BOLETÍN 110 - 26 de diciembre de
2015
1. LAS DECISIONES
OFICIALES SOBRE COMERCIO EXTERIOR 2007-2015.- Durante ese largo
periodo, el gobierno ignoró la importancia del comercio exterior para el
desarrollo nacional y pensó que, con exportar petróleo a altos precios bastaba
y sobraba, sin ni siquiera aumentar el volumen del producto; por ello, no
consideró cuatro aspectos fundamentales: uno, el incremento de la producción
nacional para los mercados interno y externo, depende en alto grado del
comercio exterior; dos, las exportaciones no petroleras deben ser impulsadas
fuertemente, para no depender casi totalmente de la venta de petróleo para la
obtención de divisas propias; tres, las importaciones de materias primas, maquinaria y
equipo son parte esencial de la producción nacional; cuatro, para el comercio
exterior del país es fundamental el trasporte marítimo, que requiere de puertos
eficientes y profundos, para que puedan llegar barcos de alto calado.
En forma opuesta a lo
requerido, entre otras decisiones, el Presidente alineó las otras funciones del Estado bajo la tutela
de la Función Ejecutiva, generó desde el 2007 inseguridad jurídica para el
sector privado, se negó a suscribir acuerdos comerciales con
los principales mercados mundiales, se distanció políticamente de países
amigos, se acercó a los países del ALBA y otros socialistas del mundo,
reservó para el Estado la administración de los sectores estratégicos (dejando
la puerta abierta para incluir entre ellos al sector productivo que le parezca
conveniente), calificó muy negativamente a los empresarios financieros y no
financieros, hizo todo lo posible para que se vaya o no llegue inversión
extranjera, aumentó excesivamente la carga tributaria y las obligaciones de las
empresas con los trabajadores y con varias entidades públicas; no mejoró las
condiciones de los puertos.
En todo caso, las más
importantes decisiones que el gobierno muestra, con miras a fortalecer el
comercio exterior, son: crear el Ministerio de Comercio Exterior; impulsar el
desarrollo de la matriz energética, con la idea de que esta empiece a dar
frutos en el año 2016; iniciar acciones para transformar en 20 años la matriz
productiva, de manera que el Ecuador deje de ser exportador de productos
primarios e ingrese en el selecto grupo de los países exportadores de productos
industriales y de servicios con tecnología de punta; suscribir (tardíamente) el
Acuerdo Comercial con la Unión Europea; aumentar en países donde no debía
oficinas comerciales aprobar la creación de la universidad Yachay, como núcleo
de un centro de investigación científica y tecnológica y de formación de
profesionales de cuarto nivel, con la más exigente preparación para competir en
el mundo; poner en funcionamiento el aeropuerto nuevo internacional de Quito,
para que puedan hacerse desde esta ciudad más vuelos intercontinentales; y, ofrecer
que habilitará a los puertos nacionales más importantes, para que puedan
recibir barcos porta-contenedores medianos.
Todo esto
resulta interesante; pero, es insuficiente, porque cada
proyecto debería dar frutos en el corto, mediano y largo plazo, de modo que el
país se dinamice y no registre las modestas y cada vez menores tasas de
crecimiento del PIB de los últimos años, sino cifras que realmente lo saquen
del subdesarrollo y lo pongan en el lugar económico y social que se merece.
Lamentablemente, las políticas
macroeconómicas que se aplican desde el año 2007; la fuerte caída del precio
internacional del petróleo; la apreciación del dólar en el mundo, que encarece
las exportaciones nacionales; el oficialmente reconocido fracaso en la aplicación del Código
de la Producción del año 2010, que hasta ahora no ha atraído inversiones; la
multiplicación de los controles gubernamentales sobre las empresas; el
creciente endeudamiento con China y el muy difícil acceso a otras escasas
fuentes de recursos financieros; la paralización de las negociaciones con las
empresas mineras; hacen que se dude de que se vaya a llegar a las metas
propuestas. Para citar solo dos temas, en el caso de la universidad Yachay y en
el cambio de la matriz productiva, los efectos trascendentes, que es difícil
que lleguen, lo harían solamente después de varios años, en el mejor de los
casos tiempo después de este gobierno; y, por tanto, no provocarán cambios
importantes en el inmediato futuro.
Así, hasta
más allá del 2017, el país seguirá siendo básicamente exportador primario, con el petróleo en muy bajos niveles, y lo que hay que
desear es que el precio de ese producto no siga bajando, para que la economía
no se resienta más de lo que ya se experimenta y la dolarización no peligre.
Como se sabe, los demás productos exportables no tienen la trascendencia
económica nacional y especialmente estatal del petróleo, aunque algunos de
ellos, como el banano, el camarón y las flores, son generadores de importante
ocupación directa e indirecta, para cientos de miles de personas.
2.
PROPUESTA DE
POLÍTICA DE COMERCIO EXTERIOR.- El objetivo general de esta política, en
el 2016, debe ser la generación de divisas petroleras y no petroleras, por tres
vías: incrementar sustancialmente, diversificar y desarrollar tecnológicamente
las exportaciones del Ecuador, multiplicando los productores, los productos y
los destinos; reducir las importaciones, especialmente las de combustibles y de
productos de consumo; y, crear las condiciones de infraestructura y servicios
para que eso se produzca en alto grado y en el menor plazo posible.
Por tanto, algunos objetivos específicos y básicos que se sugiere para
la política de comercio exterior 2016, son:
1.
Ya que es tarde para que el actual
gobierno adopte una política de Estado (de largo plazo) relativa al
comercio exterior, por lo menos iniciar el necesario giro de 180 grados en las
políticas gubernamentales, reconociendo los errores pasados; y, otorgar a
las empresas privadas nacionales e internacionales, las garantías suficientes
para que puedan trabajar en paz, con seguridad jurídica y libertad de acción,
en forma coordinada con el gobierno central y buscando la necesaria proyección
al mercado internacional.
2.
Concluir el cambio de la matriz
energética, hasta terminar la construcción de las centrales
hidroeléctricas, para ahorrar anualmente al menos 450 millones de dólares,
con los que ahora se importa una parte de la energía que se consume
internamente.
3.
Avanzar en la parte inicial de la
transformación de la matriz productiva, para incrementar las actuales exportaciones
y desarrollar nuevas, priorizando los
productos que ya tienen prestigio en el mundo y los clúster alrededor de ellos.
La meta debería ser una creciente exportación agroindustrial con mucho mayor
valor agregado.
Los datos
del BCE dicen que el país exportó en 2014 a más de 160 países de los 220 que
hay en el mundo. Esto diría que el Ecuador tiene una buena diversificación de
destinos, pero la realidad es que menos de 10 mercados representan el 90% de
las exportaciones. Entre enero y septiembre de
2015, Estados Unidos adquirió el
41,1% de las exportaciones nacionales, Chile el 6,5%, Perú el 5,1%, Colombia el
4,2%, y los otros 157 países registrados solamente compraron, en conjunto, el 43%. De
manera que, el abanico de naciones a las que se les puede exportar mayores
cantidades, es enorme.
Se
recuerda que el Ecuador solo participa con el uno por mil de las exportaciones
mundiales y que, en consecuencia, debe diversificar sus ventas, principalmente
dentro de los mismos países que ahora son sus mercados. En los Estados Unidos,
Nueva York es un mercado de similar importancia en valor, como la India;
Chicago equivale a Australia; Boston es igual que Taiwán; Dallas significa lo
mismo que Arabia Saudita; San Francisco tiene la importancia de Hong Kong y
Milwaukee representa lo mismo que Pakistán. Allí hay mercados relevantes y no en Bielorusia, Nicaragua o Bolivia.
4.
Contribuir al incremento dinámico de una
oferta exportable competitiva. Es prioritario el aumento significativo de la exportación de minerales
propios procesados, la exportación de productos industriales nuevos que
signifiquen al menos USD 100 millones cada uno; la exportación de servicios
financieros y de distribución física internacional (DFI), la venta de software, el aprovechamiento de
la ruta Manta – Manaos, un programa de reforestación planificada, con miras a
producir madera y productos de la madera, en los que el país es muy competitivo;
el incremento a dos millones anuales, de
los turistas hacia el Ecuador.
5.
Garantizar el trato nacional a la
inversión extranjera directa orientada a generar producción exportable y
autorizar la repatriación de esa inversión y sus réditos cuando sea menester. También,
vigilar que se respeten los derechos adquiridos en virtud de los acuerdos
internacionales de propiedad intelectual y de la ley nacional respectiva.
6.
Lograr que en la exportación nacional
tengan mayor participación relativa y absoluta las MIPYMES. Esto debe ser
el resultado de una labor tenaz, diaria y técnica del Gobierno, que las apoye
con crédito, asistencia técnica, información y promoción de la asociatividad;
que les lleve a cumplir con los requerimientos de competitividad de los mercados
de destino, en: cantidad, calidad, precio, oportunidad de acceso, requisitos
legales e institucionales. El Gobierno debe tener presente que las empresas
productoras del país, todas menos unas pocas excepciones, a nivel internacional
son pequeñas y a lo sumo medianas; y que, por tanto, necesitan el apoyo del Gobierno
para alcanzar competitividad y tener las condiciones que hagan posible la
productividad nacional. La visión “endógena” y sesgada ideológicamente no producirá
el efecto de aumentar la exportación y los exportadores. Las llamadas grandes
empresas productoras nacionales se apoyan en las medianas y éstas a su vez en
las pequeñas, con integración vertical u horizontal, para cumplir con los requisitos
que debe cumplir el “producto total” de exportación.
7.
Financiar y suscribir los contratos para
que los puertos, Guayaquil y Manta,
eventualmente Puerto Bolívar, estén en capacidad de operar con al menos 11
metros de profundidad para el acceso de barcos porta-contenedores de mediana
capacidad.
8.
Negociar oportunamente con Panamá,
tarifas y otras condiciones para el paso de la carga ecuatoriana por las nuevas
facilidades del Canal, que entrará pronto en operación.
9.
Lograr resultados favorables en las
negociaciones internacionales, de la
Organización Mundial de Comercio, la ALADI, la UNASUR, la CAN y otros
organismos internacionales, para precautelar el respeto de los derechos
adquiridos en los acuerdos internacionales de que es parte el Ecuador. Junto
con ello, iniciar la negociación de
acuerdos comerciales o de cooperación con los Estados Unidos y todos los
países cuyos mercados sean de importancia para el desarrollo de las
exportaciones y con los cuales carecemos de normas claras y permanentes de
acción. Desde el 18 de mayo de 2004 el Ecuador solo ha logrado un acuerdo
comercial significativo, el suscrito con la UE, mientras que sus vecinos y
otros países sudamericanos han suscrito varios muy importantes.
10.
Mejorar el sistema nacional de
información sobre el comportamiento del comercio internacional y exterior, para
que los empresarios puedan conocer datos ciertos y suficientes sobre la
evolución de las exportaciones e importaciones en el menor plazo. Es básico
que el gobierno facilite información especializada y oportuna por Internet
sobre el marco legal nacional e internacional que rige la producción y su
relación con el Ecuador, estudios de mercados y de productos que orienten a los
inversionistas, apoyo para la organización de ferias internacionales anuales o
bianuales en las principales ciudades, según su especialización productiva.
11.
Reforzar el sistema institucional de
dirección del comercio exterior y de promoción de las exportaciones, para
que al interior del país y en el exterior, trabaje técnicamente y con total
autonomía del manejo político de las relaciones internacionales. No cabe que el
trabajo del Ministerio de Comercio Exterior resulte inútil mediatizado por
acciones de la Cancillería. Además, procurar permanentemente la formación y la
capacitación de funcionarios públicos y privados expertos en economía
internacional y comercio exterior.
12.
Adoptar una política de importación de
maquinaria y equipos que permita al país aumentar el abanico de productos
de exportación con tecnología de punta.
13.
Importar cada año un valor relativo
menor, sobre todo de productos de consumo y combustibles. Para ello,
efectuar un efectivo proceso de sustitución de importaciones (sin exagerar en
el proteccionismo). En ese sentido, ampliar la capacidad de refinación de
petróleo es una prioridad; racionalizar los precios reduciendo gradualmente los
subsidios y focalizándolos, es otra; producir petroquímica es una tercera,
14.
Reducir las prácticas ilegales de
comercio exterior; entre ellas, el contrabando de bienes en general, el
tráfico de armas y de drogas, el coyoterismo, la trata de blancas, el comercio
de órganos y el lavado de activos resultante de los dineros mal habidos.
Eliminarlas o por lo menos reducirlas en gran medida es una tarea urgente. Pero,
si el país agrava sus problemas socioeconómicos y el gobierno vuelve blandas o
elimina las sanciones para los delincuentes, como pasa en el Ecuador, el resultado
es que ellos aumentan y se perfeccionan.
15.
Incorporar al COMEX representantes
empresariales y laborales, con voz y voto, que impulsen la competitividad y el desarrollo dinámico de las
exportaciones legales.
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