domingo, 27 de septiembre de 2015

Boletín 105 LAS POLÍTICAS MACROECONÓMICAS



BOLETÍN 105: LAS POLÍTICAS MACROECONÓMICAS
Eco. Luis Luna Osorio MBA            26 de Septiembre de 2015

INTRODUCCIÓN.- Para todos los países y los gobiernos del mundo son muy importantes cuatro políticas macroeconómicas: la monetaria, cuyo indicador es la tasa de inflación; la financiera, cuyo indicador es la tasa de interés; la fiscal, cuyo indicador es el saldo del presupuesto general del Estado; y, la cambiaria, cuyo indicador es la tasa o tipo de cambio.
Para los ministros de economía es fundamental mantener el equilibrio entre esas cuatro políticas; pues, en la medida en que una de ellas se distorsiona, hay que trabajar en las otras políticas para llegar nuevamente al equilibrio. Desde un punto de vista gráfico, las cuatro políticas deben formar idealmente un cuadrado y cuando uno de los lados se agranda o se reduce por causa de algún factor interno o externo, hay que volver a formar el cuadrado, aplicando las medidas que se considere más aconsejables para el problema y el momento. 

Un problema cierto del gobierno ecuatoriano es que no tiene capacidad de manejo de la política cambiaria, pues las decisiones sobre el dólar se toman en la Reserva Federal de los Estados Unidos; en consecuencia, cuando el ministro de finanzas tiene que arreglar un desequilibrio estructural, carece de una de las cuatro herramientas teóricamente disponibles, que por la dolarización está fija.  

LOS CUATRO INDICADORES MACROECONÓMICOS

LA TASA DE INFLACIÓN.- Registra el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios en un país. El cálculo de este indicador se hace sobre la base de una canasta de bienes y servicios, que considera las diferencias y los cambios en los hábitos de consumo de la población, a partir de un año base.

En el Ecuador, la canasta incluye un grupo de 359 productos (bienes y servicios) de consumo final, ya sea alimenticios o de otras categorías, como la vivienda, el vestido, la educación, la salud, las comunicaciones, la energía, el transporte, el entretenimiento, etc. A cada producto se le asigna un valor relativo ponderado según el grupo de consumidores para el cual se calcula, de manera que si es para el grupo de ingresos bajos tendrá mayor importancia el uso de la transportación colectiva que la privada, mientras que para la clase media será mayor el porcentaje asignado al transporte en vehículo propio que al uso del bus. El cálculo se efectúa en las nueve ciudades mayores del país y no considera las ciudades fronterizas, porque éstas reciben influencia de los precios del país vecino.
En relación con ello, recuerde el lector que, en estos últimos meses, el impacto en el Ecuador de la devaluación de las monedas en Colombia y Perú, ha generado una corriente enorme de personas del interior del país hacia las ciudades fronterizas colombianas y peruanas, para comprar todo tipo de productos, que incluso ha afectado el comercio y los precios de ciudades del interior del país, en algunos casos incluso de Quito, y no solamente de Tulcán o Huaquillas. 

LA TASA DE INTERÉS.- Es el costo del dinero. Es el valor porcentual que se cobra como retribución a un depósito de dinero en una entidad financiera (tasa pasiva) o que se paga sobre el valor de un crédito recibido (tasa activa). El mayor costo del dinero afecta al consumo y reduce la inversión, especialmente en la construcción. Sirve para controlar la inflación y afectar o inducir el crecimiento.

La tasa de interés real es la diferencia entre la tasa de interés nominal menos la tasa de inflación. La tasa nominal está afectada por la tasa de inflación. Quienes invierten desean mantener el valor constante de sus inversiones y recuperarlas con un cierto rendimiento; pero, si los precios aumentan y lo hacen más que la tasa de interés, el poder real de la moneda disminuye y las inversiones no alcanzan el rendimiento esperado y hasta pueden perder. 

La tasa de interés refleja la escasa o amplia disponibilidad de recursos existentes en el mercado para la inversión y la necesidad de crédito del sistema productivo. Informa también, de manera importante, el grado de confianza de los empresarios con respecto al desarrollo del país y las políticas del gobierno. Por otra parte, la tasa de interés debe reflejar la tasa de inflación.

En varios de los países desarrollados, las tasas de interés son muy bajas, casi en cero, y cuando se las mueve en apenas un cuarto o un medio por ciento al año, causan movimientos importantes en las asignaciones de los recursos al ahorro y la inversión. Por supuesto, la tasa de inflación es muy baja y está en relación con esta tasa. En cambio, en los países subdesarrollados las tasas de interés activas son altas y la diferencia con las tasas pasivas es importante, de manera que no hay mucho atractivo para el ahorro y la inversión. Los capitales de los países desarrollados no se mueven hacia esos mercados fácilmente, porque no hay certidumbre sobre las políticas estatales relacionadas con el sistema financiero y las ganancias en moneda nacional pueden esfumarse si hay devaluaciones u otras medidas, como los aumentos de la tributación o las remuneraciones reales de los trabajadores. 

Cuando la tasa de interés real es mayor en un país A que en otro B, lo usual es que A atraiga inversiones procedentes de B y que la moneda de este país pierda valor frente a la otra. Esto es lo que ahora pasa con el dólar de los Estados Unidos frente al euro y otras monedas y por tanto el dólar se aprecia. 

EL SALDO DEL PRESUPUESTO ANUAL DEL ESTADO.- El Presupuesto del Estado refleja la política económica del gobierno, dispendiosa, inversionista o previsora. El saldo indica la forma en que se han utilizado los recursos estatales en un periodo. Un saldo positivo es interesante, pero puede mostrar la incapacidad de los ejecutores de las políticas sectoriales para utilizar los fondos asignados y desarrollar los proyectos que les han sido encomendados; un déficit no siempre es malo, porque puede señalar que ciertos programas o proyectos requirieron más recursos de los previstos, porque se encareció alguno de los factores de la producción o porque apareció un gasto necesario pero no previsto, por causas exógenas. 

El Presupuesto del Estado del Ecuador 2015 es un ejemplo, porque nació con un déficit enorme, que se agravó de entrada, cuando el precio del petróleo empezó a caer por debajo de los 79,70 dólares calculados para el precio del barril de petróleo como referencia para los ingresos del Estado y que cada día se reduce más; al punto que se habla de un déficit muy elevado y una incapacidad de financiarlo en condiciones aceptables, de alrededor de 5 mil millones de dólares. 

EL TIPO DE CAMBIO.- Es la relación cuantitativa entre la moneda de un país y las de los otros países, de manera que los desequilibrios, generalmente de efecto negativo para los países subdesarrollados, inducen a decidir la devaluación, que se orienta a lograr un nuevo equilibrio.
 
Generalmente, la referencia principal es aquella que relaciona la moneda nacional con la del país con el cual los vínculos comerciales son mayores. El tipo de cambio puede ser: oficial, único y fijo, definido por el gobierno; o, libre, dirigido, fluctuante, en flotación sucia, múltiple. Las variaciones en las tasas de inflación dentro de dos países determinan la paridad del tipo de cambio entre esos países.

LA SITUACIÓN ACTUAL DEL ECUADOR.- Con respecto a los indicadores de las cuatro políticas macroeconómicas, la situación es la siguiente: la tasa de inflación está subiendo y puede superar a la tasa de interés pasiva; si ese fuese el caso en algún momento, la gente que deposita dinero en el sistema financiero, con al afán de ganar unos pocos dólares, en la práctica estaría perdiendo su capacidad adquisitiva y eso la motivaría a gastar apenas recibe sus ingresos; hoy mismo, la poca diferencia entre las tasas de inflación y de interés pasiva no es favorable al ahorro, lo que afecta a los depósitos en el sistema financiero, aparte de que ya no existe o rebajará el gasto público, en la medida que se ha decidido reducir el presupuesto del Estado para el 2015, en al menos 2.200 millones de dólares.

De otro lado, el dólar se está apreciando en los mercados internacionales, lo que significa que los productos nacionales se vuelven más caros en el mercado mundial y por tanto pierden capacidad competitiva, mientras que los productos extranjeros no estadounidenses se vuelven más baratos en el país y por tanto pueden generar una mayor demanda del exterior (lo que sucede ahora con las compras masivas en Ipiales es una muestra de esta situación); en tercer lugar, la tasa de interés pasiva está mal tratada por el gobierno, que marca una gran diferencia entre las tasas activa y pasiva, con lo cual, para la población no resulta interesante ahorrar si es que en algún momento tiene disponibilidad para ello.

La dolarización se originó en el año 2000 con un tipo de cambio oficial, único y fijo de 25 mil sucres por dólar; pero, en la historia económica del país, se podría decir que se ha practicado la mayoría de las formas de tipo de cambio antes mencionadas, dependiendo de las circunstancias que le ha tocado enfrentar a cada gobierno. 

Para establecer un tipo de cambio más certero, el banco central utiliza en cada país  una canasta de monedas de diversos países con los cuales hay las mejores relaciones comerciales.

En el Ecuador se utiliza los datos anuales de las exportaciones f.o.b. (excepto las de petróleo) e importaciones f.o.b. de un período. Con esta información se establece, para cada año, el porcentaje que representan las exportaciones e importaciones de cada país, dentro del total de exportaciones e importaciones nacionales. Con los datos obtenidos, el Banco Central determina el promedio simple de los porcentajes e identifica a los países con mayor peso relativo que, en conjunto,  deben representar alrededor del 90 por ciento del comercio exterior para el período definido. Esto permite conformar la canasta de países.

En el caso del Ecuador, esa canasta está conformada por la Unión Europea (el euro), Japón (el yen), China (el yuan), Chile (el peso), Perú (el sol), Colombia (el peso) y otros países hasta completar el 90% del intercambio f.o.b.

El Presidente de la República dijo hace poco que quisiera tener la posibilidad de devaluar, porque de esa forma arreglaría los problemas fiscales. Hay que recordar que él, desde sus tiempos de profesor y cuando no tenía idea de llegar al cargo que ocupa, era contrario a la dolarización. En consecuencia, era partidario de tener moneda propia. Cuando llegó al poder se dio cuenta de que una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín y durante los ocho años anteriores, seguramente habrá esperado y hasta buscado la oportunidad de abandonar el dólar como moneda de libre curso en el Ecuador; pero, el costo sería muy elevado; porque lo que significa una devaluación es que el patrimonio nacional (todos los bienes del país susceptibles de comercializarse), pierde valor en relación con las monedas extranjeras y se logra incrementar las exportaciones de bienes y servicios un tanto, pero se encarecen las importaciones de todos los productos, en un país que depende en forma muy importante de los abastecimientos externos.

Los partidarios de una devaluación afirman que ella ayuda a un país a recuperar su competitividad internacional y facilita a la economía salir de una recesión, eliminar el déficit comercial y disminuir el desempleo. Los que están en contra de esa medida afirman que esa medida es perjudicial, porque actúa en contra del sistema de tipo de cambio fijo, que los agentes económicos quedan siempre a la espera de una nueva devaluación y esto presiona para se produzca una espiral devaluatoria que afecta el sistema de precios. Además, afirman que, aunque no haya una devaluación nominal, la economía se podría ajustar automáticamente a través de un ajuste en los precios y no en el tipo de cambio nominal.

Si en algún momento un gobierno del Ecuador decidiera volver a una moneda nacional, el problema inicial sería definir la relación entre esa nueva moneda y el dólar, problema harto difícil de resolver, porque no solo tendría implicaciones económicas graves, sino que provocaría reacciones políticas impredecibles y un largo proceso de ajuste social, en el que los más afectados serían los pobres, por la incidencia que tendría el continuo ajuste para reducir la tasa de inflación. 

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