Hasta los
años sesenta del siglo pasado, los modos de transporte conocidos y utilizados eran
tres y hasta cuatro: terrestre, marítimo, aéreo y fluvial, mencionados en orden
de importancia para el comercio interno e internacional. Para el comercio
exterior del Ecuador el fundamental ha sido siempre el transporte marítimo, que
representa más del 70% del total de la carga movilizada, luego el aéreo y
finalmente el terrestre.
La
evolución tecnológica del sector hizo que hoy se conozca una decena de modos de
transporte: los cuatro ya enunciados más el electrónico, por línea física,
lacustre, espacial, submarino e intermodal.
El electrónico facilita las comunicaciones en tiempo real, es vital para
los negocios internos e internacionales y se multiplica todos los días, en
forma impresionante y con una capacidad asombrosa de reinventarse; el
transporte por línea física permite, por ejemplo, el funcionamiento óptimo de
la banda ancha, la movilización de diversas clases de líquidos por ductos,
especialmente el petróleo y los combustibles, y la transmisión de electricidad
de los generadores a los usuarios; el transporte lacustre es fundamental, por
ejemplo, en los grandes lagos de Norteamérica para vincular a Estados Unidos y
Canadá o entre Perú y Bolivia, por el lago Titicaca, moviendo porcentajes muy
altos del comercio bilateral; el transporte espacial mueve miles de millones de
dólares para facilitar la colocación de astronautas y artefactos humanos en
órbita y ya se programa para llevar regularmente a turistas al espacio; el transporte
submarino es utilizado lamentablemente para transportar drogas hacia los
mercados más importantes; el transporte intermodal es una suma de dos o más de
los medios anteriores, para hacer que las mercaderías, que hasta los años 70
del siglo anterior se movían internacionalmente “de puerto a puerto”, ahora lo
hagan “de puerta a puerta”, poniendo en funcionamiento sistemas logísticos de
gran velocidad, precisión y cobertura.
En el
Ecuador, la Constitución de la República, en su artículo 394, dice: “El Estado
garantizará la libertad de transporte terrestre, aéreo, marítimo y fluvial
dentro del territorio nacional, sin privilegios de ninguna naturaleza. La
promoción del transporte público masivo y la adopción de una política de
tarifas diferenciadas de transporte serán prioritarias. El Estado regulará el
transporte terrestre, aéreo y acuático y las actividades aeroportuarias y
portuarias”. A esto habría que añadir que el artículo 313 de la Constitución
determina que: “Se consideran estratégicos … el transporte y la refinación de
hidrocarburos …”, lo que significa que el transporte indicado solo podrá ser
realizado por empresas públicas.
Sobre la
base de lo expuesto, el país y especialmente el gobierno, necesitan actuar con
urgencia en el sector Transporte, para desarrollar los cuatro modos de interés
principal: marítimo, aéreo, terrestre y por línea física, tanto en el plano
interno como en el internacional.
En el transporte
marítimo necesita
actuar con celeridad en acciones estrechamente relacionadas con la ampliación
del Canal de Panamá. Tres son los aspectos fundamentales: desarrollo portuario
en general, ejecución del proyecto de puerto de transferencia en Manta y
consideración de las nuevas tarifas por el paso del Canal. Esto, con el
propósito de estar por lo menos a la par con otros países de la región, como
Perú, que se encuentran en franca carrera para modernizar y agrandar su
infraestructura portuaria.
En lo primero, la expansión del Canal,
prevista para que concluya en el 2015, volverá
a cambiar la historia naviera mundial y sobre todo continental, tal como cuando
se inauguró la primera obra, hace 98 años. La expansión consiste en la
construcción de dos complejos de esclusas para atender buques cargados con
hasta 12.500 contenedores, que pueden requerir un calado de más de 13 metros de profundidad.
Con esos buques circulando por el Canal, lo obvio es que los puertos ecuatorianos
que requieren el servicio del Canal deban también tener más de esos 13 metros,
porque de otra manera quedarán aislados del tráfico internacional. Manta tiene 12 metros y puede ser
dragado para llegar hasta 20
metros. Guayaquil tiene solo 9,60 metros y si quiere
mantener su ritmo de actividad, deberá lograr más de 15 metros, posiblemente
en el nuevo puerto previsto de Posorja, ubicado a cierta distancia del actual;
de otra parte, para atender barcos de gran magnitud hay que invertir en el
equipamiento necesario.
Para lo segundo, a Manta se la ve como
un punto importante de conexión con Manaos, de manera que crear las condiciones
no solo portuarias sino de logística entre las dos ciudades es una tarea urgente
y además posiblemente rentable. Puerto Bolívar debe ser elevado a puerto
multipropósito.
Además, el Gobierno debe estar atento
a las decisiones que se tomen con respecto al peaje por el paso por el Canal de
Panamá, pues cuando funcione la nueva etapa del Canal se elevarán las tarifas
para el transporte refrigerado. Eso encarecerá los productos de comercio del
Ecuador, en especial las exportaciones, y hará menos competitivo al país en el
mundo. Desde este punto de vista, no conviene ahondar diferencias con el
gobierno de Panamá, porque el costo económico puede ser mayor que cualquier
ventaja política.
En otros
sentidos, es importante un mayor desarrollo de la flota petrolera estatal, la
generación de una flota bananera y otra de carga general; el aumento de frecuencias
y espacio para el transporte hacia la Cuenca del Plata; reducción de tarifas en
el transporte hacia y desde el Asia; un sistema más ágil y transparente de
desaduanización de las mercaderías; márgenes suficientes de seguridad para la
operación de los barcos en alta mar y en los puertos; disponibilidad suficiente
de combustibles; personal nacional capacitado para la flota mercante; sistemas
eficientes de control del tráfico de drogas.
El país requiere que en el puerto de
Manta se ejecuten en el menor tiempo las obras para convertirlo en puerto de
transferencia; así mismo, se necesita con urgencia el dragado del canal de
acceso al actual Puerto de Guayaquil, de manera que logre al menos 11 metros de
profundidad y la eliminación de los obstáculos a la navegación en Los Goles,
tomando en consideración que el puerto ha sido catalogado entre los 8 primeros
de América Latina, según la Cepal; en el puesto 88 en el mundo, de acuerdo con
la publicación especializada Lloyd’s list.; y, que ya ha sobrepasado el manejo de un
millón de contenedores anuales.
Adicionalmente, “Es necesario que el Ecuador cuente con una Ley de Transporte Marítimo y
Fluvial o una ley de puertos, unificando una desperdigada trama de regulaciones
administrativas del CNMMP y de la otrora DIGMER que son contradictorias en
algunos casos y obsoletas en otros, excluyendo contribuciones lesivas a la
competitividad de nuestros puertos, (tasas de faros y boyas, contribuciones a
entes públicos, etc.); es decir, un marco legal que responda a las
necesidades de los actores del negocio y de la dinámica de los mercados, sobre
la visión de Puertos al servicio del desarrollo de la industria y el comercio,
dinamizadores de la economía de un país e interfaz del movimiento de carga. Las
soluciones deben ser integrales y no de remiendos.” http://www.eldiario.ec/noticias-manabi-ecuador/173751-reformar-el-marco-juridico-portuario/
El subsector Transporte
aéreo necesita tres
acciones básicas: poner los aeropuertos internacionales del país a la altura de
las necesidades de desarrollo del comercio y del turismo internacionales,
incrementar las rutas y frecuencias internacionales y suscribir convenios que
hagan posible que las empresas ecuatorianas de aviación puedan llegar a
aeropuertos claves para el país en todo el mundo.
Con
respecto a lo primero, ha sido un acierto poner en funcionamiento el nuevo Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de
Quito, “(código IATA: UIO, código OACI: SEQM), que es el principal aeropuerto
de Ecuador, tanto por sus
dimensiones, cuanto por su tráfico. Está ubicado en … la localidad de Tababela, distante 25
kilómetros del Centro Histórico de la capital, … El aeropuerto fue inaugurado
el 20 de febrero de 2013,… Su pista
tiene 4.098 metros de longitud, lo que la hace la más larga de los aeropuertos
de las todas las capitales de Sudamérica y de las ciudades ecuatorianas. Su
torre de control posee 41 metros de alto. Tiene espacio suficiente para una
segunda pista, que será construida en el futuro, aunque no es necesaria. En una
segunda etapa, prevista para el 2023, se ampliará el terminal en 20 mil metros
cuadrados más. Está prevista la construcción de un hotel y de nuevos servicios.
… El Aeropuerto está concesionado hasta el 2041. Por el largo de su pista,
puede recibir a los aviones más grandes de la actualidad, como el Boeing 747 o el Airbus A380 ... La superficie del
Aeropuerto es de 1500 hectáreas, el área construida es de 70 hectáreas, el
terminal de pasajeros tiene 38 mil metros cuadrados de superficie, y se estima
que más de cinco millones de personas lo usarán al año. La
aproximación al Aeropuerto es más fácil y segura que en el antiguo terminal,
debido a que no hay grandes montañas cercanas, sin embargo los vientos en
verano y neblina en invierno hacen difícil el despegue y aterrizaje. Así mismo,
cuenta con sistemas de tecnología de punta para su seguridad operacional. Hay
seis procedimientos de aproximación instrumental aprobados por la OACI. … Es el
centro de conexiones de la aerolínea nacional TAME. La categoría OACI del aeropuerto es 4F. http://es.wikipedia.org/wiki/Aeropuerto_Internacional_Mariscal_Sucre
Eso no
obstante, hay que terminar urgentemente las vías de acceso desde Quito,
extrañamente no planificadas oportunamente; y, darles la oportunidad y los
equipamientos necesarios a los aeropuertos de Latacunga y Manta, para que
también operen internacionalmente con todas las facilidades legales y
operativas requeridas, pues eso contribuiría a dinamizar el comercio exterior y
a multiplicar la llegada directa de turistas extranjeros a diversas partes del
país.
En cuanto
a lo segundo, se felicita la decisión de que desde este año 2013 haya cuatro
nuevos destinos directos desde Quito hacia el mundo, reduciendo notablemente
las horas de vuelo hacia ellos y por tanto los costos de los desplazamientos de
pasajeros y carga, pero hay que suscribir acuerdos internacionales que posibiliten
nuevas rutas y frecuencias, especialmente intercontinentales.
Una decisión muy importante de inicios
de junio de 2010, cuya ejecución tendrá importantes repercusiones en el futuro,
fue la renovación entre el Ecuador y los Estados Unidos del “Acuerdo de
Transporte Aéreo”, que incrementa las frecuencias aéreas semanales regulares de
pasajeros, carga y correo desde 56
a 240. Es necesario que se aplique completamente ese
acuerdo, que permite interconectar el país con 15 puntos en los Estados Unidos
y a ese país con “todos” los aeropuertos internacionales ecuatorianos. También
es necesaria la “explotación ilimitada” de frecuencias para carga, hacia los aeropuertos
anteriores y “más allá”.
En
paralelo, se requiere políticas de estímulo fiscal que hagan posible un mayor
desarrollo de la flota aérea comercial privada para pasajeros y carga, mediante
medidas como la exoneración de impuestos a la compra de aviones de última
generación y sus partes y piezas, la gestión permanente para lograr tarifas
baratas de exportación para los productos nacionales, un sistema ágil y
transparente de desaduanización de las mercaderías, sistemas adecuados de
seguridad para la operación en los aeropuertos, disponibilidad suficiente de
combustible, personal nacional capacitado para operar la flota aérea del país;
sistemas eficientes de control del tráfico de drogas y de la corrupción;
talleres de mecánica modernos y eficientes.
Con respecto al transporte terrestre, es fundamental terminar la
construcción de las carreteras ya contratadas, cuyo número es importante y cuya
calidad es muy buena en muchos de los casos; por ejemplo, entre Rumichaca y
Riobamba, algunos sectores de la Región Amazónica y de la Costa; pero, es
necesario completar la tarea señalizando debidamente, para que el tránsito
normal y el turístico tengan un apoyo importante. También se reconoce valiosa
la ampliación del Puente Internacional de Rumichaca, obra que debió hacerse
hace varias décadas, pero se pide que Colombia haga su trabajo y amplíe la
carretera desde Rumichaca hacia el interior, posiblemente hasta Pasto en una
primera etapa, pues de lo contrario el embudo que ahora existe para el
transporte binacional en el lado colombiano del puente internacional seguirá
afectando el comercio. Al final, Colombia es la mayor beneficiaria de cualquier
mejoramiento del transporte entre los dos países, dada la enorme diferencia
entre los valores de las exportaciones respectivas.
En cuanto al ferrocarril, que estuvo
muchos años abandonado debido a que las carreteras le superaron en velocidad,
facilidad de movimiento y de acceso a miles de destinos, se le ha dado un giro,
para que sea un medio de desarrollo turístico, con inversiones destinadas a
adecuar la línea férrea, modernizar estaciones, poner en marcha locomotoras y
autoferros, y modernizar vagones. El
objetivo debe ser aprovechar al máximo el sistema creado y determinar
corredores turísticos que multipliquen el número de visitantes nacionales y
extranjeros a lugares antes deprimidos por su total dedicación a una pobre
agricultura o por su separación de los pasos de carreteras. La pronta
rehabilitación debe cubrir los 456 kms. que hay de Quito a Durán y avanzar
incluso desde San Lorenzo, Esmeraldas, hasta Durán. Pero, tal como se ha anunciado, el país
necesita un nuevo sistema de transporte por tren, que aproveche las velocidades
y capacidades de los ferrocarriles actuales y una los puertos con los
principales centros de producción. La inversión en ese proyecto es prioritaria.
Se hace referencia especial también al
transporte por línea física, porque el gobierno ha trabajado en
una de sus prioridades más importantes, que es la transformación de la matriz
energética y ha señalado que hasta el año 2016 pondrá en funcionamiento ocho
nuevas centrales hidroeléctricas, entre ellas la denominada Coca Codo Sinclair
(1.500 MW), que cubrirá el 36% de la
demanda nacional de energía, sustituirá importaciones de combustible por un mil
millones de dólares y le dará capacidad para satisfacer el consumo interno y
exportar electricidad a los países vecinos, dando un giro de 180 grados a la
experiencia de los últimos años.
"En los sectores
estratégicos el cambio de matriz energética es la muestra más clara de que el
Gobierno Nacional ha tomado el tema ambiental, como eje transversal de sus
políticas públicas. Con políticas pragmáticas estamos viviendo una revolución
ambiental", afirmó el ministro Poveda. http://www.ccs.gob.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=103:ferias&catid=18:ambiental&Itemid=221
La eventual exportación de
electricidad requiere que se planifique oportunamente la construcción o la
ampliación de los sistemas binacionales de transmisión de electricidad
existentes, que conectan al Ecuador con Colombia y el Perú, y que han hecho
posible que el país no sufra apagones y pueda abastecer a las empresas y las
familias de la energía eléctrica indispensable.
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