miércoles, 25 de julio de 2018

Boletín 173: EL COMERCIO EXTERIOR DEL ECUADOR A 2017


Este análisis del comercio exterior del Ecuador se basa especialmente en las cifras del Banco Central del Ecuador, constantes en su Boletín 1996 de junio 2018.

EXPORTACIONES FOB POR PRODUCTO PRINCIPAL. Desde 1973, o sea desde hace 45 años, las exportaciones nacionales dependen, en alrededor de sus tres cuartas partes, mayoritariamente del petróleo y de muy pocos productos agropecuarios y pesqueros, lo que indica que las exportaciones industriales representan alrededor de la otra cuarta parte. Han crecido las cifras absolutas, pero las relativas dicen mucho de la incapacidad nacional para cambiar la estructura de las exportaciones hacia productos de importante valor agregado.

En el mundo, el Ecuador es el primer exportador de banano, uno de los más importantes exportadores de camarón, el primer productor de rosas de calidad, el mejor productor de cacao de aroma, un muy importante productor y exportador de quinua, es el origen del “panamá hat”, pero apenas representa alrededor del 1 por mil de la exportación mundial. En el mercado petrolero es absolutamente marginal, aún cuando pertenece a la OPEP.

El año de mayor registro de las ventas nacionales fue el 2014, con 25.724 millones de dólares, cifra que ha desmejorado para llegar en el 2017 a sumar 19.122 millones (74,3%). ¿La causa más importante? La reducción de los precios del petróleo y de otros productos en el mercado mundial, por el lento crecimiento de la demanda de los países importadores.  

En el año 2017 constan, en orden de importancia como productos de exportación: petróleo (32%), camarón (16%), banano (16%), otros productos del mar (6,3%), flores naturales (4,6%). Cinco productos representan el 75% de las ventas totales.

Es importante señalar que las exportaciones de banano, camarón y flores no son agropecuarias solamente, porque parten de producciones que se efectúan con tecnologías de punta y que, dado su componente industrial, en muchos casos aportan valor agregado mayor que algunas manufacturas que se venden al exterior, que son básicamente ensambles o maquilas.

Entre los productos industriales, las exportaciones más importantes son los derivados del petróleo; en 2013 sumaron 696 millones de dólares, bajaron en el 2014 a solamente 260 millones, pero se han recuperado y en el 2017 llegaron a 724 millones. Lamentablemente, todos los demás rubros importantes (café elaborado, elaborados de productos del mar, elaborados de cacao, harina de pescado, químicos y fármacos, manufacturas de metales, manufacturas de textiles) excepto los sombreros de paja toquilla, tuvieron bajas en sus ventas desde 2013 hasta 2017, por diversos motivos. Por ejemplo, en el caso de los automóviles, por el cierre de los mercados colombiano y venezolano, el primero en especial por efecto del Acuerdo con la Unión Europea y el segundo por la crisis económica en que se debate ese país. El rubro Otros, se ha incrementado, pero apenas de 1.347 millones de dólares a 1.425 millones, habiendo en este último año registrado un valor más bajo que en 2016, pese a los esfuerzos públicos y privados por diversificar la oferta exportable y hacerla llegar a los mercados externos.

EXPORTACIONES NO TRADICIONALES. El BCE califica como exportaciones no tradicionales a las flores. El autor de este blog repite lo que ha dicho muchas veces, en el sentido de que, si las flores se exportan desde hace más de 30 años, ya son tradicionales. El criterio que prime en el análisis altera mucho las conclusiones, porque las flores suman cerca de 900 millones de dólares de exportación en 2017. Con las cifras ajustadas según el criterio del autor, las exportaciones no tradicionales reducen su participación en forma significativa: del 46,3 por ciento a solamente el 31,3 por ciento en el 2015; del 43,1 por ciento a únicamente 27,9 por ciento en el 2016 ciento y de 41,7 por ciento a 24,9 por ciento en el 2017, lo que estaría demostrando que las políticas de promoción de exportaciones de los gobiernos y sobre todo el ningún esfuerzo exportador del último (salvo la firma del Acuerdo con la UE), no han dado el resultado necesario y que, tanto las cifras absolutas como los porcentajes de exportación de bienes no tradicionales, han caído en el trienio último de manera persistente.

Las exportaciones no tradicionales representaron los siguientes porcentajes frente al valor total de exportaciones, en el año 2017, en orden de importancia: otras manufacturas de metal (3%), extractos y aceites vegetales (2,3%), productos mineros (2,2%), madera (2%), elaborados de banano (1,2%); manufacturas de cuero, caucho y plástico (1,2%); químicos y fármacos (1,1%), jugos y conservas de frutas (1%), harina de pescado (0,9%), frutas (0,8%), vehículos (0,6%), maderas terciadas y prensadas (0,5%), manufacturas de papel y cartón (0,5%), otras manufacturas textiles (0,5%), tabaco en rama (0,5%), otros elaborados del mar (0,3%), fibra de abacá (0,2%), prendas de vestir de fibras textiles (0,1%).

Pesan aquí las exportaciones no tradicionales primarias y aquellas industriales cuyo valor agregado nacional es pequeño. Entre las primeras, madera. frutas, tabaco en rama, abacá; entre las otras, casi todas las demás, excepto algunas manufacturas de caucho y plástico, químicos y fármacos, manufacturas de papel y cartón, prendas de vestir de fibras textiles.

Además, también aquí hay productos tradicionales incluidos en los no tradicionales; por ejemplo, madera, frutas, químicos y fármacos (LIFE ya exportaba en los años sesenta del siglo XX a Centroamérica), tabaco en rama. 

También hay que señalar que, un porcentaje importante de las exportaciones de manufacturas va hacia Colombia, en razón de que, desde 1992, funciona la Zona de Libre Comercio de la Comunidad Andina y no hay que pagar aranceles a la importación de los productos con origen nacional, lo que crea un margen de preferencia a favor del país; y, que, en el caso de los vehículos, además de eso hay un acuerdo entre las transnacionales del ramo o al interior de esas empresas, para que los vehículos de menor cilindrada venda el Ecuador a Colombia y Colombia al Ecuador los de cilindrada intermedia, no obstante que, si se aplicaran normas de origen en forma rigurosa, ninguno de los dos países cumpliría con ellas, porque su componente nacional es bajo, debido a que motores, cajas de cambio y partes importantes de los chasís se importan desde terceros países en los llamados CKD.

EXPORTACIONES SEGÚN INTENSIDAD TECNOLÓGICA. Este análisis nos indica que, en el año 2017, las exportaciones de bienes industrializados basados en recursos naturales alcanzaron los 3.492 millones de dólares, los de baja tecnología sumaron 356 millones de dólares, las de tecnología media llegaron a 308 millones y las de alta tecnología registraron 195 millones. Tal información permite establecer que el país tiene una enorme falencia en cuanto a la posibilidad de exportar bienes de alto valor agregado y que el esfuerzo a realizar para mejorar las condiciones actuales es enorme.

EXPORTACIONES POR CONTINENTE, ÁREA ECONÓMICA Y PAÍSES. Desde siempre, son contados con los dedos de una mano los países a los que llegan los productos nacionales, estando Estados Unidos en primer lugar y luego los vecinos y Chile. La razón es que la producción nacional no es variada, es de pocos bienes industriales y servicios solo orientados al mercado interno, por lo que no hay rutas ni medios de transporte adecuados para llegar con facilidad a otros lugares y entonces los fletes se vuelven caros y las oportunidades de acceder a los mercados son pocas; las mayores transacciones financieras se hacen por la banca internacional, las telecomunicaciones son casi monopolizadas por firmas foráneas, la consultoría más importante se contrata con firmas del exterior, se invierte mucho dinero en educación y capacitación en entidades de fuera del país.

En 2017, las exportaciones nacionales, de 19.122 millones de dólares, fueron a América en casi el 60%, a Europa en cerca del 22%, al Asia en el 18,8% y a África y Oceanía en cantidades mínimas. Por regiones y países se dirigieron a Estados Unidos en el 31%, a la Unión Europea en el 16,6% los países de la ALADI que no participan en la Comunidad Andina en el 15% (Chile 6,5% y Panamá 4,9%) y a Colombia (4%) y el Perú (6,7%), también partes de la ALADI, en cerca del 11%. A China llegó el 4% y al Japón el 2%.

IMPORTACIONES FOB Y CIF POR USO O DESTINO ECONÓMICO. La demanda nacional por importaciones abarca casi todo el arancel. En 2017, las importaciones CIF sumaron 20 mil millones de dólares y se estructuraron con bienes de consumo duraderos (9,7%) y no duraderos (12,5%); combustibles y lubricantes (16,7%); materias primas agropecuarias (6%), industriales (27%) y para la construcción (2,4%); bienes de capital para las actividades agropecuaria (0,7%), industrial (17,1%) y del transporte (6,5%).

Muchas de las importaciones, especialmente de bienes de consumo, se pueden sustituir y para eso se requiere una excelente política estatal, favorable a la inversión en términos legales, financieros y de promoción interna y externa de proyectos. Las importaciones de combustibles y lubricantes se pueden reducir en función de políticas que hagan posible la refinación nacional del petróleo y la obtención de gas, el uso de energías alternativas y la eliminación de subsidios innecesarios. Siempre habrá productos que no se podrán producir competitivamente en el país, ya sea porque se carece de ciertas materias primas en la cantidad o la calidad requeridas, el tamaño del mercado no lo permite o el nivel tecnológico no lo consiente. Todas las importaciones necesarias para la producción agropecuaria, las medicinas y otros productos necesarios para la salud, los libros y los equipos informáticos deberían importarse con arancel cero. Para el resto, habría que aplicar el arancel externo común de la CAN, de 5% para materias primas sin mayor grado de elaboración, 100% para materias primas elaboradas, 15% para partes y piezas de maquinarias y equipos y 20% para todo lo demás, excepto vehículos de trabajo, que deberían ingresar sin arancel y autos, que, según su valor FOB deberían tener aranceles crecientes. 

IMPORTACIONES SEGÚN INTENSIDAD TECNOLÓGICA. Contrariamente a lo que sucede con las exportaciones, las importaciones responden a intensidades tecnológicas media y alta fundamentalmente, porque lo que necesita el país para su desarrollo es maquinaria industrial, equipos, vehículos de transporte de personas y carga especializados, maquinaria para la construcción. Muchos de esos bienes no es posible producir en el país por falta de capacidad tecnológica, otros no se fabrican por el tamaño de la escala nacional y los terceros, debido a que, las materias primas para su fabricación no existen en el Ecuador.

En el año 2017, las importaciones de bienes basados en recursos naturales sumaron 5.559 millones de dólares, las de tecnologías de baja intensidad llegaron a 2.168 millones de dólares, las de intensidad media registraron 7.017 millones y las de alta intensidad fueron de 2.703 millones.  

IMPORTACIONES CIF POR CONTINENTE, ÁREA ECONÓMICA Y PAÍSES. Entre los años 2013 y 2017 las importaciones se redujeron de 27 mil millones de dólares a 20 mil millones. América fue el origen del 60 por ciento de las compras nacionales, Asia envió el 26 por ciento y Europa el 13 por ciento, dejando al resto del mundo el 1 por ciento.

Los países que más abastecieron las necesidades ecuatorianas de 2017 fueron: Estados Unidos (22,6%), China (15,3%), Colombia (8,6%), Panamá (6,4%) y Brasil (4,3%).

Las importaciones desde Estados Unidos se redujeron de 7.755 millones de dólares en 2013 a solamente 4.532 millones en 2017. Las procedentes de China bajaron de 3.476 millones a 3.064 millones. Las de Colombia disminuyeron en alrededor de 500 millones, al descender de 2.288 millones a 1.715 millones. Las de Panamá también perdieron la cantidad colombiana, al reducirse de 1765 millones a 1274 millones. Las compras al Brasil se mantuvieron en 870 millones.

Para que se produzca la reducción de las importaciones, debido al menor flujo de dólares por exportaciones, el gobierno tuvo que adoptar varias medidas, entre ellas las de modificar frecuentemente los aranceles ad valorem e incluso imponer aranceles específicos, determinar cupos de importación a varias mercaderías, establecer salvaguardias monetarias o de otra índole, aumentar los controles en frontera para ciertos bienes, prohibir el ingreso de algunas mercaderías por las fronteras y limitar las compras familiares en los duty free.   

Varias de esas medidas fueron observadas y en algunos casos levantadas por los organismos internacionales que se preocupan de que el comercio regional o mundial se realice en el marco de los convenios internacionales y el Ecuador quedó marcado como país que incumple normas libremente aceptadas en la Comunidad Andina y en la Organización Mundial del Comercio.

Las balanzas comerciales del Ecuador para el periodo 2013 a 2017 fueron en tres oportunidades negativas y en dos positivas, considerando exportaciones e importaciones FOB. En el año 2013 la balanza fue negativa en poco más de mil millones de dólares; se redujo el año siguiente a solo 723 millones, pero ascendió a casi 2.130 millones en el 2015. El año 2016 el saldo de la balanza comercial fue positivo en 1.247 millones de dólares y en el 2017 apenas llegó a 89 millones de dólares positivos.

El índice de los términos del intercambio, que en 2013 y 2014 fue positivo, porque significaba que los precios de exportación eran mucho mejores que los de importación (128/100 en el primer caso y 120 en el segundo), debido especialmente a los precios del petróleo, cayó de manera significativa en los tres años siguientes, con registro de 92/100 en 2015, 87,9/100 en 2016 y 95,6/100 en 2017.

El índice de cobertura, o sea la capacidad de las exportaciones para cubrir las importaciones, fue de 95,8% en 2013, subió a 97,3% en 2014, se deterioró en 2015 a 89,6% y se elevó a 108% en 2016, para marcar 108% en 2017, aliviando un tanto el problema nacional en este campo.

La esperanza es que el precio del petróleo, que ha vuelto a subir en los últimos tiempos, mejore la relación de exportaciones e importaciones, porque la economía dolarizada depende del monto de dólares que ingresa, para pagar la deuda externa y financiar algunas inversiones.

martes, 10 de julio de 2018

BOLETÍN 172: LA TERCERA EDAD EN EL ECUADOR


Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el año 2017, en el mundo se registraron 962 millones de personas mayores a 60 años. Se espera que esa cantidad aumente en el 2050 a 2.100 millones y en 2100 se eleve a 3.100 millones. El "rápido envejecimiento" ocurrirá en todos los continentes, que, excepto África, tendrán casi un cuarto o más de su población en edades mayores a 60 años.

Lo mencionado se debe especialmente al avance de la medicina, que permite mantener vivos a los ancianos por mucho más tiempo que en épocas pasadas. Tales datos son de enorme importancia económica y social mundial, porque los estados, las familias y las personas que arriban a la categoría de “adultos mayores·” deben prepararse para enfrentar con éxito tal situación, con sistemas de seguridad social eficientes, mejor atención de la salud, mayor ahorro y solidaridad familiar, más medios de recreación de esa población objetivo. 

Por continentes, Europa tiene el mayor porcentaje de población de 60 años o más (25%). En Latinoamérica y el Caribe el 12 % de la población corresponde a los adultos mayores de 60 años. Es decir, en esta región hay 77 millones de personas de la llamada “tercera edad”. 

En Ecuador, el 10 % de la población humana de 16,2 millones, corresponde a las personas de más de 60 años. Es decir, hay un total de 1,62 millones de adultos mayores, número que, hasta el año 2030 y después, se prevé crecerá rápidamente.  El incremento de la esperanza de vida en el país (a 75 años), sumado al avance de los tratamientos médicos y a la posibilidad de diagnosticar enfermedades de forma temprana, incide directamente en el aumento acelerado de la población de la tercera edad. Dentro de las proyecciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la esperanza de vida para el 2050 subirá a 80,5 años en promedio para los hombres, mientras que para las mujeres será de 83,5 años.

Desde un punto de vista económico, habría cuatro clases de adultos mayores. Aquellos que siempre tuvieron o con su esfuerzo lograron recursos suficientes para vivir sin ningún problema financiero toda la vida; los que, pese a su avanzada edad, siguen trabajando en sus negocios o como empleados y obtienen ingresos satisfactorios; los que tienen una jubilación con el Seguro Social, que les permite vivir modestamente y sin mayores sobresaltos mientras no se produzcan enfermedades graves; y, los que carecen de jubilación y están sujetos totalmente al apoyo familiar o estatal, a la caridad pública o viven en la miseria como grupo muy vulnerable.

Las dos primeras agrupaciones no significan problema para el Estado. Sus recursos propios les permiten gozar de la vida o al menos pasarla sin grandes complicaciones financieras.

En el tercer grupo, muchos de los jubilados con el IESS, especialmente los de menos años, buscan un trabajo que les permita mejorar su estándar de vida, pero les es difícil y hasta imposible conseguirlo, porque tanto el Estado como las empresas privadas, contratan casi exclusivamente a personas menores de 40 años, sobre todo por el dominio de ciertas habilidades tecnológicas de las cuales carecen las personas mayores. Además, en general y lamentablemente, los miembros de este grupo, cuando están afectados por enfermedades graves, se sienten huérfanos del apoyo necesario de esa institución, porque les asigna las consultas médicas para después de 30, 60 y hasta más días luego del pedido; no hay las medicinas que necesitan y deben comprarlas; los equipos para exámenes urgentes están dañados y hay que concurrir a laboratorios privados; o, porque, si se necesita operaciones urgentes, no hay camas disponibles y hay que pagar en clínicas privadas.

De la población de más de 60 años, el registro para el año 2013 señalaba que el 45% vivía en condiciones de pobreza y extrema pobreza (424.824), el 42% vivía en el sector rural (395.180), el 14,6% de hogares pobres se componía de un adulto mayor que vivía solo (137.830); el 14,9% era víctima de negligencia y abandono familiar y el 74,3% (708.040) no accedía a seguridad social de nivel contributivo. [1]_/

Frente a esa grave situación, a diciembre de 2015, el programa de los pensionistas adultos mayores receptores del bono de desarrollo humano, poseía el mayor número de beneficiarios del total de usuarios, 525.899 (47,9%), lo que significaría que se estaba atendiendo al total numérico de los necesitados de ese apoyo.  [2]_/

Para esa fecha, la provincia con mayor número de usuarios del BDH era el Guayas, con un total de 82.399 familias usuarias (18,6% del total nacional), seguido de Manabí (16,8%) y Los Ríos (9,2%). De otro lado, el 51,1% de los usuarios estaba ubicado en el área rural, con un total de 226.874 familias. El mayor número de beneficiarios del área rural estaba en Manabí (32.614 familias) y el mayor número de usuarios del área urbana estaba en Guayas (61.577 familias).

Además, a fines de 2017, casi 80 mil personas de 65 años en adelante, según el MIES, eran atendidas en 14 centros estales gerontológicos, a los cuales se destinaba 30 millones de dólares, pero estas instalaciones eran insuficientes, por lo que se proyecta la construcción de otros 43 centros de su tipo, para acoger a más personas vulnerables. Un estudio determinó que es preciso intervenir de forma inmediata, por la cantidad de usuarios potenciales, en Colta (Chimborazo); Déleg (Cañar), Cuenca (Azuay), Santa Lucía (Guayas) y Paltas (Loja). [3]_/

Ahora bien, la primera preocupación de todos los que estamos en la tercera edad y pasamos por los años “del descuento”, es la cada vez mayor proximidad del viaje final. Como dice un amigo, la fila para abordar el viaje sin retorno se mueve todos los días más rápido y los que van adelante son menos. En todo caso, hay que estar en paz con Dios y saber que, cuando llegue la hora, se ha cumplido la misión en la Tierra y no se lleva remordimientos ni deudas morales con nadie. Lo que sí se requiere es una cantidad importante de dinero, para sufragar los gastos del funeral, porque hasta para morirse ahora hay que tener plata disponible. Si se ha acumulado una fortuna, para ahorrar molestias y enemistades entre los posibles beneficiarios, será mejor dejar definido y explicado el reparto de los bienes.

La segunda preocupación es el tipo de camino que deberemos recorrer hasta la meta. No sabemos si un día cualquiera, en un minuto cualquiera, el corazón nos falle y, sin molestar a nadie, abandonemos este mundo; o, si por el contrario, nos esperan días, meses, años, de sufrimiento, debido a una larga enfermedad que no deseo para nadie.

El perfil epidemiológico de los miembros de la tercera edad está caracterizado por el incremento de las enfermedades no transmisibles (ENT); entre ellas, la diabetes, las afecciones cardiovasculares y pulmonares, los distintos tipos de cáncer, que en este grupo etario son consideradas crónicas. Justamente, estas cuatro patologías son las principales causas de muerte de los ecuatorianos. El problema es que, generalmente, este grupo objetivo padece enfermedades crónicas que, asociadas a otras dolencias (osteoporosis, problemas dentales, enfermedades mentales) demandan una mayor cantidad de médicos especialistas y tratamientos especiales… Sin proyectar mucho el tiempo, actualmente los consultorios y las salas de emergencia del país ya suelen “abarrotarse” de pacientes de la tercera edad. En su mayoría, son casos relacionados a enfermedades crónicas. [4]_/

La tercera preocupación, sobre todo en el caso de los ancianos enfermos, es que, junto a los problemas de salud llegan las angustias económicas y eventualmente la pérdida total o importante del patrimonio familiar. Una consecuencia es la dependencia de los hijos u otros familiares para vivir con ellos o esperar que sufraguen los gastos. Lo primero es complicado por la intervención de terceras personas en las decisiones al respecto; lo segundo es difícil si es que los potenciales sufragantes no cuentan con fondos propios excedentes.

Para atender, al menos parcialmente, los problemas de los adultos mayores, como los de todos los ciudadanos, está el Estado, especialmente cuando se trata de la población más vulnerable.

Por ello, la Constitución del Ecuador, en sus artículos 35 al 38, determina los derechos de “Adultas y adultos mayores” con edades superiores a 65 años, ordena establecer políticas favorables a ese grupo etario y señala que el Estado tomará una serie de medidas destinadas a ejecutar esas políticas. 

El artículo 37 señala: El Estado garantizará a las personas adultas mayores los siguientes derechos: La atención gratuita y especializada de salud, así como el acceso gratuito a medicinas; el trabajo remunerado, en función de sus capacidades, para lo cual tomará en cuenta sus limitaciones; la jubilación universal; rebajas en los servicios públicos y en servicios privados de transporte y espectáculos; exenciones en el régimen tributario; exoneración del pago por costos notariales y registrales, de acuerdo con la ley; y, acceso a una vivienda que asegure una vida digna, con respeto a su opinión y consentimiento.
Por su parte, el artículo 38 de esa Constitución ordena: El Estado establecerá políticas públicas y programas de atención a las personas adultas mayores, que tendrán en cuenta las diferencias específicas entre áreas urbanas y rurales, las inequidades de género, la etnia, la cultura y las diferencias propias de las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades; asimismo, fomentará el mayor grado posible de autonomía personal y participación en la definición y ejecución de estas políticas.

En particular, el Estado tomará medidas de:

1. Atención en centros especializados que garanticen su nutrición, salud, educación y cuidado diario, en un marco de protección integral de derechos. Se crearán centros de acogida para albergar a quienes no puedan ser atendidos por sus familiares o quienes carezcan de un lugar donde residir de forma permanente.                                         
2. Protección especial contra cualquier tipo de explotación laboral o económica. El Estado ejecutará políticas destinadas a fomentar la participación y el trabajo de las personas adultas mayores en entidades públicas y privadas para que contribuyan con su experiencia, y desarrollará programas de capacitación laboral, en función de su vocación y sus aspiraciones. 
3. Desarrollo de programas y políticas destinadas a fomentar su autonomía personal, disminuir su dependencia y conseguir su plena integración social. 
4. Protección y atención contra todo tipo de violencia, maltrato, explotación sexual o de cualquier otra índole, o negligencia que provoque tales situaciones. situaciones.        
5. Desarrollo de programas destinados a fomentar la realización de actividades recreativas y espirituales.                                                                                                              
6. Atención preferente en casos de desastres, conflictos armados y todo tipo de emergencias.         
7. Creación de regímenes especiales para el cumplimiento de medidas privativas de libertad. En caso de condena a pena privativa de libertad, siempre que no se apliquen otras medidas alternativas, cumplirán su sentencia en centros adecuados para el efecto, y en caso de prisión preventiva se someterán a arresto domiciliario. domiciliario.   
8. Protección, cuidado y asistencia especial cuando sufran enfermedades crónicas o degenerativas.                                                                                              
9. Adecuada asistencia económica y psicológica que garantice su estabilidad física y mental.

La ley sancionará el abandono de las personas adultas mayores por parte de sus familiares o las instituciones establecidas para su protección.

Con esos antecedentes, para el Estado y especialmente para el Gobierno nacional, es fundamental ejecutar acciones que lleven hacia esos objetivos, asignar los recursos financieros necesarios anualmente y definir la clase y calidad de los servicios a prestar, de los requeridos por los adultos mayores, en función de la seguridad social que necesitan.
Todos los planes y programas dirigidos a la tercera edad son bienvenidos, provengan del gobierno central, de las prefecturas o de los municipios. Cuatro tipos especiales de ayuda a los más necesitados son los que les entregan dinero, atienden la salud, aportan para satisfacer necesidades elementales, contribuyen a su entretenimiento y cuidado. Son buenas medidas las devoluciones del IVA, las preferencias de atención en ciertos lugares, la organización de actividades de esparcimiento, los centros de acogida; pero hay que atender mucho mejor a los más pobres, que no tienen familiares ni recursos y a los que tienen enfermedades crónicas.

Los adultos mayores deseamos tener una vida digna en lo que resta de nuestro paso por el mundo, con el menor número de problemas de salud y sin afecciones graves; exigimos que los recursos ahorrados durante los años de trabajo, para tener una jubilación decente, sirvan a ese objeto; nos solidarizamos con quienes carecen de acceso al seguro social y necesitan un poco de dinero y atención médica, a quienes debe atender el Estado de la mejor forma posible; buscamos, en muchos casos, ser útiles a la sociedad trabajando en lo que sea factible, sobre la base de nuestras especialidades; queremos que nuestras familias nos acompañen, brinden atención y tengan paciencia cuando ya estemos limitados o impedidos; aspiramos a ser respetados, considerados y apoyados por toda la sociedad.
ATENCIÓN: El 11 de julio de 2018 se iniciará la publicación, cada 15 días, de boletines extras, con un diccionario económico estructurado por el autor del blog.


[1] _/ Datos sobre el tema con corte 2013 (FUENTE: *Registros Administrativos. Diciembre 2013 IESS, ISSFA, ISSPOL, **VAMS, Diciembre 2013, *** proyección 2013, INEC.
[2] _/ http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/12569/Tesis%20Final%20C.Roura.pdf
[3] _/ https://www.eltiempo.com.ec/noticias/novedades/1/ecuador-se-prepara-para-el-boom-de-adultos-mayores-desde-2021
[4] _/ http://www.elcomercio.com/tendencias/salud-adultomayor-terceraedad-demanda-recursos.html