Cumpliendo el mandato
constitucional, el presidente de la República presentó el 24 de mayo de 2020 su
informe anual. Como sucede todos los años, se magnifican las acciones
positivas, se olvidan o apenas se mencionan las acciones negativas, se culpa a
otros de los fracasos y no se contrasta las engañosas ofertas de campaña con lo
logrado, porque así conviene.
El informe presidencial
no debería referirse a los tres años de este gobierno, debería referirse a los
13 años del mando de Alianza País y a los 10 o más años que, con suerte, le
quedan al Ecuador para pagar las deudas y los errores de Correa y del presidente
actual de la República.
Las razones para pedir
que se explique lo que pasó en los 13 años anteriores son las siguientes:
El presidente Lenín
Moreno fue parte de la directiva de la campaña política que llevó a Correa al
poder en 2007, lo que significa que colaboró en la elaboración del plan de
gobierno de Alianza País y de la estrategia para hacer que se proponga una
nueva Constitución para ir al socialismo del siglo XXI, que consideraba la vía
idónea del país.
Luego, fue candidato a
vicepresidente de la República y como tal participó activamente en la campaña
de la gente de “mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, en la que
ofrecieron al pueblo gobernar con gente joven honrada, muy capacitada y
apasionada por el país, hasta el año 2011, lo que hizo que ganaran las
elecciones con una votación muy alta.
El presidente actual,
por seis años fue vicepresidente de Correa. Durante ese tiempo se sentaron
muchas de las bases políticas, económicas y sociales de lo que sucede hoy en el
Ecuador, que no se han desmantelado. Se supone que participó de las decisiones
principales y las apoyó, porque de otra manera no hubiese continuado en el
cargo, por decisión propia o porque el presidente, conociendo su estilo prepotente,
le hubiera agradecido los servicios.
En ese tiempo, entre
las acciones principales, se aprobó la Constitución 2008, cuyo objetivo era
crear el marco legal fundamental para que el Ecuador camine hacia el socialismo
del Siglo XXI. Nunca estuve de acuerdo con la filosofía y muchas partes de esa
norma y en el año 2009, en un libro mío, no solo que critiqué su aprobación y
vigencia, sino que sugerí cambios de fondo y forma, como puede comprobar quien
se halle interesado. [1]_/
Luego de ejercer la
Vicepresidencia y de realizar una importante acción en beneficio de los
discapacitados, el licenciado Moreno incrementó mucho el valor de sus bonos
políticos nacionales e internacionales y se fue por algún tiempo a vivir a
Suiza, con un nombramiento internacional apoyado por el gobierno del Ecuador,
lo que supone que las relaciones con Correa y su gobierno seguían siendo de las
mejores.
Ginebra es el centro
mundial de los organismos internacionales y de los diplomáticos. Allí se sabe
todo lo que pasa en el mundo, por las vías de esos organismos, por los medios
de alcance mundial y porque llegan de cada país informaciones sobre lo que sucede
en él. Nadie, en consecuencia, puede decir que no sabe lo que pasa en su
nación, máxime cuando las idas y venidas de gente a la que se recibe en casa son
claves para recabar datos y recibir documentos.
El trabajo en la
vicepresidencia y la información sobre su importante cargo de gestión mundial
en Suiza hizo que Moreno gane prestigio aquí y en el exterior. Por ello, para
la campaña electoral de 2017, salió de Correa y la directiva de Alianza País,
la idea de que Lenin Moreno debía ser el candidato a la Presidencia de la
República, por encima de Jorge Glas y algún otro correísta.
La campaña de Moreno se
realizó con la participación abierta de Correa y el gobierno, que puso a
funcionar toda la maquinaria para que el presidente actual saliera triunfante,
incluyendo un apagón oportuno que dio resultados a su favor, condecoración de
Correa al comedido del apagón y persecución al doctor Polibio Córdova y su
familia, por haber publicado una encuesta, científicamente ejecutada, en la que
los resultados eran opuestos a los oficiales.
El 24 de mayo de 2017
llegó el presidente a Carondelet. Elogió a Correa, a quien trató
fraternalmente, y dijo que a sus nietos les contaría que fue parte de quienes
transformaron al país en la “década ganada” gracias a Alianza País. Correa no
solo que le dijo que la mesa estaba servida, sino que le preparó el desayuno de
su primer día, con varios libros que le instruían sobre lo que debía realizar
en sus primeros meses de gobierno. También le puso a la orden los chefs y los
aspirantes a chefs, para que atiendan los deseos, no de Moreno sino de Correa,
en esa mesa que el supuesto beneficiario creía muy atractiva. Empezó pletórico
de entusiasmo, aseguró que seguiría por la senda que llevaría al país al
socialismo del Siglo XXI y puso en su gabinete a copartidarios que creía que se
volverían morenistas, sin dejar de ser correístas, para apoyarse en ellos.
Sentado ya frente a su
escritorio y con los primeros datos proporcionados por algunos ex -correístas,
ahora morenistas críticos de su anterior jefe, el presidente se percató (así
dice), que no había tal mesa servida y que tenía que deshacerse de algunos
chefs y optar por los aspirantes, para que atiendan sus deseos y no los de su
predecesor.
Los primeros meses, en
los que se volvió a la libertad de expresión y de prensa, hasta agosto de 2017,
le llevaron a ganar popularidad, hasta que alrededor de un 70% de la población
lo consideraba un buen presidente. Sus principales críticos dicen que no
aprovechó esa circunstancia y no tomó medidas que ya se veía necesarias en el
plano económico, para evitar que la crisis se volviera de la magnitud que tiene
ahora.
En el colmo de los
colmos, pronto constató que su amigo y principal colaborador, Jorge Glas, designado
vicepresidente de la República para los años 2017 – 2021, había delinquido en
sus funciones con Correa y tuvo que aceptar que salga y vaya a la cárcel. La
acusación y base de la condena era que había tenido asociación ilícita en
perjuicio del Estado y que ello le había reportado beneficios económicos por
medio de terceras personas.
En su remplazo logró
que se nombrara vicepresidente a una persona joven, hija de un gran amigo suyo,
de apellido Vicuña. Poco tiempo después, constató que ella había sido una más de
“manos ardientes”, lo que al constatarse determinó que saliera del puesto por
la puerta de atrás, … aunque a volver a trabajar en una entidad gubernamental
que le había guardado el puesto por 9 años, donde la pulcritud debe ser clave
imprescindible en todo funcionario. Por suerte, a la tercera acertó y el actual
vicepresidente es un joven que, según se observa, es preparado y experimentado,
trabaja bien, lo hace con amor a su país y tiene aceptable popularidad.
¿Cuál es la situación
real a mayo del 2020, cuando correístas y morenistas unen fuerzas cuando es
necesario para evitar problemas a sus antiguos jefes, compañeros y amigos del
alma?
La Constitución del
2008 sigue vigente y no se la ha modificado en lo sustancial, con lo que su
filosofía y sus mandatos supremos están allí, con todo su poder, para el que
quiera aprovechar; y, hay un señor que aspira a Presidente al que le gustaría
una dictadura constitucional.
El presidente sigue
rodeado de muchos de los correístas importantes antes y ahora, y de los
morenistas que en el gobierno anterior ocuparon puestos secundarios. Se ha
premiado a altos dirigentes de Alianza País con cargos en el exterior, pese a
que se ha demostrado que su cumplimiento de funciones en el IESS y en otros
lados ha sido desastroso. Se ha cultivado, desde las más altas esferas, el
nepotismo y las “becas” en las embajadas para ciertos políticos y sus familiares.
En la Asamblea están varios “honorables” que no se investiga y otros han tenido
que salir porque las evidencias los acusan y no ha sido posible mantenerlos
allí.
Lo que es muy
peligroso, como ha denunciado un político importante, los libros de lectura
para los niños de las escuelas públicas ensalzan al socialismo del siglo XXI y
a Correa y no buscan la unidad nacional sino la lucha de clases. Además, el “menú”
de drogas que impulsa el microtráfico está vivito y coleando. Ladrones al
Estado surgen todos los días.
Desde marzo de 2020, aunque
mal de muchos es consuelo de tontos, el país, al igual que otros en el mundo,
se vio desbordado por la pandemia del coronavirus en el plano de la salud,
porque en el gobierno anterior se gastó enormes cantidades de dinero en hacer
hospitales, ya que las mega - obras permitían mega - coimas, pero no en salud
preventiva. Incluso, en la provincia de Manabí, pese a tener recursos obtenidos
con el que resulta “pretexto” del terremoto, se dejaron inconclusos algunos de
esos hospitales, que se ha pretendido hacer con sobreprecios.
Pese a que se sacó a
algunas personas de contratos personales, se ha dado hasta hace poco un
incremento del gasto público en sueldos y salarios y sus complementos (lo que
significa que se hizo ingresar a gente de sueldos altos), sabiendo que el
Estado está obeso y que muchos empleos son solo formas de ganar sin trabajar,
de funcionarios sin la formación y la experiencia necesarias, pero reales o
supuestos partidarios del régimen.
Se ha mantenido
funcionando, hasta cuando ya no ha sido posible evitarlo, decenas de entidades
y empresas públicas que solo han significado lastre para la economía nacional; cuantiosos
egresos, robos y pérdidas; y, trabas burocráticas e impuestos de muchas clases
para las actividades del sector privado, que ha carecido de seguridad jurídica
para su labor.
La deuda externa
heredada no ha sido renegociada y, por la necesidad de evitar los déficits, se
ha tenido que incrementar las obligaciones en muchos miles de millones de
dólares, lo que se ha agravado con este problema del coronavirus. Es cierto que
últimamente se ha conseguido deuda con años de gracia, tasas bajas y pago a
largos plazos de los organismos multilaterales, pero todavía está pendiente la
negociación dura con los “bonistas” y con China, y las necesidades de
financiamiento sin cobertura a la vista son elevadas. Y la deuda crece y crece.
El pueblo sabe que la
lucha contra la corrupción no se ha dado. Un preso por aquí y otro por allá
para acallar protestas; unos pocos millones de dólares devueltos, que no son
resultado de las acciones gubernamentales; altos cargos del gobierno en manos
de individuos que ahora no roban grandes cantidades, sino pequeños valores en
medio de la pandemia; gente que paga su condena “en libertad”, con grillete que
algún caso facilitó una fuga; corta prisión domiciliaria en residencias de lujo,
con piscina y fiestas; empresas que sobornan y demandan al gobierno porque no
le han pagado por sus obras con sobreprecio y fallas, pero siguen campantes;
líderes populistas culpables de los problemas de octubre que se muestran
desafiantes; cada día mayor convencimiento popular sobre que la justicia es y
será para el de poncho.
¿Cuál es la perspectiva
del inolvidable y terrorífico 2020 en adelante?
El presidente dijo que
para su último año de gobierno las prioridades serán: salud, alimentación de
los más pobres, empleo y dolarización. Se entiende, con todos sus efectos
colaterales. Ojalá pueda cumplirlo de la mejor manera, aunque el año electoral
tiene mucha complejidad.
En lo humano, hasta
cuando haya confianza en la prevención del coronavirus, se mantendrán el recelo
personal y las medidas gubernamentales para evitar los contagios masivos y la
vuelta a las cuarentenas con todos sus efectos de muerte, parálisis económica y
desastre social.
En la política, nadie
visible y confiable que pueda gobernar entre 2021 y 2025, más todavía cuando
llegará sin mesa servida y a régimen de pan y agua por las deudas. Los
precandidatos más importantes no tienen suficiente apoyo popular y no triunfarán
fácilmente.
En la economía habrá un
decrecimiento del PIB del 8% o más este año y crecimiento muy modesto posterior,
durante por lo menos los 4 años del próximo gobierno … o desgobierno. Algunos
sectores, como el de las flores y el turismo receptivo tardarán en recuperarse
del golpe recibido, y no aportarán al desarrollo como lo hacían antes. La competencia
entre países subdesarrollados por el mercado mundial debilitado y la poca
demanda harán que los precios de lo que vendemos, comenzando por el petróleo,
sean menores que en el 2019 por un tiempo.
En lo social, un
angustiante panorama de desempleo masivo llevará a que un porcentaje
mayoritario de la población trate de ganar algo para el pan de cada día, en una
informalidad grave para los ciudadanos y de recaudación menor que ahora para el
Estado; y, por otro lado, provocará un aumento de la inseguridad ciudadana,
visto que una proporción de la población mayor que la actual buscará medios
ilícitos de conseguir dinero.
En lo internacional, existe
la evidencia de que el coronavirus ha golpeado fuertemente a los países
demandantes de productos nacionales, comenzando por el petróleo, con lo cual no
vendrán divisas suficientes y tampoco inversiones de la magnitud que se
necesita.
Una proyección hasta
cierto punto de vista optimista, basada en crecimiento negativo del PIB del 8%
en 2020, crecimiento cero en el 2021, y tasas del 2% en el 2022 , del 3% en el
2023, del 4% en 2024 y 2025 y del 5% desde el 2026 hasta el 2030, da como
resultados que recién en el 2024 se superaría la cifra del PIB del 2019,
llegando a 72.283 millones de dólares constantes del 2007; y que, para el 2030
el PIB valdría 95.944 millones de dólares. Es necesario informar al lector que
entre 2009 y 2019 solo en tres oportunidades se marcó tasas anuales de aumento
del PIB superiores al 4% y que en cinco años no se llegó al 2%. El reto es, por
tanto, grande y necesita que los gobernantes del 2021 al 2030 apliquen una
estrategia de desarrollo de largo plazo en la que inversión, tecnología,
producción, empleo y exportaciones sean las columnas del desarrollo nacional,
en beneficio de la mayoría de la población, ahora muy mal tratada.
NOTA.
El autor de estos boletines, escritor de 30 libros sobre temas económicos y profesor
de posgrado por 25 años en varias universidades, ofrece sus servicios para dar conferencias,
efectuar seminarios, asesorar empresas, en Macroeconomía, Desarrollo Económico,
políticas de Comercio Internacional y Exterior, a partir de julio. Teléfono:
0999 726954 Correo: llunao@uio.satnet.net
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