BOLETÍN 226: LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO Y EL ECUADOR
En varias
oportunidades he propuesto que en el Ecuador se aplique la economía social de
mercado. Esta es llamada “la tercera vía” o una vía intermedia entre el
capitalismo salvaje y el socialismo a ultranza. Lo han practicado varios países
en el mundo y han tenido éxito, especialmente Alemania, donde surgió la
propuesta, y en Austria.
El capitalismo propende a que el capital sea considerado el factor principal de la producción y que la economía se adecúe a esa pretensión. Y si es un capitalismo salvaje, busca aprovecharse al máximo del factor trabajo y del factor tierra o recursos naturales, con el fin de acumular utilidades y acrecentar su importancia. Defiende la propiedad privada y propone que el Estado solo sea un mecanismo de facilitación de los negocios y de control de la lucha por el mercado.
El socialismo, por el contrario, busca que sea el factor trabajo el fundamental en la economía y que los otros factores de la producción sirvan para dar la mayor posibilidad de desarrollo al conjunto de la población, pero sobre la base de la igualdad en la obtención de los beneficios por cada una de las personas. Considera que el Estado es quien debe administrar la riqueza y que no debe haber propiedad privada, salvo en casos excepcionales, como los de los agricultores de sitios alejados de los mercados, que no afectan al conjunto de las actividades.
El Estado es el conjunto de individuos que habitan un territorio propio y delimitado y se encuentran organizados jurídicamente. Los elementos esenciales del Estado son: territorio, población y organización. Este último elemento le da la forma y lo diferencia del concepto de nación, en el que lo básico es la identidad étnico - cultural. En consecuencia, no son elementos esenciales del Estado la identidad étnico - cultural, la soberanía, el gobierno, el reconocimiento.
En muchos países el
Estado cuenta con tres funciones básicas: la legislativa, la ejecutiva y la
judicial. La primera es la encargada de formular las leyes para lograr la vida
ciudadana en armonía, conseguir efectos legales con sentido social y fiscalizar
la labor de los ejecutivos; la segunda es la responsable de la administración
del Estado en cuanto a la obtención de los ingresos y la asignación de los
gastos, tomando en cuenta que siempre serán mucho mayores las necesidades que
los recursos y que hay que fijar prioridades de gasto; la función judicial es
la encargada de impartir justicia para mantener la paz y la seguridad
colectivas, sin doblegarse ante ningún poder ni sesgar sus decisiones por
intereses que no sean los legales y justos.
El término Economía Social de Mercado (ESM) proviene
de las ideas desarrolladas por Alfred Müller - Armack en 1946 en Alemania,
luego de que ese país fuera arrasado en la Segunda Guerra Mundial y tuviera que
empezar de nuevo prácticamente desde cero, tomando en cuenta que cientos de
miles de sus habitantes habían muerto o huido, sus ciudades estaban en el
suelo, sus industrias habían desaparecido, sus vías de comunicación se hallaban
seriamente dañadas, el territorio estaba ocupado por los aliados y la inflación
era la más alta del mundo.
En su obra “Dirección Económica y Economía de Mercado”
Múller – Armack definió a la Economía Social de Mercado como “la combinación
del principio de la libertad de mercado con el principio de la equidad social”.
Equidad, no igualdad. Esto es muy importante.
Sin embargo, Ludwig Erhard es considerado el principal
impulsor de la aplicación práctica de la Economía Social de Mercado, porque
desde el gobierno fue el autor de la recuperación de la economía alemana en un
momento en el cual la frustración, la ausencia de inversión y por tanto de
producción, el desempleo, la miseria generalizada habían llevado de pronto a un
pueblo orgulloso de su vida anterior a la guerra e incluso de la mayor parte de
ésta, a una situación totalmente precaria en la que eran masivos el hambre, el
trueque, la incertidumbre y la emigración. Erhard decía que la economía es un
ámbito central de la vida humana, que debe ser ordenado por la autoridad
política para que las mejoras sociales, la cultura y la calidad de vida se
arraiguen y lleguen a la mayoría. A la mayoría, esto es fundamental.
La Economía Social de Mercado se basa en la organización
de los mercados como el mejor sistema de asignación de recursos y provee las
condiciones institucionales, éticas y sociales necesarias para que funcione de
una manera eficiente. Asimismo, en situaciones específicas, trata de compensar
o corregir las fallas que se presentan en el sistema económico moderno basado
en el libre mercado.
Este sistema surge del intento consciente de
sintetizar todas las ventajas del sistema económico de mercado (fomento de la
iniciativa privada, productividad, eficiencia, auto - regulación) con los
aportes fundamentales de la tradición social (implica que tanto el mercado como
el Estado deben estar al servicio de la sociedad, solidaridad, cooperación,
equidad y justicia social).
En otras palabras, “la Economía Social de Mercado
busca el mejor ordenamiento posible de la economía, lo que implica un conjunto
coherente de principios económicos, instituciones, condiciones sociales y
consideraciones éticas”. [1]_/
Es decir, se trata de un sistema económico que combina
las necesidades de libertad económica con la justicia social: la libertad
económica implica la liberación de la iniciativa privada de las empresas y las
innovaciones como fuente importante de la productividad y el crecimiento
económico; la justicia social implica la búsqueda, en economía, de la igualdad
de oportunidades, además se basa en la solidaridad con el resto de los
ciudadanos. Impulsa a la sociedad a participar en el bienestar así como en la
creación, multiplicación y conservación de la riqueza.
Además, este sistema de Economía Social de Mercado se
basa en una serie de principios económicos que Walter Eucken los clasificó en
dos grupos:
– Principios estructurales. Garantizan el ámbito de la
libertad económica. Implican el despliegue de una economía de mercado.
– Principios reguladores. Normalizan la libertad
económica y garantizan que los beneficios del mercado se distribuyan de manera
socialmente justa. Implica el marco institucional, la política económica y la
intervención del Estado en la economía. En general, la Economía Social de
Mercado es un sistema que considera la dinámica económico -institucional. “Es
un ordenamiento flexible y adaptable a nuevos desafíos. Incentiva a los agentes
económicos a observar, analizar y controlar los procesos que ellos mismos
desarrollan”.
En conclusión, la Economía Social de Mercado es un sistema que
considera la dinámica económico-institucional, combinada con la atención de los
problemas sociales. “Es un sistema flexible y adaptable a nuevos desafíos,
tanto económicos como sociales”.
En el caso del Ecuador la Constitución, en su artículo 283, determina que
el sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto
y fin; propende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y
mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la
producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que
posibiliten el buen vivir. El sistema económico se integrará por las formas de
organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás
que la Constitución determine. La economía popular y solidaria se regulará de
acuerdo con la ley e incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y
comunitarios.
Por otra parte, define que son deberes primordiales del Estado:
1. Garantizar sin discriminación alguna el efectivo
goce de los derechos establecidos en la Constitución y en los instrumentos
internacionales.
2. Garantizar y defender la soberanía nacional.
3. Fortalecer la unidad nacional en la
diversidad. [2]_/
El Ecuador está actualmente en una situación de
crisis moral, económica, social y cultural deplorable. Como señalé en boletines
anteriores, de esas crisis no saldrá fácilmente en más de una década si no se
aplican políticas de avance hacia el desarrollo de largo aliento que,
en forma planificada, permitan enrumbar al país por una ruta acertada y tomar
velocidad desde el año 2021.
Entre octubre de 2020 y mayo de 2021 le
corresponde al gobierno saliente mantener a flote al país en un ambiente fuertemente
enrarecido. En lo político, hacer que la campaña electoral se lleve a efecto en
paz, sin permitir que grupos de fanáticos provoquen caos, y lograr que las
elecciones sean transparentes (lo que hasta ahora no se nota); en lo económico,
conseguir y asignar los recursos económicos necesarios para que vuelva a
funcionar el sistema productivo y se normalice el consumo en todo lo posible;
en lo social, otorgar recursos financieros para que la población más pobre
tenga alimentos, reducir el efecto del COVID 19 en todo el país, reducir al
mínimo el problema educacional derivado de la pandemia y garantizar la
seguridad ciudadana y el libre tránsito de las personas y las mercaderías por
todos los medios de transporte.
A partir
de junio de 2021 el país necesita un Ludwig Erhard nacional, que conduzca la
economía y saque al país del hueco en el que se encuentra. Su labor debe responder
a una planificación de corto, mediano y largo plazo que genere de inmediato
dinamismo en el Estado y en el sector privado, para desarrollar actividades
independientes, pero también ejecutar alianzas público - privadas con gran
proyección, cuyos efectos sean prontos y considerables.
El Ecuador necesita aplicar una Estrategia Nacional de Desarrollo 2021 – 2040 para aprovechar sus varias ventajas comparativas y desarrollar y aplicar ventajas competitivas.
Condiciones para que la
estrategia sea aplicable son: estabilidad política y seguridad jurídica, que no
surgen de la Constitución vigente desde 2008; facilidad de captación de
inversión y tecnología para los proyectos, que el marco legal actual no
garantiza; mercado externo asegurado para las exportaciones, que todavía no se
tiene en la medida necesaria; transparencia y agilidad estatal en los procesos
administrativos y práctica del gobierno electrónico; equidad creciente en la
distribución de los beneficios del crecimiento, cuya necesidad es ahora más
evidente.
Los factores de la producción
disponibles en el Ecuador del 2020 son: importantes recursos naturales útiles
para su desarrollo dinámico; yacimientos de petróleo con reservas de 8,3
millones de barriles; enormes minas de oro, plata y cobre casi sin explotar; mar
territorial mucho más extenso que el territorio nacional y agua dulce abundante;
cuatro puertos marítimos especializados (2 de aguas profundas, Posorja y Manta);
suelo muy fértil y amplias zonas agrícolas en la Costa; biodiversidad muy
importante en las cuatro regiones; insuficientes recursos humanos que puedan
enfrentar las exigencias del mundo actual en materia de ciencia y tecnología; muy
pocos recursos financieros propios en los cuales pueda basar la inversión; muy
poca capacidad interna de crear e incluso adaptar ciencia y tecnología; carencia
de investigación profesional.
Elementos negativos para el
desarrollo son: población frustrada, desmoralizada, absorta, pesimista; 49%
suelo degradado y 22% en vías de desertificación; falta de cultura sanitaria y
poca salud preventiva; desempleo, subocupación y extrema pobreza muy elevados y
en rápido crecimiento por el Covid – 19; masiva inmigración, especialmente
venezolana; concentración rápida de la población en las grandes ciudades, con crecientes
focos de miseria, riesgo sanitario e inseguridad; Estado obeso y con serios
problemas de corrupción en todas sus funciones y niveles; deuda pública real de
más de 70.000 millones de dólares; falta de expertos en las ciencias y técnicas
modernas y falta de empleo para los profesionales existentes en las otras
actividades; falta de recursos para atender la seguridad interna y externa.
institucionalización de los
clústeres y las cadenas de producción, para incrementar las posibilidades de
desarrollo de producciones agropecuarias e industriales de interés nacional;
desarrollo del mercado de
valores, con incentivos para la transacción de acciones y otros títulos valores
privados; fuerte incremento del turismo receptivo; solución a los problemas que
alejan a la inversión nacional y extranjera, especialmente reducción de la
carga tributaria y actualización de las normas de regulación del empleo.
Las grandes industrias necesarias son: una nueva refinería de petróleo para combustibles; industrias procesadoras de los minerales a exportar; industrias militares y policiales rentables, que garanticen su óptimo y oportuno abastecimiento y desempeño; una gran industria de celulosa y varias procesadoras de papel; un laboratorio de productos farmacéuticos genéricos; astilleros de construcción de barcos de pesca y mantenimiento; agroindustrias que puedan maximizar el funcionamiento de los clústeres y las cadenas productivas de: banano, cacao, camarón, flores, palma aceitera, alimentos balanceados, algodón y azúcar.
Todos estos aspectos es necesario considerar para avanzar en la elaboración de la Estrategia Nacional 2021 - 2040, que debe ser elaborada por el gobierno entrante sobre la base de una gran consulta nacional a quienes saben de los problemas y conocen alternativas para las soluciones. Esa consulta debería ser realizada mediante grupos de trabajo sectoriales especializados, formados por el gobierno, los empresarios, los trabajadores y la academia.
[1] _/ https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=%E2%80%9Cla+Econom%C3%ADa +Social+de+Mercado+busca+el+mejor+ordenamiento+posible+de+la+econom%C3%ADa%2C+lo+que+implica+un+conjunto+coherente+de+principios+econ%C3%B3micos%2C+instituciones%2C+condiciones+sociales+y+consideraciones+%C3%A9ticas%E2%80%9D.
[2] _/ Constitución del Ecuador 2008, artículos
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