sábado, 25 de marzo de 2017

BOLETÍN 141: EL 3 DE ABRIL DEL 2017, PARA EL NUEVO PRESIDENTE



BOLETÍN 141: EL 3 DE ABRIL DEL 2017, PARA EL NUEVO PRESIDENTE

ECO. LUIS LUNA OSORIO - MBA                                   MARZO 26 DE 2017

El 2 de abril de 2017, los ecuatorianos iremos a las urnas, para elegir Presidente de la República y decidir si siguen vigentes las políticas de Correa u optamos por un modelo democrático y de economía social de mercado, en el que haya libertad, respeto, armonía y efectiva participación ciudadana.  

Yo preferiría elegir al Primer Mandatario de la República, no al Presidente, y creo que la diferencia es importante, porque el Presidente asume que es el Mandante, está en la cima del poder nacional, es la primera autoridad y es Jefe del Estado, cuando el Mandante real es el pueblo; y, el Primer Mandatario, lo que debe ser, es el más importante de los servidores públicos, que tienen que cumplir las disposiciones y lograr las aspiraciones de los ciudadanos, quienes los eligieron para preocuparse por sus condiciones de vida y mejorarlas.

El 3 de abril de 2017, uno de los dos candidatos tendrá el derecho constitucional de DIRIGIR LA FUNCIÓN EJECUTIVA del país y de representar al Ecuador como JEFE DE ESTADO en el concierto internacional. Nada más, nada menos.Por supuesto, también tendrá el chuchaque derivado del festejo por el triunfo. Pero, una vez que haya superado ese estado molesto, tendrá que sentarse a analizar qué país recibe, qué economía tiene ese país y cómo lograr que Dios  multiplique los bienes y los servicios, para que satisfagan a 16 millones de ecuatorianos en el periodo 2017 – 2021 y más allá.

El un candidato, “cándido” si cree que él va a gobernar, tendrá que seguir haciendo lo que AP le indique (Alianza País – Amigo Presidente - Anterior Presi – Austeridad Prohibida), porque Correa dijo que no se irá y evitará que destruyan lo logrado por él, y eso vale para tirios y troyanos. Por tanto, agachará la cabeza y continuará creyendo que el Ecuador es casi un paraíso, cantará su victoria y, sin plata, descubrirá que el gobierno no tiene cómo continuar con el socialismo, el populismo, el endeudamiento agresivo y el derroche fiscal.

El otro candidato, si gana, tendrá que aplicar sus conocimientos y experiencia desde el amanecer del 3 de abril de 2017, para prepararse a administrar la Función Ejecutiva y orientar al Estado, como algo real y no como la oferta.

Su primera acción debería ser la de formar, ya oficialmente, su equipo de trabajo. Cada colaborador de confianza y sus suplentes, deben tener conocimientos especializados y experiencia suficiente para cumplir con eficiencia sus tareas, pero sobre todo deben ser y parecer HONESTOS. El pueblo está hasta la coronilla de la corrupción pública y privada y necesita que sus dirigentes digan la verdad, cumplan eficientemente su trabajo y no busquen formas escondidas de ganar más dinero del que les proporciona su sueldo, por sí, por medio de sus parientes cercanos, utilizando testaferros o creando empresas fantasmas.

La segunda acción debería ser la de elaborar el balance real de la economía del país y de la situación social; y, al finalizar esa acción, seguramente tener un chuchaque mayor que el primero, pero que le va a servir para definir las políticas de corto, mediano y largo plazo a aplicar.

Para ese efecto, comentaré algunos aspectos básicos: Crecimiento de la economía, Plan de Gobierno, Presupuesto del Estado, deuda pública, empleo, estructura institucional, comercio exterior.

Crecimiento de la Economía.- El Ecuador, desde el año 2011, en que registró un crecimiento del 7,9% en el Producto Interno Bruto (PIB), lo que significa que avanzaba a buen paso, empezó a frenar su impulso año tras año, y llegó al 2015 marchando casi en su propio terreno, al crecer solo en el 0,2%. Pero, ello no quedó ahí: en el 2016 y posiblemente este año, hará marcha atrás, porque su PIB, que a precios constantes llegó en el 2015 a 70.354 millones de dólares, en el 2016 y en el 2017 registrará cifras menores, que se acercarán a 65 mil millones, cifra inferior a la del año 2012.

No solo eso, lo dije anteriormente y lo mantengo, el PIB seguirá en cifras negativas o muy bajas durante los cuatro años del próximo gobierno, si no se toman decisiones muy importantes, algunas inmediatas y antipopulares, y otras de impacto gradual, desde el 3 de abril y no desde el 24 de mayo, que es cuando habrá el cambio del Presidente de la República, del gobierno del Estado y esperemos, del desastre económico al modelo dinámico necesario.  

Cuáles podrían ser esas decisiones?

Reforma constitucional.- Es lo esencial. Hay que confirmar pronto si se va a llamar a asamblea constituyente o a consulta popular, lo que sea más rápido y constitucional, para desmontar todo el aparato institucional de Correa. En el Boletín 140 propuse varios cambios fundamentales a la Constitución 2008, que la aprobó el pueblo sin leerla, pero convencido de que le era favorable.

Se necesita asegurar y difundir al pueblo y a los interesados del exterior, que el Ecuador va a tener estabilidad política, seguridad jurídica, desarrollo económico y justicia social; además, presencia internacional acorde con sus intereses, pero racionalmente ubicada en el marco de la globalización tecnológica y económica.

Plan de Gobierno.- Es básico. Hay que elaborarlo con ejecución en los próximos cuatro años, pero con proyección al periodo 2017 – 2030 o más allá, que determine políticas para generar y consolidar un Estado absolutamente democrático, con plenas libertades ciudadanas, dentro de una economía social de mercado, con metas claras de desarrollo.

Para su elaboración, lo mínimo que debería contemplarse es la conformación en abril y la asignación de responsabilidades, a alrededor de 20 comisiones tripartitas: nuevo gobierno – trabajadores y empresarios, que sesionen por 30 días y sugieran políticas y normas a desarrollar o reformar en los 4 años.

A qué se dedicarían esas comisiones? A tratar, en forma particular, cada uno de los aspectos de interés nacional. En lo político, reconciliación nacional, gobernabilidad, reforma institucional, desarrollo regional, seguridad interna, seguridad externa, En lo económico, sectores: agropecuario, minas e hidrocarburos, industrial, construcción, comercio, transporte, comunicaciones, energía, turismo, comercio internacional, inversión, finanzas públicas. En lo social: salud, educación infantil y juvenil, educación superior y desarrollo tecnhológico, empleo, seguridad social, cultura, corrupción.

El Plan de Gobierno 2017 - 2021 debe contar con un financiamiento muy bien concebido, que  tenga dos vertientes, la pública y la privada. La fuente pública debe lograr ingresos suficientes para cubrir gastos corrientes racionalizados, hacer inversiones importantes y pagar la deuda pública, sin olvidarse de formar un fondo que haga posible enfrentar oportunamente eventuales desastres, a los cuales es muy proclive el Ecuador.

Con respecto a la deuda pública, si el país está ahora comprometido a pagar 55 mil millones de dólares, a plazos cortos, con altas tasas de interés y en ciertos casos, condiciones adicionales leoninas, lo racional es renegociar urgentemente esas deudas, buscando nuevos acreedores, que otorguen sus créditos en condiciones favorables al país y consiguiendo plazos mucho más amplios, tasas inferiores y cero condiciones o condiciones de mercado y transparentes.

Si suponemos, solo para este ejercicio, que el capital y los intereses de la deuda actual, en diez años llegarán a superar los 75 mil millones de dólares, pagando partes iguales por año, se necesitarán 7,5 mil millones del Presupuesto General del Estado (PGE), 25% de lo que sumó en 2016 (30 mil millones de dólares.) Eso es inmanejable y si la economía continúa decreciendo anualmente y hay que pagar ese monto, cada año el peso de la deuda sobre el PGE sería mayor y eso no cabe, porque habría que cortar fuertemente el gasto corriente y olvidarse de efectuar las inversiones que el país necesita, incluso para mantener en funcionamiento la infraestructura existente y completar los proyectos en marcha. 

Tributación.- Puesto que el candidato ha ofrecido eliminar varios impuestos, pero no reducir la recaudación global, tendrá que buscar que la empresa privada multiplique sus inversiones y sus actividades, para mejorar la tributación y generar nuevos contribuyentes, con más empleo y más dinamismo económico. Ello le llevará a enviar al exterior un mensaje de seguridad jurídica en el largo plazo, que resulte atractivo para prestamistas e inversionistas. Ahora, el que cale ese mensaje no será cuestión de pocos meses. Entonces, la situación es grave.

Ya se llegó al techo de la tributación nacional, en alrededor de 15 mil millones de dólares y, bajo las condiciones actuales, será difícil que ese monto no se siga reduciendo en los próximos años. Por tanto, el nuevo Gobierno va a necesitar cobrar los montos pendientes, reducir la evasión, aumentar el número de los contribuyentes del impuesto a la renta (ahora es un porcentaje bajo), cobrar un porcentaje mayor a los que más ganan; y, por el lado del gasto, racionalizar los subsidios, porque no es justo que éstos sean generalizados, como en el caso del gas, pues perjudican a los más pobres en beneficio de los ricos.

Empleo.- Su generación es otro problema fundamental. El candidato ha ofrecido generar un millón de empleos en cuatro años y el Presidente debe cumplirlo. Claro que lo puede hacer en forma escalonada: 100 mil empleos en el primer año, 200 mil en el segundo, 300 mil en el tercero y 400 mil en el cuarto, pero las políticas para hacerlo de ese modo o a razón de 250 mil por año, deben estar listas, porque ya que ese tema es la base de la campaña, será la cuenta que su oposición le reclamará con mayor insistencia y mucha razón.

Por una parte, hay que aumentar o por lo menos mantener los empleos públicos en educación, salud y seguridad social. Por otra, hay que eliminar entidades inservibles; racionalizar el gasto de ministerios y entidades necesarios; limitar el número de asesores y otros funcionarios de confianza de los ministros; reducir las oficinas y muchos burócratas existentes en el exterior, que le cuestan al país un ojo de la cara; mandar a su casa a la gente de contrato que no tenga los conocimientos y experiencia necesarios y darles a los demás servidores públicos la estabilidad que requieren; dejar el parque automotor en el número necesario; vender algunos edificios y otros activos improductivos; vivir con austeridad.

Productividad Nacional.- Esta es la suma de la efectividad del Estado y la competitividad de las empresas. El gobierno actual invirtió mucha deuda y una parte moderada de sus enormes ingresos, en centrales hidroeléctricas, carreteras y algunas otras obras de infraestructura; pero, se olvidó o no quiso (pensando en el desarrollo endógeno) invertir en los puertos para las operaciones internacionales, que es por donde se mueve el comercio exterior. 

Recién al final de su mandato se acordó de contratar mejoras en los puertos de El Oro, Guayas y Manabí, movido por la necesidad de obtener recursos financieros de los adjudicatarios, más que por deseo de impulsar el comercio.

Es imprescindible que, en el menor plazo posible, por lo menos uno de los puertos nacionales tenga la capacidad de recibir los barcos más modernos, de alto calado y de gran capacidad de carga. De otra manera, los fletes desde y hacia el país serán mucho más caros que los de los países vecinos y eso afectará la competitividad de nuestros productos en el mundo, ya comprometida porque no tenemos acuerdos comerciales, y Colombia y Perú sí los tienen.

Es prioritario aprovechar el acuerdo con la Unión Europea, definir un acuerdo comercial con los Estados Unidos, entrar a la Alianza del Pacífico, mejorar la Comunidad Andina y buscar acuerdos con países y bloques en los cuales se pueda lograr ventas e inversiones significativas. El comercio no tiene ideologías.

De otro lado, hay que aprender de Colombia el manejo de las zonas francas, pues tiene varias exitosas. Hay que evitar que las aduanas sean el cuello de botella para el funcionamiento de esas zonas, como sucede desde hace muchos años. Para la industria, el comercio, el turismo, la salud, son fundamentales. Finalmente, varias de las oficinas comerciales del Ecuador en el mundo deben ser reubicadas y su personal debe ser seleccionado por capacidad técnica, experiencia y manejo fluido del idioma del país en el cual va a trabajar.
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