LA
INVERSIÓN.- En la mayoría de los países, una gran parte del
ingreso neto de las personas se destina al consumo y otra pequeña parte al ahorro.
La inversión es el uso productivo del ahorro, transformado en el aporte que
esas personas, naturales o jurídicas, efectúan para la formación o expansión de
una empresa, que puede ser de propiedad individual o conjunta de varias
personas; nacional, extranjera, mixta o neutra por el capital; pública o
privada; financiera o de riesgo.
Las
alternativas más comunes de inversión son: acciones,
bienes raíces, deuda externa de países, fideicomisos y titularizaciones, fondos
de inversión o pensión, fondos índices de las bolsas de valores, futuros y
opciones, metales preciosos, monedas fuertes, obligaciones empresariales,
préstamos directos, entre otras. *_/ CIFRA, consultores.
Las inversiones
de riesgo son las que se efectúan para ejecutar proyectos de carácter
productivo y que pueden generar ganancias o pérdidas. Su rentabilidad está
sujeta al éxito del negocio. El inversionista asume el riesgo.
Las inversiones en portafolio se refieren a la compra de activos
financieros, como acciones y bonos, por lo general arreglada a través de bancos
o de fondos de inversión. *_/ Dominique Salvatore: Economía Internacional.
Prentice Hall. México.
La
inversión especulativa es la realizada con capital llamado
“golondrina” por su volatilidad, que aprovecha coyunturas económicas que
permiten incrementarlo rápidamente y que está atenta a huir en caso de
incremento del riesgo.
La inversión
estratégica es la efectuada por el Estado o por las empresas privadas con el
propósito de incrementar sustancialmente las posibilidades de competir de la
producción nacional o de la producción de la empresa, según el caso.
La
inversión estatal es la que efectúa el Estado en los sectores productivos y en
los sociales.
Las inversiones
necesarias para la empresa se refieren a los desembolsos para los fines del negocio o la actividad,
susceptibles de desgaste o deméritos y que, de acuerdo con la técnica contable,
se debe registrar como activos para su amortización en más de un ejercicio
impositivo o tratarse como diferidos, ya fueren gastos pre-operacionales, de
instalación, organización, investigación o desarrollo, costos de obtención o
explotación de minas.
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA
(IED).- Es el capital de riesgo invertido por
personas naturales o jurídicas del exterior en empresas de un determinado país.
Esta
inversión no solo tiene importancia por sus montos, sino porque aporta
tecnología de última data en cada uno de los sectores de la producción de
bienes y servicios y porque genera en las empresas nacionales similares una competencia
que resulta beneficiosa para los consumidores. Las
políticas y actitudes respecto a la IED en los países subdesarrollados son muy
diversas según las ideologías de los gobernantes de turno. En unos casos esas
políticas son liberales y poco exigentes, en otros casos son muy exigentes y
hasta prohibitivas para la operación de los inversionistas extranjeros.
Inversión
extranjera de portafolio es la
inversión en acciones, bonos obligatoriamente convertibles en acciones y otros
valores inscritos en el registro nacional de valores. Es de carácter
especulativo.
Inversión neutra, en el marco de la Comunidad Andina de
Naciones (CAN), es la inversión realizada por ciertas entidades financieras
internacionales, en uno de los Países Miembros, para desarrollar proyectos en
forma autónoma o con participación de capitales nacionales.
Los
valores acumulados de inversión extranjera directa (IED) a nivel mundial pasaron de
2,1 billones (millones de millones) de dólares en el año 1990 a USD 7,5
billones en el año 2000, más que triplicándose; su dinamismo fue casi igual
desde ese año hasta el 2010 en que sumaron USD 20,4 billones, para crecer
sostenidamente hasta poco más de USD 22,8 billones en el año 2012. Sin embargo,
las perspectivas de la IED mundial están expuestas a diversos riesgos e
incertidumbres, en particular a la fragilidad de la recuperación económica
mundial y la corrupción de los altos mandos gerenciales.
Los países
desarrollados han sido siempre los mayores aportantes a las cifras anuales del
stock de IED mundial; pero, mientras en 1990 su contribución al stock total fue
del 75%, en 2012 solo les correspondió las dos terceras partes (66%). En los 22
años intermedios surgieron diversas circunstancias que apoyaron el veloz
crecimiento económico y la mayor demanda por inversiones externas del conjunto
de los países en vías de desarrollo, en especial China (incluyendo Hong Kong).
En efecto, desde el año 2000 hasta el año 2012, mientras el stock de IED de los
países desarrollados se elevó 2,5 veces, el stock de los países en desarrollo
aumentó 3,4 veces.
Por continentes, en el año 2012 Europa fue el más
importante, con 8,7 billones de dólares y significó el 38% del stock mundial de
IED, seguida por Asia con el 21% (USD 4,8 billones) y Norte América con el 20%
(USD 4,6 billones). América Latina y el Caribe significaron el 10,1 %, con USD 2,3
billones de IED.
Por países, los que registraron las cifras más
importantes de stock de IED fueron: Estados Unidos (17,2%), China (incluyendo
Hong Kong) 9,9%; Reino Unido (5,8%), Francia (4,8%), Bélgica (4,4%), Brasil
(3,1%).
En América Latina y el Caribe, de los 2,3 billones
de dólares de stock de IED en 2012, Sud América colaboró con cerca del 56%
América Central con cerca del 20% y los países de Caribe, con 17,24%. Los
países que, con respecto a la cifra de América Latina y el Caribe cuentan con
los mayores stocks de IED son: Brasil (30,4%), México (13,4%), Chile (8,9%), Argentina
y Colombia (4,8% cada una).
Es digno de destacar que la mayoría de la masa de
IED que registran los países desarrollados procede de otros países
desarrollados. Esto se debe a varios factores, pero entre ellos los siguientes:
la estabilidad política y la seguridad jurídica que esos países muestran durante
décadas; la fusión y la absorción de empresas que se producen de manera
continua entre los países, en el afán de controlar el mercado mundial o el de
los grandes bloques a través de las empresas transnacionales (ETN); la
complementariedad de las producciones industriales y la integración horizontal
o vertical de muchas empresas; la tradición de seriedad de los mercados de
valores; la agilidad existente para hacer negocios en esos países; su
importancia en el comercio internacional.
LA INVERSIÓN EN EL ECUADOR.- La inversión
privada nacional es escasa, debido a que, en general, los ecuatorianos tenemos
poca capacidad de ahorro. Por esa razón, es muy importante la inversión
extranjera.
La Constitución
2008, artículo 339, dice que el Estado promoverá las inversiones nacionales y
extranjeras, y establecerá regulaciones específicas de acuerdo a sus tipos,
otorgando prioridad a la inversión nacional. Las inversiones se orientarán con
criterios de diversificación productiva, innovación tecnológica, y generación
de equilibrios regionales y sectoriales.
El Código de la
Producción, vigente desde Diciembre 29 de 2010, contiene algunos conceptos de
interés:
Inversión nueva es el flujo de recursos
destinado a incrementar el acervo de capital de la economía, mediante una
inversión efectiva en activos productivos que permita ampliar la capacidad
productiva futura, generar un mayor nivel de producción de bienes y servicios,
o generar nuevas fuentes de trabajo. El mero cambio de propiedad de activos
productivos que ya se encuentran en funcionamiento, así como los créditos para
adquirir estos activos, no implica inversión nueva.
Inversión productiva, independientemente de los tipos de
propiedad, es el flujo de recursos destinados a producir bienes y servicios, a
ampliar la capacidad productiva y a generar fuentes de trabajo en la economía
nacional.
Inversión de riesgo es la efectuada por el sector público,
que se dirige a cumplir los objetivos del régimen de desarrollo que la Constitución
consagra, y se enmarca en los planes de desarrollo nacional y locales, y en los
correspondientes planes de inversión.
Inversionista nacional es la persona natural o
jurídica ecuatoriana, propietaria o que ejerce control de una inversión
realizada en territorio ecuatoriano. También se incluyen en este concepto, las
personas naturales o jurídicas o entidades de los sectores cooperativistas,
asociativos y comunitarios ecuatorianos, propietarios o que ejercen control de una
inversión realizada en territorio ecuatoriano. Las personas naturales
ecuatorianas que gocen de doble nacionalidad, o los extranjeros residentes en
el país para los efectos de este Código se considerarán como inversionistas
nacionales.
Inversionistas
institucionales
son las instituciones señaladas expresamente en la Ley de Mercado de Valores y
aquellas que el Consejo Nacional de Valores califique como tales. La
Superintendencia de Compañías elabora y presenta al Consejo Nacional de Valores
un informe técnico – jurídico de qué instituciones podrían tener esta
denominación. *_/ R. O. 734 de diciembre
30 del 2002.
Los años 2007 a
2012 fueron de desconfianza empresarial en el Ecuador; primero, por las
sucesivas elecciones y el afianzamiento de la posición presidencial, más
cercana a la socialista Venezuela que a los liberales Estados Unidos; segundo,
por la falta de claridad sobre lo que significa “el socialismo del siglo XXI”
y, tercero, porque el Presidente y el Gobierno han cambiado algunas reglas de
juego de la inversión extranjera inesperadamente. Desde febrero de 2011 se
esperaba que, con la aprobación del Código de la Producción, se dé un giro
favorable a la inversión y la exportación, pero hasta ahora no se ven los
efectos positivos de la medida. Es rescatable, sin embargo, que el gobierno ha
vuelto a tener un Ministerio de Comercio Exterior y que ha decidido acelerar
las negociaciones con la Unión Europea para firmar un acuerdo comercial en
términos aceptables para las dos partes.
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA
(IED), EN EL ECUADOR.- La
Constitución 2008, artículo 339, dice que la inversión extranjera estará sujeta
a un estricto respeto del marco jurídico y de las regulaciones nacionales, a la
aplicación de los derechos y se orientará según las necesidades y prioridades
definidas en el Plan Nacional de Desarrollo, así como en los diversos planes de
desarrollo de los gobiernos autónomos descentralizados.
Las primeras obligaciones son obvias;
pero, la relacionada con el Plan de Desarrollo no es apropiada. Las grandes
inversiones privadas, que son las que requieren de IED, maduran en varios años
y se proyectan para una vida útil de 20 años o más y ampliaciones e
integraciones. Cómo pueden sujetarse a los términos de planes con vigencia para cuatro años y que
gobiernos posteriores pueden orientar en un sentido completamente diferente?
Cómo puede instalarse una ETN que va a producir solo para el mercado externo
productos de consumo suntuario y sujetarse a normas que dicen que la prioridad
es la producción en los términos del “buen vivir” y el desarrollo endógeno?
La Constitución
2008 también señala que la inversión nacional será privilegiada frente a la
extranjera y que el Estado será el único inversor directo en los sectores
estratégicos, o por
medio de empresas mixtas de las que tendrá el control. Eso determina que habrá IED en proyectos
estratégicos únicamente proveniente de otros estados o en compañías mixtas en
las que el Estado administre. Sólo en casos excepcionales algunas empresas
extranjeras invertirán en estas condiciones.
En
1990, el stock de IED registrada en el Ecuador era de 1.626 millones de
dólares, cifra que no llegaba al 1 por mil del stock mundial de IED; en el año
2012 el registro comparable era de 13.079 millones de dólares, equivalentes a
poco menos del 0,6 por mil del stock mundial de ese año.
Además,
en el año 2011 el Ecuador recibió apenas 570 millones de dólares de IED nueva,
quedando en América Latina solo por encima de Paraguay. Esa cifra, muy pequeña,
revela la posición de los empresarios e inversionistas extranjeros en relación
con la política económica del Gobierno 2007 – 2013 y su práctica del
“socialismo del siglo XXI”. Más todavía,
en el año 2012 la IED nueva registrada solo fue de USD 640 millones,
determinando un crecimiento lento de la IED acumulada.
Mientras
tanto, Colombia, que en el año 1990 tenía un stock de IED de 3.500 millones de
dólares, poco más del doble de la cifra ecuatoriana, en el año 2012 sumó 112
mil millones de dólares, 32 veces la cifra original y 8,6 veces la cifra
ecuatoriana 2012. Así mismo, el Perú, que en 1990 registró stock de IED 300
millones de dólares menor que en el Ecuador, en el año 2012 sumó 63.400
millones de IED acumulada, lo que significa casi 48 veces la cifra original y
4,85 veces la cifra del Ecuador del 2012.
La
conclusión es obvia. El Ecuador no está atrayendo inversión extranjera directa
nueva, e incluso sus últimos registros anuales incorporan reinversiones de
empresas que están en el país desde hace años. Así, será muy difícil lograr un
desarrollo sostenido.
La fuente de los datos numéricos incorporados en este Boletín es la
página www.unctad.org./fdistatistics
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