miércoles, 11 de diciembre de 2019

BOLETÍN 206: AL AGRO LE FALTA TODO, MENOS DEMAGOGOS ...


Hace pocos días fui invitado a la Radio Quito, al Programa Controversia, junto con el presidente de la Asociación de Ganaderos y una representante de Pachakutik, para tratar sobre los problemas del sector agropecuario del Ecuador.

Dije allí que al sector agropecuario del Ecuador le falta todo … menos demagogos, porque en las campañas políticas de todos los tiempos (como dice un excelente amigo y colega: desde mil ochocientos siempre …), los candidatos van al campo y ofrecen el oro y el moro. Decían las malas lenguas antivelasquistas de hace años, que el candidato Velasco Ibarra ofreció en un pueblo un puente y que al hacerle notar que no había río, ofreció también el río.

Rafael Correa, en el año 2007 y en su primer Plan cuatrienal de Gobierno sustentó y ofreció que el sector agropecuario tendría la prioritaria atención que merecía. En el año 2012, luego de varios años de ser presidente de la República, reconoció que no había trabajado en bien del sector agropecuario y ofreció hacerlo. En el 2014 repitió el reconocimiento y el olvido, y en 2017, como se explicará más tarde, se fue sin cumplir sus promesas. Y eso que la “revolución ciudadana de los 10 años” se supone era para mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los más pobres y ellos sin duda alguna están en el campo más que en las ciudades.

Como él, miles de candidatos y autoridades, desde sus “barricadas y puestos de lucha por las reivindicaciones campesinas” han llegado a los caseríos y pueblos a conseguir votos y no han reparado en generar ofertas grandiosas de redistribución de las tierras “en favor de quienes las cultivan”, créditos facilitos de millones de dólares a sola firma y tasas de casi cero, capacitación técnica masiva y gratuita, maquinarias importadas por el Estado y entregadas a largos plazos, precios altos para los productores, cero comercializadores explotadores, asistencia técnica de expertos residentes en cada pueblo, sabiendo que no podrán cumplir su ofertas, porque no hay recursos para ello o porque ellos no tienen el poder o las influencias que piensan.

Con eso demuestro que al sector le sobran demagogos y posiblemente le seguirán sobrando …

Paso, entonces, a analizar el sector y demostrar que le falta todo, con el objeto de solicitar que el Estado se preocupe de mejorar sustancialmente sus condiciones de competencia interna e internacional, en términos económicos, sociales y culturales.

Como se sabe, dentro de la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU) el sector agropecuario está compuesto por cuatro subsectores: agrícola, pecuario, pesquero y forestal. Su importancia es muy grande en todos los países, porque es el que produce los alimentos y las materias primas para la agroindustria alimenticia, medicinal, textil, de muebles, de cosméticos y de otras clases.  

En el Ecuador este sector es fundamental, porque en él se basa la seguridad alimentaria de la población, es la base de la mayoría de las industrias nacionales y después del petróleo, es el que más divisas genera para sostener la dolarización.

Con respecto al suelo, hay situaciones diferentes en la Costa y la Sierra, que son las regiones agrícolas ecuatorianas por excelencia. La Costa tiene grandes planicies y la posibilidad de contar con unidades de producción extensas. Su vocación es la producción para la exportación, que es tradicional desde la Colonia y que dio lugar por décadas a la vigencia de los “gran cacao” y luego a la preponderancia del banano nacional en el mercado mundial, que prevalece hasta ahora. La Sierra tiene varias hoyas que no permiten los cultivos a gran escala, pero es importante la variedad de microclimas y la biodiversidad.

Hay dos problemas graves, cuya solución es difícil y de largo plazo. El primero, la gradual pérdida de suelo cultivable, porque está degradado en cerca del 50% y el 22% está en proceso de desertificación. El segundo, la falta de sistemas de control de aguas, que permitan que haya riego en las épocas de sequía y evite las grandes inundaciones en los inviernos, sobre todo en la Costa con las periódicas llegadas del Fenómeno del Niño. Hace falta que se culmine la construcción de las presas necesarias y se regule el uso del agua en forma satisfactoria. En varias zonas hay muchos problemas relativos al manejo de los caudales y en la asignación oportuna de los volúmenes para cada unidad productiva.

En la Sierra hay también el problema del minifundio, que se agrava en la medida que los padres poseedores de pequeñas extensiones tienen varios hijos y éstos retacean las pequeñas propiedades cuando heredan, con lo que la producción va en camino de volverse solo de subsistencia. Una muestra visible es la de Imbabura en la montaña del mismo nombre, que parece colcha de retazos, por los cientos de divisiones de las propiedades.

En relación con la mano de obra, los problemas fundamentales están por un lado en la falta de educación y de aptitud para el uso y aprovechamiento de la tecnología moderna por parte de la gran mayoría de los agricultores; y, por otro lado, en la fuga masiva de los jóvenes del campo hacia las ciudades para trabajar o estudiar, pero no en actividades o ciencias agropecuarias.

Con respecto a lo primero, el resultado es que el Ecuador no tiene, ni siquiera en el banano, su producto estrella de exportación, la mejor productividad comparada con otros países de América Latina. Lo mismo sucede con casi todos los productos de exportación y de consumo interno.

En relación con lo segundo, las eventuales políticas gubernamentales para lograr que los campesinos jóvenes se queden en el campo no darán resultado. Las ciudades atraen porque además de que tienen muchas oportunidades de trabajo y superación, con sus luces y encantos reales o imaginarios seducen a los chicos que, por el Internet, la televisión, el cine y otros medios ven que la vida es más sabrosa o menos dura en las grandes urbes.

Además, no hay que olvidar que los países donde la agricultura y la ganadería han alcanzado elevados niveles de competitividad, la población que se dedica al campo no llega al 10% del total y va en descenso, y los gobiernos tienen que subsidiarla fuertemente para evitar que se traslade en masa a las ciudades.  

Otro tema importante es el de la participación del sector Agropecuario en el Producto Interno Bruto. Desde 2007 hasta 2018 apenas ha pasado de aportar el 7,9% al 8%, tomado en cuenta que hubo recursos financieros estatales en grandes cantidades para apoyar su desarrollo; la tasa de crecimiento anual solo fue del 3,2% casi igual a la del PIB nacional que fue del 2,9%, lo que significa que no tuvo el dinamismo que debió tener.

Los principales productos agrícolas del Ecuador son el banano, el cacao, las flores, la caña de azúcar, la palma africana, el arroz, la papa, las frutas. Varios de ellos han logrado generar a su alrededor clústeres muy importantes, que significan un importante valor agregado industrial. Un estudio que hice hace varios años les daba al banano y las flores integración industrial nacional mayor del 20%, mucho mayor que la de otros productos que se ensamblan en el país, como los del sector automotor.

La producción de banano es de más de 6 millones de toneladas y permite al país ser el primer exportador, no el primer productor, mundial desde los años 50 del siglo pasado. La calidad del banano es de las mejores y por eso es preferido en muchos mercados del mundo. En 2018 las exportaciones del producto sumaron 3.200 millones de dólares, la cifra más alta de la historia.

El cacao nacional es de excelente calidad. Su variedad llamada “cacao de arriba” es la mejor del mundo y por eso no tiene restricción de venta en el mercado mundial por parte del Convenio Internacional del Cacao. Las exportaciones de cacao en grano llegaron a 664 millones de dólares en 2018 y las de productos del cacao sumaron 113 millones.

Las rosas nacionales tienen la ventaja mundial de ser las de mayor colorido en unos casos y las de tallo más grande en otros, con lo cual se satisface la demanda de mercados exigentes. Además, algunas de las empresas exportadoras han logrado cubrir la cadena total de la flor, de manera que la cultivan, procesan, exportan y comercializan en el exterior. También se exporta boutiques y se empieza a generar demanda para gastronomía, lo que hace que el producto sea muy importante. Sus exportaciones de 2018 fueron de 852 millones de dólares.

Con respecto a la caña de azúcar, en Ecuador hay 74 000 hectáreas de producción. De estas, el 50% pertenece a los ingenios y el otro 50% se reparte entre 3 000 pequeños y medianos productores. [1]_/

En la zafra 2017 se cosecharon 71,420 ha, totalizando una producción de 5,176,652 toneladas de caña molidas, lo que permitió alcanzar una producción de 479,052 TM de azúcar. El total de producción de azúcar en la zafra 2017 llego a 560,926 TM de azúcar. La cosecha mecanizada en los tres ingenios, incluyendo cañicultores, sigue en aumento, cubriendo el 57.6% en COAZUCAR, 55.2% en San Carlos y 71.8% en Valdez. [2]

En cuanto al arroz, se ha podido confirmar que en Ecuador “la región Costa presenta la mayor concentración de superficie de arroz sembrado, con el 98.71% a nivel nacional” (INEC, 2010), siendo Guayas, y Los Ríos las provincias con el 60% y 34% de participación respectivamente, del total de la superficie destinada a esta actividad agrícola. Se cultiva 350 mil hectáreas, de las cuales 228 mil en Guayas y 99 mil en Los Ríos. Su producción 2018 fue de 1’350.093 TM.

El arroz, la papa y el maíz duro, cultivos transitorios con un ciclo de cosecha menor a un año, junto a otros de este tipo, contabilizaron 941.280 ha sembradas.

En el sector ganadero, predominó el ganado vacuno con un total de 4.1 millones de cabezas, seguido por el porcino con 1.3 millones; ovino, 356 mil; caballar, 193 mil; mular, 74mil; asnal, 47 mil; y, por último, el caprino con 22 mil. El 48.4% del ganado vacuno se registró en la Sierra, mientras que el 42,4%, en la Costa. Por raza, predominó la mestiza con 1,5 millones de cabezas, que representó el 37,7%; seguido de la criolla, con 23,8%.

En la producción semanal de huevos de gallina, Tungurahua lideró con 20.7 millones de unidades. Por regiones, la Sierra concentró el 85% de la producción, la Costa el 19% y la Amazonia el 0,9%. El 0,001% corresponde a zonas no delimitadas.

La producción de leche es de 5 millones de litros diarios en el país. Pichincha registró el 15,7% del total nacional, equivalente a 790.666 litros. [3]_/

Luego de los desgraciados acontecimientos de octubre de 2019, el gobierno ha dado un giro, tratando de atender de mejor manera al sector agropecuario y por ello, en el proyecto de Ley que se acaba de aprobar en la Asamblea, hay varias medidas favorables al sector, entre ellas la tarifa arancelaria cero para las flores y follajes y para los tractores, la remisión de intereses y multas para los productores agropecuarios pequeños y medianos, el impuesto único para los productores y otras medidas favorables a los campesinos.

Se espera que esas decisiones impulsen el desarrollo del sector, que tiene importancia económica, pero sobre todo social, porque genera empleo para una gran cantidad de personas que no tienen niveles de educación mayores que la escuela y quizás pocos años de colegio. 

Además, hay que promover el desarrollo del subsector forestal, porque tiene varias ventajas comparativas que se pueden aprovechar, siendo la más importante la velocidad de crecimiento de los árboles frente a los países cercanos a los polos. Si se desarrollara una actividad forestal de gran magnitud, mejoraría el ambiente, se repoblarían con fauna miles de hectáreas de varias provincias, se podría desarrollar una industria de celulosa y papel e indudablemente se tendría materia prima para la industria de los muebles y la construcción.

Conviene también relievar la importancia de desarrollar la explotación del mar territorial, que ahora cubre una extensión mucho mayor que la continental. Allí hay que fomentar la pesca nacional (evitando la invasión china o de otros países), el turismo y el transporte, pues se nota que existen grandes posibilidades de generación de actividades productivas.

NOTA: A todos los lectores de estos boletines les deseo Feliz Navidad en unión de sus familias. Les comento que el diccionario que estoy construyendo ya supera los 2 mil conceptos en su Boletín 34 y recién comienzo la Letra C.

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