El gobierno actual buscó desde sus
inicios ejecutar una política de educación superior que cambie radicalmente las
condiciones en las que ésta se venía desenvolviendo en los años previos al
2007, que la situaban a nivel internacional y latinoamericano entre las de
menores calificaciones. Las bases de ese cambio, reclamado por la gran mayoría
de la población, fueron incorporadas en
la Constitución del 2008, como parte del capítulo dedicado a la Educación,
incluyendo contenidos como los siguientes:
El artículo 350 dice que el sistema
de educación superior tiene como finalidad la formación académica y profesional
con visión científica y humanista; la investigación científica y tecnológica;
la innovación, promoción, desarrollo y difusión de los saberes y las culturas;
la construcción de soluciones para los problemas del país, en relación con los
objetivos del desarrollo.
El artículo 351 señala que el
sistema de educación superior estará articulado al sistema nacional de
educación y al Plan Nacional de Desarrollo. ….. Este sistema se regirá por los
principios de autonomía responsable, cogobierno, igualdad de oportunidades,
calidad, pertinencia, integralidad, autodeterminación para la producción del
pensamiento y conocimiento, en el marco del diálogo de saberes, pensamiento
universal y producción científica tecnológica global.
El artículo 355 señala que el Estado
reconocerá a las universidades y escuelas politécnicas autonomía académica,
administrativa, financiera y orgánica, acorde con los objetivos del régimen de
desarrollo y los principios establecidos en la Constitución. En ese mismo
artículo se dice, más adelante, que dicha autonomía garantiza el ejercicio de
la libertad académica y el derecho a la búsqueda de la verdad, sin
restricciones….
Los años recientes y el presente han
estado llenos de acontecimientos vinculados a la reforma gubernamental de la
educación superior. Se evaluó a los
institutos técnicos y tecnológicos, y a
las universidades y escuelas politécnicas, y se dispuso el cierre inmediato o
mediato de varios de los centros considerados de baja calidad. Se evaluó a los
estudiantes de esos centros de baja categoría, se ubicó a muchos en las
universidades estatales, se trata de ubicar a otros o se busca dar solución a
sus problemas de formación deficiente a juicio del gobierno. Se induce a que
las universidades en funciones apliquen de forma inmediata o gradual las nuevas
normas.
Los postulados de la Constitución son
importantes y casi todos deberían ser aplicados a la letra y de la mejor forma
posible por el gobierno y por todos los centros de educación superior, pensando
en el Ecuador del futuro.
Resalto algunos temas de enorme
importancia: la autonomía plena, para que el gobierno no pueda intervenir en la
conducción de la universidad en la parte académica, ni en la financiera o
administrativa; la libertad de cátedra,
para que cada docente enseñe con absoluta libertad académica, respondiendo como
es lógico a parámetros básicos de ética, calidad, investigación, pedagogía,
justicia. Pero, hay uno que considero especialmente inadecuado. Se trata de
aquél que dice que el sistema de educación superior estará articulado al Plan
Nacional de Desarrollo. El Plan es un instrumento útil para 4 años de gobierno
y no puede ser articulado a él un sistema que debe preparar profesionales en 4 o
más años para pregrado, en seis para masterado y en 6 o más para doctorado, en
un país como éste, en el que el péndulo político funciona cada 4 años o menos.
Se trata de pensar en el largo plazo, 20 o 30 años, para que la educación
superior cumpla eficazmente su cometido.
Para ello, como el país no se mueve
independientemente del mundo y la educación superior no debe formar
profesionales solo para las necesidades actuales, sino para las de las próximas
décadas, es urgente que el Estado investigue cuál será el posible entorno político, económico, social,
tecnológico de los siguientes 20 o 30 años y sobre esa base, defina las
profesiones que debe promover y aquellas que eventualmente hay que desestimular,
por obsoletas; dejando que los centros de educación privados desarrollen con
autonomía sus propias facultades y carreras.
En mi Boletín 24 hacía referencia a
que las nuevas profesiones, de aquí hacia el año 2030, serán: expertos en
cambio climático, para advertir, neutralizar o revertir sus consecuencias;
granjero vertical, para cultivar en edificios urbanos de muchos pisos y ahorrar
agua y combustibles para el transporte; fabricantes de partes del cuerpo,
aplicando la medicina regenerativa; organizadores de vidas electrónicas, para
decantar información para terceros y crear archivos ágiles y completos de
información necesaria; pilotos y guías espaciales, para servir en naves de
turismo; arquitectos que diseñen hábitat en el espacio exterior; cirujanos de
la memoria, para instalar en las personas memorias electrónicas de gran
capacidad y agilidad. [1]_/
Por otro lado, señalé que tiene
sentido pensar en la preminencia de labores como la fabricación de robots a
gran escala, que demandará de personal experto no solo en inteligencia
artificial e ingeniería de control, sino también en mantenimiento y reparación.
…. La administración de sistemas de informática cada vez más sofisticados
necesitará “telecomunicólogos”; los “clonadores” cumplirán el capricho
narcisista de gente que querrá una copia de sí misma…… Aparecerán los
“ludólogos” encargados de estructurar el ocio en forma electrónica para matar
el creciente aburrimiento….Los “holografistas” nos introducirán en universos
tridimensionales fantásticos… Los
expertos en biología marina y genética proveerán de alimentos alternativos
desde sus granjas acuáticas …Los “plasturgistas” dedicarán su esfuerzo a
aplicar técnicas metalúrgicas a los plásticos, mientras que los “ingenieros
mecatrónicos” se especializarán en sistemas hidráulicos, mecánicos y
electrónicos. …. [2]_/
Expuse, además, que serán necesarios
o aparecerán legisladores que normen todos los tipos de actividades
mencionadas; abogados que atiendan los problemas que surjan entre las empresas
por los negocios que generen o entre las empresas y las personas por los
efectos que produzcan; financistas de los proyectos; aseguradores de las
maquinarias y equipos; funcionarios de toda laya según el área de trabajo, contadores
y auditores, profesores y un largo etc., a imaginar.
La pregunta es: las autoridades
gubernamentales y las autoridades universitarias estatales del país están
pensando en estas u otras posibilidades claras de especialización anunciadas
por quienes en el mundo estudian el futuro de la ciencia y la tecnología, o
solamente actúan para cambiar la orientación de la educación en general, pero
en especial de la educación superior, hacia un campo ideológico que consideran
válido, ignorando que en otras partes del mundo ha fracasado ostensiblemente?
También, se debe tener muy en cuenta
que, si el nivel de desarrollo nacional no va acorde con las capacidades
profesionales de quienes adquieran conocimientos y títulos científicos o
técnicos para desenvolverse en el mundo del futuro, simplemente se habrá
formado personal de excelencia para que emigre hacia otros países que
reconozcan sus esfuerzos y preparación y les posibiliten su mejor desempeño.
Se ha dicho que lo que se busca es
formar profesionales para cambiar la matriz productiva y la dependencia
tecnológica del país. Eso está muy bien. Por ahora la matriz es primaria,
derivada de los hidrocarburos y de la agricultura. Se piensa acaso hacerla
secundaria, instalando una refinería de petróleo productora de combustibles o
de petroquímica? Se piensa generar agroindustrias que eleven el valor agregado
de los productos que son la base de la exportación nacional? Se piensa dar el
gran salto hacia la producción de servicios modernos? Y si se piensa en ello,
acaso que la base necesaria para tenerlos no parte de la producción de bienes
industriales complejos que posibiliten disponer de esos servicios? Será posible solo cambiar la actual matriz
primaria por otra igualmente primaria en la que lo esencial sería la minería?
Se podrá explotar las minas e industrializar los minerales? En el mercado
mundial comprarán los minerales o los productos industriales a obtener? El 26
de septiembre de 2012, en el diario EXPRESO consta que el esquema sería:
petroquímica, siderúrgica, metalurgia y astilleros, a un costo de 50 mil
millones de dólares. En cuántos años
tendremos las materias primas? Las vamos a importar? Vamos a ser competitivos
con los que tienen las materias primas y ya desarrollan esas industrias?
Y entonces las preguntas principales
para el objeto de este Boletín son: Cuándo y cómo se va a formar y luego contar
con los profesionales que contribuyan a cambiar la matriz productiva? Y ese
cambio de matriz va a estar acorde con los requerimientos nacionales en el entorno
internacional en el que se va a desenvolver el país?
Porque puede pasar lo que ya
sucedió. El Ecuador llegó tarde a la época en la que se sustituyó importaciones
en América Latina y esta Región llegó muy tarde a la época en la que el mundo
se abrió a la competencia; y, los resultados son los que conocemos: en el país,
con honrosas excepciones no hemos pasado de las industrias tradicionales
(alimentos procesados, textiles y productos de la madera); y América Latina se
quedó muy rezagada respecto a los países del Asia, los famosos “tigres”, en la
competencia por el mercado mundial. Resultados: la gente vive mal en este
continente subdesarrollado, mientras en Asia las condiciones han cambiado mucho
para bien; lo de China e India es conocido mundialmente y lo de Singapur y Malasia no me lo han
contado, lo he visto.
Un elemento central y hasta el
principal de la formación de los profesionales debe ser la ética, no enseñada
solamente en sus conceptos, sino aplicada todos los días en la acción de las
autoridades del país, de la universidad y del aula. No sirve formar excelentes
profesionales corruptos que utilicen sus conocimientos y poder en aprovechar la
posición pública o privada en beneficio propio, de la familia y los amigos, al
margen de los principios y los valores fundamentales del hombre y al margen de
las leyes, por más que vengan graduados de PHD con honores de las mejores
universidades de Estados Unidos, de Europa o de donde sea.
A propósito de esto, parecería que
en el gobierno se ha creado un culto a los títulos. Y los títulos son
certificados de que alguien cumplió las metas establecidas por una universidad
para iniciar una carrera profesional; pero no dan, no pueden dar, las
habilidades y destrezas que exigen cargos de responsabilidad. Para ocuparlos se
necesita sumar al saber, la experiencia que dan la práctica y la vida. Salvo
que, como sucede ahora, se haga solo lo que manda el jefe; y, entonces, se
falte a la ética al no tener criterio propio, y se ejerza la profesión con
ciencia y sin conciencia.
Otro aspecto que parece insensato;
sí, insensato; es aquél que estaría determinando que los funcionarios y los docentes
universitarios se retiren obligatoriamente al cumplir 70 años. No debería ser
así. Está bien que se lo sugiera a todos los que lleguen a esa edad y que
incluso se les pida un examen médico anual para conocer si sus capacidades no
están mermadas como fruto de la edad; pero, los avances médicos han hecho que
un alto porcentaje de las personas que llegan a los 70 tengan todavía plena
capacidad para trabajar y no cabe perder sus conocimientos y experiencia solamente
porque alguien piensa que ya son inservibles.
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