Boletín
146: EL DESARROLLO INDUSTRIAL DEL
ECUADOR
Eco. Luis Luna Osorio – MBA Quito, 11 de
junio de 2017
El
ex – Presidente Correa, en el 2008, hizo aprobar por el pueblo la Constitución vigente,
que pocos leyeron en su integridad y menos entendieron, cuyos cinco rasgos
principales, entre otros, son: el estatismo, el presidencialismo, la
redistribución de la riqueza, el
populismo y el alejamiento nacional de los países considerados imperialistas o
capitalistas.
El Estatismo llevó a que, en el artículo 313 de la Constitución, se
defina que los sectores estratégicos son: “…
la energía en todas sus formas, las
telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables, el transporte y la
refinación de hidrocarburos, la biodiversidad y el patrimonio genético, el espectro
radioeléctrico, el agua, y los demás que determine la ley”. Varios de
esos sectores tienen efectos directos o indirectos sobre la industria, y están destinados a “… la decisión y control exclusivo del
Estado.”
Ello
llevó también a que el gobierno planteara como los ejes del cambio de la matriz
productiva, a varios megaproyectos industriales: petroquímico, siderúrgico, del
aluminio, del cobre, del acero, de astilleros y de pulpa de papel. Tómese en
cuenta que el Ministerio de la Producción y el Ministerio Coordinador de los
Sectores Estratégicos, en el punto 5.3.6 de un documento sobre la política
industrial, señalan ilusamente que la inversión en esos proyectos sumaría 9.213
millones de dólares y que, para el año 2025, los ingresos que generarían serían
de 3.832 millones, el impacto en la balanza comercial sería de 3.812 millones,
el efecto sobre el PIB llegaría a 4.413 millones y determinarían 5.780 empleos.
A
la fecha, 11 de junio de 2017, algunos de esos proyectos no se han iniciado,
otros comenzaron mal y se paralizaron, y aparentemente solo el de astilleros
está en actividad, pero no en el nivel propuesto originalmente. En el conjunto,
el resultado esperado no se ha dado ni modestamente en el cambio en la matriz
productiva buscado por el gobierno y no se ve posibilidades ciertas de que
alguno de los proyectos madure según la idea original.
El Presidencialismo se practicó con mucha fuerza desde el 2008 hasta el 24
de mayo de 2017, pues el Presidente Correa se colocó en la cima de todas las
funciones y entidades estatales y logró que el conjunto de las acciones de
ellas se realice a su real saber.
La política redistributiva determinó que no fuera el objetivo final el desarrollo
nacional, sino una economía orientada al fortalecimiento del mercado interno y
al mejoramiento de las condiciones de vida de la población pobre con los
recursos estatales, desestimando el aporte de la empresa privada al crecimiento
económico, llenándola de numerosos tributos, controles y trámites; y, haciendo
que la inversión extranjera de riesgo existente se vaya del país y que no venga
nueva inversión, ante la falta de seguridad jurídica.
El populismo hizo que, aprovechando el gobierno los ingentes recursos obtenidos de la
exportación del petróleo y el endeudamiento agresivo, se incremente el llamado
“bono de desarrollo” y sus receptores, y se lo reparta con fines electorales;
se creen nuevos subsidios y variedad de becas; y, se aumenten las plazas de
trabajo y las remuneraciones de miles de nuevos empleados públicos, por encima
de los niveles salariales de los empleados privados y de la lógica
macroeconómica, multiplicando procesos, trámites y corrupción.
En el ámbito internacional, se amplió las distancias políticas con Estados Unidos, país
con el cual las relaciones internacionales del Ecuador son la de mayor
importancia; se negó por mucho tiempo la posibilidad de negociar un tratado de
libre comercio con la Unión Europea; se puso en neutro el avance de la
Comunidad Andina en los temas de mayor relevancia para el país; y, no se buscó
aproximaciones con otros mercados interesantes, gastando infructuosamente muchos
esfuerzos de política internacional y de política económica internacional, en
crear o aumentar vínculos con países pobres o lejanos que tenían afinidad
política con el famoso “Socialismo del Siglo XXI”. La excepción fue China, que
se convirtió en el primer soporte financiero para el derroche gubernamental, en
condiciones muy gravosas, que incluían la construcción china de obras
gubernamentales importantes; pero que, en cuanto a inversión en el país y a
comercio bilateral, no dio mayores resultados.
Con respecto a la industria (excepto refinación de petróleo), entre 2007 y 2016, el
Producto Interno Bruto (PIB) del sector creció en el 34%, por debajo del
crecimiento de la cifra global del PIB (38%) y de las cifras de los sectores de
suministro de electricidad y agua (200%), acuicultura y pesca (128%), correo y
comunicaciones (100%), servicios financieros (79%), construcción (72%),
administración pública y seguridad (62%), enseñanza y servicios de salud (55%),
transporte (46%), actividades profesionales y técnicas (36%). Solo marcaron
cifras inferiores a la industria, la agricultura (28%), el servicio doméstico
(25%), el petróleo (13%), la pesca (7,7%) y la refinación de petróleo, que
decreció.
Cabe
mencionar, a este respecto, que la industria no funcionó en la década 2007 -
2016 como el motor del desarrollo productivo y tecnológico que se entiende debe
ser. Su crecimiento de toda la década correísta, menor que el del PIB total,
demuestra que no tuvo la fuerza necesaria para impulsar la oferta de bienes de producción nacional; por ello, la
tendencia por importar fue de gran magnitud, en todo tipo de bienes, de tal
forma que en algún momento el gobierno se vio obligado a recurrir a
salvaguardias e impuestos internos fuertes, con el objetivo de reducir el
consumo de miles de productos.
Las
salvaguardias no cumplieron su papel; además de incrementar los precios
internos y de no impulsar a algunos sectores de la industria nacional (pues
irresponsablemente se las colocaron a muchas materias primas y bienes de
capital), generaron ríos semanales de gente hacia las fronteras, para comprar
productos de primera necesidad en Colombia o Perú y provocaron cuantioso
contrabando, por cientos de millones de dólares.
El cambio de la matriz productiva fue solo un espejismo, que se lo publicitó oficialmente
como una realidad o como un proceso exitoso, a pesar de que ninguno de los
megaproyectos anunciados por el gobierno tuvo los resultados esperados y de que
uno de ellos, la refinería del Pacífico, fue el fiasco más monumental, pues se
invirtieron 1.200 millones de dólares y en más de un lustro, solo ha llegado a
contar con una explanada y una carretera que ya cuestan más de 1.600 millones, sin
que se consiga fondos para su realización (que, además, al país no le conviene
llevar a efecto, por múltiples razones).
El Código Orgánico de la Producción,
Comercio e Inversiones (COPCI)
no aportó para dinamizar esas actividades y cuando lo complementaron con otra
ley, el mismo gobierno reconoció que no había dado frutos. Y se advierte que su
ambicioso artículo primero decía:
“El ámbito de esta
normativa abarcará en su aplicación el
proceso productivo en su conjunto,... Así también impulsará toda la
actividad productiva a nivel nacional, en todos sus niveles de desarrollo y a
los actores de la economía popular y solidaria; así como la producción de
bienes y servicios realizada por las diversas formas de organización de la
producción en la economía, reconocidas en la Constitución... De igual manera, se regirá por los principios que permitan
una articulación internacional estratégica, a través de la política
comercial, incluyendo sus instrumentos de aplicación y aquellos que facilitan
el comercio exterior, a través de un régimen aduanero moderno transparente y
eficiente.”
Con respecto a las exportaciones
industriales, entre el año 2008 y el
2016, éstas decrecieron en el 12,5% al pasar de 4.484 millones de dólares en el
primer año a 3.921 millones en el último, en el cual significaron solamente el
23,3% de las exportaciones totales. Además,
se explica que, de las exportaciones industriales, el 24% corresponde a “Otros
elaborados de productos del mar”, el 10% a “Derivados del petróleo” y el 10% a
“Manufacturas de metales”, cuyos aportes reales de valor agregado son modestos.
Se
destaca la exportación de (miles de) “Otros” productos industriales, que de
2008 a 2016 ha crecido de 1.145 a 1.503 millones de dólares, pasando de
significar el 25,5% de las exportaciones industriales en el primer año al 31,3%
en el último. Sin embargo, conviene señalar que todos ellos son poco
significativos y no hay la expectativa de que alguno o algunos puedan elevar sus
ventas para que tengan efecto macroeconómico.
Se
anota que, en el primer trimestre de 2017, las exportaciones industriales
fueron superiores a las de igual periodo del 2016 en 123 millones de dólares,
debido a los incrementos sustanciales en las exportaciones de derivados del
petróleo (70 millones de dólares); los otros productos del mar (49 millones de
dólares) y harina de pescado (13 millones de dólares), a pesar de que se
redujeron las exportaciones de elaborados de cacao y café, manufacturas de
metales, sombreros y manufacturas textiles.
El inicio del gobierno del Presidente
Moreno lleva a sugerir algunas
acciones prioritarias para el Ministerio de Industrias, para acelerar el desarrollo
industrial. Solo se las puntualiza y no se las explica, por falta de espacio,
pero podrían servir como referentes.
1.
REFORMAS DEL MARCO LEGAL
a. Ambiental (en relación con el uso del agua, la contaminación
del aire, la explotación del suelo y del subsuelo)
b. Energético (autogeneración por la empresa privada,
tarifas industriales)
c. Para la inversión extranjera directa (seguridad jurídica,
renegociación de los tratados de protección recíproca de inversiones, diseño de
formas de atracción de capitales, reducción de procedimientos y trámites para
las empresas)
d. Societario (revisión del COPCI y sus reformas y la Ley de
Control del Poder del Mercado, mejoramiento del mercado de valores, respeto a
la propiedad industrial, promoción de la localización industrial regional, creación
de Zedes)
e. Fiscal (rebaja de aranceles y carga tributaria interna,
especialmente)
f. Financiero (promoción y facilitación de créditos de
fomento y privados)
g. Laboral (impulso a la generación de empleo y revisión de
los términos de contratación, administración y finalización de actividades
laborales)
h. De seguridad industrial (capacitación y mejoramiento de
sistemas)
i. De infraestructura (búsqueda de mejoramiento operacional
de puertos, aeropuertos, carreteras, parques industriales, zedes)
j. De exportación y logística (búsqueda de ganancia de
competitividad)
k. De educación y capacitación (dinamización del desarrollo
tecnológico).
2.
COORDINACIÓN INTERINSTITUCIONAL ESTATAL PARA EL
DESARROLLO NACIONAL
a. Planificación global (SENPLADES) – proyección del Sector
Industrial
b. Economía y Finanzas – obtención de recursos para el
desarrollo del sector y atención especial a los temas 1.c a 1.f, 1.i y 1.j antes mencionados.
c. Desarrollo Agropecuario (Coordinación con el MAG y Ministerio
de Pesca)
d. Energía – ver 1.b
e. Obras Públicas – ver 1. i
f. Ciencia y tecnología (SENESCYT) ver 1.b , 1.c , 1.d, 1.j,
1.k
g. Según los literales del punto 1.
h. Reducción de tiempos y requisitos para procedimientos y
trámites.
i. Seguimiento constante del correcto desarrollo de las
industrias básicas
3.
COORDINACIÓN INTERNACIONAL PRINCIPAL CON:
a. ONUDI En
todos los ámbitos del desarrollo industrial
b. OMC Para
impulsar el comercio y la propiedad industrial
c. CEPAL En
temas de Macroeconomía e industrialización
d. CAF Financiamiento del desarrollo a largo
plazo
e. CAN Fortalecimiento de la integración
andina
f. ALADI Fortalecimiento
de la integración latinoamericana
g. Centros mundiales de desarrollo tecnológico industrial, para
incrementar la competitividad nacional.
4.
APOYO AL MEJORAMIENTO DE LAS RELACIONES
INTRA - INDUSTRIALES
a. Impulso a la generación y desarrollo de cadenas
productivas
b. Capacitación empresarial y laboral en sus áreas y en
comercio exterior
c. Coordinación con el sector privado, universidades e
institutos tecnológicos
d. Coordinación con el sector laboral
e. Formación de grupos de análisis sectorial y regional con
los empresarios, los trabajadores y las universidades
f. Apoyo a la investigación tecnológica y de mercados sobre
temas de interés de la industria
g. Organización de ferias industriales o apoyo a la
participación en ellas.
h. Instalación de zedes en las fronteras, especialmente en
Tulcán.
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LATINA”, de Luis Luna Osorio y Claudia Marcela Bastidas. Le será muy útil. Adquiéralo en las librerías del
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