BOLETÍN 89: PROYECTO DE LEY DE INCENTIVOS
Y PREVENCIÓN DEL FRAUDE FISCAL
Eco.
Luis Luna Osorio MBA DICIEMBRE 13
de 2014
El autor de este boletín, mientras estaba
escribiendo un artículo sobre el Presupuesto del Estado para el año 2015 (que
antes de regir ya quedó sin su base del precio petrolero de USD 79,70); recibió,
de parte de un muy buen amigo, una comunicación (e-mail) que, en este ambiente
navideño, sirve para analizar la diferencia entre la política de atracción de inversiones
del Ecuador, sin resultados importantes; y, la de otros países, entre ellos los
vecinos, con cifras grandes y de impacto sustancial en las economías respectivas.
Los escenarios están en dos cafeterías; una que
pretende atraer clientes VIP, en donde al consumidor tratan de darle buena
atención, enumerándole las distintas opciones que tiene para deleitar su
paladar; pero, acaban por fastidiarle; otra, sin complejos de “los primeros
y los mejores”, en la que le escuchan hablar sobre lo que quiere, se lo
sirven de inmediato y el cliente se vuelve un asiduo.
El autor se ha permitido hacerle algunos arreglos al
diálogo recibido en el e-mail, para enfocar mejor el tema al cual se refiere el
título.
CAFETERÍA
QUE PRETENDE ATRAER CLIENTES VIP (Muy importantes)
|
El Código de la
Producción fue diseñado en el año 2010 por el Gobierno para atraer inversiones;
pero, desde entonces hasta la fecha no ha escuchado a los clientes (los
inversionistas nacionales y extranjeros) que han pedido solamente la
autorización para invertir en el país (tomarse el café) con base en un
marco legal claro y definido (entrar a la cafetería, pedir el café,
recibirlo, ponerle azúcar, mecer el contenido, saborearlo, pagar y salir), que les
permita obtener utilidades pagando los tributos respectivos (deleitar el
paladar a cambio del costo del café) y volverse cliente asiduo de la
cafetería (el país).
Le ofrecieron al
inversionista en el Código de la Producción, Libro II, Del Desarrollo de la
Inversión Productiva y de sus Instrumentos, Capítulo III, Derechos de los
Inversionistas:
Libertad de
producción y comercialización de bienes y servicios lícitos….,
Acceso a los
procedimientos administrativos y acciones de control que establezca el Estado
para evitar cualquier práctica especulativa o de monopolio…
Libertad de
importación y exportación de bienes y servicios ….,
Libre transferencia
al exterior en divisas, de las ganancias periódicas o utilidades que provengan
de la inversión extranjera registrada ….
Libertad para
adquirir, transferir o enajenar acciones, participaciones o derechos ...
Libre acceso al
sistema financiero nacional y al mercado de valores ….
Sin embargo, en
la vida real es grande la serie de problemas que el inversionista nacional o
extranjero debe afrontar y que sabe que pueden crearse en el futuro, lo que le fastidia
como al señor que quería tomar el café, y prefiere otros países. Por qué no permanece,
pese a toda la variada oferta y se marcha hacia otros lares?
Porque en el Ecuador se
proclama la aplicación del socialismo del siglo XXI como la política
fundamental del gobierno; se niega la posibilidad de llegar a acuerdos
comerciales con países que son clientes principales del país y se estrecha
relaciones con otros que nada aportan ni política ni económicamente al prestigio
y al desarrollo nacional y hasta resultan negativos; se produce centenas de
normas anuales y se crea decenas de instituciones, procedimientos y trámites
orientados a controlar la actividad empresarial; se muestra en cada oportunidad
que es posible, dentro y fuera del país, la animosidad contra los empresarios; se
denuncia los convenios recíprocos de inversión con países potencialmente capaces
de invertir en el Ecuador; se pone en
vigencia el impuesto a la salida de divisas y la restricción a la inversión en
los sectores estratégicos; se considera que las ganancias de las empresas por
encima de determinado porcentaje no son aceptables; se limita las
remuneraciones para los altos funcionarios de las empresas y se las vincula a
los salarios mínimos que se paguen en las ellas; se exige pagar un
anticipo del impuesto a la renta con base en las utilidades del año anterior y
gane o pierda, la empresa debe pagar el famoso e irrecuperable “anticipo”; las reglas de juego se cambian apenas el Estado ve que al empresario le
va bien en sus negocios.
Como el cliente del café en
leche, los inversionistas se ubican satisfechos en otras partes, donde reciben
lo que desean, son bien recibidos, se confía en ellos, obtienen su satisfacción
al costo adecuado y rentable para el Estado y pueden volver cuando quieran,
porque las reglas son claras y simples.
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