BOLETÍN
76: EL DINERO ELECTRÓNICO PARA EL ECUADOR
Eco. Luis Luna Osorio MBA MAYO 26 de 2014
ANTECEDENTES.-
La teoría económica
dice que las cuatro políticas macroeconómicas fundamentales son: la monetaria,
cuyo indicador es la tasa de inflación; la financiera, cuyo indicador es la
tasa de interés; la fiscal, cuyo indicador es el saldo del presupuesto del
Estado; y, la cambiaria, cuyo indicador es el tipo de cambio de la moneda
nacional por las extranjeras. El desarrollo normal de cualquier país depende en
gran medida del equilibrio total en el manejo de esas políticas. Cuando una de
ellas se distorsiona, la labor prioritaria del Ministro de Economía es
restablecer el equilibrio macroeconómico.
En
el Ecuador, el gobierno tiene capacidad de actuar completamente sobre las políticas
monetaria, financiera y fiscal; pero, puede hacerlo muy limitadamente sobre la política
cambiaria, debido a que se practica la dolarización desde el año 2000.
En
los últimos días el gobierno ha decidido poner en funcionamiento un sistema
de dinero electrónico, paralelo al del dinero físico, uno de cuyos
objetivos sería lograr que mucha gente que no tiene cuentas corrientes o de
ahorro en el sistema bancario, pueda efectuar operaciones financieras
(depósitos, pagos, cobros, por medio de los teléfonos celulares), ahorrando
tiempo y con mucha comodidad, desde sus domicilios y sin largas colas como las
que son ahora comunes, sobre todo en los bancos grandes.
Para el estudio del
sistema de dinero electrónico, la política que interesa es la financiera. Esta política está considerada en la
Constitución de la República, en el Título VI Régimen de Desarrollo, en el
Capítulo primero, Principios generales, artículos 275 a 277 y especialmente en
el Capítulo cuarto, Soberanía económica, Sección sexta, Política monetaria,
cambiaria, crediticia y financiera, que en el artículo 302, define como primer
objetivo: “Suministrar los medios de pago necesarios para que el sistema
económico opere con eficiencia”; y, que, en el artículo 303 manda que: “La
formulación de las políticas monetaria, cambiaria, crediticia y financiera es
facultad exclusiva de la Función Ejecutiva y se la instrumentará a través
del Banco Central del Ecuador”.
ANÁLISIS.-
Con base en esos
antecedentes, el Directorio del Banco Central (BCE), según consta en el
Registro Oficial 208 del 20 de marzo de 2014, aprobó sustituir el Capítulo I
“Dinero Electrónico” del Título Décimo Quinto “Del Dinero Electrónico”, del
Libro I Política Monetaria – Crediticia” de la Codificación de Regulaciones del
Banco Central, mediante Regulación 055-2014.
De
acuerdo con esa Regulación:
Dinero
electrónico es “el
valor monetario equivalente al valor expresado en la moneda de curso legal del
país que: a) se almacena e intercambia a través de dispositivos electrónicos o
móviles; b) es aceptado con poder liberatorio y reconocido como medio de pago
por todos los agentes económicos del Ecuador; c) Es convertible en efectivo
a valor nominal y no se le aplicará ningún descuento salvo aquellos gastos que
resulten estrictamente necesarios para realizar la operación; d) Es emitido por
el BCE y por ende se registra en el pasivo de la institución. El dinero
electrónico no constituye un depósito o cualquier forma de captación en los
términos que constan en el artículo 51 de la Ley General de Instituciones del
Sistema Financiero.
Sistema
de Dinero Electrónico
es el conjunto de operaciones, mecanismos, procedimientos y normativas que
facilitan los flujos, almacenamiento y transferencias en tiempo real, entre los distintos agentes económicos, a través
del uso de: dispositivos electrónicos, electromecánicos, móviles, tarjetas
inteligentes y otros que se incorporen producto del avance tecnológico.
Plataforma
de Dinero Electrónico
es el conjunto de componentes, hardware y software que permiten operar y
controlar todas las transacciones y movimientos del Sistema de Dinero
Electrónico.
La
Regulación incluye otros conceptos, como los de Manual de procedimiento y
operación del SDE, reglamento de participantes, cuenta de dinero electrónico,
monedero electrónico, convenio de adhesión del macro agente al sistema de
dinero electrónico del BCE, acuerdo de conexión, participantes, emisor,
administrador, entidades reguladoras y de control, operadores tecnológicos de
telecomunicaciones, macro agentes, centros de transacción y usuarios.
El
BCE actualmente, se encuentra socializando el “Sistema de Dinero Electrónico en
el Ecuador”. Un documento oficial del BCE es parte de esa socialización y
resume el contenido de la nueva normativa del dinero electrónico así:
1.
Crea
el Sistema de Dinero Electrónico (SDE)
2.
Contiene
las definiciones fundamentales del Sistema
3.
Señala
los participantes del Sistema, sus obligaciones y responsabilidades
4.
Establece
los mecanismos de administración y plazos de ejecución del Sistema de Dinero
Electrónico.
El
Objetivo del SDE es: Implementar, gestionar y administrar por parte del BCE, un
nuevo sistema de dinero electrónico, que mejore la inclusión de los sectores
marginales del país a los servicios financieros, con su consecuente efecto
positivo en la inclusión económica, social y de reducción de la pobreza.
Explica
que los actores clave del SDE serán:
1.
El emisor y administrador (BCE);
2.
Las entidades reguladoras;
3. Los canales tecnológicos – operadoras
telefónicas fijas y móviles, operadores satelitales, operadores eléctricos,
operadores TV, y otros;
4. Los macroagentes: empresas, organizaciones
e instituciones públicas y privadas; instituciones financieras y del sistema
popular y solidario; que en su modelo de negocio mantienen una red de
establecimientos de atención al cliente y están en capacidad de adquirir dinero
móvil, distribuirlo o convertirlo en especies monetarias conforme los
procedimientos establecidos por el BCE.
5. Centros transaccionales – Todas las
oficinas de atención de los Macroagentes, directas o corresponsales.
6.
Personas
El
documento dice que las principales barreras actuales para la inclusión
financiera son: el dinero insuficiente, el elevado costo de las transacciones,
la falta de documentación.
A
su vez, los beneficios principales para la inclusión financiera serían: que la
mayoría de los usuarios estaría en la población joven; el Sistema de Dinero Electrónico
permitiría bajar los costos y agilizar las transacciones; se generaría
información financiera de los no bancarizados para con el tiempo incorporarlos
al sistema formal; y, se impulsaría a las instituciones del Sistema Popular y
Solidario.
El
documento da ejemplos del uso que se daría al dinero electrónico y señala que
hasta ahora las barreras para la inclusión financiera, en todo el planeta
Tierra, según el Banco Mundial, son la pobreza (por los costos de las
transacciones financieras) y la distancia (por el papeleo), lo que hace que el
55% de la población mundial acceda al crédito por la vía de los familiares y
amigos.
El
autor de este boletín fue testigo de que el sistema funciona en Singapur para
el transporte público y lo hace muy bien. Otros analistas señalan que hay
países que lo utilizan eficazmente en África; pero, añaden que en esos casos no
es el gobierno el que se encarga de hacer funcionar el sistema, sino empresas
privadas.
El
BCE dice que el Sistema de Dinero Electrónico garantizará que todos los
ciudadanos y residentes del país, sin importar su condición económica y social,
puedan abrir una cuenta de dinero electrónico y asociar a la misma un monedero
electrónico (línea telefónica móvil).
Fausto Valencia, director del proyecto
en el BCE, según el Informativo electrónico de Vicente Olmedo, dijo el 21 de
mayo de 2014, que las transacciones con dinero electrónico se podrán hacer a
través del celular y con la cédula de identidad, por mensaje, por Internet,
llamando a un call center o acercándose a un establecimiento participante.
El
número de celular sería el de la cuenta personal.
Entre
las razones expuestas por el titular del BCE para implementar el dinero
electrónico
están:
que el 40% de la Población Económicamente Activa (PEA) no tiene cuenta en
los
bancos, pero maneja dinero en efectivo; y, los altos costos que representa
reponer billetes deteriorados. Con respecto a lo último, el economista
Washington Herrera expresa en el diario El Comercio del 26 de mayo último, que
eso es irrelevante “... porque cuesta tres
millones de dólares anuales”.
El
BCE prevé que las personas tengan hasta tres (3) líneas telefónicas o monederos
electrónicos,
y las empresas hasta diez (10).
Habría
también montos máximos de transacciones, en el caso de personas naturales sería
de hasta $ 2.000 y las jurídicas hasta $20.000, por mes, modificables por la
demanda,
se añadió.
Según
Mateo Villalba, gerente del BCE, el dinero electrónico no es una herramienta
“para financiar el gasto público ni las
necesidades de financiamiento del Estado”.
La
circulación inicial del dinero electrónico estaría generada, según el BCE, por
las transferencias y transacciones interbancarias, el pago de la nómina de
empleados del sector público, la recepción de remesas de RIA y CAIXA, los pagos
por servicios básicos por medio del Sistema; y, el pago de los bonos y
subsidios del Estado, del bono de desarrollo humano, del bono de Desnutrición
Cero y del Bono de Tuberculosis.
La
Asociación de Bancos Privados por medio de su Presidente Ejecutivo, César
Robalino, y varios analistas económicos, han expresado que se podría estar
creando, con la Regulación analizada del BCE, la posibilidad de que el BCE
emita dinero inorgánico, o sea sin respaldo físico y han detallado los
problemas que se podrían generar, siendo el principal el de que, si el dinero
electrónico pierde la confianza de los usuarios, se afectaría gravemente a la
dolarización y el país podría entrar en una crisis mucho más grave que la de
1999. Se basan en el texto de la Resolución, que daría al Banco Central
capacidad de emisión de esa clase de dinero. Walter Spurrier dice al respecto:
“No se entiende esta emisión ..... en un futuro, el Ministerio de Finanzas
puede venderle al Banco Central un bono de un mil millones de dólares, el
Central le pagaría con dinero electrónico y Finanzas gastaría un dinero que no
tendría respaldo líquido. Las autoridades protestan que eso ni remotamente está
en sus intenciones. Entonces, reformen la regulación que les permitiría
emitir...”
CONCLUSIONES.-
Si el Sistema
procede, como reza la Regulación, emitiendo dinero electrónico con valor
equivalente al del dinero físico, no hay problema financiero nacional de
ninguna clase y efectivamente, un grupo numeroso de las personas, que por
diferentes razones no han podido ser parte del sistema financiero tradicional a
través de la banca, podrían acceder a este servicio, que les resultaría
favorable, cómodo y barato.
En
contrapartida, algunas personas que tienen cuentas corrientes o de ahorro en
los bancos, pueden dejar de tenerlas, para utilizar este nuevo sistema. Si esa
fuese una actitud generalizada, la banca podría ver muy reducidos sus depósitos
y en consecuencia mermadas sus capacidades operativas.
De
otro lado, como en el BCE se generaría un fondo cuyos recursos no serían
retirados por sus propietarios inmediatamente después de depositados, ese fondo
podría ser utilizado por el gobierno para cubrir necesidades de liquidez
inmediatas o mediatas, dependiendo de la velocidad de circulación del dinero
electrónico.
Si la emisión del dinero
electrónico es inorgánica,
o sea sin relación directa con el valor equivalente en dinero físico, entonces
el país tendría un grave problema, que consistiría en iniciar la
desdolarización y con ello la adopción de una nueva moneda, con todos los
efectos gravísimos para la economía nacional, de retroceder al manejo por el
gobierno de la fábrica de billetes, impulsando sobre todo en los primeros meses
posteriores a esa medida, fuertes devaluaciones sucesivas, inflación galopante,
freno del crecimiento económico y regreso de un porcentaje importante de la
población a situaciones de pobreza.
Parece
necesario que el Directorio del Banco Central revise la Regulación 555 y
elimine en ella la facultad de emitir dinero electrónico; además, es
imprescindible que las autoridades del Banco estén dispuestas a responder a
todas las preguntas que les hagan sobre el tema y tranquilicen a los analistas
que difunden masivamente su pensamiento y a la ciudadanía, puesto que el
principal activo de cualquier sistema financiero es la confianza en él y en
este caso, el sistema de dinero electrónico, si entra en funcionamiento, debe
hacerlo en forma garantizada para los usuarios. Hay que tener en cuenta que si
se llegara a perder confianza en él, generaría problemas a la “dolarización” y
las consecuencias podrían ser las mencionadas en el párrafo anterior.
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