lunes, 26 de diciembre de 2016

135.- PROPUESTA DE POLÍTICA DE COMERCIO EXTERIOR 2017 - 2021



BOLETÍN 135 DE LUIS LUNA OSORIO
QUITO, ECUADOR, DICIEMBRE 26 DE 2016

Como en otras oportunidades, el autor del Blog sugiere una política de comercio exterior para el país. En esta ocasión lo hace teniendo en cuenta que en Mayo de 2017 habrá, con toda seguridad, no solo un cambio de Presidente, sino el cambio urgente de timón que requiere el país, ojalá en 180 grados, para que, sobre la base del aprendizaje de la lección, nunca más se frustren las esperanzas del pueblo, ni se dilapiden o se roben los recursos que a él le pertenecen.

PROPUESTA DE POLÍTICA DE COMERCIO EXTERIOR 2017 - 2021
La política de comercio exterior de un país como el Ecuador, debe estar enmarcada en una política de Estado de desarrollo nacional, que impulse en el largo plazo y de manera armónica el aumento sostenido de la inversión, el incremento de la producción y la productividad, el crecimiento del empleo, la generación de exportaciones. Debe tener como prerrequisitos: estabilidad política, seguridad jurídica, desarrollo de la competitividad nacional, apertura al comercio internacional, agilidad en procedimientos y trámites, respeto por las normas de parte de exportadores y funcionarios.  

Ello debe hacerse para: contribuir a que el comercio mundial sea leal y transparente; cumplir y hacer cumplir las normas internacionales y nacionales relativas al intercambio de bienes y servicios, lograr que los productores y los exportadores nacionales reciban el mejor precio por sus productos, que obviamente deben cumplir con las exigencias mínimas de competitividad (cantidad suficiente, calidad vinculada al precio, oportunidad de acceso al mercado); en consecuencia, los agentes de comercio internacional (públicos y privados), deben ser formados para aceptar las condiciones de toda compra – venta únicamente cuando esas condiciones le satisfagan. La palabra “no” y el voto negativo deben estar siempre en su vocabulario de negocio, hasta cuando les convenga la transacción y lleguen a acuerdo.

En todos los países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre ellos el Ecuador, esa política debe tener en cuenta la normativa internacional, en especial en lo que se refiere a las grandes áreas incorporadas en el Acuerdo por el cual se creó en 1994: comercio de bienes, comercio de servicios, asuntos de propiedad intelectual vinculados al comercio (ADPIC) y de forma indirecta, movimiento de capitales derivado del comercio internacional, necesario para efectuar inversiones extranjeras de gran magnitud, en países dueños de materias primas o importantes consumidores.

Además, esa política debe normar las importaciones, de manera que tengan incentivo las compras necesarias como medicinas, maquinaria y equipos no producidos, insumos agropecuarios; y, por el contrario, se graven, limiten y hasta prohíban ciertas importaciones suntuarias o que afecten a la salud, la moral y la integridad nacional.  

Por supuesto que las dos políticas mencionadas y su ejecución deben estar armonizadas y en algunos casos hasta ser complementarias; por ejemplo, cuando se negocian los acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales; pero, los ejecutores de la política comercial y el Servicio Comercial en el Exterior, deben tener la capacidad de actuar con autonomía financiera y operativa frente a la Cancillería y las embajadas, aunque los funcionarios con sede en otros países estén sujetos a control administrativo de los embajadores y a las normas diplomáticas necesarias para su vida en el exterior.

Para los embajadores y los diplomáticos a su mando sobran tareas en sus lugares de destino, en vez de dedicarse al comercio. En este mundo tan interdependiente, crear o mejorar la imagen de país, que es poco conocida y a veces mal tratada, informarse e informar sobre acontecimientos políticos y económicos de importancia para el país al que pertenecen, asistir a  eventos culturales, económicos y protocolares, conocer y analizar normas internacionales y leyes nacionales de interés, organizar las agendas de las autoridades nacionales que viajan a su país de acreditación por asuntos oficiales, no es cuestión de poca monta y requiere de muchos conocimientos y destrezas, incluido el dominio de lenguas extranjeras.

Para los agentes comerciales, son labores de absoluta dedicación: estudiar el mercado del país en el que han sido acreditados; mantener e incrementar los contactos con los ministerios de comercio e industrias, las cámaras empresariales, importadores y consumidores, inversionistas de riesgo y financieros, organizaciones de transporte aéreo y marítimo; promocionar los productos exportables del país y descubrir nuevos productos de exportación potencial; además, averiguar formas de reducir los costos del proceso logístico entre el país de origen y el de destino, conseguir asistencia técnica y capacitación técnica para los empresarios nacionales.

El objetivo general debe ser: incrementar sustancialmente,  diversificar y desarrollar
tecnológicamente las exportaciones del Ecuador, multiplicando los productores, los productos y los destinos, en un clima de complementación virtuosa entre el Estado, las empresas y la Academia.

Objetivos específicos que se sugiere al Estado para el año 2017, son:

1.        Contribuir al incremento dinámico de una  oferta exportable competitiva, que amplíe la venta de los productos tradicionales, contenga crecientes aportes de nuevos productos agroindustriales, incluya productos industriales derivados de la minería y fortalezca la exportación de servicios modernos;
2.       Dar trato nacional a la inversión extranjera directa, orientada a generar producción exportable y garantizar la repatriación de esa inversión y sus réditos, cuando lo deseen sus propietarios.
3.    Vigilar que se respeten los derechos adquiridos por el país en virtud de los acuerdos internacionales de propiedad intelectual y de la ley nacional respectiva;
4.    Iniciar con dinamismo la ejecución del Acuerdo Multipartes con la Unión Europea, cumpliendo fielmente las obligaciones que de él dimanan y aprovechando las facilidades derivadas útiles a la exportación.  
5.       Negociar y suscribir acuerdos comerciales de interés nacional con todos los países cuyos mercados sean de importancia para el desarrollo de las exportaciones. La primera y urgente negociación debe hacerse con los Estados Unidos, el principal mercado nacional. Luego, habría que negociar con China un amplio acuerdo multipropósito; y, con India y Corea del Sur acuerdos similares, previendo que esos mercados van a ser mucho más importantes.
6.            Inducir cambios oportunos en las políticas de desarrollo de la infraestructura
               y los servicios portuarios y aeroportuarios internacionales, para mejorar las
condiciones de acceso del país al mercado mundial. Hay que construir la autopista Quito – Guayaquil, incrementar las rutas y las frecuencias de los vuelos internacionales y lograr que los puertos de Posorja, Manta, Puerto Bolívar, adquieran la profundidad para que operen los barcos post Panamá.
7.           Contar con un sistema institucional técnico de producción y promoción de las exportaciones que, al interior del país y en el exterior, trabaje con autonomía del manejo político de las relaciones internacionales. Para ello, hay que fortalecer los ministerios sectoriales de la producción, el Ministerio de Comercio Exterior y ProEcuador.
8.           Apoyar la aplicación de una política de importación de maquinaria y equipos con tecnología de punta, que permita a muchas empresas aumentar el abanico de productos de exportación con creciente valor agregado.
9.         Evitar que se utilice a los medios y procedimientos de facilitación del comercio internacional como mecanismos para traficar productos que incumplan las  leyes nacionales. Hay que colocar escáneres de control de ingreso y salida de carga en los puertos y aeropuertos y ejercer un control estricto sobre el narcotráfico.
10.        Procurar de manera permanente la formación y la capacitación de funcionarios
públicos y privados expertos en economía internacional y en especial en comercio exterior. Para ello, hay que crear una Maestría en Negociaciones Económicas Internacionales, que produzca negociadores para el Estado y para las empresas privadas, en dos especializaciones claramente definidas.
11.        Relocalizar el Servicio Comercial del Ecuador en el Exterior, para que responda con mayor eficiencia a las necesidades del país en función de la política de comercio exterior. Hay que cerrar determinadas oficinas que no cumplen su función y abrir otras en mercados mucho más importantes para el país.
12.        Evitar que el Servicio Comercial y la Diplomacia sean partes del botín político del gobierno de turno, que permite becar sin mérito a hijos de altos funcionarios, pagar favores, alejar a personajes partidarios importantes pero molestos, atender problemas de salud de amigos o familiares de los ministros.
13.        Mantener un estrecho contacto Estado – Empresarios – Trabajadores, para
definir políticas de consenso, en orden a lograr que los efectos económicos de la mayor exportación se traduzcan en beneficios para toda la sociedad.

Para avanzar en este proceso es fundamental organizar varias mesas de trabajo que se dediquen, entre junio y agosto 2017, a efectuar la tarea de definir el punto de partida en todos los sentidos propuestos, a preparar anteproyectos de ley necesarios y a programar técnicamente las acciones futuras.

Aquí quiero recordar, resumir y actualizar  algunas ideas expuestas en mi libro Ecuador: Proyección 2020, sobre lo que hay que hacer en materia de comercio exterior:

Mejorar sustancialmente la infraestructura y los servicios de apoyo a las exportaciones.-   Lo importante a señalar es la necesidad de que los problemas que existen especialmente en la infraestructura vial, de puertos y aeropuertos, y en los servicios complementarios operativos y funcionales del Gobierno, como las aduanas y los demás órganos de control, se solucionen pronto y de la mejor manera. De nada sirve que las empresas se vuelvan competitivas, si el Estado no les provee de los medios para acceder oportunamente al mercado, sea el nacional o el internacional. En este sentido, es bueno recordar que un estudio hecho para la Cámara de Industriales de Pichincha, con motivo de la negociación del TLC con los Estados Unidos, señalaba que: “los productos que entran con 0% de arancel al Ecuador (zonas francas y regímenes especiales), al demorarse en promedio 14 días en ser desaduanizados, están pagando en realidad un arancel administrativo equivalente al 11.2% del valor de la mercancía” y, añade el autor de este libro, están causando una grave pérdida de competitividad, porque en otros países el tiempo de desaduanización de ese tipo de bienes es de 48 horas; con lo cual, mientras el producto a ser exportado por el Ecuador recién está esperando la materia prima, el producto competidor ya está en el punto de venta o hasta vendido.
Incrementar la producción y la productividad nacionales.- Esta es una responsabilidad del Estado en el interior del país: seguridad jurídica y dentro de ella respeto a la propiedad privada y a la propiedad intelectual; apoyar todo tipo de emprendimiento para producir, con reglas claras de juego, marco legal actualizado y promocional; agilidad burocrática y simplificación de trámites y procesos, incremento de la inversión y trato nacional a la inversión extranjera, crédito suficiente y ágil, asistencia técnica para las mipymes, preparación y capacitación de expertos en las profesiones requeridas por los diferentes sectores económicos; información especializada y oportuna por Internet sobre el marco legal internacional que rige la producción y su relación con el Ecuador, estudios de mercados y de productos que orienten a los inversionistas, organización de ferias internacionales especializadas en las principales ciudades.
Diversificar las exportaciones y elevar sustancialmente su valor agregado.- Drástica reducción de la importancia relativa del petróleo, una creciente exportación agroindustrial con mayor valor agregado, aumento significativo de la exportación de minerales propios procesados, exportación de productos industriales nuevos que signifiquen al menos USD 100 millones cada uno; exportación de servicios financieros y de DFI internacional, venta de software, incremento a dos millones anuales de los turistas hacia el Ecuador,  aprovechamiento comercial de la ruta Manta – Manaos, venta de bonos de carbono a los países desarrollados y un programa de reforestación planificada, con miras a producir bosques, madera y productos de la madera, en los que el país puede ser muy competitivo. 
Atender mejor los mercados tradicionales.- Esto es algo que el Gobierno  no ha hecho, pero es muy necesario. Desde el 18 de mayo de 2004, hasta diciembre de 2014, el Ecuador no quiso firmar un solo acuerdo comercial, mientras que sus vecinos y otros países suscribieron varios y muy importantes, que le afectan al país en forma negativa, en unos casos directamente y en otros, indirectamente.  Para empezar, se ha negado a suscribir un acuerdo con Estados Unidos y ha pretendido que ese país prorrogue la vigencia de la ATPDEA por cuatro años, que es lo que planteó cuando estuvo en el país la Secretaria de Estado Clinton. …. El Ecuador tardó mucho en firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y la demora le hará daño, porque Colombia y Perú se le adelantaron en sentar las bases de una exitosa exportación.
Lo urgente es cultivar los mercados que el Ecuador ya conoce y ampliarlos; para ello, es básico acordar con Estados Unidos y la UE modus operandi que sean permanentes y eviten crisis y quiebras a los productores nacionales; también es necesario sentarse a negociar con Colombia y el Perú nuevas formas de ampliar los negocios bilaterales, pues éstos se va a ver afectados por los acuerdos de esos países con terceros. Encontrar otros mercados no es fácil; se puede lograr facilidades de exportación para ciertos productos, pero lo que interesa es abrir nuevos mercados a muchos nuevos productos y eso solo se consolida cuando hay acuerdos y normas permanentes, el transporte internacional está disponible, los servicios complementarios al transporte y éste funcionan con agilidad; la aduana y las entidades controladoras de calidad, normas sanitarias y de origen, y los puertos y aeropuertos despachan rápidamente.
Desconcentrar los destinos de las exportaciones.- Los datos del BCE dicen que el país exportó en el año 2015 a más de 150 países, de los 220 que hay en el mundo. Esto diría que el Ecuador tiene una buena diversificación de destinos, pero que hay otros mercados hasta ahora desconocidos. Sin embargo, si se profundiza en el análisis, se llega a la conclusión de que son ocho países los que copan las dos terceras partes de las exportaciones y que los otros registrados solamente compran uno o pocos productos y por cantidades mínimas. De manera que el abanico de naciones a las que se les puede exportar mayores cantidades es enorme.
Se reitera que el Ecuador solo participa con el uno por mil de las exportaciones mundiales y que, en consecuencia, debe diversificar sus destinos no solo a otros países, sino dentro de los mismos que ahora son sus principales mercados. Por ejemplo, en los Estados Unidos, solo una ciudad significa como mercado mucho más que algunos países grandes de entre los subdesarrollados; de manera que lo que faltaría es profundizar los negocios más allá de Miami, Nueva York o Chicago, para avanzar a ciudades que posiblemente no conocen o conocen muy poco de la producción nacional. 
Lograr que en la exportación nacional tengan mayor participación relativa y absoluta las MIPYMES.- Esto debe ser el resultado de una labor tenaz, diaria y técnica del Estado, que apoye a esas empresas, en todos los sectores productivos, con crédito, asistencia técnica, información y promoción de la asociatividad; que les lleve a cumplir con los requerimientos de competitividad de cada uno de los mercados de destino en: los requisitos legales e institucionales. Sin embargo, el Gobierno debe tener presente que casi todas  las empresas productoras del país, menos unas pocas, a nivel internacional son pequeñas y a lo sumo medianas, y que por tanto necesitan el apoyo estatal para alcanzar su propia competitividad y para tener las condiciones que hagan posible la productividad nacional. La actual visión del comercio, sesgada ideológicamente, no produjo el efecto necesario de aumentar exportaciones y exportadores. Se recalca que muchas de las grandes empresas productoras nacionales se apoyan en las medianas y éstas a su vez en las pequeñas, con integración vertical u horizontal, para cumplir con los requisitos que debe cumplir el “producto total” de exportación.
Un aspecto imprescindible es el financiamiento, vía inversión o crédito. En la inversión, es necesario el trato nacional a la inversión extranjera. Hay que terminar con la gran incertidumbre de los empresarios privados, frente al conjunto de leyes tributarias que adopta el Estado y de trámites que se inventa, que claramente van cerrando el ámbito de sus actividades y exigiéndoles incurrir en costos contrarios a la competencia.
Importar cada año un valor relativo menor, de productos de consumo y combustibles.- Esto se logrará si es que se efectúa un nuevo proceso de sustitución de importaciones, derivado del análisis de la actual demanda interna y se obtiene resultados sobre el tipo de empresas existentes con capacidad ociosa o de nuevas que podrían remplazar los productos de consumo importados por nacionales. En ese sentido, ampliar la capacidad de refinación de petróleo es una prioridad, racionalizar los precios reduciendo gradualmente los subsidios y focalizándolos, es otra; producir petroquímica es una tercera más difícil, que daría mayor valor agregado y ahorraría divisas al país.
Es necesario tener en cuenta que la sustitución de importaciones exige montar empresas industriales con maquinaria y equipos importados modernos y comprar materias primas en alto porcentaje, así es que no hay que pensar en ahorro de divisas sino en un cambio de la demanda y esta puede crecer más en la medida que la política de sustitución sea exitosa, lo que incide en la balanza comercial y eventualmente en la balanza de pagos.
Reducir hasta eliminar todas las prácticas ilegales de comercio exterior. Prácticas ilegales son, entre otras, el contrabando de bienes en general, el tráfico de armas, el tráfico de drogas, el coyoterismo, la trata de blancas, el comercio de órganos y el lavado de activos, que resulta de los dineros mal habidos. Eliminarlas o por lo menos reducirlas en gran medida, es una tarea urgente y trascendente.
Muchas de esas acciones se reducen cuando los países se desarrollan, la población tiene empleo, eleva su nivel de educación y está consciente del daño que puede hacer a personas inocentes. Otra manera de reducirlas es imponiendo sanciones drásticas a quienes las practican. Pero, si el país agrava sus problemas socioeconómicos y el Gobierno vuelve blandas o elimina las sanciones para los delincuentes privados y los funcionarios corruptos, como pasa en el país, el resultado es que la delincuencia se perfecciona.
El Gobierno tiene una gran tarea que cumplir, pero no la debe hacer solo. El COMEX debe tener en su seno representantes empresariales, laborales y de la Academia que impulsen la competitividad y el desarrollo dinámico de las exportaciones legales.

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