota a continuación.

Según el Comité de Calificación de BankWatch Ratings S.A., con base en la información remitida por el BNF, relativa a su gestión y estados financieros internos no auditados, a septiembre 30 de 2013 y consolidados con Almacenera Guayaquil S.A. (Almaquil), la calificación  financiera  BBB- incorpora riesgos del entorno económico y sistémico que podrían afectar positiva o negativamente el riesgo crediticio de las instituciones del sistema. Por la naturaleza pública del BNF, la calificación considera al soporte del Estado como una fortaleza, que permite un nivel de solvencia adecuado al riesgo, fondeo con recursos de la inversión doméstica del Banco Central del Ecuador y ahorro público.

Los estados financieros del BNF, al 31 de diciembre de 2013, publicados por la Superintendencia de Bancos en el diario El Telégrafo del 19 de mayo de 2014, permiten concluir en lo siguiente: 

La solvencia se sigue contrayendo, producto de una débil estructura financiera, escasa utilidad operativa y déficit de provisiones, indicadores presentes desde años anteriores. 

La rentabilidad mejoró hasta diciembre del 2013, frente a lo que sucedía hasta el 2012, al punto que el BNF ya declara el último año utilidades anuales por cerca de 9 millones de dólares; pero, se soporta en ingresos extraordinarios que no son del giro normal del negocio.  Las pérdidas acumuladas suman cerca de 153 millones de dólares

El BNF, según, su auditor externo, tiene falencias en procesos y demora en el desarrollo tecnológico de herramientas para control de riesgo de crédito y la reingeniería de procesos en las áreas de crédito, negocios y judicial, por lo que todavía no evidencia resultados positivos de su aplicación. 

La carga de gastos de operación es pesada, derivando en una posición financiera débil para constituir provisiones adecuadas al riesgo asumido. 

Según BW, hasta septiembre de 2013, las colocaciones totales priorizaban las inversiones a largo plazo; pero, la cartera tenía un interés promedio de 10,6%, mientras la renta promedio de las inversiones era de solo el 3,1%, resultado gerencial y financiero ilógico. 

De otro lado, la contracción de la cartera productiva bruta (-1,9% anual), el deterioro del activo, el cambio de estructura del activo hacia rubros menos rentables, y la concentración de depósitos, volvían al BNF vulnerable frente a un evento de estrés sistémico. La cartera en riesgo crecía 16% anual, pero la morosidad total registraba 7,48% en diciembre 2013, después de haber sido mayor al 14% en el año anterior. 

El BNF ha disminuido su dinamismo en la colocación crediticia y su estructura es la más pesada en gastos de operación, con el mayor número de servidores para fines de intermediación, entre todas las entidades financieras públicas. 

Algunos de los resultados financieros del BNF a septiembre del año 2013 son:

            -           Cartera en riesgo por 156,2 millones de dólares, superior en cerca de
                        12 millones a la del año 2012.
            -           Cartera vencida y Cartera en riesgo sobre Cartera Bruta sumadas, por
                        poco más  de 220 millones, mayores en 10% que en el periodo 
                        precedente.
          -          Concentración de crédito en los 25 mayores deudores, del 44,2% de las                        obligaciones con el público, cuyo valor compromete el activo líquido
                       en 668%.
          -            Ingresos operativos netos de 85,1 millones de dólares, inferiores a los
                       ingresos comparables del año 2012 en 240 mil dólares.
         -             La gestión de activos y pasivos (GAP) revela continuos descalces de
                      plazo entre el activo y el pasivo, con una posición de liquidez vulnerable.

Algunos de los resultados operacionales y financieros a diciembre del 2013 son:

        -           Activos por cerca de 1.780 millones de dólares, casi iguales a los de 2012,
                    que incluyen la cartera de créditos (56%), inversiones (26,3%), fondos      
                    disponibles (8%) y otros (9,7%).
      -            Cartera de créditos, por casi mil millones de dólares, que registra sus
                   cifras mayores en Créditos para la Microempresa (54,6%) y Crédito
                   comercial (41,7%). Los otros créditos solo significan 3,7%.
      -            Inversiones que suman casi 468 millones de dólares y tienen sus rubros
                   mayores en las Inversiones mantenidas hasta su vencimiento, del Estado
                   o de entidades del sector público (72%) y en las Inversiones disponibles
                   para la venta, del Estado o de entidades del sector público (27,5%). Las      
                   otras inversiones suman 0,5%.    
     -            Capital social de 254,3 millones de dólares y Otros aportes patrimoniales  
                   por  234 millones que, junto con otros rubros, dan un patrimonio técnico 
                   primario neto de 487 millones de dólares.
    -             Pasivos por casi 1.400 millones de dólares, superiores a los del año  
                   anterior en el 8,2%, equivalentes al 78,5% de los activos. En los pasivos, el
                   rubro fundamental es el de Obligaciones con el Público (91,3%).
   -              Patrimonio de 381,7 millones de dólares, menor en 17 millones al del año
                  2012, cuyo rubro Capital Social, es de 254,3 millones de dólares (66,7%).
  -               Ingresos financieros por 137,1 millones de dólares, generados casi 
                  absolutamente por los intereses y descuentos ganados (95,7%).
  -              Gastos de operación de cerca de 81 millones de dólares, cifra un poco
                  mayor que la del año 2012, que llegó a 79 millones.
-               Utilidades por 9 millones de dólares, que contrastan con las pérdidas por
                1,7  millones del ejercicio 2012.
-              Provisiones para créditos incobrables que llegan a 148,6 millones de
               dólares, mayores en 15 millones a las del 2013.
-              Morosidad de la cartera total equivalente al 7,48%, muy alta en relación con  
               la   media de la banca en general, que se halla entre el 3% y el 4%.
-              Morosidad de las carteras de créditos de consumo y para la microempresa,
               que llegan al 19,79% y el 11,67%, cifras muy elevadas.
-              Rendimiento Operativo sobre Activo (ROA) de 0,51%, demasiado bajo.
-              Rendimiento sobre Patrimonio (ROE) de 2,25%, igualmente reducido.

Varios productos del BNF tienen tasas de interés preferenciales, no reajustables, al promover programas sociales gubernamentales. Las líneas de crédito originadas en esos programas no aportan al margen de interés, el ingreso es menor al costo operativo y la pérdida la asume el Ministerio o unidad ejecutora, mediante transferencias presupuestarias compensatorias. En los créditos con fondos propios y en función del objeto social del BNF, la tasa cobrada es menor a la tasa activa máxima fijada por el BCE.

El crecimiento acelerado, la expansión de operaciones y las nuevas responsabilidades en la administración integral de riesgo, exceden la capacidad tecnológica que está impulsando el BNF, y a la estructura para mitigar el riesgo de crédito. 

En consecuencia, debido a la situación financiera y operacional del Banco Nacional de Fomento (BNF), es urgente la acción del Estado para cambiar el estado actual de cosas.  

2. El Banco de Desarrollo Rural.- Se tiene conocimiento de que el Ministro de Agricultura, Ganadería, Acuicultura y Pesca (MAGAP), la Comisión Especializada Permanente de Soberanía Alimentaria y Desarrollo Agropecuario de la Asamblea Nacional y la Gerencia del BNF, se encuentran avanzando en la redacción de un proyecto de Ley para la creación del “Banco de Desarrollo Rural”. 

No es conveniente crear ese banco, que limitaría su actividad crediticia casi solo al sector agropecuario y a un área física restringida, porque reduciría el ámbito de acción del organismo que, de acuerdo con la norma constitucional del artículo 310, “se orientará de manera preferente a incrementar la productividad y competitividad de los sectores productivos que permitan alcanzar los objetivos del Plan de Desarrollo y de los grupos menos favorecidos, a fin de impulsar su inclusión activa en la economía”.  

El nuevo Banco debe tener capacidad para financiar proyectos de todos los sectores productores de bienes y servicios, hasta un cierto techo monetario por proyecto, para que los proyectos de mayor envergadura  los administre la CFN; pues, al país le corresponde elevar la competitividad de toda la producción nacional y para eso no basta con impulsar un sector, el agropecuario, y el área rural, sino todas las actividades que impulsen la agroindustria y que son parte del cluster de cada uno de los productos; aparte de otras producciones industriales y todos los servicios que se necesiten para que la producción nacional llegue al mercado mundial, que es donde puede y debe obtener un mejor beneficio.

En la actual situación internacional, no basta con crear las mejores condiciones de toda índole, entre ellas la financiera, para exportar, por ejemplo, solo la producción de banano; sino que hay que elevar rápidamente la producción y la competitividad de los bienes y servicios necesarios para que el banano llegue al mercado mundial en las mejores condiciones de cantidad, precio, calidad y oportunidad de acceso a cada mercado. 

Entonces, lo que hay que desarrollar, aparte de la actividad bananera, es la producción de abonos, plaguicidas, fundas plásticas, cintas transportadoras, cajas de cartón y su impresión, grapas, centros de acopio y empaque, procedimientos de selección,  laboratorios de investigación y de certificación de la calidad, camiones refrigerados, servicios viales y portuarios, sistemas de comunicación, mecanismos de capacitación del personal operativo y administrativo, vías de acceso a las plantaciones, etc. 

Igual que en el ejemplo del banano, habría que proceder para otros productos y eso no se puede efectuar si no hay comunidad de acciones del gobierno y las empresas privadas, que deben trabajar en un clima de confianza en la permanencia a largo plazo de reglas de juego que garanticen que el esfuerzo emprendedor va a ser premiado y no castigado con excesos tributarios, controles desmedidos y medidas punitivas exageradas. 

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domingo, 10 de agosto de 2014

ACUERDO ECUADOR - UNIÓN EUROPEA



BOLETÍN 81: ACUERDO ECUADOR – UNIÓN EUROPEA

Eco. Luis Luna Osorio MBA            AGOSTO 11 de 2014

Por fin, luego de siete largos años de mantener una posición equivocada (que ya la tenía desde sus tiempos de docente universitario), el Presidente de la República ha dado el brazo a torcer y ha aceptado comprometer al país en el Acuerdo Comercial Multipartes, o como lo denominen, entre el Ecuador y la Unión Europea.

El responsable de este Blog expresa sus felicitaciones al equipo negociador y especialmente al Ministro de Comercio Exterior Francisco Rivadeneira, quien, desde sus tiempos de Viceministro en la Cancillería, fue minando el terreno de los opositores y logró este objetivo, primer paso muy importante para llegar en algún momento, ojalá en el transcurso del 2016, a poner en vigencia el Acuerdo.

El documento principal debe establecer bases muy importantes para el desarrollo del comercio del Ecuador con la Unión Europea; pero, su articulado no  debe tener grandes diferencias de texto con las decenas de acuerdos firmados por los europeos con otros países, en especial con Colombia y el Perú; aunque evidentemente debe contemplar, en el anexo o los anexos, trato especial directamente relacionado con la estructura productiva nacional, mencionado en parte por el Presidente y el Ministro Rivadeneira, como la base de 400 mil dólares desde la cual podrán participar interesados europeos en compras públicas o los más de 100 productos agrícolas (como arroz, maíz, papa, carnes, cereales y sus derivados), que quedarían al margen del Acuerdo o tendrían condición especial. 

El autor de este boletín, sin embargo, no deja de sentir preocupación porque no haya todavía claridad, con respecto a si las preferencias arancelarias que recibe el país de la Unión Europea van a tener continuidad en el 2015, si hay un efectivo compromiso de la Comisión Europea para que estas se integren totalmente o sean incluso mejoradas en el Acuerdo, si el gobierno ecuatoriano va a subsidiar a los exportadores beneficiarios de las preferencias en el periodo en el que estas no se apliquen por parte de la Unión Europea; y, si ese subsidio va a ser permitido por los países importadores o no va a ser demandado en la OMC por los competidores.  

En todo caso, ya que hay un compromiso y unos textos en firme del Acuerdo Comercial, corresponde su análisis gubernamental y privado detenido, y el ajuste de la normativa nacional, en todo lo que sea necesario, a las nuevas obligaciones emanadas de ese instrumento; además, se debe presionar por la pronta decisión europea sobre las preferencias. 

Posiblemente haya que hacer reformas constitucionales o por lo menos legales, en temas en los que el gobierno tiene posiciones opuestas o diferentes a las que tiene la Unión Europea. Y esas reformas no solo tienen que ver con el comercio de bienes, que generalmente se cree que es la materia principal de estos acuerdos, sino con otros temas políticos, económicos y hasta institucionales. Para los europeos son fundamentales, como ejemplos, el respeto a los derechos humanos, la libertad de prensa, el derecho a la defensa de los acusados de delitos, la clara distinción entre lo que puede ser la calumnia y un comentario sobre la vida pública de los altos funcionarios; o, la ofensa a la “majestad” de la autoridad y la manifestación de desagrado con sus acciones. 

De otro lado, hay que tener en cuenta que el Ecuador debe abrir su mercado a productos europeos, tal y como los europeos lo van a hacer con relación a los productos nacionales. En este sentido, hay que considerar que, mientras ellos producen y exportan miles de bienes y servicios de tecnología avanzada, el Ecuador solo produce y exporta en valor importante unos pocos productos agropecuarios y agroindustriales, más unas pocas manufacturas y artesanías. 

En relación con lo que viene de Europa, hay que decir claramente que al país le ha interesado siempre, y ahora con mayor razón, importar libre de restricciones maquinaria pesada, equipo de transporte, químicos y medicinas, insumos agropecuarios y otros bienes de alta calidad. Eso significa que el país gana, al abrir su mercado oficialmente y por medio del Acuerdo a los productos de esa clase. Pero, a ello se suman servicios de alta tecnología, en los que se encuentran los de telecomunicaciones, financieros, electrónicos, informáticos y de transporte internacional marítimo y aéreo, que son los que mueven el comercio mundial y en los que el Ecuador estará por mucho tiempo dependiendo de los abastecimientos externos, ya sean europeos o de otras nacionalidades. 

Por otra parte, la seguridad de que habrá mercado europeo para la producción ecuatoriana, abrirá las puertas nacionales a la inversión extranjera de diferentes orígenes, orientada a abastecer ese mercado, lo que traerá aparejada tecnología de punta o por lo menos, adaptable a las necesidades nacionales. 

Con respecto a los productos nacionales, es muy importante, por ejemplo, que el Ecuador reciba el mismo tratamiento que Colombia y otros países en la importación europea de banano; pues, en los últimos tiempos había una discriminación que afectaba las ventas y que era necesario superar. En relación con la pesca y varios productos elaborados de ella, es esencial que el Ecuador mejore las condiciones de calidad de la exportación, pues las autoridades europeas, como es lógico, son muy celosas con respecto a exigir que, los alimentos que ingieren sus ciudadanos, tengan las máximas seguridades de calidad y sanidad. 

Para otros productos, hay que considerar que la Unión Europea aplica normas de calidad muy exigentes, y que obtener los certificados necesarios para ingresar al mercado europeo lleva bastante tiempo. De manera que los exportadores potenciales, cuyas perspectivas se abren de manera importante con este Acuerdo, deben desde ya iniciar las acciones internas y externas (obviamente, con el concurso oficial), para informarse sobre los requisitos europeos específicos de importación, superar sus eventuales deficiencias y estar listos a conquistar el mercado europeo, apenas sea posible, bajo los nuevos términos.  También hay que tener presente que la Unión Europea sirve de puente para exportar hacia otros destinos y que entre ellos está la Federación Rusa, mercado atractivo para muchos de los productores nacionales. 

Naturalmente, no cabe esperar que los micro y pequeños empresarios (salvo contadas excepciones), puedan acceder a la exportación hacia Europa individualmente. El gobierno y los organismos públicos y privados de fomento de la producción y promotores de las exportaciones, deben utilizar una serie de mecanismos, para hacer que esos empresarios acudan corporativamente a un mercado sofisticado, pero que una vez logrado va a dar excelentes réditos. Una primera forma es la de capacitarlos en lograr competitividad de su producción, y dentro de ella la calidad que cumpla con las normas europeas; otra, es organizar consorcios de exportación; una tercera es efectuar misiones comerciales sectoriales; y, una cuarta puede ser la de llevar, con cargo parcial a recursos del Estado, a los empresarios con mayores posibilidades de éxito, a ferias especializadas europeas, dándoles todo el apoyo oficial logístico que sea menester, incluso en cuanto se refiere al diseño y presentación de sus “productos totales” o sea de los bienes de exportación, junto con los envases, empaques y demás útiles que se requieren para la exportación a Europa; y, hasta optimizando su comportamiento como negociadores, viajeros internacionales y turistas. 

Se abre un mercado de más de 500 millones de consumidores de alto ingreso  y de exigencia muy alta para los productos que consume. De manera que en el Ecuador hay que elevar mucho la productividad nacional, lo que implica la efectividad del gobierno y la competitividad de los empresarios, en cantidad, precio, calidad y oportunidad de acceso al mercado, para que los términos del Acuerdo no queden  en letra  muerta en cuanto al incremento de las exportaciones nacionales. Buena señal es el incremento de las operaciones del aeropuerto de Tababela para las exportaciones aéreas y el inicio del funcionamiento de la nueva autopista para llegar a él.


En este periodo de gobierno, las exportaciones FOB totales del país han crecido desde 14.321 millones de dólares en el 2007 hasta casi 25 mil millones en el 2013, incrementándose en el 75 por ciento; mientras que las cifras comparables hacia la Unión Europea han crecido desde 1.812 millones de dólares, hasta 3.051 millones, elevándose en el 68 por ciento, con un ritmo inferior al de las ventas totales, de todas maneras significativo. Hay que señalar que hacia Europa no se exporta petróleo ni sus derivados y que la participación relativa de la Unión Europea crece dinámicamente cuando se miran solamente las exportaciones no petroleras. Por otro lado, los países que efectúan las mayores compras son Italia, España y Holanda, tanto en el 2007 como en el 2013, representando en conjunto, en el último año, el 54 por ciento de las exportaciones por países. En eso tiene que ver la “demanda de la nostalgia” de los emigrados nacionales. 

Hay que destacar que las exportaciones actuales a la UE casi son una tercera parte de las totales no petroleras; que casi un millar y medio de empresas nacionales venden sus productos en el mercado europeo; y, que, en ellas hay muchas pequeñas y medianas empresas.  Hay que indicar también, que el banano lidera las exportaciones nacionales a la UE en el 2013, con cerca de un mil millones de dólares; seguido de las conservas de atún, con 724 millones; los camarones, con 625 millones; los extractos de café, con 143 millones; y, que hay otros productos que se abren paso poco a poco. 

El Acuerdo Comercial Multipartes, finalmente, abre la posibilidad de que el Ecuador negocie de inmediato otros acuerdos, con bloques o países de interés, sobre las mismas bases que lo hizo con la Unión Europea; pero, sobre todo, exige preparación estatal y privada para hacer que esos acuerdos impulsen fuertemente el desarrollo nacional en un marco de estabilidad democrática, seguridad jurídica, efectividad del Estado en el cumplimiento de sus responsabilidades y competitividad de los empresarios en la producción de bienes y servicios.

El Ecuador debe aprovechar que la Unión Europea, hacia el 2020, según dijo hace muy poco José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión Europea, poseerá “… una economía inteligente, sostenible e integradora…”, tres prioridades que se refuerzan mutuamente y que  contribuirán a que la UE y sus Estados miembros generen altos niveles de empleo, productividad y cohesión social, requiriendo una ampliación sustancial de sus relaciones comerciales y económicas en general con terceros países, entre ellos el Ecuador, para satisfacer una demanda creciente de diversos productos.   

Esas relaciones comerciales y económicas tendrán que ver con  la inversión en proyectos de interés conjunto del Ecuador y la UE, la generación y transferencia de tecnología de punta, el desarrollo de producciones con los más altos estándares de calidad, la exportación e importación de bienes y servicios competitivos, el perfeccionamiento de los sistemas logísticos destinados a vincular más y mejor a las partes, la capacitación de los administradores y trabajadores en las diversas áreas del conocimiento, etc., la cooperación gubernamental en los diversos foros de discusión de los problemas comerciales y económicos de carácter mundial. 

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