SIENTO MUCHO QUE EL MUNDO SE HALLE DE DUELO Y SIN SALIDA FÁCIL. Sin embargo,
más pronto que tarde espero que encuentre la luz al final del gran túnel.
Celebro NUEVE AÑOS de
escribir quincenalmente este boletín. Son 214 documentos, generalmente de 4
páginas, en los que he tratado de analizar y dar sugerencias sobre los
problemas económicos y sociales del Ecuador y del mundo. Calculo que un poco
más de dos millones de lectores los han recibido y muchas veces leído. Alguna
vez constaté que se los revisaba en las llamadas “altas esferas” y muchas veces
me han dicho que sirven en las aulas para considerar algún aspecto. Los seguiré
publicando mientras pueda pensar y escribir. Mi propósito es solamente volcar
en el papel mis conocimientos, experiencia y lecturas diarias.
Dedico este Boletín al
doctor Oswaldo Dávila Andrade, a quien el 26 de marzo le iban a rendir un muy
merecido homenaje en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), por
ser el primer Doctor en Economía salido de sus aulas. Ese homenaje no pudo
llevarse a cabo, por las razones que todos conocemos; pero, supongo que, cuando
ya sean posibles los eventos públicos, uno de los primeros de la PUCE será el
pendiente aquí mencionado.
El doctor Dávila es uno
de los ecuatorianos y de los economistas de los cuales todos los ciudadanos de
este país debemos estar orgullosos. Profesional de primer nivel, trabajador
incansable, economista experto en Econometría, planificador visionario,
funcionario nacional e internacional honrado (lo que no debería ser un mérito
sino una obligación), duro crítico de los “mesías”, todavía aporta al país con
sus comentarios en el Observatorio de la Política Fiscal.
Oswaldo fue mi profesor,
más tarde mi guía y compañero de trabajo en Lima, después jefe en el CONADE y
luego mi asesor en el MICIP; en fin, nuestras vidas han estado ligadas por una
gran amistad que me honra y se mantiene por más de medio siglo; y, por el
trabajo fecundo y honrado de los dos por varias décadas. Nos ha preocupado
siempre el futuro nacional.
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En este boletín
pretendo analizar la situación actual del Ecuador y dar algunas sugerencias
para que el país llegue al punto de inflexión y empiece a avanzar con
dinamismo, sobre la base de la unidad nacional y una nueva manera de ver el
mundo y los factores nacionales de desarrollo.
El diagnóstico es uno
impensado hace pocos meses. La población mundial acorralada por un virus,
muchos países casi paralizados, los gobiernos de muchas naciones sin capacidad
de atender las urgencias médicas y la falta de dinero, las ciudades desiertas,
toda la gente pensando en la muerte, los noticieros copados de datos macabros,
los ricos constatando que su plata no vale para comprar salud en esta situación
y los pobres sabiendo que cada día son más pobres y que, si se contagian,
difícilmente recibirán atención oportuna y gratuita.
Los economistas de aquí
y de todas partes proyectando un futuro sombrío en el corto y en el mediano
plazo, porque la economía mundial entró en recesión, el comercio mundial se
frenó, las inversiones esperarán mejores días, las personas recelarán de
movilizarse con la libertad con la que lo hacían antes, el turismo se moverá
con mucha dificultad y los países como el Ecuador verán que la demanda de sus
productos caerá en volumen y precios, porque no habrá la demanda necesaria en
los países importadores y hasta se producirá un cambio notable en las
prioridades de gasto. El mundo y el Ecuador del siglo XXI tendrán que ser
ambiental, económica y socialmente muy diferentes a los del siglo XX o no se
habrá aprendido la lección.
Para que el Ecuador se
oriente correctamente y adquiera el dinamismo que debió tener desde inicios de
siglo, requiere nuevos líderes; analizar profundamente sus endebles bases
actuales y el entorno actual y futuro dentro del cual tendrá que trabajar; los
factores de producción con los que cuenta; y, planificar bien los pasos que
deberá dar en el corto, mediano y largo plazo.
Lo urgente es lograr la
unidad nacional. Para ello, se necesita una reunión convocada por el presidente
Moreno, de los líderes reconocidos del país no manchados por actos delictivos,
que pretenden la presidencia de la república o que son claves para llegar a
definir candidaturas, para determinar unas pautas de lo que debe hacerse ahora
y después. Hay que saber que, quien quiera que llegue a la presidencia, va a
encontrar un Ecuador enfermo con corona virus en terapia intensiva, al que hay
que ponerle un respirador sanitario y un respirador financiero capaces de
mantenerlo vivo y sin grandes desastres sociales en el 2021 y más allá.
De esa reunión, que
espero se produzca, deberían salir varias posibles decisiones con efectos en el
cortísimo, corto, mediano y largo plazos, que puedan tomar el actual gobierno y
los siguientes, para enmendar los gravísimos errores de ética, dirección y visión
de quienes ya han sido sancionados en primera instancia por la justicia, pero
que merecen penas mucho mayores por el daño que le hicieron al país en la
década más nefasta de la historia.
Entre las decisiones
que deberían tomarse están las siguientes, algunas de las cuales ya han sido
mencionadas por dirigentes gremiales y colegas:
Conseguir de los
acreedores del Estado, especialmente de China, un diferimiento razonable en el
pago de la deuda nacional, y obtener nuevos préstamos en condiciones favorables
al país, lo que redundará en que los gobiernos, éste y los siguientes, puedan
atender adecuadamente las necesidades nacionales de desarrollo. Para ello
debería integrarse un grupo de expertos financieros reconocidos que acuda a los
acreedores, les explique la necesidad nacional y obtenga lo propuesto en la
forma más conveniente al país.
Asignar a la salud
recursos estatales suficientes para que atienda debidamente los problemas
derivados del corona virus y de otras enfermedades catastróficas y ejecute un
plan de desarrollo de acciones de salud preventiva (agua potable,
alcantarillado y procesamiento de desechos), en forma urgente, en los sectores
donde esos servicios no hay o son insatisfactorios.
Encargar a una de las
universidades de posgrado la elaboración, hasta abril de 2021, de una
estrategia de desarrollo 2021 - 2040, con el concurso del gobierno, las otras
universidades, los empresarios y los trabajadores, para que el nuevo gobierno y
los siguientes cuenten con una importante herramienta de trabajo consensuada
que les permita, independientemente de su carácter ideológico, tener un solo
objetivo nacional.
Revisar con urgencia
todos los sistemas administrativos, tiempos, procedimientos y trámites
estatales, para reducirlos en todo lo posible y trasladarlos al sistema
electrónico, de manera que los usuarios tengan que acudir lo menos posible a
las oficinas públicas. La transparencia de la información pública debe ser una
constante, salvo en temas de seguridad nacional.
Focalizar en el menor
plazo posible los subsidios a los combustibles y los otros, para que solo se
beneficien de ellos los que de verdad los necesitan y el transporte público.
Los bonos para ciertas personas deberían ser asignados como créditos a largo
plazo, para que los receptores sepan que no es un regalo, sino una facilidad
para que desarrollen alguna actividad. En esos casos no deberían ser entregados
mensualmente, sino por año y cuando más por tres años, a una tasa de interés no
mayor de la tasa pasiva de los bancos.
Dar seguridad jurídica
por 10 años a todas las inversiones nuevas que se realicen en el país en los
próximos 10 años, exonerándoles de aranceles a las importaciones de aquellas
maquinarias e insumos que no se producen internamente y del pago del impuesto a
la renta.
Reducir la diferencia
entre las tasas activas y pasivas de interés, para que el crédito sea más
barato y los emprendedores puedan acceder con mayor facilidad y velocidad a los
recursos que necesiten. Flexibilizar el acceso al crédito estatal, pero sin dar
posibilidad a condonaciones u otras formas de lograr regalos disfrazados del
dinero de los contribuyentes.
Asignar crédito
suficiente y en condiciones muy favorables para el sector agropecuario, con el
fin de asegurar el desarrollo rápido de las exportaciones agrícolas y
agroindustriales y el abastecimiento interno de alimentos en estado natural y
procesados. El objetivo básico debe se aumentar la productividad nacional,
entendida como la efectividad del Estado y la competitividad de las unidades
productivas nacionales.
Aprobar las nuevas
formas de relación laboral que ha creado la tecnología, entre ellas el trabajo
desde la casa, el teletrabajo, el trabajo por horas; el reparto de la semana
laboral de 40 horas en los 7 días de la semana sin recargos, pero con todos los
derechos económicos prorrateados; el reparto de las 8
horas laborables diarias en diferentes horarios presenciales y desde casa.
Efectuar los cambios
necesarios en la Constitución, diseñada por Correa y sus compinches de aquí y
de afuera para marchar hacia el socialismo del siglo XXI y cubrir sus
ilegalidades, para que la Ley suprema haga posible un cambio fundamental y
positivo en la vida del país.
Reformar la estructura
de la Asamblea para que haya dos cámaras y solo existan 24 senadores, uno por
provincia, 3 diputados por cada provincia de las 4 de mayor número de
habitantes; 2 por cada una de las 6 provincias intermedias; y, 1 por las menos
habitadas, electos para cuatro años en la primera vuelta electoral, con
posibilidad de reelección una vez. Todos profesionales de mínimo tercer nivel,
hombres y mujeres que declaren su patrimonio familiar (propio, del cónyuge y de
los hijos) al ingresar y cada año, que no puedan cambiarse de camiseta y que no
tengan otra labor que la de la Asamblea.
Eliminar lo más pronto
el Consejo de Participación Ciudadana, no mediatizarlo, para que se vuelvan a
existir solo las tres funciones del Estado.
Crear un sistema de
coordinación de las entidades de control del Estado, para que cada una cumpla
su función, pero todas ellas logren sinergia en el aseguramiento del buen uso
de los recursos del Estado.
Proveer de normas más
estrictas, y más y mejores funciones y equipos al sistema de seguridad interna
y endurecer las penas para los delincuentes, a los cuales hay que buscar se
reintegren a la sociedad con educación y trabajo mientras están en las
cárceles. Triplicar y hasta ser más severos en las sanciones previstas en las
leyes actuales para los delincuentes, si se trata de perjuicios al Estado, sin
posibilidad de rebajas ni de otras granjerías por edad u otras consideraciones.
Esos delincuentes no roban a alguien, roban a toda la población del país.
Otorgar autonomía al
Banco Central, para que no esté sujeto a la voluntad del presidente de la
República en el manejo de los recursos del encaje bancario y de las reservas
internacionales.
Hay que volver a tener
el Consejo Nacional de Desarrollo, para que planifique el futuro nacional y se
pronuncie previamente sobre los proyectos estratégicos y los acuerdos
internacionales. Su accionar debe ser estrictamente técnico y atento al devenir
del mundo y la Región, para lograr que el país se inserte de la mejor forma en
el concierto internacional y dé bienestar a su población, para la cual debe buscarse
siempre mayor equidad.
Un subsector al que hay
que darle prioridad es el de la pesca, en las nuevas condiciones del extendido patrimonio
marítimo nacional, fortaleciendo la flota nacional y el control por parte de la
Marina. Otro subsector que requiere atención, por sus capacidades de
mejoramiento ambiental, producción de madera y desarrollo industrial es el
forestal, que ayudaría mucho al sector rural, porque el país tiene evidentes
ventajas comparativas (en la velocidad de crecimiento de los árboles) y competitivas
frente a los países madereros cercanos a los polos.
Acordar con empresas
petroleras reconocidas la exploración y explotación de yacimientos, para elevar
pronto el volumen a 700 mil barriles diarios y luego aumentar esa cantidad.
Mediante alianza público – privada montar con urgencia la nueva refinería
necesaria al país, dada la obsolescencia de la de Esmeraldas, para procesar
combustibles de excelente calidad. Esto tiene que aparejarse con la revisión y
focalización de los subsidios actuales.
Aprobar normas para el
desarrollo de la minería legal que garanticen su trabajo y emitir disposiciones
severas en contra de la minería ilegal y de las acciones contrarias a la
minería legal. Al igual que en el caso del petróleo, lograr la
industrialización nacional, en el grado posible, de los minerales extraídos,
que tienen grandes reservas y pueden dar importantes beneficios. Contrarrestar
por todos los medios posibles la minería ilegal, generadora de recursos para
otras actividades ilegales y dañinas del medio ambiente.
Impulsar la
industrialización, sobre la base del petróleo, los minerales y un desarrollo
tecnológico acordado por el Estado, la industria y la academia, de manera que
se eleve la productividad nacional y la capacidad de competir con ventaja en el
mercado mundial. Hay que impulsar el establecimiento de grandes industrias,
cuya producción genere empleo directo e indirecto importante y exportaciones
que, a su vez, requieran el fortalecimiento de las MIPYMES.
Es fundamental llegar a
acuerdos estatales con las cámaras de la construcción para desarrollar urgentemente
con medianas y pequeñas empresas proyectos de construcción de 100 mil viviendas
de tipo social, en edificios de 4 pisos, con el objeto de que el costo de los
servicios básicos y el uso del terreno sea menor que en la construcción de
unidades familiares. Hay que completar la autopista Panamericana, con ramales
de cuatro carriles hacia Posorja y Cuenca, de manera que se cree una columna
vertebral para el transporte interno e internacional. Igualmente, se debe
completar las facilidades operativas de los aeropuertos internacionales de
Manta y Cuenca, con el fin de que haya muchas más rutas y frecuencias para el
turismo y el comercio exterior del país. También, mejorar las condiciones del
puerto que sirve en mayor magnitud al transporte fluvial hacia y desde el
Amazonas, por la razón que expondré luego.
Es vital diseñar un
nuevo sistema de educación, que tenga una mayor participación de la
teleeducación, de manera que los profesores puedan impartir sus clases elevando
la productividad de sus enseñanzas, los estudiantes logren un gran acceso a la
información más avanzada en cada campo y haya menor necesidad de permanencia en
las aulas.
Otorgar a la ciencia y
la tecnología la importancia que merecen. La famosa ciudad del conocimiento fue
una buena idea, pero se la ubicó en sitio equivocado, lejos de las grandes
industrias y de un puerto de primer orden. Hay que revivir ese proyecto cerca de
Manta o de Posorja, que cuentan con universidades, puerto y aeropuerto cercanos
y por tanto costos menores para la movilización internacional de gente y el
comercio exterior.
Las nuevas
circunstancias derivadas de la crisis sanitaria actual requieren que se amplíen
y masifiquen considerablemente los servicios de telecomunicaciones, de manera
que la mayor parte de la población pueda operar con las nuevas tecnologías de
comunicación para la teleeducación, el teletrabajo, el gobierno electrónico,
los negocios on line, las transacciones financieras sin salir de casa, otras
acciones. Cuidar la salud y ganar tiempo es ahora vital.
Acelerar los procesos
de negociación con los países con los que ya se han avanzado conversaciones,
para lograr acuerdos comerciales, en especial Estados Unidos y México. El
primero es el principal socio comercial del país y el segundo es clave para
poder participar en la Alianza del Pacífico. Generar dólares mediante negocios
legales y muy bien dirigidos debe ser una obsesión nacional, para precautelar
la vigencia de la dolarización.
Adelantar lo más
posible la firma de convenios de protección recíproca de inversiones con otros
países, incluso planteándoles que el Ecuador podría declarar renovados los 17
que ya existieron, si los otros países también los validan, para luego
reformarlos en lo necesario.
Cerrar embajadas que no
aportan nada al desarrollo nacional y, en todo caso, atender las relaciones con
ciertas regiones con una sola embajada o con un embajador itinerante. Hay que
terminar con los diplomáticos a la carrera y las “becas” para los hijos de papá
y respetar a los diplomáticos de carrera, que deben ser formados en temas
financieros y de comercio exterior con mucha intensidad. Los embajadores deben
tener visto bueno de la Asamblea.
Explorar y aprovechar
la ventaja competitiva que tiene el Ecuador frente a los proveedores de
Colombia, Perú y Brasil, para abastecer a las poblaciones de esos países
cercanas a la ruta Ecuador – Manaos. Ese mercado es, por su ingreso, equivalente
al mercado nacional, y llegar a él en buenas condiciones de logística y precios
puede ser muy importante. Se debe considerar que Bogotá, Cali, Lima y Sao
Paulo, los actuales centros de aprovisionamiento, están muy lejos y que
nuestras poblaciones están muy cerca.
Es hora de que Dios
ilumine a los actuales y los futuros gobernantes del país y a los líderes
políticos, académicos, empresariales y laborales, para que, después de esta
terrible experiencia del encierro domiciliario y el temor a la muerte cercana de
todos y cada uno de los habitantes de este mundo, tengan una nueva visión de su
compromiso con el país, trabajen por su desarrollo, multipliquen las plazas de
trabajo y reduzcan el número de pobres e indigentes.
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