BOLETÍN 100: UNA MIRADA AL ECUADOR
Eco. Luis Luna Osorio MBA Julio
14 de 2015
INTRODUCCIÓN.- Mi primer libro
data de 1989. Su título era una pregunta: ECUADOR, Sociedad Limitada…? Y lo que
resumía en él era que este país, mi país y el de mis hijos, nietos y bisnietos
(ya tengo uno), no debía ser una sociedad limitada de ninguna manera y debía
avanzar rápidamente hacia el desarrollo.
En la Presentación
del libro, manifestaba: “… es necesaria una nueva orientación del Ecuador -
acorde con las exigencias que determinan el acelerado cambio tecnológico y las
tendencias de la política internacional proclives a la formación de grandes
bloques - en la cual, el desarrollo planificado y justo, la industrialización
selectiva, la regionalización inducida, la interdependencia internacional, la
integración multinacional beneficiosa, y como resultado, la justicia social,
determinen mejores condiciones de vida para la población ecuatoriana, en un
clima de paz y prosperidad”.
Para entonces yo
había vivido durante cerca de 8 años en Chile y el Perú (1973 – 1980) y había
sentido en carne propia lo que significan: las dictaduras, la pérdida de la
libertad individual y colectiva, las fuertes crisis económicas, la pobreza
general; y, la inseguridad personal y de la familia, a pesar de ser funcionario
de Naciones Unidas o de la Junta Andina y tener tratamiento cuasi diplomático.
Deseaba entonces y
aspiro ahora a que el Ecuador no llegue nunca a situaciones como las que vivieron
esos países por culpa de los desgobiernos. No quiero que, como pasó en Chile,
el pueblo viva con el miedo y el recelo presentes, pierda su voz y el derecho a
reunirse y haya muertos todos los días por razones políticas; las noticias sean
solo las oficiales y se aprese a un señor por vender diarios extranjeros
estropeados, sacados de los aviones de vuelos internacionales; o, que un
jubilado se gaste toda su pensión mensual de 400 escudos en ir a cobrarla, para
que no lo declaren muerto, porque el bus le costaba 200 escudos de ida y 200 de
regreso a su casa; o, que el fisco esté fuertemente endeudado, quede totalmente
quebrado y tenga que devaluar la moneda varias veces, agrandando la pobreza de
la gente; que se vuelvan lujos el jabón, la pasta dental, el desodorante; como
ahora en Venezuela, y, haya que hacer interminables colas para comprar 2 o 3
kilos de papas a la semana y un poco de carne solo cada 15 días.
Mi libro ECUADOR:
Proyección 2020, publicado en el año 2010, va exactamente en la misma dirección
del primero, como no podía ser de otra manera en una persona que ha mantenido
siempre su línea de pensamiento. En sus páginas finales, ese libro incluye una
crítica a la gestación, aprobación y aplicación de la Constitución del 2008 y
al “Plan para el Buen Vivir 2009 – 2013” del Gobierno; y, presenta cuatro
grupos de propuestas para que el futuro sea mucho mejor que el pasado: primero,
paz, libertad, democracia y justicia; segundo, desarrollo humano, regional y
nacional; tercero, aumento de la producción y la productividad nacionales; y,
cuarto, interdependencia internacional e integración multinacional.
CRÍTICAS CON RESPECTO A LA CONSTITUCIÓN 2008.- Esa Constitución fue
gestada por el Presidente Correa y su Movimiento Alianza País, para poder poner
en práctica el llamado Socialismo del Siglo XXI, previa la inspiración y apoyo de
Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela, que deseaban que el Ecuador
vaya hacia donde ellos habían dirigido a sus países.
El contenido de la
Constitución, que sus gestores decían que iba a regir 300 años al país y que
ellos mismos ya quieren enmendar y muchas veces ha sido irrespetada, fue
duramente criticado por muchos constitucionalistas y expertos en temas
económicos y sociales, porque contiene una serie de artículos y también literales y numerales del
articulado, que son literarios; determina derechos que el Estado no podrá
satisfacer; crea instituciones innecesarias o que dificultan las actividades
públicas y privadas; es ecologista, porque otorga derechos a la naturaleza; es
estatista, porque le da al Estado mucho poder; es indigenista, porque les
reconoce a los pueblos indígenas derechos exclusivos muy importantes, como la
intangibilidad e inalienabilidad de sus territorios; y, sobre todo, otorga
poder excesivo al Presidente de la República, a quien coloca en la cima del
poder político, para consolidar el estatismo junto con el autoritarismo, para reducir
con prisa y sin pausa el ámbito de acción del sector privado.
La aprobación de la
Constitución por el pueblo fue debidamente calculada por el Presidente, para
que toda la ciudadanía se comprometiera con algo que no sabía qué era, pero que
le daba al gobierno el sustento suficiente para ir políticamente a cualquier
parte que quisiera, con el argumento de que el pueblo lo respaldaba. Y digo que
el pueblo ignoraba cuál era el compromiso que adquiría al aprobar la
Constitución, porque desde el año 2008 en adelante, en mis clases en
universidades y en mis conferencias, cuando he preguntado a los asistentes, que
suman más de mil profesionales y gente preparada, si leyeron el texto completo
de ese documento antes de votar por su vigencia, han declarado que no; y,
cuando la pregunta ha sido si por lo menos leyeron una parte, unos pocos han
dicho que sí, … lo que les interesaba en el momento. Si esto ha pasado con
gente que se supone tiene noción sobre su responsabilidad ciudadana con
respecto a la Norma Suprema y con su propia vida y la de sus familias, qué se
puede decir del resto de gente, que votó sin saber discernir entre una
Constitución de Derecho y una Constitución de Derechos, que sólo por una letra
ese (S), cambian radicalmente de sentido y alcance jurídico y fines?
La aplicación de esa
Constitución en el periodo 2008-2015 ha sido equivocada.
En lo político, todos
los males que el gobierno reprochaba a la “partidocracia”, el Presidente actual
y sus seguidores los practican corregidos y aumentados: la democracia se ha
convertido en “dedocracia”; los tres poderes del Estado anterior al 2007 se han
convertido en 5 funciones, de las cuales las 4 diferentes al, ese sí, Supremo Poder
Ejecutivo, son solamente oficinas de trámite de la voluntad presidencial; los
altos funcionarios son “todo terreno”, pues igual valen para dirigir el
Ministerio de Defensa que el de Agricultura; el Seguro Social o el Ministerio
de Industrias; Finanzas o la muy mal tratada Cancillería; la función de
Transparencia y Control Social solo sirve de escalera para que suban a
importantes cargos públicos algunos incondicionales del régimen; no hay
“meritocracia”; la función judicial abre sus ojos para juzgar y virar el fiel
de la balanza según convenga, cuando se supone que es ciega; la representación
nacional en el mundo ha perdido la relativa importancia que tenía cuando la
ejercían expertos diplomáticos de carrera; al país se le cerraron los canales
de crédito externo barato y de largo plazo; varios países amigos pusieron
distancia frente a un gobierno que se mostró amistoso o colaborador con sus
enemigos declarados.
En lo económico, se
ha llegado a la situación de crisis presente, porque no se supo prever y se
gastó a manos llenas, no solo los cuantiosos ingresos procedentes de la venta
del petróleo, sino los recursos financieros con los que se endeudó al país en
forma impresionante. Además, buscando más dinero, en los últimos meses, entre
otras acciones, se quitó la administración de sus ahorros a los maestros y a
otros grupos ciudadanos, se dejó por fuera el compromiso estatal de aportar al Seguro
Social un porcentaje definido, se creó el “dinero electrónico” que podría dar
al traste con la dolarización si no se lo maneja adecuadamente; se aumentó la
tributación empresarial, se pretende gravar en forma descomunal a las herencias
millonarias y cobrar un impuesto a la plusvalía del 75% sobre las segundas
ventas de inmuebles, alegando que se busca la “justicia social”, con lo que se
afectaría a la inversión y a la construcción privada.
En lo social, se ha
mal enseñado indiscriminada y regresivamente, a la gente rica, de la clase
media y pobre, a recibir bonos y subsidios importantes, en muchos casos sin
necesitarlos; se ha creado una frondosa burocracia, en el afán de compensar la
falta de trabajo en el sector privado, sin lograr reducir en forma importante
la desocupación y subocupación de casi el 50 por ciento de la población; se ha
aprobado que robar poco es contravención, que transportar poca droga no es
delito, se ha permitido legalmente portar algunos gramos de diversas drogas sin
sanción, con lo cual se ha fomentado el microtráfico en volúmenes que alientan
el macrotráfico, atentando contra la salud y el futuro de la niñez y la juventud;
todos los sábados se enseña en cadena nacional a ofender al contrario; está en
trámite un proyecto de Ley que dice que falsificar productos o piratear
derechos de autor debe ser aceptado en pequeñas cantidades y solo multado, no
penado con prisión, cuando el delito es muy grande y reiterado.
En lo internacional, desde
el año 2007 se ha distanciado al país de sus amigos y clientes tradicionales,
que demandan más del 50 por ciento de las exportaciones, argumentando una “soberanía” que en este
tiempo de globalización no la pueden mantener y tampoco la quieren tener los
países poderosos, porque es tiempo de interdependencias y cesiones de derechos
para generar sinergias; se ha buscado la amistad de países lejanos, pobres o
con intereses muy diferentes a los del Ecuador; y, en el caso de China, se ha
establecido vínculos similares y hasta más costosos que los que antes existían
con los despreciados “imperialismos”.
La infraestructura
portuaria y aeroportuaria sigue esperando a que el gobierno la ponga a la
altura de los requerimientos de rutas, frecuencias y servicios múltiples hacia
todo el mundo, para que el país se incorpore al mundo globalizado.
Las exportaciones del
país, como antes del 2007, siguen viajando a muy pocos países y bloques, siguen
siendo en el 90% de petróleo y no más de diez productos, casi todos
agropecuarios, y apenas cae el precio del petróleo, el atún o el camarón,
entramos en problemas de Balanza de Pagos; la inversión extranjera salta de
Colombia al Perú, porque no encuentra garantías, sobre todo seguridad jurídica,
para aventurarse a desarrollar proyectos en el Ecuador; finalmente, como
resultado de la inflación, se registra una curiosa devaluación del dólar, que
ha perdido aquí su capacidad adquisitiva en el periodo.
Además, la
Constitución dice que el Ecuador impulsa la integración latinoamericana, el
gobierno clama todos los días porque se construya esa integración por
diferentes vías: la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la
Comunidad Andina (CAN), la Alternativa Bolivariana para las América (ALBA), la Unión
de Naciones de América del Sur (UNASUR); la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); y, hasta ahora, como país, cumplimos
todos los compromisos adquiridos y aportamos con todos los materiales que
podemos, hasta edificios costosos; pero, desde 1960, cuando se creó la
Asociación Latinoamericana de Integración (ALALC), hasta la fecha, el resultado,
sobre todo en el comercio exterior, solo tiene grandes saldos negativos para
los ecuatorianos.
CRÍTICA A LOS PLANES DEL BUEN VIVIR.- La crítica del autor
de este Blog a esos planes se resume en los siguientes seis comentarios:
1.
No
se debe plantear y peor practicar una política de desarrollo endógeno, cuando
el Ecuador es un país débil desde muchos puntos de vista, con un mercado
interno pequeño, absolutamente dependiente del mercado internacional. Al
contrario, hay que abrirse al mundo y buscar alianzas favorables, tecnología de
punta, cuantiosos capitales, recursos naturales no disponibles, que hagan
posible que el país se desarrolle aceleradamente y compita en los mejores
términos.
2.
El sistema de vida que sirve de referencia
para el famoso “sumak kawsay”, practicado en el campo por algunas comunidades
indígenas, que afirma que no hay que afectar a la madre naturaleza, hay que
vivir en comunidad y gastar lo menos posible, no es el recomendable para el
Ecuador, no sería aceptado en el país, no es adecuado para su práctica por la
mayoría de la población, está fuera del contexto internacional y haría que el
crecimiento económico sea lento o nulo.
3.
La
propuesta de vivir la igualdad, no solo en lo político, sino en lo económico y
en lo social, determina que el Estado adquiera un enorme poder, que le permita
doblegar a los opositores y limitar al máximo las manifestaciones de
descontento de quienes pierden poder, patrimonio o capacidad de actuar
libremente, porque lo que busca es redistribuir lo existente, ya que no habrá o
será muy complicada la pronta y mayor generación de nueva riqueza.
4.
Lo
que se trata de hacer en el Ecuador no es nuevo en el mundo y lo grave es que
no muestra buenos resultados históricos. La desaparecida Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) era el modelo mundial y fracasó. Cuba era la
muestra para América Latina y solo ha sobrevivido en su sistema porque ha
tenido dos apoyos muy importantes: la URSS en su momento y ahora Venezuela, que
literalmente, le regalaron y le siguen regalando miles de millones de dólares
por vía directa e indirecta, para tener a su favor una posición estratégica
valiosa.
5.
El
pensamiento oficial de que el Plan del Buen Vivir, se supone diseñado para 4
años, debe regir las actividades de una nueva empresa privada y de la inversión
extranjera directa, y que esas actividades deben estar restringidas a lo que al
Estado no le interesa, porque no es estratégico, choca con la realidad de que
los empresarios industriales y de proyectos a largo plazo pierden o no
adquieren el interés por invertir y se van o no llegan al país.
6.
Consecuencia:
todas esas ideas están fuera de la realidad. Una inversión industrial, por
ejemplo, no se hace para los 4 años de un gobierno, en un país que tiene
péndulo político en cada elección presidencial, sino para 20 años o más.
ALGUNAS PROPUESTAS DEL AUTOR DEL BLOG
En el libro ECUADOR:
Proyección 2020 constan muchas propuestas formuladas luego de una detenida
investigación de la realidad nacional y del contexto internacional del país, no
solo en los años anteriores, sino en el futuro, considerando las tendencias y
los trabajos de centros de investigación y futurología muy importantes. Aquí
menciono algunas, no necesariamente en el orden y las prioridades anteriores.
La primera propuesta
es que el país viva en completa paz, con libertad, en democracia real y con una
justicia ciega, lo que dará tranquilidad y confianza a los habitantes. Es
requisito esencial la decisión propia y participación real del pueblo en la
administración del Estado; es vital que desaparezca la inseguridad jurídica; es
clave que las normas que se adopten respondan al interés de las mayorías y
tengan su respaldo; hay que evitar que los mandatarios se vuelvan dictadores y
que utilicen los recursos del Estado para afianzar posiciones políticas
partidistas.
La segunda propuesta
es de desarrollo humano, regional y nacional, bajo el principio de que todos
los ciudadanos deben ser iguales ante la Constitución y las leyes para cumplir
sus obligaciones y ejercer sus derechos. Los únicos tratamientos diferentes y
calificados, deben ser para los infantes, los niños, los adolescentes hasta los
18 años (no los 16), las mujeres embarazadas, los discapacitados, las personas pobres
mayores de 65 años.
Además, no cabe que
persistan y se agudicen las diferencias de desarrollo regional y el Ejecutivo
pase con sus decisiones por encima de los gobiernos autónomos descentralizados
o condicione a su apoyo político la entrega de los recursos financieros que a
ellos les corresponde por ley. El gobierno central debe impulsar el desarrollo
armónico de las regiones, creando condiciones para que en todas ellas se evite
la emigración, se mejoren los servicios, se instalen empresas de magnitud
importante, la gente no emigre y se eduque en la mejor forma.
Una tercera propuesta
es para que el gobierno cree ambiente positivo para la actividad privada
nacional, que es la que genera segura y mayoritariamente, en el largo plazo,
inversión, empleo, producción, mejoramiento sustancial del acervo tecnológico,
exportaciones, segura evolución de la matriz productora y exportadora primaria
hacia la matriz dinámica en las áreas secundaria y terciaria.
Se debe reducir
drásticamente el número de leyes y otras normas nacionales. La Asamblea
Nacional debería contar con una Comisión Especializada que constantemente
codifique las normas existentes y deseche las que ya no tienen valor o sentido
práctico. Las leyes reformatorias deben contener el nuevo texto íntegro con las
reformas aprobadas y no solamente la indicación de que “donde dice” … “debe
decir”. Eso facilitará la comprensión y la aplicación de las leyes.
Se requiere sancionar
pronta y ejemplarmente la corrupción. Las penas deben ser mayores mientras más
alto sea el nivel jerárquico de los funcionarios del gobierno o de los
administradores de las empresas. Los perjuicios al Estado por parte de
funcionarios deben ser repetidos y sancionados sin exclusiones. También se debe
sancionar sin reducción de penas al asesinato y la violencia con niños y
mujeres.
Se necesita con
urgencia crear condiciones políticas, económicas y sociales positivas para lograr
la mayor y mejor interdependencia internacional, especialmente con los bloques
y países que han sido y son nuestros aliados y principales mercados para la
compra y la venta de bienes y servicios y para la captación de inversión y
tecnología. Nuevos compromisos con la integración latinoamericana deben
asumirse solo si ella es beneficiosa para el país. Hay que evaluar con sumo
cuidado los 55 años pasados desde que se formó la ALALC.
El tan publicitado
cambio de la matriz productiva debe realizarse sobre la base de un esfuerzo
conjunto del gobierno central, para definir las políticas realistas y de largo
plazo; las empresas privadas, para orientar sobre el tipo de actividades que
hay que priorizar y aportar la inversión para ejecutarlas; y, las
universidades, para efectuar las investigaciones que el Estado y el sector
privado requieran e impulsar la educación superior y la capacitación continua
en los campos del saber requeridos, no ahora, sino en el futuro mediato. Ese es
el trípode que ha hecho posible el desarrollo industrial y de los servicios en
varias partes del mundo. Si uno de los tres puntos carece de sustento, no se
podrá llegar a ninguna parte. De otro lado, hay que ser realistas. La matriz no
cambiará en poco tiempo, es un esfuerzo de muchos años, siempre relacionado con
el desarrollo tecnológico mundial.
Preocupa en alto
grado que el gobierno inyecte recursos financieros importantes a la educación
superior con las nuevas universidades y las becas masivas en el exterior. Las
dos acciones son valiosas y dignas de aplauso para el desarrollo personal de
los estudiantes. Pero, si la economía del país no crece a la par de las nuevas
capacidades de los futuros profesionales, lo que se está haciendo es financiar
la formación de expertos que se irán a trabajar en el exterior o se quedarán
allá. Que no pase aquí lo que sucede en Venezuela, donde miles de becarios de
los años 70 a 90 han emigrado, por falta de oportunidades en el país.
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