La
noche del 9 de agosto de
1809, un grupo de personas integrantes de la sociedad
criolla de Quito se reunió en la casa de la señora Manuela Cañizares, para
definir una estrategia que permita actuar en contra del gobierno español
sometido a los franceses. Cuentan que esa madrugada, ante la desmotivación de
algunos de los presentes, la señora les increpó con una dura frase:
“¡Cobardes...hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo...? ¡No
hay tiempo que perder...!”; sin embargo, he oído varias veces a un prestigioso
historiador, que la señora no solo les dijo eso …
La madrugada del 10 de agosto se conformó la Junta Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de Selva Alegre Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia y Justicia y de Hacienda.
El
10 de agosto de 1809, muy temprano, el doctor Antonio Ante, secretario general
de la Junta de Gobierno, visitó a don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla y
presidente de la Real Audiencia de Quito, para comunicarle que la Junta de
Gobierno lo relevaba de sus funciones. Entre tanto, el coronel Juan de Salinas,
al mando de las fuerzas militares, declaraba la lealtad a la Junta de Gobierno
y al rey Fernando VII. [1]_/
Ese
hecho, de enorme importancia para América, lo es aún más para este país, que
declaró al 10 de agosto día de Fiesta Nacional, que celebran los ecuatorianos
en todo el mundo.
Dicen que el
Embajador del Ecuador en Pekín, en cierto año de cuando el petróleo estaba más
o menos a 100 dólares el barril, decidió festejar el 10 de agosto a lo grande. Como
es natural, pidió a su secretaria que haga la lista de invitados de honor,
entre los cuales estaban las autoridades chinas políticas y financieras de
mayor nivel y sus colegas diplomáticos de todo el mundo. Los no invitados
previstos, asistentes por derecho propio, eran los ecuatorianos residentes en
China, entre ellos muchos estudiantes.
Para que la
fiesta sea un éxito, el Embajador logró que lleguen desde Ecuador varios
artistas, para presentarlos en un evento demostrativo de la cultura nacional y
contrató un lugar muy acogedor, con salones y jardines muy elegantes y
cuidados.
El Embajador
ordenó que en la lista se incluya al alcalde de una ciudad china que tiene
alrededor de 8 millones de habitantes entre la zona urbana y los alrededores y
está en una zona económica especial, a quien conoció en un viaje de turismo,
alcalde que habla fluidamente el español, porque había estudiado un doctorado
en España.
El 10 de
agosto en la noche el invitado especial llegó puntual, se sentía muy halagado, pasó
una velada muy agradable y observó atentamente un vídeo en el cual se explicaban
y mostraban las bondades turísticas del Ecuador, a la par que se mencionaba que
hemos avanzado mucho en la puesta en práctica de los derechos humanos y que
hasta somos pioneros en reconocer en la Constitución de la República la
ciudadanía universal, que implica que todo ser humano tiene el derecho de
movilizarse libremente por todo el planeta y que otorga a todas las personas el
derecho a migrar, enfatizando en que, según el artículo constitucional 40 del
Ecuador, “No se identificará ni se considerará a ningún ser humano como ilegal
por su condición migratoria”.
A la fiesta
asistieron las autoridades invitadas, entre ellas varios ministros y gerentes
de entidades financieras, cientos de ecuatorianos residentes y estudiantes en
China, embajadores y agregados culturales y militares de América Latina y de
otros continentes, empresarios y representantes de los medios de comunicación.
Como es
natural, el Embajador inició la celebración y dijo que el gobierno de su país
era casi, casi, el mejor del mundo y que había enormes posibilidades de
incrementar las relaciones de todo tipo. Recordó que China era un socio
estratégico que había prestado dinero al país por miles de millones de dólares con
una generosidad y fraternidad encomiables y que las obras que hacía eran un
orgullo para los dos países. Brindó por la prosperidad de los dos pueblos y por
la larga vida de los presidentes, uno de los cuales, el suyo, era casi, casi el
mejor del mundo.
Mencionó
Coca Codo Sinclair, la refinería del Pacífico, la Ciudad del Talento y la
Universidad Yachay, las escuelas del Milenio, la ruta Manta – Manaos que iba a
ser la conexión entre China y Brasil; dijo que la pobreza se había reducido en
un alto porcentaje, que el país estaba cubierto de carreteras del primer mundo
y que todo eso era fruto del trabajo de gente de “mentes lúcidas, corazones
ardientes y manos limpias”, dirigida por un líder de nivel casi, casi mundial.
Entregó una publicación
sobre su país en chino, español e inglés y dijo que esperaba que todos festejen
esa importante fecha. Los asistentes disfrutaron de música ecuatoriana y
bailable de Colombia y el Caribe, una muestra pictórica de “guayasamines” y deliciosa
gastronomía.
En
un artículo ACNUR decía: “La actual Constitución ecuatoriana se ha convertido
en un referente internacional, al reconocer principios y derechos específicos
para las personas en las diferentes dinámicas de movilidad; incluso, es posible
afirmar que establece estándares de protección de derechos superiores a los
determinados por los instrumentos internacionales.” [2]_/
El alcalde de
la ciudad china superpoblada salió impresionado por lo que había visto y oído.
Al día siguiente buscó en Internet la Constitución del Ecuador y constató que
efectivamente se reconocía la ciudadanía universal. No sabía que el “Jefe de
Estado” de 2007 – 2017 del Ecuador buscaba posicionarse en el mundo como líder
latinoamericano y que sus íntimos colaboradores de la Asamblea Constituyente
habían aprobado el artículo respectivo sin pensar en las consecuencias
posibles.
Encontró
adicionalmente un ejemplar de una publicación, que decía textualmente:
“Las personas
en movilidad humana que se encuentran en el territorio ecuatoriano,
independientemente de su condición migratoria, etnia, lugar de nacimiento,
pasado judicial, identidad sexual, género, entre otras consideraciones, tienen:
Derecho a la
educación,
Derecho a la
salud,
Derecho al
trabajo en igualdad de condiciones que los nacionales,
Derecho a la
justicia,
Derecho a la
identidad,
Derecho a
acceder a los servicios públicos en general, …”
Entonces, tuvo
una idea genial: en su ciudad había por lo menos dos millones de personas en
situación económica muy complicada, porque algunas fábricas que operaban allí
se habían mudado a otras zonas, debido a que ya no necesitaban mucho personal y
habían digitalizado o robotizado muchas de sus tareas; además, estaban ahora
junto a un puerto que les facilitaba exportar. Pensó que esas personas o al
menos un millón de ellas podrían irse a vivir en el Ecuador, con todas las
ventajas que ha constatado que la Constitución y las leyes ecuatorianas dan y
que los diplomáticos promocionan por instrucción de su gobierno.
Convocó al
Consejo que presidía y les informó de su propósito a los consejeros. Algunos
consideraron que no convendría promocionar esa emigración, porque Ecuador está
muy lejos, el viaje debe ser muy costoso y seguramente el calor va a ser
insoportable. Otros, pensando que el Ecuador está en África y que es más subdesarrollado
de lo que es, coincidían en lo del clima, consideraban que debe ser muy
arriesgado ir a vivir donde existen leones y otros animales feroces y no se ha
de ver con buenos ojos a los chinos. La mayoría consideraba que es una manera
relativamente fácil de reducir los problemas de la ciudad y que incluso se
puede ayudar a los eventuales migrantes con los pasajes por barco, que no
exigirían un gran desembolso por persona, tomando en cuenta el número de
viajeros.
Para
convencer a los que no estaban a favor, el alcalde les contó que está informado
de que hay miles de colombianos, cubanos, haitianos, venezolanos y africanos en
el Ecuador, que han salido de sus países por la grave situación económica en la
que se encuentran, por ser perseguidos políticos, porque los han amenazado las
guerrillas y por otras razones.
Dijo el
alcalde que el gobierno del Ecuador los ha recibido con los brazos abiertos, a
los colombianos por ser vecinos queridos, a los venezolanos porque el Ecuador
debe su independencia al liderazgo de dos generales venezolanos, a los cubanos
porque muchos son educadores y médicos de un país famoso por el nivel de su
medicina y educación, a los haitianos porque su país quedó seriamente afectado
por un terremoto. En parte también, porque hace muchos años miles de
ecuatorianos fueron a vivir en Estados Unidos, España, Venezuela y otros
países, buscando un mejor futuro. La resolución final del Consejo fue que se
proceda a promocionar esa migración y se haga todo lo necesario para que esos
dos millones de habitantes viajen a residir en Ecuador. Por último, se dijo que,
si no es cierto lo de la ciudadanía universal, quienes lleguen harán uso del
artículo 40 de la Constitución, según el cual “no se considerará a ningún ser
humano como ilegal por su condición migratoria.”
Los chinos
no sabían que el Ecuador adoptó esas normas para transmitirlas a los países a
los que llegaban y aun llegan sus ciudadanos emigrantes y pedirles que sean
recíprocos. Legisladores y gobierno no se imaginaron que Chávez y Maduro iban a
provocar el tremendo problema social que hay en Venezuela y que se vendrían en
masa los habitantes de ese país. Tampoco pensaron que colocar esas normas en la
Constitución abriría las fronteras del Ecuador a nacionales de muchas partes
que, por razones tan diversas como el terror o el interés de ganar dinero para
mantener a sus familias, el crimen internacional, se asentarían acá.
Felizmente,
los gobernantes ecuatorianos se enteraron por las redes sociales que iba a
suceder esa invasión pacífica y pidieron al gobierno chino que impidiera tal
movilización y como allá hay un poder general del Estado sobre los ciudadanos,
la idea del alcalde quedó para la historia; o, al menos, para este ensayo de
cuento con final feliz, que no es tan cuento porque aquí ahora ya hay casi
medio millón de venezolanos.
Tan ilusoria
fue la incapacidad del Gobierno de Rafael Correa, creador de la ciudadanía
universal, que, a solo cuatro años de la Constitución de Montecristi, impuso el
16 de noviembre del 2015 visas a ciudadanos de 11 países: China -pasaporte
vino-, Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria,
Pakistán, Somalia y Senegal. Es más, el 1 de diciembre del 2015, el Régimen
impuso visa a los cubanos que vinieron en masa a Ecuador. Hasta ahí llegó el discurso
de puertas abiertas, de nuevo paradigma mundial de movilidad humana. En los 11
primeros casos porque se detectaron personas que probablemente tenían
conexiones con grupos irregulares o vinculados a trata de personas. Y en el
caso de los cubanos, porque muchos eran personas que no estaban de acuerdo con
la política de ese país. [3]_/
La crisis de
Venezuela ha hecho que entre 300 mil y 500 mil ciudadanos de ese país lleguen
al Ecuador para quedarse, en una época en la que la economía nacional no crecerá
varios años, el desempleo y el subempleo aumentan todos los meses, hay una
deuda pública de 75 mil millones de dólares, todos los días hay noticias sobre delitos
cometidos por extranjeros y nuevos hechos de corrupción del gobierno anterior
que dañan la imagen del país en el exterior; y, la inmigración agrava los
problemas de los ecuatorianos de a pie, que sufren las consecuencias.
Para
corregir un poco la situación, el Decreto 826 del 25 de julio de 2019 dispone
una amnistía migratoria para la regularización de los venezolanos que están en
el país y determina 30 días como plazo para el inicio de la exigencia de visa a
los ciudadanos de Venezuela que deseen ingresar a Ecuador, a partir de la
publicación del Decreto en el Registro Oficial.
Además, el
30 de julio de 2019, el gobierno ecuatoriano entregó a la Asamblea Nacional un
proyecto de reformas a la Ley de Movilidad Humana, que endurece los requisitos
para el ingreso de extranjeros y prevé la deportación para aquellos que infrinjan
la Ley … Según la ministra del Interior, el proyecto actualiza algunos
contenidos de la Ley y revisa el capítulo que tiene relación con el tratamiento
a los ciudadanos de UNASUR, tomando en consideración que el Ecuador ya no hace
parte de ese organismo regional. [4]_/
Los
asambleístas y gobernantes que aprobaron las normas debieron pensar en que
hablar de “ciudadanía universal” para aplicarla en el Ecuador, permitiendo que
ingresen masivamente y sin control miles de ciudadanos de otros países, iba a
generar problemas como los que todos conocemos, entre ellos, tráfico de
personas, ingreso de indeseables, matrimonios por conveniencia, aumento del
subempleo y desempleo, reducción del nivel promedio de los sueldos y salarios, frustración
y mendicidad de los desempleados, una pesada carga financiera para un Estado
sin recursos y endeudado; finalmente, robos y crímenes causados por
extranjeros, que alimentan la xenofobia. Pero, esos asambleístas solo eran
obedientes …
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