Este boletín
no trata sobre los problemas
nacionales o internacionales a los que normalmente hago referencia. Es mi
homenaje a un hombre y una mujer que nos antecedieron en el viaje a la
eternidad en mayo de 2019. Cada uno de ellos fue en su vida ejemplo para todos
quienes los conocieron y deben seguir siéndolo siempre para todos los
ciudadanos, para bien del país y de la humanidad.
El hombre es
el doctor Julio César Trujillo. La mujer es mi hermana María Luisa Luna Osorio.
JULIO CÉSAR TRUJILLO VÁSQUEZ
Lo conocí al
doctor Trujillo allá por el año 1962; yo casi un adolescente, él un joven
profesional. Él era abogado de un tío mío y acudía de cuando en cuando al
estudio fotográfico de mi familiar para ayudarle a solucionar problemas
laborales. No pasamos del saludo respetuoso de mi parte y de su respuesta
siempre cordial, pero mi tío admiraba sus conocimientos y forma de ser.
Por muchos
años solo supe de él a través de la prensa. Durante mis años de permanencia en
Chile y Perú solo tenía alguna referencia esporádica de sus actividades
políticas.
Tuve
contacto profesional y una relación crecientemente amistosa cuando los dos
ejercimos por muchos años la cátedra en la Universidad Andina Simón Bolívar.
Ese contacto se hacía más cercano ocasionalmente, porque eran mis buenos amigos
dos de sus cuñados ya fallecidos: José Vicente y Alfonso Troya Jaramillo, y nos
reuníamos por algún motivo social en la Universidad Andina, en la PUCE o en
algún otro lugar.
Siempre fue
un señor, un abogado muy preparado, un político serio, un defensor de los
trabajadores; además, admiré su forma de ser caballerosa y su buen talante
general.
Mi
admiración creció mucho cuando, a pesar de su avanzada edad y su estado de
salud no tan bueno, decidió integrar el Consejo de Participación Ciudadana y
Control Social Transitorio y luego presidirlo, seguramente porque estaba
convencido de que debía hacer un aporte cívico para la recuperación de la
institucionalidad del país, a cualquier costo personal, y dejar una valiosa
herencia para todos los ecuatorianos, que no lo olvidaremos.
Los
resultados de su trabajo, que le han hecho merecedor de masivos reconocimientos
por las autoridades y el pueblo y que le han ubicado en puesto de honor en la
historia nacional, han sido muy importantes. Cada día, seguramente, habrá
tenido insomnios derivados del encuentro de más y más evidencias de que el país
había sido destrozado en todos los órdenes por quien, ingenua (?) o
planificadamente, en la década perdida había creado toda una estructura
favorable a la corrupción y al narcotráfico, en beneficio de quienes decían ser
“de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes” y resultaron ser de
“mentes lúcidas” para el mal, de manos dispuestas a recibir coimas, y sin
corazón, porque engañaron al pueblo y le quitaron recursos que hubiesen servido
para mejorar sus condiciones de vida.
Muchos
editorialistas se han referido al “personaje” Julio César Trujillo. Voy a
transcribir algunos de los comentarios, porque más que lo que yo pueda decir lo
dicen ellos con amplitud de conocimiento de su vida y obras, la mayor y mejor
de las cuales es haber limpiado un poco la basura institucional del país y sacado
de puestos burocráticos claves a muchos sumisos que contribuyeron a la debacle
nacional, desperdiciando una de las mejores épocas financieras del país. Le
faltó tiempo para completar la obra, pero espero que se haya creado conciencia,
con su ejemplo, de que los corruptos son una lacra a la que el país debe
extirpar.
Enrique Ayala Mora: Hay que continuar con
el legado de Trujillo, hay que juntar a las organizaciones sociales, a los
diversos sectores del electorado para que se interesen en una consulta popular
para hacer varios cambios en la Constitución. https://www.sonorama.com.ec/
2019/05/22/entrevista-se-presentara-libro-mision-cumplida-sobre-el-trabajo-de-julio-cesar-trujillo-en-el-cpccs/
Diario El Telégrafo: Julio César Trujillo tal vez ni
siquiera imaginó que, tras su muerte, el domingo reciente al sufrir un derrame
cerebral, se le rendirían homenajes tan sentidos y llenos de reconocimiento a
una trayectoria intachable en defensa de las libertades y, especialmente, por
su lucha frontal contra la corrupción, una de las peores lacras que afectan a
los países y que, en algunos casos, ha derivado en la prisión de algunos
expresidentes y la fuga de otros. A sus 88 años, Trujillo trabajó hasta el
último día por su país y esa Patria lo retribuye con un duelo nacional los días
20, 21, 22 y 23 de mayo de 2019, de acuerdo con la declaración suscrita por el
presidente de la República, Lenin Moreno. La Bandera Nacional permanecerá izada
a media asta en todos los edificios públicos y privados, civiles y militares
como un gesto de homenaje al hombre que lideró la Función de Transparencia y
Control Social en un momento crucial para Ecuador y tras la consulta popular
que tomó la decisión de romper las estructuras de un poder autoritario, que
pisoteó la libertad de expresión y controló para sus intereses todos los poderes
del Estado. Editorial de de Guayaquil, Ecuador. Mayo 21 de 2019.
Redacción de EL COMERCIO. Fue en su vida un apasionado por el
Derecho desde que fue estudiante en la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador, en Quito (PUCE). En esa casa de estudios fue profesor y decano de la
Facultad de Jurisprudencia, en 1971. También dictó clases en otras
universidades. El Derecho Constitucional y Laboral fueron su especialidad y
dominio. “Fue más bien un jurista”, dijo el catedrático Farith Simon, quien fue
su estudiante en la PUCE. “Era alguien que pensaba el derecho. Su legado son
la honestidad y la coherencia, que tienen que ver con la idea de ser honesto,
al servicio de la política y el derecho al servicio de los más vulnerables. Por
eso tenía la capacidad de mudar según los tiempos, hasta que finalmente aportó
a los derechos de la naturaleza con los Yasunidos”, añade. https://www.elcomercio.com/actualidad/julio-cesar-trujillo-democrata-semblanza.html.
Hernán Pérez Loose: Uno de los pocos
políticos que entendieron la íntima conexión entre crisis económica y
corrupción política fue Julio César Trujillo. En estos días habrá muchas
demostraciones de admiración hacia él. La mejor forma de homenajearlo es
profundizar la reinstitucionalización que él comenzó, exigir el encausamiento
de toda la mafia correísta y demandar la devolución de su gran atraco. Lo demás
es pura palabrería. (O) https://www.eluniverso.com/opinion/2019/
05/21/nota/7339790/julio-cesar-trujillo
Roberto Aspiazu. Su desempeño como presidente del
Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio fue
absolutamente clave para la reinstitucionalización del país. Nos deja como
legado autoridades de control, de justicia constitucional y común,
independientes, que garantizan la separación de poderes en aras de la plena vigencia
del Estado de derecho.
Es símbolo de una transición que le ha devuelto al
país su convivencia democrática, poniendo fin a su impúdico secuestro. Merced a
su esfuerzo y perseverancia, la mafia culpable queda como una bestia agazapada
en su guarida, pronta a sucumbir. En un Ecuador vaciado de referentes sobre la
dignidad y honradez que supone el servicio público, Trujillo ha cumplido al
reposicionar el modelo del político probo y ejemplar. https://www.eluniverso.
com/opinion/2019/05/27/nota/7346408/lloro-trujillo#cxrecs_s
El Ecuador necesita que el ejemplo del doctor Trujillo
se multiplique. Que los políticos honrados del país sean cientos o miles y que
ellos gobiernen, para que el país salga del hueco en que lo dejó Rafael Correa
Delgado, por 10 años “jefe de Estado” destructor de la nación, muy
solícitamente acolitado por tipos sumisos, muchos prófugos, unos pocos
encarcelados y cientos de sordos, ciegos y mudos de conveniencia.
MARÍA LUISA LUNA OSORIO
Mi querida hermana no actuó en la política, pero tenía
un enorme carisma y amabilidad que atraía a todo el mundo. Quienes la
conocieron recuerdan de ella su alegría permanente, su dedicación total a su
esposo y sus ocho hijos, y más tarde a sus nietos y bisnietos.
El amor “eterno” a su marido hizo que pida que la
cremen y que, en un cofre, ubiquen sus cenizas junto al ataúd de su marido,
fallecido hace 13 años, lo que sucedió este 26 de mayo.
Había sido una bisnieta cariñosa con su bisabuela que
vivió hasta cuando ella tuvo 10 años; fue siempre preocupada por el abuelo
paterno y la abuela materna, cerca de los cuales pasó hasta su juventud; era
una hija muy apegada a sus padres y colaboraba con ellos en la casa y en el
negocio familiar, hasta cuando decidió casarse; fue el orgullo de su marido,
porque dedicó toda su vida incansablemente a cuidar de él y de sus hijos,
sacrificando todo porque la familia prospere en todo sentido, pero
especialmente en lo relacionado con la formación de sus hijos en lo moral, la
educación, la responsabilidad, el amor filial, fraternal, conyugal y paternal.
Sabía bordar de manera extraordinaria, por su gusto
especial por los colores y los diseños muy bien escogidos. Las mariposas que
bordó en una tela parecía que estaban listas a volar. Unos hermosos angelitos,
esculpidos, que no bordados en otra tela, sonreían y con las manos juntas,
oraban a Dios por la artista que los había creado.
Tuvo ocho angelitos propios de carne y hueso que
formaron un rondador y que, desde que nacieron hasta que se pudieron valer por
ellos mismos, le dieron harto trabajo. Nada le importó más que dedicarse a
ellos, a formarlos, a hacerlos hombres y mujeres de bien, y lo logró
totalmente. Todos se desempeñan en sus profesiones y en sus actividades con
capacidad, honradez y responsabilidad. Su amor fraternal es digno de destacar
en un grupo numeroso.
Y cuando sus hijos tuvieron sus propios herederos,
nada le interesó más que repetir el ejercicio y criar y educar nietos, mientras
hijos e hijas, yernos y nueras trabajaban. Por eso, su casa por muchas décadas
fue un jardín de infantes.
Todos sus hijos y más familiares directos agradecidos
le visitaban casi todos los fines de semana y, como se volvieron muchos, no
había semana que no tuvieran cumpleaños, santos, bautizos, primeras comuniones,
matrimonios, y en todos esos eventos ella era la reina y hasta hace pocos años
la que más gozaba del baile y las ocurrencias de los asistentes.
Siempre, siempre, tuvo para sus hermanos un gran
cariño. Nuestra hermana Martha fue siempre su amiga y confidente, su apoyo en
varios aspectos, y durante toda su vida estuvieron juntas, hasta la víspera del
deceso, viéndose, cuidándose, festejando los éxitos de los hijos y nietos,
sobrellevando las penas cuando estas llegaban, como el día que se quedó viuda o
que perdimos a nuestros padres y a un hermano. A mí me decía que no escriba
tanto, que se me va a fundir el cerebro y que cuando me despida en el teléfono
no cierre antes de que termine de hablar.
Desde el día que la conoció fue una gran amiga de mi
esposa y ella guarda muy gratos recuerdos, porque siempre la recibió con los
brazos abiertos y la sonrisa en los labios. Lo mismo hizo con mis hijos, que la
quieren y recuerdan con gran cariño.
¿Por qué cuento
todo esto? Porque quiero que su ejemplo sirva no solo a los familiares, sino a
muchas otras personas. Mi hermana fue una mujer ejemplar y una ciudadana de las
que los países necesitan muchas en la actualidad, porque las familias
tradicionales casi ya no existen, los matrimonios se deshacen pasada la luna de
miel … si es que hay matrimonio, los hijos bebés toman leche de tarro porque a algunas mamás se les daña la figura, y van a la guardería antes de caminar … porque otras mamás dicen ahora que les dan tiempo de calidad, no de cantidad ...; los
nietos son lindos, pero más lindos son cuando se despiden, y así por el estilo.
Transcribo el acróstico que, en su honor, ha elaborado
la señora Fabiola Guerrón de Erazo, una de sus amigas más cercanas, con la que
compartió la vida desde su juventud.
Madre abnegada y cariñosa,
Amiga sincera y generosa,
Risa sonora y franca,
Inigualable esposa,
Amada por ser buena y bondadosa.
Luchadora incansable por los suyos,
Una hija y hermana buena y respetuosa,
Inesperada fue su partida,
Sus recuerdos serán inolvidables,
Allá en la eternidad ya está en su morada.
Lugar escogido para ella,
Única entre tantas personas,
Nunca la olvidaré Luchita,
Amiga del alma.
Olvido es cuando se deja de pensarlo,
Siempre estará en mis recuerdos,
Orgullo para mí fue ser su amiga,
Razón para llevarla dentro de mi alma,
Inigualable entre tantas personas que han pasado por mi
vida,
Ojalá en otra dimensión podamos estar juntas.
Que Julio
Cesar y María Luisa descansen en paz. Los recordaremos siempre.
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