miércoles, 25 de julio de 2018

Boletín 173: EL COMERCIO EXTERIOR DEL ECUADOR A 2017


Este análisis del comercio exterior del Ecuador se basa especialmente en las cifras del Banco Central del Ecuador, constantes en su Boletín 1996 de junio 2018.

EXPORTACIONES FOB POR PRODUCTO PRINCIPAL. Desde 1973, o sea desde hace 45 años, las exportaciones nacionales dependen, en alrededor de sus tres cuartas partes, mayoritariamente del petróleo y de muy pocos productos agropecuarios y pesqueros, lo que indica que las exportaciones industriales representan alrededor de la otra cuarta parte. Han crecido las cifras absolutas, pero las relativas dicen mucho de la incapacidad nacional para cambiar la estructura de las exportaciones hacia productos de importante valor agregado.

En el mundo, el Ecuador es el primer exportador de banano, uno de los más importantes exportadores de camarón, el primer productor de rosas de calidad, el mejor productor de cacao de aroma, un muy importante productor y exportador de quinua, es el origen del “panamá hat”, pero apenas representa alrededor del 1 por mil de la exportación mundial. En el mercado petrolero es absolutamente marginal, aún cuando pertenece a la OPEP.

El año de mayor registro de las ventas nacionales fue el 2014, con 25.724 millones de dólares, cifra que ha desmejorado para llegar en el 2017 a sumar 19.122 millones (74,3%). ¿La causa más importante? La reducción de los precios del petróleo y de otros productos en el mercado mundial, por el lento crecimiento de la demanda de los países importadores.  

En el año 2017 constan, en orden de importancia como productos de exportación: petróleo (32%), camarón (16%), banano (16%), otros productos del mar (6,3%), flores naturales (4,6%). Cinco productos representan el 75% de las ventas totales.

Es importante señalar que las exportaciones de banano, camarón y flores no son agropecuarias solamente, porque parten de producciones que se efectúan con tecnologías de punta y que, dado su componente industrial, en muchos casos aportan valor agregado mayor que algunas manufacturas que se venden al exterior, que son básicamente ensambles o maquilas.

Entre los productos industriales, las exportaciones más importantes son los derivados del petróleo; en 2013 sumaron 696 millones de dólares, bajaron en el 2014 a solamente 260 millones, pero se han recuperado y en el 2017 llegaron a 724 millones. Lamentablemente, todos los demás rubros importantes (café elaborado, elaborados de productos del mar, elaborados de cacao, harina de pescado, químicos y fármacos, manufacturas de metales, manufacturas de textiles) excepto los sombreros de paja toquilla, tuvieron bajas en sus ventas desde 2013 hasta 2017, por diversos motivos. Por ejemplo, en el caso de los automóviles, por el cierre de los mercados colombiano y venezolano, el primero en especial por efecto del Acuerdo con la Unión Europea y el segundo por la crisis económica en que se debate ese país. El rubro Otros, se ha incrementado, pero apenas de 1.347 millones de dólares a 1.425 millones, habiendo en este último año registrado un valor más bajo que en 2016, pese a los esfuerzos públicos y privados por diversificar la oferta exportable y hacerla llegar a los mercados externos.

EXPORTACIONES NO TRADICIONALES. El BCE califica como exportaciones no tradicionales a las flores. El autor de este blog repite lo que ha dicho muchas veces, en el sentido de que, si las flores se exportan desde hace más de 30 años, ya son tradicionales. El criterio que prime en el análisis altera mucho las conclusiones, porque las flores suman cerca de 900 millones de dólares de exportación en 2017. Con las cifras ajustadas según el criterio del autor, las exportaciones no tradicionales reducen su participación en forma significativa: del 46,3 por ciento a solamente el 31,3 por ciento en el 2015; del 43,1 por ciento a únicamente 27,9 por ciento en el 2016 ciento y de 41,7 por ciento a 24,9 por ciento en el 2017, lo que estaría demostrando que las políticas de promoción de exportaciones de los gobiernos y sobre todo el ningún esfuerzo exportador del último (salvo la firma del Acuerdo con la UE), no han dado el resultado necesario y que, tanto las cifras absolutas como los porcentajes de exportación de bienes no tradicionales, han caído en el trienio último de manera persistente.

Las exportaciones no tradicionales representaron los siguientes porcentajes frente al valor total de exportaciones, en el año 2017, en orden de importancia: otras manufacturas de metal (3%), extractos y aceites vegetales (2,3%), productos mineros (2,2%), madera (2%), elaborados de banano (1,2%); manufacturas de cuero, caucho y plástico (1,2%); químicos y fármacos (1,1%), jugos y conservas de frutas (1%), harina de pescado (0,9%), frutas (0,8%), vehículos (0,6%), maderas terciadas y prensadas (0,5%), manufacturas de papel y cartón (0,5%), otras manufacturas textiles (0,5%), tabaco en rama (0,5%), otros elaborados del mar (0,3%), fibra de abacá (0,2%), prendas de vestir de fibras textiles (0,1%).

Pesan aquí las exportaciones no tradicionales primarias y aquellas industriales cuyo valor agregado nacional es pequeño. Entre las primeras, madera. frutas, tabaco en rama, abacá; entre las otras, casi todas las demás, excepto algunas manufacturas de caucho y plástico, químicos y fármacos, manufacturas de papel y cartón, prendas de vestir de fibras textiles.

Además, también aquí hay productos tradicionales incluidos en los no tradicionales; por ejemplo, madera, frutas, químicos y fármacos (LIFE ya exportaba en los años sesenta del siglo XX a Centroamérica), tabaco en rama. 

También hay que señalar que, un porcentaje importante de las exportaciones de manufacturas va hacia Colombia, en razón de que, desde 1992, funciona la Zona de Libre Comercio de la Comunidad Andina y no hay que pagar aranceles a la importación de los productos con origen nacional, lo que crea un margen de preferencia a favor del país; y, que, en el caso de los vehículos, además de eso hay un acuerdo entre las transnacionales del ramo o al interior de esas empresas, para que los vehículos de menor cilindrada venda el Ecuador a Colombia y Colombia al Ecuador los de cilindrada intermedia, no obstante que, si se aplicaran normas de origen en forma rigurosa, ninguno de los dos países cumpliría con ellas, porque su componente nacional es bajo, debido a que motores, cajas de cambio y partes importantes de los chasís se importan desde terceros países en los llamados CKD.

EXPORTACIONES SEGÚN INTENSIDAD TECNOLÓGICA. Este análisis nos indica que, en el año 2017, las exportaciones de bienes industrializados basados en recursos naturales alcanzaron los 3.492 millones de dólares, los de baja tecnología sumaron 356 millones de dólares, las de tecnología media llegaron a 308 millones y las de alta tecnología registraron 195 millones. Tal información permite establecer que el país tiene una enorme falencia en cuanto a la posibilidad de exportar bienes de alto valor agregado y que el esfuerzo a realizar para mejorar las condiciones actuales es enorme.

EXPORTACIONES POR CONTINENTE, ÁREA ECONÓMICA Y PAÍSES. Desde siempre, son contados con los dedos de una mano los países a los que llegan los productos nacionales, estando Estados Unidos en primer lugar y luego los vecinos y Chile. La razón es que la producción nacional no es variada, es de pocos bienes industriales y servicios solo orientados al mercado interno, por lo que no hay rutas ni medios de transporte adecuados para llegar con facilidad a otros lugares y entonces los fletes se vuelven caros y las oportunidades de acceder a los mercados son pocas; las mayores transacciones financieras se hacen por la banca internacional, las telecomunicaciones son casi monopolizadas por firmas foráneas, la consultoría más importante se contrata con firmas del exterior, se invierte mucho dinero en educación y capacitación en entidades de fuera del país.

En 2017, las exportaciones nacionales, de 19.122 millones de dólares, fueron a América en casi el 60%, a Europa en cerca del 22%, al Asia en el 18,8% y a África y Oceanía en cantidades mínimas. Por regiones y países se dirigieron a Estados Unidos en el 31%, a la Unión Europea en el 16,6% los países de la ALADI que no participan en la Comunidad Andina en el 15% (Chile 6,5% y Panamá 4,9%) y a Colombia (4%) y el Perú (6,7%), también partes de la ALADI, en cerca del 11%. A China llegó el 4% y al Japón el 2%.

IMPORTACIONES FOB Y CIF POR USO O DESTINO ECONÓMICO. La demanda nacional por importaciones abarca casi todo el arancel. En 2017, las importaciones CIF sumaron 20 mil millones de dólares y se estructuraron con bienes de consumo duraderos (9,7%) y no duraderos (12,5%); combustibles y lubricantes (16,7%); materias primas agropecuarias (6%), industriales (27%) y para la construcción (2,4%); bienes de capital para las actividades agropecuaria (0,7%), industrial (17,1%) y del transporte (6,5%).

Muchas de las importaciones, especialmente de bienes de consumo, se pueden sustituir y para eso se requiere una excelente política estatal, favorable a la inversión en términos legales, financieros y de promoción interna y externa de proyectos. Las importaciones de combustibles y lubricantes se pueden reducir en función de políticas que hagan posible la refinación nacional del petróleo y la obtención de gas, el uso de energías alternativas y la eliminación de subsidios innecesarios. Siempre habrá productos que no se podrán producir competitivamente en el país, ya sea porque se carece de ciertas materias primas en la cantidad o la calidad requeridas, el tamaño del mercado no lo permite o el nivel tecnológico no lo consiente. Todas las importaciones necesarias para la producción agropecuaria, las medicinas y otros productos necesarios para la salud, los libros y los equipos informáticos deberían importarse con arancel cero. Para el resto, habría que aplicar el arancel externo común de la CAN, de 5% para materias primas sin mayor grado de elaboración, 100% para materias primas elaboradas, 15% para partes y piezas de maquinarias y equipos y 20% para todo lo demás, excepto vehículos de trabajo, que deberían ingresar sin arancel y autos, que, según su valor FOB deberían tener aranceles crecientes. 

IMPORTACIONES SEGÚN INTENSIDAD TECNOLÓGICA. Contrariamente a lo que sucede con las exportaciones, las importaciones responden a intensidades tecnológicas media y alta fundamentalmente, porque lo que necesita el país para su desarrollo es maquinaria industrial, equipos, vehículos de transporte de personas y carga especializados, maquinaria para la construcción. Muchos de esos bienes no es posible producir en el país por falta de capacidad tecnológica, otros no se fabrican por el tamaño de la escala nacional y los terceros, debido a que, las materias primas para su fabricación no existen en el Ecuador.

En el año 2017, las importaciones de bienes basados en recursos naturales sumaron 5.559 millones de dólares, las de tecnologías de baja intensidad llegaron a 2.168 millones de dólares, las de intensidad media registraron 7.017 millones y las de alta intensidad fueron de 2.703 millones.  

IMPORTACIONES CIF POR CONTINENTE, ÁREA ECONÓMICA Y PAÍSES. Entre los años 2013 y 2017 las importaciones se redujeron de 27 mil millones de dólares a 20 mil millones. América fue el origen del 60 por ciento de las compras nacionales, Asia envió el 26 por ciento y Europa el 13 por ciento, dejando al resto del mundo el 1 por ciento.

Los países que más abastecieron las necesidades ecuatorianas de 2017 fueron: Estados Unidos (22,6%), China (15,3%), Colombia (8,6%), Panamá (6,4%) y Brasil (4,3%).

Las importaciones desde Estados Unidos se redujeron de 7.755 millones de dólares en 2013 a solamente 4.532 millones en 2017. Las procedentes de China bajaron de 3.476 millones a 3.064 millones. Las de Colombia disminuyeron en alrededor de 500 millones, al descender de 2.288 millones a 1.715 millones. Las de Panamá también perdieron la cantidad colombiana, al reducirse de 1765 millones a 1274 millones. Las compras al Brasil se mantuvieron en 870 millones.

Para que se produzca la reducción de las importaciones, debido al menor flujo de dólares por exportaciones, el gobierno tuvo que adoptar varias medidas, entre ellas las de modificar frecuentemente los aranceles ad valorem e incluso imponer aranceles específicos, determinar cupos de importación a varias mercaderías, establecer salvaguardias monetarias o de otra índole, aumentar los controles en frontera para ciertos bienes, prohibir el ingreso de algunas mercaderías por las fronteras y limitar las compras familiares en los duty free.   

Varias de esas medidas fueron observadas y en algunos casos levantadas por los organismos internacionales que se preocupan de que el comercio regional o mundial se realice en el marco de los convenios internacionales y el Ecuador quedó marcado como país que incumple normas libremente aceptadas en la Comunidad Andina y en la Organización Mundial del Comercio.

Las balanzas comerciales del Ecuador para el periodo 2013 a 2017 fueron en tres oportunidades negativas y en dos positivas, considerando exportaciones e importaciones FOB. En el año 2013 la balanza fue negativa en poco más de mil millones de dólares; se redujo el año siguiente a solo 723 millones, pero ascendió a casi 2.130 millones en el 2015. El año 2016 el saldo de la balanza comercial fue positivo en 1.247 millones de dólares y en el 2017 apenas llegó a 89 millones de dólares positivos.

El índice de los términos del intercambio, que en 2013 y 2014 fue positivo, porque significaba que los precios de exportación eran mucho mejores que los de importación (128/100 en el primer caso y 120 en el segundo), debido especialmente a los precios del petróleo, cayó de manera significativa en los tres años siguientes, con registro de 92/100 en 2015, 87,9/100 en 2016 y 95,6/100 en 2017.

El índice de cobertura, o sea la capacidad de las exportaciones para cubrir las importaciones, fue de 95,8% en 2013, subió a 97,3% en 2014, se deterioró en 2015 a 89,6% y se elevó a 108% en 2016, para marcar 108% en 2017, aliviando un tanto el problema nacional en este campo.

La esperanza es que el precio del petróleo, que ha vuelto a subir en los últimos tiempos, mejore la relación de exportaciones e importaciones, porque la economía dolarizada depende del monto de dólares que ingresa, para pagar la deuda externa y financiar algunas inversiones.

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