Davos es un pequeño
pueblo de Suiza, que tiene poco menos de 15 mil habitantes. Se encuentra a la
mayor altura en los Alpes (1.560 metros) y es muy antiguo, pues su fundación
data del siglo XIII. Desde 1971 adquirió una celebridad especial, porque allí
se reúnen anualmente los gobernantes de los países más importantes y muchos de
los más grandes empresarios de todo el planeta, para tratar especialmente sobre
la coyuntura mundial.
“Una vez en Davos, los organizadores se comprometen a
que la flota de vehículos que transportará a muchos dignatarios sea en un 88%
eléctrica o híbrida. Isabelle Kumar explica lo complicado que resulta llegar a
la cima: "¿Cómo se llega a Davos? desde luego no es tarea fácil, porque es
una de las localidades europeas situadas a mayor altitud. Si no eres miembro de
la jet set y no vienes en avión privado hay que hacer un viaje bastante largo
por la montaña, porque Davos es literalmente el final del camino. La carretera
termina allí.
Una de las cosas positivas de que esté tan lejos es
que una vez que los líderes empresariales llegan multiplican las reuniones, no
vienen para una hora a un lugar tan alejado. De alguna forma condensan las
reuniones para compensar las millas aéreas recorridas, porque esos viajes en
avión chocan un poco con el mensaje sobre el cambio climático que quiere enviar
el foro.
Pero para la gente corriente, venir hasta aquí supone
un vuelo de ida y vuelta a Zurich y un pintoresco viaje en tren de cerca de
tres horas, y una vez en Davos puedes desplazarte en un trenecito desde el
centro reservado para los medios hasta el centro de congresos". https://es.euronews.com/2020/01/21/davos-apuesta-por-el-transporte-limpio
Davos da voz
con gran proyección internacional a varios de quienes asisten a esas reuniones
anuales, porque allí se concentra la atención global por lo que digan o no
digan los líderes mundiales y en ocasiones por los eventos que se producen para
entretener a los distinguidos asistentes. Los discursos de los presidentes y
primeros ministros de las grandes potencias y los gerentes de las mayores trasnacionales
tienen eco en la televisión, la prensa y las redes sociales de todos los
países, incluso antes de que se pronuncien, por las elucubraciones que se hacen
sobre su posible contenido. No es así con lo que dicen los demás, presidentes o
no, porque a sus discursos no asisten ni quienes los acompañan, porque están de
compras o turismo …
A Davos
también concurren quienes piden “da vos”, porque gobernantes de países en
crisis y emprendedores de proyectos multinacionales llegan a pedir a los
organismos multilaterales de crédito o a grandes inversionistas, que les den la
ayuda financiera que necesitan y nada mejor que encontrarlos reunidos allí a
los jefes del Banco Mundial, el FMI, la OMC y bancos de mucho peso
internacional, hacer lobby y lograr entrevistas o por lo menos fotos de apretón
de manos.
Ninguno de
los asistentes oficiales llega por voluntad propia. Tiene que ser invitado por
los organizadores con la antelación debida. Codearse con lo más granado del
poder político y económico del planeta debe ser una experiencia muy
gratificante. Por cierto, paralelamente a la reunión del Foro hay siempre en
otros lugares manifestaciones en contra del capitalismo, el neoliberalismo, la
corrupción, la degradación del ambiente, con poco efecto práctico.
Este mes de
enero de 2020 se reunieron en Davos los líderes de varios de los países más
poderosos del mundo, junto con dirigentes de grandes empresas multinacionales,
universidades y ONG´s, para analizar varios problemas planetarios: el clima, la
economía, los conflictos focalizados, la enorme desigualdad entre ricos y
pobres y la agitación social en muchas partes del mundo.
Esa reunión
era una más de las que se efectúan desde 1971 y que tienen por objeto definir
políticas y encontrar soluciones a problemas coyunturales y estructurales del
mundo. Una parte interesante es aquella en la cual toman la palabra en asamblea
los líderes mundiales, pero otra parte, a veces más provechosa, es la que
genera reuniones bilaterales entre gobernantes, o entre gobernantes y
empresarios, para explicar o desarrollar proyectos de interés común.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, fue la
atracción principal, ya que no asistió al evento el año pasado y está en
campaña en busca de su reelección. Pronunció un discurso el martes 21, el día
que comenzó su juicio político en el Senado de Estados Unidos.
Otro combativo discurso fue el de la famosa chica
ambientalista Greta Thunberg, que reclamó la poca o ninguna acción de los
gobernantes sobre el cambio climático.
Otros grandes nombres fueron Sanna Marin, primera
ministra en funciones de Finlandia, quien con 34 años es la más joven del mundo
en ocupar dicho cargo; y, la estrella de Bollywood, Deepika Padukone, quien estuvo
en la cumbre para hablar sobre su batalla contra la depresión. https://www.bbc.com/mundo/noticias-51169543
Varios organismos internacionales estatales o no
aprovecharon la ocasión para dar a conocer sus puntos de vista sobre los temas
cruciales a tratarse. Se alertó sobre la crisis climática (que Trump dijo no es
tal), el lento crecimiento económico mundial, la necesidad de corregir con
urgencia las desigualdades sociales que crean convulsiones en muchas partes,
otros temas.
Se puso en evidencia que cerca de 2.200 personas
poseen mucho más dinero que miles de millones de la población del mundo, que
hay millones de chicas africanas que trabajan sin remuneración alguna y miles
de millones de trabajadores que apenas ganan para sobrevivir, que pocas
empresas (no más de 20) reúnen más activos que los recursos financieros de
alrededor de 180 países y que las mujeres casi no están representadas en el
Foro Económico, al que alguien calificó de “reunión de hombres”.
Así, Davos se
convirtió en el centro de la atención mundial, con alrededor de 3 mil
asistentes oficiales a las reuniones, que junto a ellos tienen a miles de
guardias de seguridad, periodistas, funcionarios y empleados de decenas de
gobiernos y empresas.
De interés
regional y nacional fue la asistencia del reconocido por muchos países como
presidente venezolano Juan Guaidó y del presidente ecuatoriano Lenin Moreno.
Guaidó fue invitado por Estados Unidos para hacer notar que Venezuela necesita
un pronto cambio de timón, porque el actual timonel está llevando al país a la
ruina. Moreno, según los datos oficiales, fue a buscar apoyo del FMI y del
Banco Mundial para superar los problemas financieros nacionales y a interesar a
inversionistas internacionales en proyectos del país.
Dentro del
Foro Mundial la primera noticia, verdaderamente impactante, fue que el cambio
climático sigue imparable y los estados hacen muy poco o nada por revertir su
signo negativo. Los problemas de Australia con los incendios y otras
situaciones críticas en diferentes países indican que la humanidad no está
preparada para evitar grandes catástrofes y el humo australiano que llegó hasta
Argentina y Chile da a conocer que la globalización de algunas de ellas
provocará efectos en los lugares menos pensados.
Davos
debería servir para que China y Estados Unidos, los dos grandes contaminadores,
revisen sus políticas energéticas e industriales y tomen en serio su
responsabilidad en la gran contaminación existente.
La segunda
noticia importante fue la de que la economía planetaria crecerá entre el 2,5% y
el 3,3% en el 2020, con un aporte de los países emergentes que llegaría al
4,5%. Este dato es positivo e indica que en muchas partes habrá inversión,
empleo, producción, comercio internacional dinámico. Sin embargo, se hace notar
por los expertos, que hay varias nubes grises en el horizonte, que pueden
modificar negativamente las proyecciones, siendo las más importantes las
tensiones recientemente agravadas entre Estados Unidos e Irán, los problemas
comerciales del país norteamericano por una parte con China y por otra con la
Unión Europea, el Brexit y sus consecuencias, la agitación social y ambiental
que se agudizan.
Trump ha
sido muy explícito en informar que durante su gobierno han ocurrido cambios
significativos en la economía de los Estados Unidos y que muchos de los
indicadores registrados superan a las proyecciones originales. En parte puede
ser una estrategia presidencial con miras a las elecciones próximas, en busca
de la reelección, pero es evidente que varios de los indicadores son reales:
tasa satisfactoria del PIB, incremento notable de los puestos de trabajo,
reducción de las demandas por seguros de desempleo, aumento de la producción,
suscripción de nuevos acuerdos comerciales con China, Canadá y México que el
presidente estadounidense juzga son equitativos para las partes y actualizados
en cuanto a sus objetivos y a considerar los avances tecnológicos recientes.
El vicepresidente de China Wang Quishan habló a favor
del comercio global, los mercados abiertos y la cooperación internacional.
"Deberíamos trabajar juntos para hacer que el pastel sea más grande y
justo", dijo, refiriéndose al comercio mundial. "Lo que no debemos
hacer es dejar de hornear pasteles", añadió.
Wang continuó con lo que el presidente de China, Xi
Jinping, había comenzado en su aparición en Davos, hace dos años. Este también
expresó un claro apoyo al comercio libre y al multilateralismo. Sin embargo,
desde el estallido del conflicto comercial con EE. UU., hace un año, han
sucedido muchas cosas. La disputa frena el crecimiento. Sobre todo, ha cambiado
la visión de Occidente hacia el poder económico de China. Entretanto, ahora se
habla más de que China sigue protegiendo partes de su propia economía de la
competencia internacional, como el sector financiero.
Gracias a la clase media acomodada de China, el país
también es cada vez más interesante para las empresas occidentales. El
fabricante de automóviles Volkswagen, por ejemplo, vende uno de cada dos autos
allí. Incluso las compañías estadounidenses ya no quieren producir
más barato en China para el mercado mundial, sino conquistar un
trozo del enorme mercado chino. "Ahora estas compañías se quejan de
las restricciones de acceso a China", dice el economista Rhaguram Rajan,
vicepresidente del Banco de Pagos Internacionales. "Una parte de las
tensiones geopolíticas se debe a los problemas entre las empresas",
añade. https://www.dw.com/es/davos-2019-la-nueva-visi%C3%B3n-de-occidente-hacia-china/a-47204966
China sabe
que su economía ha perdido el dinamismo de otras épocas, pero también conoce que
su tasa de crecimiento del PIB 2020 será de más del 6%, porcentaje que ya
quisiera registrar el grueso de las economías de todos los continentes.
Manifiesta su agrado con el acuerdo firmado con los Estados Unidos y muestra
que ha reducido la pobreza extrema y la pobreza china en muchos millones de
personas. De otro lado, no lo dice, pero lo hace, aumenta su peso específico en
todos los continentes, vía créditos e inversiones para naciones que se hallan
en dificultades con el mundo financiero internacional.
La Unión
Europea llega al 2020 con una gran interrogante a sus espaldas. No sabe, aunque
intuye, el posible efecto de la salida del Reino Unido de su seno. Los efectos
van a ser políticos, económicos y sociales y todos ellos de gran envergadura.
En el primer caso, pierde a uno de los países emblemáticos y más fuertes; en el segundo, el reacomodo del comercio y de
las inversiones va a demorar años y a causar graves molestias a las dos partes;
en el tercero, hay mucha gente del Reino Unido que vive en los otros países de
la Unión a la que hay que darle un nuevo status y también europeos
continentales que viven en el Reino Unido y que cambiarán necesariamente su
tratamiento migratorio en su domicilio actual.
Con o sin
Davos, América Latina proyecta que el 2020 será un año de un pequeño
crecimiento de la economía, pero que habrá en varios países situaciones
críticas. Problemas centrales son la crisis de Venezuela, la caída vertical de
su PIB y la incontenible emigración; las corrientes de centroamericanos hacia
Estados Unidos que crean problemas entre ese país y México; la baja de los
precios internacionales de las materias primas, el aumento del porcentaje de
deuda regional en relación con el PIB que superará el 40%, la agitación social
creciente.
El Ecuador,
lamentablemente, sumará en 2020 una serie de problemas de mayor cuantía: su PIB
no crecerá o lo hará en porcentaje mínimo, con lo que la situación per cápita de
la población será peor que la del 2019; deberá pagar un monto de deuda muy alto
y le será difícil financiar el presupuesto del Estado; su gobierno deberá
encarar campañas electorales, agitación social y denuncias por corrupción
reales o inventadas de una oposición radical; el empleo no mejorará en la
medida y con la urgencia necesaria; la Asamblea, siempre poco productiva lo será
menos que de costumbre, por la incidencia del periodo preelectoral; continuará
el flujo de venezolanos inmigrantes, que crean problemas al empleo en número de
plazas y en salarios promedio; las entidades que tienen que ver con la justicia
se verán copadas por las causas por corrupción contra los altos dirigentes de
la década 2007 - 2017 y tendrán que mostrar al pueblo su verdadero compromiso y
su capacidad sancionadora.
El
presidente Moreno asistió a Davos en busca de atenuantes financieros a ese
panorama complejo mencionado en el párrafo anterior. Con respecto a nuevos
créditos de los multilaterales es posible que los consiga y ojalá que eso
suceda, porque no hay alternativas visibles y porque en el PGE hay rubros de
ingresos muy optimistas. En relación con nuevas inversiones privadas será muy
complicado lograr algunas, porque no hay seguridad jurídica, no ofrecemos el
mercado mundial que ofrecen nuestros competidores y estamos a meses de tener
nuevo gobierno cuya orientación no sabe nadie.
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