martes, 26 de mayo de 2020

BOLETÍN 217: EL INFORME PRESIDENCIAL DEL 24 DE MAYO DE 2020


Cumpliendo el mandato constitucional, el presidente de la República presentó el 24 de mayo de 2020 su informe anual. Como sucede todos los años, se magnifican las acciones positivas, se olvidan o apenas se mencionan las acciones negativas, se culpa a otros de los fracasos y no se contrasta las engañosas ofertas de campaña con lo logrado, porque así conviene.

El informe presidencial no debería referirse a los tres años de este gobierno, debería referirse a los 13 años del mando de Alianza País y a los 10 o más años que, con suerte, le quedan al Ecuador para pagar las deudas y los errores de Correa y del presidente actual de la República.

Las razones para pedir que se explique lo que pasó en los 13 años anteriores son las siguientes:

El presidente Lenín Moreno fue parte de la directiva de la campaña política que llevó a Correa al poder en 2007, lo que significa que colaboró en la elaboración del plan de gobierno de Alianza País y de la estrategia para hacer que se proponga una nueva Constitución para ir al socialismo del siglo XXI, que consideraba la vía idónea del país.

Luego, fue candidato a vicepresidente de la República y como tal participó activamente en la campaña de la gente de “mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, en la que ofrecieron al pueblo gobernar con gente joven honrada, muy capacitada y apasionada por el país, hasta el año 2011, lo que hizo que ganaran las elecciones con una votación muy alta.

El presidente actual, por seis años fue vicepresidente de Correa. Durante ese tiempo se sentaron muchas de las bases políticas, económicas y sociales de lo que sucede hoy en el Ecuador, que no se han desmantelado. Se supone que participó de las decisiones principales y las apoyó, porque de otra manera no hubiese continuado en el cargo, por decisión propia o porque el presidente, conociendo su estilo prepotente, le hubiera agradecido los servicios.

En ese tiempo, entre las acciones principales, se aprobó la Constitución 2008, cuyo objetivo era crear el marco legal fundamental para que el Ecuador camine hacia el socialismo del Siglo XXI. Nunca estuve de acuerdo con la filosofía y muchas partes de esa norma y en el año 2009, en un libro mío, no solo que critiqué su aprobación y vigencia, sino que sugerí cambios de fondo y forma, como puede comprobar quien se halle interesado. [1]_/

Luego de ejercer la Vicepresidencia y de realizar una importante acción en beneficio de los discapacitados, el licenciado Moreno incrementó mucho el valor de sus bonos políticos nacionales e internacionales y se fue por algún tiempo a vivir a Suiza, con un nombramiento internacional apoyado por el gobierno del Ecuador, lo que supone que las relaciones con Correa y su gobierno seguían siendo de las mejores.

Ginebra es el centro mundial de los organismos internacionales y de los diplomáticos. Allí se sabe todo lo que pasa en el mundo, por las vías de esos organismos, por los medios de alcance mundial y porque llegan de cada país informaciones sobre lo que sucede en él. Nadie, en consecuencia, puede decir que no sabe lo que pasa en su nación, máxime cuando las idas y venidas de gente a la que se recibe en casa son claves para recabar datos y recibir documentos.

El trabajo en la vicepresidencia y la información sobre su importante cargo de gestión mundial en Suiza hizo que Moreno gane prestigio aquí y en el exterior. Por ello, para la campaña electoral de 2017, salió de Correa y la directiva de Alianza País, la idea de que Lenin Moreno debía ser el candidato a la Presidencia de la República, por encima de Jorge Glas y algún otro correísta.

La campaña de Moreno se realizó con la participación abierta de Correa y el gobierno, que puso a funcionar toda la maquinaria para que el presidente actual saliera triunfante, incluyendo un apagón oportuno que dio resultados a su favor, condecoración de Correa al comedido del apagón y persecución al doctor Polibio Córdova y su familia, por haber publicado una encuesta, científicamente ejecutada, en la que los resultados eran opuestos a los oficiales.

El 24 de mayo de 2017 llegó el presidente a Carondelet. Elogió a Correa, a quien trató fraternalmente, y dijo que a sus nietos les contaría que fue parte de quienes transformaron al país en la “década ganada” gracias a Alianza País. Correa no solo que le dijo que la mesa estaba servida, sino que le preparó el desayuno de su primer día, con varios libros que le instruían sobre lo que debía realizar en sus primeros meses de gobierno. También le puso a la orden los chefs y los aspirantes a chefs, para que atiendan los deseos, no de Moreno sino de Correa, en esa mesa que el supuesto beneficiario creía muy atractiva. Empezó pletórico de entusiasmo, aseguró que seguiría por la senda que llevaría al país al socialismo del Siglo XXI y puso en su gabinete a copartidarios que creía que se volverían morenistas, sin dejar de ser correístas, para apoyarse en ellos. 

Sentado ya frente a su escritorio y con los primeros datos proporcionados por algunos ex -correístas, ahora morenistas críticos de su anterior jefe, el presidente se percató (así dice), que no había tal mesa servida y que tenía que deshacerse de algunos chefs y optar por los aspirantes, para que atiendan sus deseos y no los de su predecesor.

Los primeros meses, en los que se volvió a la libertad de expresión y de prensa, hasta agosto de 2017, le llevaron a ganar popularidad, hasta que alrededor de un 70% de la población lo consideraba un buen presidente. Sus principales críticos dicen que no aprovechó esa circunstancia y no tomó medidas que ya se veía necesarias en el plano económico, para evitar que la crisis se volviera de la magnitud que tiene ahora.

En el colmo de los colmos, pronto constató que su amigo y principal colaborador, Jorge Glas, designado vicepresidente de la República para los años 2017 – 2021, había delinquido en sus funciones con Correa y tuvo que aceptar que salga y vaya a la cárcel. La acusación y base de la condena era que había tenido asociación ilícita en perjuicio del Estado y que ello le había reportado beneficios económicos por medio de terceras personas. 

En su remplazo logró que se nombrara vicepresidente a una persona joven, hija de un gran amigo suyo, de apellido Vicuña. Poco tiempo después, constató que ella había sido una más de “manos ardientes”, lo que al constatarse determinó que saliera del puesto por la puerta de atrás, … aunque a volver a trabajar en una entidad gubernamental que le había guardado el puesto por 9 años, donde la pulcritud debe ser clave imprescindible en todo funcionario. Por suerte, a la tercera acertó y el actual vicepresidente es un joven que, según se observa, es preparado y experimentado, trabaja bien, lo hace con amor a su país y tiene aceptable popularidad.

¿Cuál es la situación real a mayo del 2020, cuando correístas y morenistas unen fuerzas cuando es necesario para evitar problemas a sus antiguos jefes, compañeros y amigos del alma?

La Constitución del 2008 sigue vigente y no se la ha modificado en lo sustancial, con lo que su filosofía y sus mandatos supremos están allí, con todo su poder, para el que quiera aprovechar; y, hay un señor que aspira a Presidente al que le gustaría una dictadura constitucional.   

El presidente sigue rodeado de muchos de los correístas importantes antes y ahora, y de los morenistas que en el gobierno anterior ocuparon puestos secundarios. Se ha premiado a altos dirigentes de Alianza País con cargos en el exterior, pese a que se ha demostrado que su cumplimiento de funciones en el IESS y en otros lados ha sido desastroso. Se ha cultivado, desde las más altas esferas, el nepotismo y las “becas” en las embajadas para ciertos políticos y sus familiares. En la Asamblea están varios “honorables” que no se investiga y otros han tenido que salir porque las evidencias los acusan y no ha sido posible mantenerlos allí.

Lo que es muy peligroso, como ha denunciado un político importante, los libros de lectura para los niños de las escuelas públicas ensalzan al socialismo del siglo XXI y a Correa y no buscan la unidad nacional sino la lucha de clases. Además, el “menú” de drogas que impulsa el microtráfico está vivito y coleando. Ladrones al Estado surgen todos los días.  

Desde marzo de 2020, aunque mal de muchos es consuelo de tontos, el país, al igual que otros en el mundo, se vio desbordado por la pandemia del coronavirus en el plano de la salud, porque en el gobierno anterior se gastó enormes cantidades de dinero en hacer hospitales, ya que las mega - obras permitían mega - coimas, pero no en salud preventiva. Incluso, en la provincia de Manabí, pese a tener recursos obtenidos con el que resulta “pretexto” del terremoto, se dejaron inconclusos algunos de esos hospitales, que se ha pretendido hacer con sobreprecios.

Pese a que se sacó a algunas personas de contratos personales, se ha dado hasta hace poco un incremento del gasto público en sueldos y salarios y sus complementos (lo que significa que se hizo ingresar a gente de sueldos altos), sabiendo que el Estado está obeso y que muchos empleos son solo formas de ganar sin trabajar, de funcionarios sin la formación y la experiencia necesarias, pero reales o supuestos partidarios del régimen.

Se ha mantenido funcionando, hasta cuando ya no ha sido posible evitarlo, decenas de entidades y empresas públicas que solo han significado lastre para la economía nacional; cuantiosos egresos, robos y pérdidas; y, trabas burocráticas e impuestos de muchas clases para las actividades del sector privado, que ha carecido de seguridad jurídica para su labor.

La deuda externa heredada no ha sido renegociada y, por la necesidad de evitar los déficits, se ha tenido que incrementar las obligaciones en muchos miles de millones de dólares, lo que se ha agravado con este problema del coronavirus. Es cierto que últimamente se ha conseguido deuda con años de gracia, tasas bajas y pago a largos plazos de los organismos multilaterales, pero todavía está pendiente la negociación dura con los “bonistas” y con China, y las necesidades de financiamiento sin cobertura a la vista son elevadas. Y la deuda crece y crece.

El pueblo sabe que la lucha contra la corrupción no se ha dado. Un preso por aquí y otro por allá para acallar protestas; unos pocos millones de dólares devueltos, que no son resultado de las acciones gubernamentales; altos cargos del gobierno en manos de individuos que ahora no roban grandes cantidades, sino pequeños valores en medio de la pandemia; gente que paga su condena “en libertad”, con grillete que algún caso facilitó una fuga; corta prisión domiciliaria en residencias de lujo, con piscina y fiestas; empresas que sobornan y demandan al gobierno porque no le han pagado por sus obras con sobreprecio y fallas, pero siguen campantes; líderes populistas culpables de los problemas de octubre que se muestran desafiantes; cada día mayor convencimiento popular sobre que la justicia es y será para el de poncho.

¿Cuál es la perspectiva del inolvidable y terrorífico 2020 en adelante?

El presidente dijo que para su último año de gobierno las prioridades serán: salud, alimentación de los más pobres, empleo y dolarización. Se entiende, con todos sus efectos colaterales. Ojalá pueda cumplirlo de la mejor manera, aunque el año electoral tiene mucha complejidad. 

En lo humano, hasta cuando haya confianza en la prevención del coronavirus, se mantendrán el recelo personal y las medidas gubernamentales para evitar los contagios masivos y la vuelta a las cuarentenas con todos sus efectos de muerte, parálisis económica y desastre social.

En la política, nadie visible y confiable que pueda gobernar entre 2021 y 2025, más todavía cuando llegará sin mesa servida y a régimen de pan y agua por las deudas. Los precandidatos más importantes no tienen suficiente apoyo popular y no triunfarán fácilmente.

En la economía habrá un decrecimiento del PIB del 8% o más este año y crecimiento muy modesto posterior, durante por lo menos los 4 años del próximo gobierno … o desgobierno. Algunos sectores, como el de las flores y el turismo receptivo tardarán en recuperarse del golpe recibido, y no aportarán al desarrollo como lo hacían antes. La competencia entre países subdesarrollados por el mercado mundial debilitado y la poca demanda harán que los precios de lo que vendemos, comenzando por el petróleo, sean menores que en el 2019 por un tiempo.

En lo social, un angustiante panorama de desempleo masivo llevará a que un porcentaje mayoritario de la población trate de ganar algo para el pan de cada día, en una informalidad grave para los ciudadanos y de recaudación menor que ahora para el Estado; y, por otro lado, provocará un aumento de la inseguridad ciudadana, visto que una proporción de la población mayor que la actual buscará medios ilícitos de conseguir dinero.

En lo internacional, existe la evidencia de que el coronavirus ha golpeado fuertemente a los países demandantes de productos nacionales, comenzando por el petróleo, con lo cual no vendrán divisas suficientes y tampoco inversiones de la magnitud que se necesita.

Una proyección hasta cierto punto de vista optimista, basada en crecimiento negativo del PIB del 8% en 2020, crecimiento cero en el 2021, y tasas del 2% en el 2022 , del 3% en el 2023, del 4% en 2024 y 2025 y del 5% desde el 2026 hasta el 2030, da como resultados que recién en el 2024 se superaría la cifra del PIB del 2019, llegando a 72.283 millones de dólares constantes del 2007; y que, para el 2030 el PIB valdría 95.944 millones de dólares. Es necesario informar al lector que entre 2009 y 2019 solo en tres oportunidades se marcó tasas anuales de aumento del PIB superiores al 4% y que en cinco años no se llegó al 2%. El reto es, por tanto, grande y necesita que los gobernantes del 2021 al 2030 apliquen una estrategia de desarrollo de largo plazo en la que inversión, tecnología, producción, empleo y exportaciones sean las columnas del desarrollo nacional, en beneficio de la mayoría de la población, ahora muy mal tratada.

NOTA. El autor de estos boletines, escritor de 30 libros sobre temas económicos y profesor de posgrado por 25 años en varias universidades, ofrece sus servicios para dar conferencias, efectuar seminarios, asesorar empresas, en Macroeconomía, Desarrollo Económico, políticas de Comercio Internacional y Exterior, a partir de julio. Teléfono: 0999 726954 Correo: llunao@uio.satnet.net


[1] _/ ECUADOR: PROYECCIÓN 2020. Luis Luna Osorio – UNAP. 2009.

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