BOLETÍN 86: LA GLOBALIZACIÓN
Eco. Luis Luna Osorio MBA OCTUBRE 26 de 2014
La globalización es un proceso que se inició hace miles de años, cuando
uno de los hombres primitivos de alguna parte del mundo, no solo se preguntó:
Qué habrá más allá del horizonte?, sino que
caminó hasta descubrirlo. Después, muchos hombres caminaron o navegaron
cortas o largas distancias para
satisfacer su curiosidad y fueron, poco a poco, encontrando nuevas tierras,
nuevos paisajes, otras plantas, otros animales, otros seres humanos, hasta que
la humanidad recorrió los 360 grados de la esfera terrestre y llegó a la actual
globalización, en la que estamos todos comprometidos.
Un hito en este aspecto fue el
marcado por Cristóbal Colón, cuando pensando en llegar a la India por un nuevo
camino, arribó a América y la conquistó para España, para después morir sin
saber que había logrado descubrir un nuevo continente, no obstante que hizo
varios viajes a este continente.
Muchos inventos han permitido
que el mundo, que era sumamente grande para todos los humanos hasta hace unos
cien años, en la actualidad casi no tenga distancias reales en unos aspectos
(las telecomunicaciones) y en otros tenga distancias cada vez más cortas en
tiempo, gracias a los barcos, los trenes de alta velocidad, los aviones y los
cohetes.
El resultado es que los
pueblos del mundo, enlazados por esos inventos, han podido vincularse e
intercambiar conocimientos científicos y técnicos, capitales, bienes y
servicios, en grandes volúmenes, y cada vez se parecen más, en la producción,
el consumo, la cultura, la política, las normas de vida; al punto que ya no
solo se habla de globalización, sino de aplanamiento de la Tierra, en un
proceso en el que todos los humanos estaríamos parados junto a una sola línea
de partida hacia el bienestar económico, y que es responsabilidad propia y de
los gobiernos llegar primeros o últimos, dependiendo de nuestra propia
competitividad y de la efectividad de los líderes.
De allí han surgido dos maneras de ver la
globalización: la tecnológica y la económica.
La globalización tecnológica surge especialmente del desarrollo dinámico e imparable
de la informática, la electrónica, las telecomunicaciones y los transportes, que
para bien o para mal nos afectan a todos los seres vivos.
La globalización económica
resulta del gradual entrecruzamiento de los intereses de los países; de su
confluencia hacia la aplicación de formas de desarrollo muy similares; y, de
intercambios masivos, en los cuales juega un papel fundamental, ya no la tierra
ni el capital, sino el trabajo resultante del conocimiento especializado,
enmarcado en una gran visión mundial de los problemas.
Con respecto a la Informática, el “2020 Science Group”, descubre que las nuevas
herramientas de software desarrolladas en la ciencia computacional, tendrán el
potencial para transformar profundamente las ciencias, especialmente las ciencias
de la vida, en la próxima década o más adelante. Estos avances pueden acelerar
la capacidad de los científicos para enfocar algunos de los mayores retos que
enfrenta el mundo, como el cambio climático y las epidemias globales. Las
herramientas de software que permiten modelar con más precisión y solidez los
sistemas complejos, permitirán tratar más acertadamente las epidemias
potenciales como la gripe aviar, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS),
la malaria o el ébola, ayudando así a evitar miles de muertes, graves desastres
y mejorando la respuesta a los brotes en tiempo real.
El
profesor Stephen Emmott, director de los programas de investigación científica
de Microsoft en Europa y presidente del “2020 Science Group”, destacó la
necesidad de aplicar la ciencia computacional de vanguardia, para encontrar más
rápidamente las soluciones a los retos a los que se enfrenta la humanidad. Un
informe de Science Group hace 10 recomendaciones, enfatizando estas
necesidades: poner la ciencia y la innovación de la ciencia como una de las
prioridades para la sociedad; reconsiderar cómo los científicos del mañana se
inspirarán y formarán a todos los niveles; encontrar nuevas formas para
aumentar la preocupación pública sobre la importancia de la investigación
científica; y, aumentar el peso de la investigación científica y tecnológica en
la agenda política.
Respecto
a la electrónica, hacia el 2020 se
multiplicarán los dispositivos electrónicos y materiales sintéticos dentro del
cuerpo humano. Ya existen marcapasos, implantes cocleares (para poder oír), los
ojos biónicos y órganos sintéticos. Esta tendencia se acelerará en los próximos
años, permitiendo rápidos avances en la salud humana. Pero, surgirán numerosos
debates sobre cuestiones éticas fundamentales y los derechos humanos. Para
saber más de este tema, se recomienda ver el documental The Transcendent Man: The Singularity is Near. http://www.mujeresconsejeras.com/las-25-nuevas-tecnologias-que-triunfaran-entre-2015-2020/2013/10/14/
Las
telecomunicaciones permiten ahora la
comunicación planetaria e inclusive fuera del planeta, en tiempo real. Para el
2020 habrá una expansión increíble de las telecomunicaciones en sus diversas
formas y de la circulación mundial de datos. ¿Qué generará esta creciente
demanda de datos? Una mayor proliferación de dispositivos móviles como smartphones
y tabletas, pero también otros equipos que estarán permanentemente conectados a
la red, en lo que se ha denominado Machine to Machine (M2M). Actualmente, 50
por ciento de los embarques de teléfonos corresponden a smartphones, lo cual
significa que en los próximos años la migración de los usuarios hacia teléfonos
inteligentes será cada vez mayor; por lo tanto, no sería extraño ser testigos
de los primeros apagones de 2G en países como Estados Unidos, algunos de
Asia-Pacífico e incluso Europa, pero queda la incertidumbre del uso del
espectro. A nivel mundial, los usuarios pasaremos de consumir 122 Mb en 2012 a
1,411 Mb en 2017.
Y es que el consumo de video
en línea en redes sociales, tipo
YouTube o sistemas de paga como Netflix,
crecerá aún más. Sólo en Estados Unidos, el consumo de video por la red de
redes se incrementará 12 veces para el año que nos preocupa, 2020. El iPhone,
el sistema operativo Android y las tablets dispararon la navegación en Internet
móvil; los smartphones, con cada vez mejores cámaras fotográficas,
pantallas de alta resolución y grabación de video HD, son una invitación a
saturar el espectro con más imágenes y videos en línea. ¿Cuáles serán los
requerimientos de espectro de sistemas como la tercera dimensión (3D)? ¿Qué
innovaciones traerán al ecosistema móvil los Google Glass? ¿Qué
implicaciones tendrán las ciudades inteligentes? ¿Cómo serán salvaguardados
nuestra información, intimidad y datos personales?
Ericsson, en su Mobility Report, estima que en América Latina existirán 5 mil millones de
conexiones en 2020. Aunque el fabricante sueco espera que en 2018 cerca de 60
por ciento de la población mundial esté cubierta con tecnología LTE, en la
región latinoamericana todavía habrá una importante preponderancia de redes 3G
(WCDMA/HSPA). karlosperu.bligoo.pe/como-seran-las-telecomunicaciones-en-el-ano-2020
Los
transportes internacionales han
crecido exponencialmente en sus capacidades de carga, sus velocidades, las
rutas y frecuencias utilizadas. Trenes que literalmente vuelan sobre las rieles
gracias a sistemas aerodinámicos de movilización, juntan ciudades a más de 400
kilómetros por hora; barcos más grandes que un estadio de fútbol y con
capacidad para llevar 500 mil barriles de petróleo o carga seca equivalente,
cruzan los mares a velocidad aceptable, dado el costo de los combustibles;
aviones que se desplazan a cerca de mil kilómetros por hora y son capaces de
llevar 800 pasajeros, levantando con 8 toneladas de combustible y los equipajes
y suministros necesarios, vuelan por miles en diferentes rutas transoceánicas y
movilizan millones de pasajeros al año. Hasta hay cohetes que se mueven con
fines comerciales, ya sea ubicando satélites en el espacio, viajando a la
estación espacial e inclusive llevando turistas a mirar el mundo desde lejos.
La
globalización económica se ha dado como resultado de
la globalización tecnológica; por ello, las empresas se ubican en los sitios de
los cinco continentes donde tienen mejores opciones de utilizar los factores de
la producción y la tecnología o la cercanía de los mercados; el movimiento
comercial entre los países del mundo crece a ritmo muy superior al de la
producción y hace que se transfieran recursos financieros por billones de
dólares, todos los días, de unas ciudades lejanas a otras, y que las
tecnologías y quienes las dominan se
multipliquen y muevan por todas partes, buscando el sitio ideal para
su labor.
El
objetivo final es crear un gran mercado mundial, en el que no haya barreras de
ningún tipo al movimiento de los productos y los capitales, las culturas
nacionales se debiliten por el empuje de las culturas de los países dominantes,
y se califique el movimiento de los trabajadores, de manera que estos solo
lleguen a donde provoquen beneficios.
Lamentablemente,
la globalización económica es elitista, porque permite que en ella adquieran los mejores
resultados quienes estén mejor preparados; y, en esa línea, entre los países, los que tienen mayores
probabilidades son los desarrollados, que cuentan con trabajadores calificados
del mayor nivel científico y tecnológico y capitales suficientes; entre las
empresas, las que trabajan con ventaja son las empresas transnacionales, que no
solo cuentan con las mismas características de los países desarrollados, sino
que además registran apoyo político, legal y económico de esos países y de los
gobiernos de los países donde se ubican; y, entre las personas, por cierto que
logran los mejores resultados quienes han recibido educación de primera, están
acostumbrados a moverse fácilmente en el ambiente internacional, hablan varios
idiomas y registran experiencia en puestos de responsabilidad, en empresas y
gobiernos.
Esto
deja en muy malas circunstancias de participación en la globalización a los
países pobres, a las empresas micro, medianas y pequeñas que operan con
dificultades en el mercado nacional y a la inmensa mayoría de la población, que
no está suficientemente preparada, casi no tiene experiencia de trabajo intelectual,
no ha salido de su país, y habla y escribe su propio idioma con dificultad.
Para el
año 2014, las 10 tendencias globales que
definirán el año, según el Informe del Foro de Davos, que reúne a los
gobernantes de los países más poderosos, a muchos gerentes de las mayores empresas
transnacionales, a académicos de las principales universidades del mundo, son,
en un orden lógico elaborado por el autor de este blog: la falta de acción
contra el cambio climático, el desempleo estructural y persistente, la falta de
valores en el liderazgo, la confianza decreciente en las políticas económicas,
las desigualdades sociales crecientes, la rápida difusión de la desinformación
en las redes sociales, las tensiones sociales en Oriente Medio, las crecientes
amenazas cibernéticas, la expansión de
la clase media en China, la creciente importancia de las megaciudades.
El año
2015 no será muy diferente. Los
problemas mencionados continuarán siendo los más preocupantes en todo el mundo;
pero, quizás a ellos se unirán: las guerras focalizadas en muchos lugares del
mundo, que pueden llevar a una nueva guerra fría y sus peligros; la epidemia
del ébola, hasta cuando sea posible controlarla satisfactoriamente; el
desarrollo dinámico de diversas expresiones criminales y delitos.
Por
eso, el mundo cambia rápidamente. Su ambiente, su población, la situación
económica de los países, los bienes y servicios disponibles, la ubicación de la
riqueza y el dinero, la capacidad de comunicarse de toda la gente, los modos y
la velocidad y capacidad de los medios de transporte, la política
internacional, las normas nacionales e internacionales de toda clase, el poder
real. Las fuerzas exógenas actúan sobre las naciones, los gobiernos, los
pueblos, las empresas y sobre todo las personas de todas partes, en un proceso
vertiginoso de reducción del espacio en que cada uno puede actuar y en el que,
dados los avances de la tecnología, sobran trabajadores reemplazados por
máquinas, aumentan los pobres, y escasean las oportunidades de surgir, en sus
propios países, para millones de personas que se ven obligadas a emigrar.
El
Ecuador está inmerso en la globalización tecnológica y el gobierno, por medio
de la promoción de proyectos emblemáticos, como el cambio de la matriz
energética, la transformación de la matriz productiva, el mejoramiento de la
educación en todos los niveles, la modernización de las estructuras legal e
institucional, envía a la población el mensaje de que esta no es una época de
cambio, sino un cambio de época.
Sin
embargo, algunos de esos proyectos son de obtención en muy largo plazo, si de
veras se los va a ejecutar; y, otros tropiezan y van a seguir tropezando para
su realización con las acciones tomadas por el mismo gobierno, en función de
una soberanía que en los tiempos actuales es muy difícil de ejercer, incluso
por los países desarrollados.
Pruebas
al canto. La Refinería del Pacífico ha sido promovida en el país y fuera de él por
años y hasta ahora no cuenta con el financiamiento necesario para su ejecución,
que seguramente costará sobre los 10 mil millones de dólares; además de que el
gobierno debe decidir si la va a dedicar a producir combustibles subsidiados o
productos petroquímicos que, en muchos casos, pueden ser importados a mejor
precio que el que resultaría de la producción nacional.
La
industria siderúrgica requiere de hierro, carbón y otros minerales que no hay
en el país, es de escalas de producción elevadas y requiere alrededor de 6 mil
millones de dólares de inversión. Se va a importar esas materias primas para
procesarlas aquí? Cuánto más costosos que los productos importados van a
resultar los productos nacionales? Hay el suficiente dinero estatal o crédito
externo para ejecutar el proyecto?
La
industria del aluminio necesita energía eléctrica y bauxita. La primera la tendrá
el país en cantidad suficiente, posiblemente desde el año 2017, pero la segunda
no. Se va a importar? Le venderán al Ecuador la materia prima los pocos países
que la tienen con reservas importantes y que la procesan ellos mismo, o
preferirán venderle los productos derivados del aluminio?
De otro
lado, las políticas gubernamentales no son favorables a la empresa
privada, tampoco a la inversión
extranjera y son poco amigables con países y empresas con recursos para
invertir en el país e interesantes mercados para los productos ecuatorianos;
además, muchas leyes se elaboran como si el país fuera el centro del mundo y un
ejemplo a seguir; y, se desconocen convenios internacionales o algunas de sus
normas, para atender intereses y, lo
peor de todo, seguir ideologías políticas que, más pronto que tarde, serán revisadas,
por anacrónicas y contrarias a los intereses nacionales.
El
Ecuador es un país de mercado interno muy limitado. No puede depender solo de ese
mercado para desarrollarse y distribuir bienestar económico a la población.
Necesita del mercado externo como un elemento vital. Para acceder a ese
mercado, grande y prometedor, la globalización le da herramientas que no puede
desaprovechar, porque hacerlo significa perder oportunidades invaluables.
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