domingo, 26 de enero de 2020

BOLETÍN 209 DAVOS DA VOZ A QUIEN PIDE DA VOS


Davos es un pequeño pueblo de Suiza, que tiene poco menos de 15 mil habitantes. Se encuentra a la mayor altura en los Alpes (1.560 metros) y es muy antiguo, pues su fundación data del siglo XIII. Desde 1971 adquirió una celebridad especial, porque allí se reúnen anualmente los gobernantes de los países más importantes y muchos de los más grandes empresarios de todo el planeta, para tratar especialmente sobre la coyuntura mundial.

“Una vez en Davos, los organizadores se comprometen a que la flota de vehículos que transportará a muchos dignatarios sea en un 88% eléctrica o híbrida. Isabelle Kumar explica lo complicado que resulta llegar a la cima: "¿Cómo se llega a Davos? desde luego no es tarea fácil, porque es una de las localidades europeas situadas a mayor altitud. Si no eres miembro de la jet set y no vienes en avión privado hay que hacer un viaje bastante largo por la montaña, porque Davos es literalmente el final del camino. La carretera termina allí.

Una de las cosas positivas de que esté tan lejos es que una vez que los líderes empresariales llegan multiplican las reuniones, no vienen para una hora a un lugar tan alejado. De alguna forma condensan las reuniones para compensar las millas aéreas recorridas, porque esos viajes en avión chocan un poco con el mensaje sobre el cambio climático que quiere enviar el foro.

Pero para la gente corriente, venir hasta aquí supone un vuelo de ida y vuelta a Zurich y un pintoresco viaje en tren de cerca de tres horas, y una vez en Davos puedes desplazarte en un trenecito desde el centro reservado para los medios hasta el centro de congresos".  https://es.euronews.com/2020/01/21/davos-apuesta-por-el-transporte-limpio

Davos da voz con gran proyección internacional a varios de quienes asisten a esas reuniones anuales, porque allí se concentra la atención global por lo que digan o no digan los líderes mundiales y en ocasiones por los eventos que se producen para entretener a los distinguidos asistentes. Los discursos de los presidentes y primeros ministros de las grandes potencias y los gerentes de las mayores trasnacionales tienen eco en la televisión, la prensa y las redes sociales de todos los países, incluso antes de que se pronuncien, por las elucubraciones que se hacen sobre su posible contenido. No es así con lo que dicen los demás, presidentes o no, porque a sus discursos no asisten ni quienes los acompañan, porque están de compras o turismo …

A Davos también concurren quienes piden “da vos”, porque gobernantes de países en crisis y emprendedores de proyectos multinacionales llegan a pedir a los organismos multilaterales de crédito o a grandes inversionistas, que les den la ayuda financiera que necesitan y nada mejor que encontrarlos reunidos allí a los jefes del Banco Mundial, el FMI, la OMC y bancos de mucho peso internacional, hacer lobby y lograr entrevistas o por lo menos fotos de apretón de manos.

Ninguno de los asistentes oficiales llega por voluntad propia. Tiene que ser invitado por los organizadores con la antelación debida. Codearse con lo más granado del poder político y económico del planeta debe ser una experiencia muy gratificante. Por cierto, paralelamente a la reunión del Foro hay siempre en otros lugares manifestaciones en contra del capitalismo, el neoliberalismo, la corrupción, la degradación del ambiente, con poco efecto práctico.

Este mes de enero de 2020 se reunieron en Davos los líderes de varios de los países más poderosos del mundo, junto con dirigentes de grandes empresas multinacionales, universidades y ONG´s, para analizar varios problemas planetarios: el clima, la economía, los conflictos focalizados, la enorme desigualdad entre ricos y pobres y la agitación social en muchas partes del mundo.

Esa reunión era una más de las que se efectúan desde 1971 y que tienen por objeto definir políticas y encontrar soluciones a problemas coyunturales y estructurales del mundo. Una parte interesante es aquella en la cual toman la palabra en asamblea los líderes mundiales, pero otra parte, a veces más provechosa, es la que genera reuniones bilaterales entre gobernantes, o entre gobernantes y empresarios, para explicar o desarrollar proyectos de interés común.

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, fue la atracción principal, ya que no asistió al evento el año pasado y está en campaña en busca de su reelección. Pronunció un discurso el martes 21, el día que comenzó su juicio político en el Senado de Estados Unidos.

Otro combativo discurso fue el de la famosa chica ambientalista Greta Thunberg, que reclamó la poca o ninguna acción de los gobernantes sobre el cambio climático.

Otros grandes nombres fueron Sanna Marin, primera ministra en funciones de Finlandia, quien con 34 años es la más joven del mundo en ocupar dicho cargo; y, la estrella de Bollywood, Deepika Padukone, quien estuvo en la cumbre para hablar sobre su batalla contra la depresión. https://www.bbc.com/mundo/noticias-51169543

Varios organismos internacionales estatales o no aprovecharon la ocasión para dar a conocer sus puntos de vista sobre los temas cruciales a tratarse. Se alertó sobre la crisis climática (que Trump dijo no es tal), el lento crecimiento económico mundial, la necesidad de corregir con urgencia las desigualdades sociales que crean convulsiones en muchas partes, otros temas.

Se puso en evidencia que cerca de 2.200 personas poseen mucho más dinero que miles de millones de la población del mundo, que hay millones de chicas africanas que trabajan sin remuneración alguna y miles de millones de trabajadores que apenas ganan para sobrevivir, que pocas empresas (no más de 20) reúnen más activos que los recursos financieros de alrededor de 180 países y que las mujeres casi no están representadas en el Foro Económico, al que alguien calificó de “reunión de hombres”.

Así, Davos se convirtió en el centro de la atención mundial, con alrededor de 3 mil asistentes oficiales a las reuniones, que junto a ellos tienen a miles de guardias de seguridad, periodistas, funcionarios y empleados de decenas de gobiernos y empresas.

De interés regional y nacional fue la asistencia del reconocido por muchos países como presidente venezolano Juan Guaidó y del presidente ecuatoriano Lenin Moreno. Guaidó fue invitado por Estados Unidos para hacer notar que Venezuela necesita un pronto cambio de timón, porque el actual timonel está llevando al país a la ruina. Moreno, según los datos oficiales, fue a buscar apoyo del FMI y del Banco Mundial para superar los problemas financieros nacionales y a interesar a inversionistas internacionales en proyectos del país.    

Dentro del Foro Mundial la primera noticia, verdaderamente impactante, fue que el cambio climático sigue imparable y los estados hacen muy poco o nada por revertir su signo negativo. Los problemas de Australia con los incendios y otras situaciones críticas en diferentes países indican que la humanidad no está preparada para evitar grandes catástrofes y el humo australiano que llegó hasta Argentina y Chile da a conocer que la globalización de algunas de ellas provocará efectos en los lugares menos pensados.

Davos debería servir para que China y Estados Unidos, los dos grandes contaminadores, revisen sus políticas energéticas e industriales y tomen en serio su responsabilidad en la gran contaminación existente.

La segunda noticia importante fue la de que la economía planetaria crecerá entre el 2,5% y el 3,3% en el 2020, con un aporte de los países emergentes que llegaría al 4,5%. Este dato es positivo e indica que en muchas partes habrá inversión, empleo, producción, comercio internacional dinámico. Sin embargo, se hace notar por los expertos, que hay varias nubes grises en el horizonte, que pueden modificar negativamente las proyecciones, siendo las más importantes las tensiones recientemente agravadas entre Estados Unidos e Irán, los problemas comerciales del país norteamericano por una parte con China y por otra con la Unión Europea, el Brexit y sus consecuencias, la agitación social y ambiental que se agudizan.

Trump ha sido muy explícito en informar que durante su gobierno han ocurrido cambios significativos en la economía de los Estados Unidos y que muchos de los indicadores registrados superan a las proyecciones originales. En parte puede ser una estrategia presidencial con miras a las elecciones próximas, en busca de la reelección, pero es evidente que varios de los indicadores son reales: tasa satisfactoria del PIB, incremento notable de los puestos de trabajo, reducción de las demandas por seguros de desempleo, aumento de la producción, suscripción de nuevos acuerdos comerciales con China, Canadá y México que el presidente estadounidense juzga son equitativos para las partes y actualizados en cuanto a sus objetivos y a considerar los avances tecnológicos recientes.

El vicepresidente de China Wang Quishan habló a favor del comercio global, los mercados abiertos y la cooperación internacional. "Deberíamos trabajar juntos para hacer que el pastel sea más grande y justo", dijo, refiriéndose al comercio mundial. "Lo que no debemos hacer es dejar de hornear pasteles", añadió.

Wang continuó con lo que el presidente de China, Xi Jinping, había comenzado en su aparición en Davos, hace dos años. Este también expresó un claro apoyo al comercio libre y al multilateralismo. Sin embargo, desde el estallido del conflicto comercial con EE. UU., hace un año, han sucedido muchas cosas. La disputa frena el crecimiento. Sobre todo, ha cambiado la visión de Occidente hacia el poder económico de China. Entretanto, ahora se habla más de que China sigue protegiendo partes de su propia economía de la competencia internacional, como el sector financiero.

Gracias a la clase media acomodada de China, el país también es cada vez más interesante para las empresas occidentales. El fabricante de automóviles Volkswagen, por ejemplo, vende uno de cada dos autos allí. Incluso las compañías estadounidenses ya no quieren producir más barato en China para el mercado mundial, sino conquistar un trozo del enorme mercado chino. "Ahora estas compañías se quejan de las restricciones de acceso a China", dice el economista Rhaguram Rajan, vicepresidente del Banco de Pagos Internacionales. "Una parte de las tensiones geopolíticas se debe a los problemas entre las empresas", añade. https://www.dw.com/es/davos-2019-la-nueva-visi%C3%B3n-de-occidente-hacia-china/a-47204966

China sabe que su economía ha perdido el dinamismo de otras épocas, pero también conoce que su tasa de crecimiento del PIB 2020 será de más del 6%, porcentaje que ya quisiera registrar el grueso de las economías de todos los continentes. Manifiesta su agrado con el acuerdo firmado con los Estados Unidos y muestra que ha reducido la pobreza extrema y la pobreza china en muchos millones de personas. De otro lado, no lo dice, pero lo hace, aumenta su peso específico en todos los continentes, vía créditos e inversiones para naciones que se hallan en dificultades con el mundo financiero internacional.

La Unión Europea llega al 2020 con una gran interrogante a sus espaldas. No sabe, aunque intuye, el posible efecto de la salida del Reino Unido de su seno. Los efectos van a ser políticos, económicos y sociales y todos ellos de gran envergadura. En el primer caso, pierde a uno de los países emblemáticos y más fuertes;  en el segundo, el reacomodo del comercio y de las inversiones va a demorar años y a causar graves molestias a las dos partes; en el tercero, hay mucha gente del Reino Unido que vive en los otros países de la Unión a la que hay que darle un nuevo status y también europeos continentales que viven en el Reino Unido y que cambiarán necesariamente su tratamiento migratorio en su domicilio actual. 

Con o sin Davos, América Latina proyecta que el 2020 será un año de un pequeño crecimiento de la economía, pero que habrá en varios países situaciones críticas. Problemas centrales son la crisis de Venezuela, la caída vertical de su PIB y la incontenible emigración; las corrientes de centroamericanos hacia Estados Unidos que crean problemas entre ese país y México; la baja de los precios internacionales de las materias primas, el aumento del porcentaje de deuda regional en relación con el PIB que superará el 40%, la agitación social creciente.

El Ecuador, lamentablemente, sumará en 2020 una serie de problemas de mayor cuantía: su PIB no crecerá o lo hará en porcentaje mínimo, con lo que la situación per cápita de la población será peor que la del 2019; deberá pagar un monto de deuda muy alto y le será difícil financiar el presupuesto del Estado; su gobierno deberá encarar campañas electorales, agitación social y denuncias por corrupción reales o inventadas de una oposición radical; el empleo no mejorará en la medida y con la urgencia necesaria; la Asamblea, siempre poco productiva lo será menos que de costumbre, por la incidencia del periodo preelectoral; continuará el flujo de venezolanos inmigrantes, que crean problemas al empleo en número de plazas y en salarios promedio; las entidades que tienen que ver con la justicia se verán copadas por las causas por corrupción contra los altos dirigentes de la década 2007 - 2017 y tendrán que mostrar al pueblo su verdadero compromiso y su capacidad sancionadora.

El presidente Moreno asistió a Davos en busca de atenuantes financieros a ese panorama complejo mencionado en el párrafo anterior. Con respecto a nuevos créditos de los multilaterales es posible que los consiga y ojalá que eso suceda, porque no hay alternativas visibles y porque en el PGE hay rubros de ingresos muy optimistas. En relación con nuevas inversiones privadas será muy complicado lograr algunas, porque no hay seguridad jurídica, no ofrecemos el mercado mundial que ofrecen nuestros competidores y estamos a meses de tener nuevo gobierno cuya orientación no sabe nadie.  

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