BOLETÍN 262: EL ECUADOR QUE QUIERO
Con mucho
pesar, la gran mayoría de los ecuatorianos ha visto, en este mes, la forma en
que se ha querido imponer, las ideas de un grupo minoritario de ciudadanos, al
gobierno. Y ello ha llevado a una casi paralización de las actividades
productivas nacionales, especialmente en algunas provincias, y a que se
produzcan actos vandálicos en muchas partes del territorio, visibles en la
televisión y el Internet.
Ese no es el Ecuador que quiero, no solo para mí, sino para los 17,5 millones de habitantes y, entre ellos, especialmente mis hijos, nietos, bisnieto, familiares y amigos.
El que deseo es un Ecuador en paz.
El que deseo
es un país con economía social de mercado.
El que deseo
es un país próspero,
El que deseo
es un país que, cada vez más, tenga resultados sociales positivos.
El que deseo
es un país que, por lo menos, garantice salud, seguridad nacional y personal, buena
educación, trabajo satisfactorio para todos, tranquilidad.
El que deseo
es un país con estadistas en la política y líderes en todos los campos del
saber y la producción, que tengan visión de futuro y sean honrados, generosos,
austeros.
El que deseo
es un país que sea respetado en el mundo.
Y como eso requiere trazar un camino cada vez más amplio, en el que propios y extraños puedan transitar en democracia, por muchos años, posiblemente no lo veré. Pero, tengo derecho, conocimientos y experiencia para sugerirlo.
Mi aspiración no es de ahora, empezó cuando hice mis primeros trabajos como estudiante de Economía y mi primer libro, titulado: ECUADOR: Sociedad Limitada …? Después, he escrito en diferentes años varios estudios y algunos libros con el título: PROYECCIÓN DEL ECUADOR AL MUNDO, porque he considerado que hay que mirar la forma en que evolucionan el mundo, la globalización y el país, y sugerir derroteros que lleven hacia el desarrollo nacional.
Los hechos, fruto de la incapacidad de varios de los gobernantes, del poco tiempo que otros han tenido para gobernar o de factores políticos internos o exógenos, han sido poco relevantes, intrascendentes y hasta negativos. Por eso, llegamos al año 2022 con una carga muy pesada para el gobernante de turno, que conscientemente o no, buscó la presidencia de la República en tres ocasiones y la obtuvo, para darse cuenta, luego de sentarse en Carondelet, que había demasiados obstáculos para llevar a efecto sus planes para el país.
A partir del 2022 quisiera que el país crezca sostenidamente, a por lo menos el 5%, lo cual no es nada fácil, pero hay que buscarlo investigando disponibilidades y capacidades nacionales. Hay que tomar en cuenta algo que muchas personas, incluso profesionales, no consideran, y es que en el mundo el Ecuador es apenas un pequeño bote en un mar encrespado y eso le condiciona decisivamente para tomar el rumbo que quisiera.
El mundo
2022 tiene para todos los países un ambiente decisivo, desfavorable y con
serios interrogantes, más aún cuando Rusia invade Ucrania, amenaza a la OTAN
con una guerra nuclear y ello puede llevar a un exterminio mundial; todos los
países ven elevarse la tasa de inflación por la caída de la oferta de petróleo,
gas, fertilizantes, trigo, maíz, aceite de girasol, productos de los cuales las
naciones en conflicto son grandes productores.
Con ese
panorama, los puntos de partida del año 2022 hacia el futuro para el Ecuador
son poco favorables en materia sanitaria, moral, política, económica
financiera, social y de relaciones exteriores. La crisis es la más grave de la
historia.
Un problema
fundamental es que no hay partidos políticos y líderes fuertes, visibles y
confiables, ahora ni para los próximos periodos. La clase política se ha
convertido en un grupo de politiqueros sin visión nacional, que luchan por
intereses étnicos, regionales o de grupo. La corrupción se ha incrementado, a
tal punto que hay leyes vigentes y funcionarios ubicados para favorecer a los
delincuentes de cuello blanco y a los que mueven mucho dinero. La justicia está
rebasada por los que sugieren robar bien, los que los acogen en plena Asamblea
y los que amenazan o compran a fiscales y jueces.
El Ecuador
necesita ejecutar una estrategia nacional de desarrollo 2021 – 2040, para
aprovechar sus ventajas comparativas y aplicar ventajas competitivas. Las condiciones para que la
estrategia sea aplicable son: estabilidad política y seguridad jurídica, que no
surgen de la constitución vigente desde 2008; facilidad de captación de
inversión y tecnología para los proyectos, que el marco legal no garantiza; mercado
externo asegurado para las exportaciones, que todavía no se tiene en la medida
necesaria; transparencia y agilidad estatal en los procesos administrativos y
práctica del gobierno electrónico; y, equidad creciente en la distribución de
los beneficios del crecimiento, cuya necesidad es ahora más evidente.
La estrategia debe ser
elaborada con el liderazgo de la academia y la participación del gobierno, los
empresarios y los trabajadores; debe ser coordinada por una universidad de
posgrado de prestigio en el país y elaborada por mesas de trabajo
cuatripartitas, tanto sectoriales como regionales, coordinadas por
universidades locales; conviene volver al Consejo Nacional de Desarrollo,
liderado por el vicepresidente del país.
Las bases para
esa estrategia son: los recursos naturales, especialmente el petróleo, las
minas, el suelo fértil, el agua dulce y del mar, los lugares turísticos
naturales; los recursos humanos nacionales, que deben especializarse cada día
más y los extranjeros con conocimientos científicos y tecnológicos de punta y
experiencia comprobada que se pueda atraer; el capital, nacional, que es escaso
por falta de capacidad de ahorro y el extranjero posible de captar, destinado a
grandes proyectos de infraestructura, industria y agroindustria de exportación;
la tecnología básicamente extranjera.
Los plazos de la estrategia deben ser: corto, un año, acorde con el presupuesto
general del Estado; mediano, para un periodo de gobierno, incorporado en el plan
nacional de desarrollo;
largo, contentivo de la estrategia nacional de desarrollo, para por lo menos
los próximos 10 años que debe estar sujeta a actualización periódica. Sobre todo para el mediano y largo plazo hay
que tener en cuenta las fuerzas exógenas a la capacidad de conducción
gubernamental, como son: físicas, demográficas, socio - económicas, socio –
culturales, financieras, legales, laborales, competitivas y distributivas.
Los objetivos
económicos más importantes deben ser: el fortalecimiento de la
dolarización; la racionalización del tamaño del Estado, reduciendo su aparato
burocrático, realizando sus obras con transparencia y honradez, mejorando y
agilitando sus servicios; el fortalecimiento del sector privado, como motores
del desarrollo nacional; la institucionalización de los clústeres y las cadenas
de producción, para incrementar las producciones agropecuarias e industriales
de interés nacional; el desarrollo del mercado de valores, con incentivos para
la transacción de acciones y otros títulos valores privados; un fuerte
incremento del turismo receptivo; la solución a los problemas que alejan a la
inversión nacional y extranjera, especialmente la reducción de la carga
tributaria y la actualización de las normas de regulación del empleo.
Los factores de la producción
disponibles son: los importantes recursos naturales útiles para su desarrollo
dinámico, consistentes en: yacimientos de petróleo, con reservas de 8,3
millones de barriles; enormes minas de oro, plata y cobre, casi sin explotar; mar
territorial extenso, más grande que el territorio continental; agua dulce
abundante, para el consumo humano, el riego y la hidroelectricidad; cuatro
puertos marítimos especializados (2 de aguas profundas); suelo muy fértil y
amplias zonas agrícolas en la Costa; biodiversidad muy importante en las cuatro
regiones; insuficientes recursos humanos preparados en diversas áreas del
conocimiento, que puedan enfrentar las exigencias del mundo actual en materia
de ciencia y tecnología; muy pocos recursos financieros propios en los cuales
pueda basar la inversión; muy poca capacidad interna de crear e incluso adaptar
ciencia y tecnología, carencia de investigación profesional.
Los elementos internos actuales
negativos para el desarrollo del Ecuador son: el regionalismo, la xenofobia; una
población frustrada, desmoralizada, absorta, pesimista, especialmente entre los
“ninis” que ni estudian, ni trabajan; el 49% del suelo degradado y el 22% en
vías de desertificación; la falta de cultura sanitaria y la poca salud
preventiva; el desempleo, la subocupación y la consecuente extrema pobreza; las
secuelas del COVID - 19.y su posible reaparición; la masiva inmigración,
especialmente venezolana; la concentración rápida de la población en las
grandes ciudades, con focos de miseria, riesgo sanitario e inseguridad; el Estado
obeso y con serios problemas de corrupción en todas sus funciones y niveles; la
deuda pública real de más de 70.000 millones de dólares; la falta de expertos
en las ciencias y técnicas modernas y la falta de empleo para los profesionales
existentes en las otras actividades; la escasez de recursos para atender la
seguridad interna y externa.
En el área productiva. La
falta de competitividad y eficiencia estatal, que hacen que los indicadores
internacionales de competitividad, de cómo hacer negocios y otros similares, coloquen
al Ecuador de la mitad hacia atrás entre los países observados; además y en
especial, el país carece de cantidades suficientes de productos
agroindustriales e industriales para exportar y de oportunidades de acceso preferencial
al mercado internacional, aun cuando tenga excelente calidad y precio
competitivo en unos pocos productos tradicionales.
Puesto que se arranca en el
2021 de una tasa de crecimiento del PIB del 4,2% y que en el 2022 no se podrá
crecer a ese ritmo, por los problemas derivados de la pandemia, la protesta
social de junio y la incidencia de la invasión de Rusia a Ucrania en todo el
mundo, generando una inflación elevada en Estados Unidos y Europa, la
aspiración es que el PIB crezca de manera continua para llegar al 5% en 2030 y
luego se eleve a una mayor velocidad. Con ello, posiblemente conseguiríamos que
el PIB del 2030 registre alrededor de 100 mil millones de dólares y no los poco
más de 80 mil millones que marcaría la tendencia.
Las industrias cuyo
funcionamiento interesa son las de exportación, instaladas por grandes empresas
mundiales que cotizan en el mercado de valores internacionales. Esas empresas
deben satisfacer la demanda interna y exportar, por una parte; y, por otra,
generar efectos positivos en la expansión de las empresas de otros tamaños, que
les abastezcan de materias primas, insumos y servicios modernos.
Las grandes industrias
necesarias, son: una nueva refinería de petróleo para combustibles, porque no
se debería repotenciar la actual, cuyo diseño fue para refinar petróleo
liviano; industrias procesadoras de los minerales disponibles, para evitar la
exportación en la forma actual; industrias militares y policiales rentables, con
amplio mercado asegurado, que garanticen su óptimo y oportuno abastecimiento y
desempeño; una gran industria de celulosa y varias procesadoras de papel; un
laboratorio de productos farmacéuticos genéricos; astilleros de construcción y
mantenimiento de barcos de pesca; agroindustrias que puedan maximizar el
funcionamiento de los clústeres y las cadenas productivas de banano, cacao, camarón,
flores, palma aceitera, alimentos balanceados, algodón, azúcar.
Las obras de infraestructura
prioritarias deberían ser: la terminación de la autopista panamericana Rumichaca
– Huaquillas, con conexiones a Posorja, Manta y un puerto fluvial en el Oriente
vía a Manaos; el mejoramiento de los puertos marítimos y las obras
complementarias, especialmente de Posorja; la construcción del puerto sobre el
rio Napo para servir tráfico internacional hasta Manaos; el mejoramiento de los
aeropuertos internacionales y sus obras complementarias; la dotación de
características de aeropuertos internacionales para los de Manta y Cuenca; la construcción
masiva de vivienda popular; el desarrollo de las telecomunicaciones, con fibra
óptica, servicios de punta y protección de datos con cobertura nacional.
atención especial a la teleducación; cambio de los sistemas de transporte
urbano y nacional, acorde con las necesidades de protección sanitaria; la culminación
de las hidroeléctricas en construcción y el mantenimiento óptimo de todas y su
circuito operativo; la atención a la seguridad
nacional externa e interna, con centros y equipamiento suficientes, para
combatir el crimen internacional organizado.
Objetivos sociales básicos
deben ser: tomar decisiones y desarrollar acciones urgentes de salud preventiva
y curativa e impulsar la telemedicina; reducir hasta eliminar la desnutrición
infantil; proteger a la población de la tercera edad que carece de recursos
económicos; terminar con el analfabetismo tradicional y reducir en gran
porcentaje el analfabetismo tecnológico de la población; reformar el sistema
educativo, para incrementar la teleducación y establecer la debida secuencia
entre educación primaria, secundaria y de tercer nivel; impulsar la práctica de
la educación continua y a distancia; generar empleo digno y justo para la gran
mayoría de la PEA, efectuar un control riguroso y
sancionar fuertemente los delitos y toda acción de violencia, sancionar enérgicamente la corrupción
estatal, sin atenuantes.
En el ámbito de las relaciones
internacionales, conviene fortalecer el sistema de seguridad nacional, contrarrestar
el crimen internacional, eliminar varias embajadas y sustituirlas por otras con
representación regional, eliminar el personal “político”, conseguir recursos
frescos de los organismos multilaterales, para equilibrar las finanzas
públicas, tomando en cuenta las exigencias sanitarias, renegociar la deuda
pública externa, para diferirla lo más posible, incrementar los negocios y
captar inversiones y tecnología de Estados Unidos, la UE, la EFTA, China, Corea,
el Reino Unido, lograr el ingreso y
participar con éxito en la Alianza del Pacífico
y Prosur, lograr y aprovechar el acuerdo comercial con Estados Unidos, firmar
acuerdos comerciales de cuarta generación con China, Corea del sur y otros
países de interés nacional, culminar las negociaciones con las empresas
extranjeras con las que existen controversias, cautelando el interés nacional, respetar
la propiedad intelectual registrada en el país y hacer respetar los
conocimientos ancestrales.
Conviene buscar el aporte de
los organismos multilaterales de crédito o entidades dedicadas a estudiar el
desarrollo económico de la región y el país, para un fondo que financie
parcialmente la elaboración de la estrategia nacional de desarrollo 2020 – 2030
y para los estudios de factibilidad de algunos proyectos, y luego lograr su
ejecución; aprovechar el potencial del mercado amazónico de Ecuador hasta Manaos,
porque su ingreso global equivale al del país; ubicar una ciudad del
conocimiento en un sitio adecuado, cerca de los centros de producción y de un
puerto, para captar y desarrollar tecnología; apoyar las actividades de
desarrollo tecnológico de las universidades y especializar en el exterior y
estimular a los investigadores científicos y tecnológicos nacionales; gestionar
el trabajo multinacional conjunto
contra el crimen organizado.
Finalmente, la visión del
Ecuador 2040 que tengo y aspiro a que se haga realidad, es la de un país que cuenta
con 20 millones de habitantes, su Constitución da base a la economía social de
mercado, practica la democracia y tiene un Estado fuerte y ágil de bajo costo; respeta
el medio ambiente, su marco legal facilita la actividad privada, tiene sistemas
eficientes de salud preventiva y curativa; actualiza constantemente una
estructura de educación que responde a los tiempos modernos y encadena bien los
niveles de formación; tiene un PIB que crece al menos al 5% anual sobre la base
de un proceso de aumento de la productividad nacional, atiende las necesidades
de empleo de la población, especialmente de los jóvenes; incrementa y
desarrolla tecnológicamente la industria y otras actividades, mejora
sustancialmente los servicios y las condiciones de vida de su población,
practica procedimientos ágiles, vía el gobierno electrónico, mantiene
excelentes relaciones exteriores y se beneficia de múltiples acuerdos
comerciales, aumenta y diversifica las exportaciones por productos, destinos y exportadores, tiene un buen
sistema de seguridad nacional, atiende satisfactoriamente las necesidades de
los grupos vulnerables.
Ojalá que la lección de junio
2022 sea aprendida por todos, tirios y troyanos, y los próximos días cada una
de las funciones del Estado cumpla sus obligaciones y depure sus instituciones
de politiqueros y corruptos, para bien del país y de cada ciudadano.
A partir de ahora, el Ecuador
necesita sentarse a planificar el futuro y fijarse metas de desarrollo
consensuadas, que atiendan las necesidades del pueblo. Reitero, es necesario
mirar el mundo, la globalización y el país; la evolución posible y en algunos
casos probable de ellos; y, con el concurso de la Academia, el gobierno, los
empresarios y los trabajadores, diseñar la estrategia 2040, perfectible en el
tiempo, pero que permita tener una luz al final del túnel.
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