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En el número 178 de
este blog hice referencia a la Estrategia Subregional de Desarrollo Andino, que
se publicó en 1972.
El doctor Alejandro
Ponce Martínez, miembro ilustre de la Confraternidad Bolivariana de América, al
leer el artículo ha recordado que ese año (desde 1969 hasta 1976) el doctor
Germánico Salgado Peñaherrera, el mayor exponente de los economistas
ecuatorianos, era uno de los tres miembros de la Junta del Acuerdo de
Cartagena, entidad con capacidad de propuesta para la integración andina y que
era un hombre y un profesional excepcional.
Con esos antecedentes,
me ha escrito un correo electrónico en el que dice que, desde hace algún
tiempo, tenía la idea de proponer que el edificio de la UNASUR tenga una
estatua del doctor Salgado y no la de Kirchner, que denigra el sitio donde está.
Aplaudo la idea, la
comparto y la propongo con el mayor entusiasmo al presidente de la República,
al Canciller, a todos los ecuatorianos y me atrevo a decir a todos los
ciudadanos andinos y de los países de América del Sur, porque si ese edificio
sigue siendo sede de la UNASUR, sería un honor para la entidad tener la estatua
de un sudamericano como Germánico Salgado allí; si se pone a funcionar una
universidad, ese ilustre ciudadano fue un maestro de juventudes en todo el
significado de la palabra; y, si se quiere hacer un homenaje a un ecuatoriano
de valores morales indiscutibles (cada día en menor número), él fue la humildad
andando, la bondad en persona, la honradez en su máximo grado, la capacidad
profesional mostrada en muchos organismos internacionales, el amor total a su familia,
su país y Latinoamérica, por cuya integración bregó muchos años.
De él tengo recuerdos
inolvidables, porque fue Decano de la Facultad de Economía de la Universidad
Central cuando yo era estudiante; fue por tres veces mi jefe, en la Junta Nacional
de Planificación a donde me llevó a iniciarme en la profesión, en la Junta del
Acuerdo de Cartagena, en un grupo Asesor de la Presidencia de la República en
el gobierno del doctor Rodrigo Borja; y siempre, mi familia y yo fuimos bien
recibidos en su casa, en Lima y Quito.
Para recuperar la memoria de
quienes lo conocieron y para que los jóvenes, especialmente los jóvenes
profesionales economistas sepan lo fructífera que fue su vida, hago un
recuento, con los datos que me facilita amablemente el colega y amigo Francisco
Pareja, coordinador de la Cátedra Germánico Salgado de la Universidad Andina
Simón Bolívar:
Fue Miembro
del Club de Roma, organización no gubernamental fundada en Roma
en 1968,
por un pequeño grupo de científicos y políticos
de varios países, preocupados por mejorar el futuro del mundo a largo plazo, de
manera interdisciplinaria y holística. Ese Club, en 1972 publicó el informe “Los
límites del crecimiento”, de mucha trascendencia internacional.
Participó como miembro a
título personal en la Asociación Internacional para el Desarrollo y en la
Asociación Económica Internacional.
Una tarea suya de mucha
responsabilidad continental fue la dirección de la División de Economía de la
OEA, en donde se desempeñó brillantemente, buscando mejores condiciones de vida
para los latinoamericanos.
Salgado, junto con otros
destacados economistas nacionales, como Oswaldo Dávila, Jaime Moncayo, Marcelo
Ávila, José Moncada, Galo Salvador, Washington Herrera, Luis Salazar Jaramillo,
Milton Cevallos Rodríguez, el ingeniero Galo Montaño, formaron parte de los
grupos de estudio de la conveniencia de que el Ecuador integre el Grupo Andino.
Entre sus argumentos con
respecto a Ecuador, está el siguiente: “Por último, si prima un auténtico
sentido de prioridades, si se eligen con acierto especializaciones y se
aglutinan especialmente las actividades en complejos integrados, aun los países
menos ricos pueden construir con cierta rapidez la infraestructura necesaria y
preparar el personal calificado requerido. Ello exige, por cierto, un apoyo
activo de los órganos de integración para la preparación de proyectos, la
promoción y el financiamiento de los mismos. Para consolidar realmente el
mercado común no basta que dichos órganos se limiten a presentar la opción al
país más débil. Es su responsabilidad apoyarlo en cuanto esté a su alcance para
que aproveche las oportunidades, lo que no significa negar que la
responsabilidad última la tenga el gobierno y la empresa privada de éste.” [1]_/
Fue el primer Director
Técnico de la Junta Nacional de Planificación (JUNAPLA) y dirigió la
elaboración del Plan de Desarrollo 1964 - 1973 del país, posiblemente el
primero con ese alcance en América Latina. Formó un excelente grupo de
funcionarios de muchas profesiones y, por primera vez, desnudó las pobrezas
reales y estadísticas del país, junto con las capacidades que tenía para
desarrollarse. Su mensaje, optimista como era él, decía que el Ecuador es un
país que tiene gente y recursos físicos para avanzar, pero que requiere
capitales que deben ser obtenidos en el país y afuera para invertir en
proyectos necesarios para integrar al país y generar sinergias entre sus
regiones.
Su labor más importante
a nivel sudamericano fue integrar por seis años la Junta del Acuerdo de
Cartagena (1969 – 1976) junto con el abogado colombiano Felipe Salazar Santos y
el ingeniero Salvador Lluch de Chile. En esos años, la dinámica de la Junta era
excepcional, porque los objetivos del Acuerdo de Cartagena eran ambiciosos y la
Junta quería ir hacia ellos a la mayor velocidad posible. En esa tarea, una
parte fundamental era la relacionada con llegar a determinadas metas en el
campo económico y el responsable de que se den resultados prontos y excelentes
era el doctor Germánico Salgado.
Cuánta pasión por la
integración latinoamericana y andina había en sus escritos y acciones. No
descansaba y no dejaba descansar, pero motivaba con el ejemplo y todos los
involucrados en cada proyecto buscábamos la forma de acelerar el paso. Un día,
en su casa, había una reunión social y él no salía de su sala de estudio a
estar con los invitados, hasta que ya por la media noche, las señoras hicieron
un coro para cantarle “el tiempo que te quede libre, si te es posible dedícalo
a mí”, con lo que abandonó su escritorio, salió a explicar que tenía problemas
por resolver, estuvo un rato con los invitados y volvió a su trabajo.
Durante 11 años enseñó
Desarrollo Económico y Economía Internacional en la Universidad Central del
Ecuador, durante cuatro lo hizo en la Universidad Complutense de Madrid, en la
que había obtenido su título de doctor en Ciencias Económicas, y durante otros cuatro
compartió su pasión y sus conocimientos sobre la integración económica, con sus
estudiantes de posgrado de la Universidad Andina Simón Bolívar… Como docente
universitario, Germánico Salgado, en palabras de Francisco Febres Cordero, era
“la sabiduría expresada con simpleza (que) sabía convertir lo difícil en
fácil”. [2]_/
En una oportunidad fue
elegido diputado. Duró muy pocos días en esa función y renunció. No le gustó el
ambiente político y las negociaciones “por debajo de la mesa” que se hacen en
los parlamentos para favorecer abierta o soterradamente los intereses de
alguien o para algo.
Escribió mucho sobre el
desarrollo mundial, latinoamericano y andino. Francisco Pareja dice que Salgado
se dio tiempo para escribir, entre artículos y libros, más de 140 trabajos, la
mayor parte de los cuales son de difícil acceso y algunos permanecen inéditos.
Muestras de los libros de
su autoría son: Ecuador y la integración económica de América Latina (1970).
INTAL-BID; Del desarrollo al espejismo: el tránsito de la economía ecuatoriana
en los años 60 y 70 (1995). Corporación Editora Nacional-UASB; Integración:
nuevos desafíos y alternativas (1987). URSHSLAC-UNESCO, Caracas; El Ecuador de
mañana: una ruta con problemas (1991) con Gastón Acosta; El Grupo Andino de
hoy: eslabón hacia la integración de Sudamérica (1998). CEN-UASB; La ruta de la
gobernabilidad (1999). CORDES. Publicación póstuma
La Universidad Andina
Simón Bolívar y la Corporación Editora Nacional se han propuesto editar la
mayor cantidad de obras de Germánico Salgado. Hasta ahora tienen publicados
tres volúmenes y en avanzada preparación los volúmenes 4 a 6.
Volumen
1: Integración económica y desarrollo en América Latina (2017). Estudio introductorio:
Francisco Pareja Cucalón
Volumen
2: Integración y cooperación regional en América Latina (2017). Estudio
introductorio: Eduardo Santos Alvite.
Volumen
3: Visiones del desarrollo del Ecuador y de América Latina (2018: en prensa).
Estudio introductorio: Gonzalo Ortiz Crespo.
Volumen
4 (La función emisión de la banca central),
Volumen
5 (Política económica)
Volumen
6 (Economía internacional, relaciones Norte-Sur y gobernanza global).
El
28 de septiembre de 2017, la Universidad Andina Simón Bolívar le rindió un
homenaje, con la presentación de la colección “Obras de Germánico Salgado” y
del primer volumen titulado “Integración económica y desarrollo en América
Latina”, de su autoría.
Según Francisco Pareja,
los artículos más relevantes, dignos de una lectura detenida son:
-
El desarrollo y la integración de América
Latina
(1970). Editorial Universitaria de Chile en el libro Integración política y económica: el proceso europeo y el problema
latinoamericano, editado por Osvaldo Sunkel.
-
El Mercado Regional Latinoamericano: el
proyecto y la realidad (1979). Revista de la CEPAL, No. 7
-
Integración latinoamericana y apertura externa (1990). No.
42 de Revista de la CEPAL
-
El Grupo Andino y la inversión extranjera (1973).
Revista Comercio Exterior de México
-
Lo que fuimos y lo que somos (1978).
Publicado en el libro colectivo “Ecuador Hoy”. Siglo XXI
-
Ecuador: crisis y políticas de ajuste. Su
efecto en la agricultura (1987). Revista de la CEPAL.
Sus tesis se
focalizaron en una integración que buscaba: i) desarrollo industrial y progreso
técnico; ii) expansión del comercio y aprovechamiento de las capacidades
productivas existentes; iii) aumento de la capacidad de negociación con
terceros. Mejoramiento de las relaciones políticas entre Estados. Decía que
eran los fines inmediatos de la integración. Pero precisaba que “en el
trasfondo está la aspiración al progreso económico y social, con una serie de
objetivos como el crecimiento del producto, el aumento del empleo, la
erradicación de la pobreza y otros… La expansión del comercio –anotaba– supone
en rigor una relación entre estos fenómenos y el desarrollo general de la
sociedad” [3]_/
Transcribo breves
fragmentos de su pensamiento, para motivar a los lectores a conocer mejor los
escritos de Germánico Salgado. Sus ideas, en un continente que desde hace tiempo
marcha en su propio terreno o retrocede, gobernado por corruptos populistas
capos de mafias, deben trascender en todo el continente. Su estatua en la
UNASUR ciertamente sería un honor para su familia, pero debería ser un merecido
homenaje nacional a un ecuatoriano que en todas partes hizo conocer, con honradez
y solvencia profesional, las razones por las cuales debe integrarse Sudamérica
y diseñó una serie de herramientas para que gobiernos y pueblos la consigan.
“La integración debe
constituir una nueva sociedad y el hecho social no puede limitarse
exclusivamente al fenómeno económico. Esa sociedad no sustituye a las
sociedades nacionales, pero las engloba y reúne para perseguir ciertos fines
sociales que son comunes a los países miembros. La nueva sociedad que resulta
de la integración – aparte de las vinculaciones económicas que entrañan una
interdependencia creciente – reclama también la sujeción a normas de
convivencia política más estrechas que las que ligan normalmente a una nación
con otra, y un mínimo de acción común, lo cual crea, así mismo, una creciente
interdependencia política. [4]_/
Nos
inquietan, decía Salgado: “Las reformas que acaban de aprobarse en el VIII
Consejo Presidencial Andino, congregado en la ciudad de Trujillo el 9 y 10 de
marzo de 1996. El Protocolo
Modificatorio del Acuerdo de Integración Subregional Andino es un documento
-ambicioso en apariencia- que, para comenzar, eleva la integración andina a la
categoría de una Comunidad Andina y de un Sistema Andino de Integración. Sin
embargo, no se modifican ni los objetivos ni los instrumentos de la
integración, ni hay la intención de adaptar esas características a las tareas
que ésta debe asumir en el próximo futuro. El énfasis del Protocolo
Modificatorio es exclusivamente el de cambiar radicalmente la jerarquía y la
calidad de las instituciones con las que el Acuerdo de Cartagena nació y con
las que ha transitado durante 27 años, en algunos momentos con
dinamismo y proyección de futuro y en otros con debilidades y ausencia de horizontes.”
[5]
_/
Concluyo pidiendo a los
lectores que puedan hacerlo, que difundan este artículo y apoyen que la estatua
de Germánico Salgado esté en el frontis del edificio de la UNASUR. Sería,
reitero, un justo homenaje nacional a un latinoamericano y andino que dio honor
al país toda su vida.
[1] _/
SALGADO GERMÁNICO – INTAL – BID: Ecuador y la Integración Económica.
[2] _/
PAREJA C. FRANCISCO – UASB: Integración Económica y Desarrollo en América
Latina. Quito, Ecuador. 2017
[4] _/
GERMÁNICO SALGADO – INTAL – BID: Ecuador y la Integración Económica.
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