sábado, 10 de agosto de 2019

Boletín 198: EL ECUADOR Y LA CIUDADANÍA UNIVERSAL


La noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de personas integrantes de la sociedad criolla de Quito se reunió en la casa de la señora Manuela Cañizares, para definir una estrategia que permita actuar en contra del gobierno español sometido a los franceses. Cuentan que esa madrugada, ante la desmotivación de algunos de los presentes, la señora les increpó con una dura frase: “¡Cobardes...hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo...? ¡No hay tiempo que perder...!”; sin embargo, he oído varias veces a un prestigioso historiador, que la señora no solo les dijo eso …

La madrugada del 10 de agosto se conformó la Junta Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de Selva Alegre Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia y Justicia y de Hacienda.

El 10 de agosto de 1809, muy temprano, el doctor Antonio Ante, secretario general de la Junta de Gobierno, visitó a don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla y presidente de la Real Audiencia de Quito, para comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones. Entre tanto, el coronel Juan de Salinas, al mando de las fuerzas militares, declaraba la lealtad a la Junta de Gobierno y al rey Fernando VII. [1]_/

Ese hecho, de enorme importancia para América, lo es aún más para este país, que declaró al 10 de agosto día de Fiesta Nacional, que celebran los ecuatorianos en todo el mundo.

Dicen que el Embajador del Ecuador en Pekín, en cierto año de cuando el petróleo estaba más o menos a 100 dólares el barril, decidió festejar el 10 de agosto a lo grande. Como es natural, pidió a su secretaria que haga la lista de invitados de honor, entre los cuales estaban las autoridades chinas políticas y financieras de mayor nivel y sus colegas diplomáticos de todo el mundo. Los no invitados previstos, asistentes por derecho propio, eran los ecuatorianos residentes en China, entre ellos muchos estudiantes.

Para que la fiesta sea un éxito, el Embajador logró que lleguen desde Ecuador varios artistas, para presentarlos en un evento demostrativo de la cultura nacional y contrató un lugar muy acogedor, con salones y jardines muy elegantes y cuidados.  

El Embajador ordenó que en la lista se incluya al alcalde de una ciudad china que tiene alrededor de 8 millones de habitantes entre la zona urbana y los alrededores y está en una zona económica especial, a quien conoció en un viaje de turismo, alcalde que habla fluidamente el español, porque había estudiado un doctorado en España.

El 10 de agosto en la noche el invitado especial llegó puntual, se sentía muy halagado, pasó una velada muy agradable y observó atentamente un vídeo en el cual se explicaban y mostraban las bondades turísticas del Ecuador, a la par que se mencionaba que hemos avanzado mucho en la puesta en práctica de los derechos humanos y que hasta somos pioneros en reconocer en la Constitución de la República la ciudadanía universal, que implica que todo ser humano tiene el derecho de movilizarse libremente por todo el planeta y que otorga a todas las personas el derecho a migrar, enfatizando en que, según el artículo constitucional 40 del Ecuador, “No se identificará ni se considerará a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria”.

A la fiesta asistieron las autoridades invitadas, entre ellas varios ministros y gerentes de entidades financieras, cientos de ecuatorianos residentes y estudiantes en China, embajadores y agregados culturales y militares de América Latina y de otros continentes, empresarios y representantes de los medios de comunicación.

Como es natural, el Embajador inició la celebración y dijo que el gobierno de su país era casi, casi, el mejor del mundo y que había enormes posibilidades de incrementar las relaciones de todo tipo. Recordó que China era un socio estratégico que había prestado dinero al país por miles de millones de dólares con una generosidad y fraternidad encomiables y que las obras que hacía eran un orgullo para los dos países. Brindó por la prosperidad de los dos pueblos y por la larga vida de los presidentes, uno de los cuales, el suyo, era casi, casi el mejor del mundo.

Mencionó Coca Codo Sinclair, la refinería del Pacífico, la Ciudad del Talento y la Universidad Yachay, las escuelas del Milenio, la ruta Manta – Manaos que iba a ser la conexión entre China y Brasil; dijo que la pobreza se había reducido en un alto porcentaje, que el país estaba cubierto de carreteras del primer mundo y que todo eso era fruto del trabajo de gente de “mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, dirigida por un líder de nivel casi, casi mundial.
 
Entregó una publicación sobre su país en chino, español e inglés y dijo que esperaba que todos festejen esa importante fecha. Los asistentes disfrutaron de música ecuatoriana y bailable de Colombia y el Caribe, una muestra pictórica de “guayasamines” y deliciosa gastronomía.

En un artículo ACNUR decía: “La actual Constitución ecuatoriana se ha convertido en un referente internacional, al reconocer principios y derechos específicos para las personas en las diferentes dinámicas de movilidad; incluso, es posible afirmar que establece estándares de protección de derechos superiores a los determinados por los instrumentos internacionales.” [2]_/

El alcalde de la ciudad china superpoblada salió impresionado por lo que había visto y oído. Al día siguiente buscó en Internet la Constitución del Ecuador y constató que efectivamente se reconocía la ciudadanía universal. No sabía que el “Jefe de Estado” de 2007 – 2017 del Ecuador buscaba posicionarse en el mundo como líder latinoamericano y que sus íntimos colaboradores de la Asamblea Constituyente habían aprobado el artículo respectivo sin pensar en las consecuencias posibles.

Encontró adicionalmente un ejemplar de una publicación, que decía textualmente:

“Las personas en movilidad humana que se encuentran en el territorio ecuatoriano, independientemente de su condición migratoria, etnia, lugar de nacimiento, pasado judicial, identidad sexual, género, entre otras consideraciones, tienen:

Derecho a la educación,
Derecho a la salud,
Derecho al trabajo en igualdad de condiciones que los nacionales,
Derecho a la justicia,
Derecho a la identidad,
Derecho a acceder a los servicios públicos en general, …”

Entonces, tuvo una idea genial: en su ciudad había por lo menos dos millones de personas en situación económica muy complicada, porque algunas fábricas que operaban allí se habían mudado a otras zonas, debido a que ya no necesitaban mucho personal y habían digitalizado o robotizado muchas de sus tareas; además, estaban ahora junto a un puerto que les facilitaba exportar. Pensó que esas personas o al menos un millón de ellas podrían irse a vivir en el Ecuador, con todas las ventajas que ha constatado que la Constitución y las leyes ecuatorianas dan y que los diplomáticos promocionan por instrucción de su gobierno.

Convocó al Consejo que presidía y les informó de su propósito a los consejeros. Algunos consideraron que no convendría promocionar esa emigración, porque Ecuador está muy lejos, el viaje debe ser muy costoso y seguramente el calor va a ser insoportable. Otros, pensando que el Ecuador está en África y que es más subdesarrollado de lo que es, coincidían en lo del clima, consideraban que debe ser muy arriesgado ir a vivir donde existen leones y otros animales feroces y no se ha de ver con buenos ojos a los chinos. La mayoría consideraba que es una manera relativamente fácil de reducir los problemas de la ciudad y que incluso se puede ayudar a los eventuales migrantes con los pasajes por barco, que no exigirían un gran desembolso por persona, tomando en cuenta el número de viajeros.

Para convencer a los que no estaban a favor, el alcalde les contó que está informado de que hay miles de colombianos, cubanos, haitianos, venezolanos y africanos en el Ecuador, que han salido de sus países por la grave situación económica en la que se encuentran, por ser perseguidos políticos, porque los han amenazado las guerrillas y por otras razones.

Dijo el alcalde que el gobierno del Ecuador los ha recibido con los brazos abiertos, a los colombianos por ser vecinos queridos, a los venezolanos porque el Ecuador debe su independencia al liderazgo de dos generales venezolanos, a los cubanos porque muchos son educadores y médicos de un país famoso por el nivel de su medicina y educación, a los haitianos porque su país quedó seriamente afectado por un terremoto. En parte también, porque hace muchos años miles de ecuatorianos fueron a vivir en Estados Unidos, España, Venezuela y otros países, buscando un mejor futuro. La resolución final del Consejo fue que se proceda a promocionar esa migración y se haga todo lo necesario para que esos dos millones de habitantes viajen a residir en Ecuador. Por último, se dijo que, si no es cierto lo de la ciudadanía universal, quienes lleguen harán uso del artículo 40 de la Constitución, según el cual “no se considerará a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria.”

Los chinos no sabían que el Ecuador adoptó esas normas para transmitirlas a los países a los que llegaban y aun llegan sus ciudadanos emigrantes y pedirles que sean recíprocos. Legisladores y gobierno no se imaginaron que Chávez y Maduro iban a provocar el tremendo problema social que hay en Venezuela y que se vendrían en masa los habitantes de ese país. Tampoco pensaron que colocar esas normas en la Constitución abriría las fronteras del Ecuador a nacionales de muchas partes que, por razones tan diversas como el terror o el interés de ganar dinero para mantener a sus familias, el crimen internacional, se asentarían acá.

Felizmente, los gobernantes ecuatorianos se enteraron por las redes sociales que iba a suceder esa invasión pacífica y pidieron al gobierno chino que impidiera tal movilización y como allá hay un poder general del Estado sobre los ciudadanos, la idea del alcalde quedó para la historia; o, al menos, para este ensayo de cuento con final feliz, que no es tan cuento porque aquí ahora ya hay casi medio millón de venezolanos.

Tan ilusoria fue la incapacidad del Gobierno de Rafael Correa, creador de la ciudadanía universal, que, a solo cuatro años de la Constitución de Montecristi, impuso el 16 de noviembre del 2015 visas a ciudadanos de 11 países: China -pasaporte vino-, Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán, Somalia y Senegal. Es más, el 1 de diciembre del 2015, el Régimen impuso visa a los cubanos que vinieron en masa a Ecuador. Hasta ahí llegó el discurso de puertas abiertas, de nuevo paradigma mundial de movilidad humana. En los 11 primeros casos porque se detectaron personas que probablemente tenían conexiones con grupos irregulares o vinculados a trata de personas. Y en el caso de los cubanos, porque muchos eran personas que no estaban de acuerdo con la política de ese país. [3]_/

La crisis de Venezuela ha hecho que entre 300 mil y 500 mil ciudadanos de ese país lleguen al Ecuador para quedarse, en una época en la que la economía nacional no crecerá varios años, el desempleo y el subempleo aumentan todos los meses, hay una deuda pública de 75 mil millones de dólares, todos los días hay noticias sobre delitos cometidos por extranjeros y nuevos hechos de corrupción del gobierno anterior que dañan la imagen del país en el exterior; y, la inmigración agrava los problemas de los ecuatorianos de a pie, que sufren las consecuencias.

Para corregir un poco la situación, el Decreto 826 del 25 de julio de 2019 dispone una amnistía migratoria para la regularización de los venezolanos que están en el país y determina 30 días como plazo para el inicio de la exigencia de visa a los ciudadanos de Venezuela que deseen ingresar a Ecuador, a partir de la publicación del Decreto en el Registro Oficial.

Además, el 30 de julio de 2019, el gobierno ecuatoriano entregó a la Asamblea Nacional un proyecto de reformas a la Ley de Movilidad Humana, que endurece los requisitos para el ingreso de extranjeros y prevé la deportación para aquellos que infrinjan la Ley … Según la ministra del Interior, el proyecto actualiza algunos contenidos de la Ley y revisa el capítulo que tiene relación con el tratamiento a los ciudadanos de UNASUR, tomando en consideración que el Ecuador ya no hace parte de ese organismo regional. [4]_/

Los asambleístas y gobernantes que aprobaron las normas debieron pensar en que hablar de “ciudadanía universal” para aplicarla en el Ecuador, permitiendo que ingresen masivamente y sin control miles de ciudadanos de otros países, iba a generar problemas como los que todos conocemos, entre ellos, tráfico de personas, ingreso de indeseables, matrimonios por conveniencia, aumento del subempleo y desempleo, reducción del nivel promedio de los sueldos y salarios, frustración y mendicidad de los desempleados, una pesada carga financiera para un Estado sin recursos y endeudado; finalmente, robos y crímenes causados por extranjeros, que alimentan la xenofobia. Pero, esos asambleístas solo eran obedientes …


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