jueves, 12 de mayo de 2022

 

BOLETÍN 259. A LOS COMPATRIOTAS, GOBERNANTES Y GOBERNADOS

Son muy pocas las veces en que no he escrito yo este Boletín. Esta es una de ellas. He preferido incorporar el texto del “Manifiesto a los Compatriotas, Gobernantes y Gobernados”, publicado esta semana por el Grupo Visión 2030, del cual formo parte.

Me parece que el mensaje es claro y directo para todos los ciudadanos del país que están preocupados por la situación actual y que desean que el Ecuador se oriente hacia el desarrollo.

Pero, especialmente, va dirigido al presidente de la República Guillermo Lasso y a sus colaboradores, porque de ellos depende en gran medida que el país supere sus graves problemas actuales, entre los cuales el mayor es el moral.

Si el presidente defrauda a quienes lo eligieron y a todos nosotros, y no logra que el país vaya hacia adelante, será el responsable histórico de que se hagan del poder quienes causaron la mayor crisis nacional, cuyo líder argumenta que es un perseguido político que no ha delinquido, pero que si eso fuese cierto, ha sido el más ingenuo gobernante (porque su gente le habría hecho muchas trastadas sin que lo sepa, empezando por su Contralor de lujo) o ha sido el personaje menos indicado para gobernar el país (por inexperto e irreflexivo).

No hace falta mencionar todos los grandes errores de la década 2007 – 2017. Basta con los más importantes y costosos: la aprobación de la Constitución vigente, la actuación delincuencial de muchos de sus colaboradores, la refinería del Pacífico y la refinería de Esmeraldas, la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, las escuelas del milenio, la ciudad Yachay, el despilfarro de los más grandes ingresos que tuvo el Ecuador en toda su historia; el enorme endeudamiento innecesario con China, garantizado con petróleo; el escaso crecimiento económico de esa década; los ataques a la libertad de expresión.

Estamos conscientes de que hay una mejoría en la Macroeconomía, como lo ha señalado el presidente Lasso y de que las perspectivas para este año seguramente son mejores de las que se tenía unos meses antes, por la reactivación de las actividades productivas, derivada en parte de la decisión oficial de que el uso de la mascarilla ya no sea obligatorio, pero solamente estamos saliendo del hueco en el que caímos anteriormente y hace falta aumentar la tasa de crecimiento del PIB por lo menos al 5% sostenido por varios años.

Como el presidente ha reconocido, falta mucho por hacer en aquello que el pueblo ve y siente, sobre todo en el campo de la seguridad. No puede ser que el Estado sea rebasado por los delincuentes dentro y fuera de las cárceles; no cabe que la inversión pública se reduzca a niveles ínfimos, hay que abastecer de medicinas a los hospitales en forma pulcra y eficiente, es necesario reducir la burocracia y hacerla mucho más eficiente, conviene evitar que los ministros sean aves de paso y generen casi paralización en los servicios públicos, hay que entregar al IESS los dineros a que tiene derecho, para que sirva como se debe a los afiliados.  

También falta comunicación adecuada de los logros y las razones de los problemas. Por ejemplo, no se hace notar a la población, que la invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en graves aprietos al mundo, especialmente a Europa, porque hay enormes gastos de guerra, en ambos lados de la contienda, por miles de millones de dólares; incremento inesperado del precio del petróleo y de los combustibles; falta de productos agrícolas y agroindustriales básicos, como trigo y aceite de girasol; imposibilidad de acceso a ciertos puertos importantes para los países en guerra y por tanto elevación de los precios de los fletes o ausencia de buques para el comercio internacional; varios otros efectos. Todo ello significa y va a generar inflación en muchos de los países proveedores de productos y con ello elevación de precios de las materias primas y productos finales que importamos. 

Quienes suscribimos este Manifiesto solicitamos a los amables lectores que, si están de acuerdo con los planteamientos, lo difundan, porque es necesario crear conciencia ciudadana sobre la situación del país y las acciones que podrían sacarlo de su actual situación.

VISIÓN 2030

A LOS COMPATRIOTAS, GOBERNANTES Y GOBERNADOS:

Nosotros, ciudadanos ecuatorianos, profesionales miembros del Grupo Visión 2030, nos dirigimos, una vez más a ustedes, a los gobernantes y a la sociedad civil, a los grupos políticos, a los líderes empresariales y sindicales, a los grupos profesionales, para transmitirles nuestras intensas preocupaciones por lo que está aconteciendo en el país, que afecta al presente y el futuro de nuestra sociedad.

La megacrisis, que anteriormente ya anunciamos, cobra diariamente más vigor e intensidad, fortaleciendo las amenazas, con sus efectos para debilitar intensamente el sistema democrático, afectando a la paz ciudadana y a las estructuras política e institucional del país.

La intranquilidad, la incertidumbre, los temores y las dudas sobre el futuro nacional son cada vez más intensas. La desconfianza general es la orden del día. Nadie confía en nadie. No hay confianza tampoco por parte de los ciudadanos hacia las instituciones y el sistema político imperante. Esto es grave, muy grave para el sistema democrático y la estabilidad política. Pero, sobre todo, no se confía en los políticos y en su ética y no se confía en la justicia, ni en los jueces, lo que hace el tema mucho más grave.

Las funciones del Estado, siendo independientes, son incapaces de cumplir sus obligaciones, así como de coordinar acciones que impidan el derrumbe de la democracia, la estructura del Estado y las más importantes instituciones.

Nadie se hace responsable de nada. Hay una irresponsabilidad total con el país, de los políticos, los jueces y la burocracia. Nadie quiere ceder posiciones. Todos quieren priorizar sus metas partidistas o políticas y violentar las leyes.

Hay un plan, no reconocido, de tumbar al gobierno y llevar al poder político a personas sentenciadas por delincuencia organizada y grupos que quieren extraer más recursos financieros públicos para enriquecimiento personal.

Pero, al tema de la impunidad, a la ausencia de valores éticos y morales en el ámbito político y a la politización de entidades técnicas, como la banca pública y la justicia, se ha agregado un factor y problema mucho más complejo y grave: el poder del narcotráfico internacional, la violencia con asesinatos, el flujo de dineros ilegales, el lavado de activos, que corrompen a la sociedad ecuatoriana, especialmente a jóvenes que no encuentran un empleo adecuado y carecen de acceso a la educación universitaria.

Lamentablemente, hay evidencias de que el narcotráfico trata de penetrar en los mandos y personal de entidades muy respetables, como las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, para impedir que dichas entidades cumplan con sus funciones, debilitar sus acciones y, aún más, corromperlas, para que el Estado sea un colaborador de las mafias nacionales e internacionales. Esto jamás se puede permitir. Tenemos que defender a dichas instituciones, que son nuestras y forman parte de las columnas que sostienen a la nación. Es urgente el fortalecimiento financiero y de todo tipo a estas instituciones de seguridad interna y externa del Estado.

Los problemas anteriores tienen relación con la economía y lo social. Hay desempleo, subempleo, empleo informal, empleo no adecuado y pobreza, a niveles censurables. Esto es consecuencia de algunos factores. El principal, el manejo doloso e irresponsable del país en los años 2007 – 2017, del cual derivan la falta de crecimiento económico sólido y duradero y el enorme endeudamiento público. Sobre esto ya hemos dado públicamente nuestra opinión y nos ratificamos en nuestras recomendaciones anteriores. 

Amigos conciudadanos, gobernantes y gobernados:

Hay que trabajar honrada y responsablemente por el progreso nacional, empresarial y personal, recuperar la confianza en las funciones del Estado y en las instituciones, evitar la impunidad, castigar fuertemente la corrupción, combatir el narcotráfico, reducir la pobreza extrema, Hay que oponerse a los planes de desarticular al Estado, generar desestabilización política y tumbar al gobierno del presidente Lasso. El fracaso de esta administración nos llevará a reproducir en el Ecuador dictaduras que a países ricos los han llevado a la miseria.

Se requiere urgentemente de un Acuerdo Nacional cuyos elementos básicos deben durar por lo menos 10 años, independientemente de quienes en 2025 y después vayan al gobierno y a la Asamblea Nacional.

La derrota al narcotráfico y a la impunidad, la reforma política eliminando las centenas de “grupúsculos” políticos y la politización de organismos técnicos, la recuperación de la ética, el reemplazo de la Constitución actual por la del 98, la reforma judicial, la reducción importante del aparato gigantesco del Estado, la reforma social, la asignación de más recursos a los sectores sociales, la reforma fiscal integral, la reforma integral al sistema de seguridad social y una estrategia de largo plazo para que el PIB del Ecuador crezca al 5% anual per cápita, sin inflación, con el objetivo de crear mucho más empleo digno y adecuado para la fuerza de trabajo del país, la ampliación de la clase media y fórmulas técnicas para el financiamiento de las actividades del Estado, son elementos básicos que debe contener el Acuerdo Nacional sugerido. Por supuesto, hay que impedir los planes que buscan eliminar el sistema institucional del Estado.

Pero, si los diferentes grupos representativos de la sociedad ecuatoriana no tienen la voluntad política de ceder para llegar a dicho Acuerdo, tememos que el futuro de nuestro País y de la democracia estarán en serio peligro de caer en las manos y el control de las mafias nacionales e internacionales.

Ecuatorianos: es hora de las más grandes y acertadas decisiones.


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