Hace
mucho tiempo que no escribo sobre el comercio exterior del Ecuador. Como
ciudadano me sentí obligado en los últimos meses a expresar mis criterios sobre
varios problemas del país, señalando entre otras cosas que la corrupción en el
más alto nivel de todas las funciones del Estado, la sinvergüencería, la
complicidad y el quemeimportismo, son lacras nacionales que hay que extirpar,
sancionando dura y ejemplarmente a todos los involucrados en los delitos que
todos los días se descubre y nos informan los noticieros y las redes sociales.
Se
debe sancionar a todos los que autorizaron y se beneficiaron de discapacidades
de ocasión, impedir que funcionarios públicos sigan como si nada y portando
grillete, reducir los tiempos que median entre cada uno de los mil pasos de un
trámite judicial, priorizar la decisión sobre los grandes atracos y no tapar la
lentitud en tratarlos con escándalos por problemas menores, acabar con las
famosas “medidas alternativas”, las prisiones domiciliarias, los grilletes con
llave personal, las rebajas de penas, los “¿cumplimientos de penas en libertad?”,
las fugas avisadas y otras maravillas que favorecen a los delincuentes de
cuello blanco, en perjuicio de la gente honorable. Si se enferman los abogados
contratados, el juez debe nombrar abogados de oficio inmediatamente y continuar
el trámite, lo que llevará a los “enfermos” a sanarse enseguida. Si se enferman
de pronto los acusados y hay dudas, hay que investigar también a los médicos.
Ahora
voy al tema que corresponde a este Boletín.
En
2015 el Ecuador exportó 18.331 millones de dólares. En 2016 hubo una fuerte
caída a 16.800 millones (-8,4%), pero desde entonces las cifras fueron
crecientes hasta el 2019, cuando se marcó 22.329 millones de dólares, un interesante
21,8% más de la cifra original.
Como
es natural, el país esperaba que esa cifra siga creciendo porque había varias
razones importantes: una negociación con China para que libere un cupo mayor de
petróleo que el país pueda vender por encima de los compromisos derivados de la
deuda existente, mejores posibilidades de venta de banano, camarón, cacao y
flores como resultado de las negociaciones con la Unión Europea y China, nuevas
posibilidades de venta de otros productos.
Lamentablemente,
eso no ha sucedido y, mientras entre enero y mayo de 2018 se exportaron 8.961
millones de dólares y en periodo igual del año 2019 se vendió 9.223 millones,
en el periodo igual de 2020 se ha llegado a solamente 7.871 millones, 13,2%
menos que en 2018 y 14,7% menos que en 2019. Como es por todos conocido, eso se
ha debido al problema que sigue sufriendo el mundo, derivado del aparecimiento
del COVID – 19.
Se
afectó la demanda en los países consumidores, porque en todos ellos se
impusieron fuertes medidas para evitar los contagios, incluyendo el
confinamiento obligatorio de grandes grupos poblacionales; medidas que en
algunos casos siguen vigentes o se ha debido volver a imponerlas ante los
rebrotes de la enfermedad.
Se
paralizó el transporte internacional marítimo y aéreo, para que no haya
traslado del problema de unos países a otros.
Se
golpeó fuertemente a la oferta nacional, tomando en cuenta que, sobre todo en
los primeros días y mes del problema, los trabajadores agrícolas no querían ir
a las fincas por temor al contagio, las cadenas de comercialización estuvieron
afectadas por el toque de queda y las diversas medidas gubernamentales para
evitar los contagios, no llegaron las materias primas extranjeras y nacionales necesarias
para muchas actividades primarias y de las industrias, se paralizó la
tramitación en las oficinas de gobierno para muchas empresas, los bancos
resintieron menores depósitos y pagos de las deudas.
Las
exportaciones primarias subieron de 14.506 millones de dólares en 2015 a 17.823
millones en 2019, marcando un aumento de 22,9%, en tanto que las exportaciones
de productos industrializados crecieron desde 3.825 millones de dólares en 2015
a 4.506 millones en 2019, elevándose en el 17,8%. Si se compara el periodo
enero – mayo de los años 2018 y 2020, las exportaciones primarias bajaron en el
10% y las de productos industrializados se afectaron mucho más, porque
decrecieron en el 21,2%.
En
2019 los productos más importantes fueron: petróleo (34,6%), camarón (17,4%),
banano (14,8%), otros productos del mar (5,5%), derivados del petróleo (4,2%),
flores naturales (3,9%), caco y derivados (3,4%). Por otra parte, los más
dinámicos entre 2015 y 2019 fueron: Derivados de petróleo, que crecieron 211%;
abacá, que elevó sus exportaciones en 90%, camarón, que aumentó sus ventas en
71%, otros productos del mar, que incrementó su valor en 24%.
Las
exportaciones petroleras crecieron de 6.355 millones de dólares en 2015 a 7.731
millones en 2019, elevándose en 21,7%. El presupuesto del Estado para el 2020
consideraba el precio del crudo de 51 dólares. Las previsiones se fueron al
suelo, pues, al comparar el periodo enero – mayo de 2018 con enero – mayo del
2020, resulta que se ha pasado de exportar 3.136 millones de dólares a
solamente 1.624 millones, cifra que significa prácticamente la mitad de la
inicial. Para el país y para el Estado fue un duro golpe, porque las finanzas
del gobierno central, los GAD´S y otros entes públicos que tienen asignaciones
directas se desequilibraron mucho más que lo previsto y el déficit fiscal 2020
presupuestado, de más de 3 mil millones de dólares, creció mucho por la notable
reducción de los ingresos petroleros.
Las
exportaciones de este producto fueron disminuidas entre otros aspectos por la
ruptura del oleoducto, que requirió varias semanas para arreglarse; pero, lo
fundamental fue que, la paralización de las actividades económicas, en los
grandes centros comerciales del mundo y en las grandes ciudades, llevó a que la
demanda de combustibles caiga estrepitosamente, al punto que por varios días
hubo que guardar el petróleo que no se podía vender, lo que llevó a que el
precio internacional del crudo no solo que llegara a cero, sino que
increíblemente, por el costo de su obligado almacenamiento, su valor real pasara
a ser negativo.
El
camarón, que en 2015 era el segundo producto de exportación, en 2019 se afianzó
como el primero, con 3.891 millones de dólares de exportación, 70,7% más que en
2015, lo que significa una elevación importantísima por el aumento de la
demanda de China y la Unión Europea. Además, el año anterior ya marcó una
diferencia de casi 600 millones de dólares con el banano.
José
Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, señaló que las
exportaciones pasaron de un crecimiento sostenido del 28 % por mes a un -2 % en
marzo, -4 % en abril, y una pérdida de al menos $162 millones. Esto pese al
incremento de 54 millones de libras exportadas de enero a abril, al sumar 483
millones en total, que equivalen a USD 1223 millones, 13 % más de volumen y 8 %
más en facturación versus igual periodo del 2019, [1]_/
Por
otra parte, entre enero y mayo de 2018 la exportación de camarón sumó 1.344
millones de dólares y en periodo igual de 2020 sumó 1.663 millones, 23,8% más.
La evolución posterior posiblemente no tendrá el gran dinamismo expresado,
porque China ha manifestado que en los embarques de 3 empresas ecuatorianas se
ha detectado infección del COVID – 19 y ha procedido desde inicios de julio a
cerrar su mercado, el más importante del producto, lo cual traerá consecuencias
negativas por un tiempo que ojalá sea corto.
Como
es obvio, el gobierno se ha movido urgentemente para solucionar el problema,
incluyendo una carta directa del presidente Moreno a su par de China,
explicándole que el virus no puede vivir tanto tiempo como el necesario para
que el camarón de Ecuador llegue a ese país, además de gestiones de la
Cancillería y el Ministerio de la Producción que ojalá reabran el mercado.
El
banano y el plátano tuvieron cifras interesantes en los años 2015 a 2019. El
primer año registraron 2.808 millones de dólares y el último bordearon los
3.300 millones, con un incremento del 17,3%. No obstante los problemas
derivados del COVID – 19, también en los cinco primeros meses de este año
crecieron, desde 1.462 millones de dólares en igual periodo de 2018 a 1.681
millones en 2020, con un aumento del 15%. La experiencia nacional en el manejo
de la fruta en toda la cadena de comercialización ha hecho que supere los
problemas y mantenga un buen ritmo de crecimiento.
El 29% de las cajas se destinaron a la Unión Europea,
el 21,4% a Rusia; el 15% a Medio Oriente; el 9,5% fue a Estados Unidos; el 7%
a Asia Oriental; 5% hacia Europa del Este; el 5,6% al Cono Sur; 4 % a
África; cerca del 2% a Reino Unido.[2]_/
Cabe en este punto señalar que es muy preocupante que en
2019 solo tres productos representen las dos terceras partes de las
exportaciones totales (66,8%) y que las exportaciones de productos
industrializados, la gran mayoría agroindustriales, solo representen el 20,2%
del total. También llama la atención saber que, entre las exportaciones menores, solo el rubro Otros
Productos del Mar Elaborados supere un poco el 5% como
valor de respecto del total y que todos los demás aporten porcentajes bastante menores, que en muchos casos no llegan al
1%.
Solo estos datos bastarían para llamar la atención de los
gobiernos para ejecutar políticas de diversificación de la producción
exportable, los mercados consumidores y el número de exportadores, pero el
desgobierno anterior quería que nos encerremos en una concha y por eso buscó
conexiones políticas con países socialistas que nada o muy poco nuestro
consumían y trabó o eliminó los contactos económicamente importantes con países
de enorme demanda.
Firmó el Acuerdo Comercial con la Unión Europea porque no
tenía alternativa y faltando pocos días para irse, para acabar de dañar las
conexiones internacionales, denunció 17 convenios de protección recíproca de
inversiones, como si los inversionistas extranjeros fueran a venir a un país
como el nuestro sin las garantías suficientes para sus capitales.
Retornando
al análisis de los productos, como ya se dijo, los Otros Elaborados de
Productos del Mar en el año 2015 aportaron con 984 millones de dólares al total
y en 2019 elevaron su cifra a 1,221 millones, aumentando su valor en 24%. Sin
embargo, en los primeros cinco meses del 2020 exportaron 459 millones de
dólares, mientras en 2018 vendieron 517 millones, con lo cual la reducción de
este año en cifras relativas es de 11,3%.
Los
derivados del petróleo en 2015 contribuyeron a las exportaciones totales con
305 millones de dólares y en 2019 lo hicieron con 948 millones (4,2% del total),
lo que significa un incremento muy importante del 211% en el periodo. Es
necesario explicar que el producto que genera ese aumento en casi su totalidad
es el fuel oil. Lamentablemente, entre enero y mayo de 2020 solo se exportaron
187 millones de dólares, cifra menor a la mitad de lo que se exportó en igual
periodo de 2018 y 2019.
Siguen
en orden de importancia las flores naturales. Su exportación de 2015 fue de 820
millones de dólares y en 2019 se acercó a los 880 millones (3,9% del total).
Entre enero y mayo de 2018 las exportaciones fueron de 607 millones, en tanto
que en igual periodo de 2020 se redujeron a 582 millones, con una baja del
4,2%. En este caso hay que anotar que la última cifra no es mala, si se toma en
cuenta los graves problemas que tuvieron las plantaciones en el mes de octubre
de 2019 debido a la acción destructora de supuestos “manifestantes” que
resultaron terroristas y al hecho de que, como las flores no son productos de
primera necesidad, en situaciones como las que se está viviendo su compra es de
las más afectadas en los mercados internacionales.
Conviene
mencionar también la situación del cacao. El grano (2,9%) y los elaborados
(0,5%), suman un 3,4% de las exportaciones totales de 2019. En el caso del
grano, las ventas de 2015 sumaron 693 millones de dólares y en 2019 se
redujeron a 657 millones, fundamentalmente por que los precios cayeron en el
mercado internacional. Los elaborados también cayeron, de 120 millones de
dólares en 2015 a 107 millones en 2019. Sin embargo, entre los meses de enero a
mayo de 2020 tuvieron un comportamiento opuesto, pues sumaron 47 millones de
dólares, cuando en los mismos meses de 2018 sumaron 42,7 millones, mejorando en
un 10%.
Esperemos
los ecuatorianos que gradualmente se normalice la demanda internacional de los
productos nacionales y que el país adquiera una nueva normalidad que permita
recuperar exportaciones, tomando conciencia de la importancia del mercado
externo para el desarrollo nacional.
Es
oportuno mencionar que la vigencia del Acuerdo Comercial con el Reino Unido,
ratificado por la Asamblea Nacional en días anteriores y la futura aplicación
del Acuerdo Comercial con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio
(EFTA), signifiquen nuevas posibilidades de exportación de productos hacia esos
mercados que, por carecer de productos tropicales de la calidad de los
ecuatorianos, pueden expandir sus compras notablemente.
Aunque
esta es una de las múltiples veces en que hemos insistido en el tema, hay que
recordar al presidente actual y decirles a los precandidatos a cargar con el
casi muertito país, que se necesita planificar el desarrollo nacional a largo
plazo, cambiar la Constitución del 2008 por una que estimule la economía social
de mercado, dar seguridad jurídica a todos los ciudadanos y empresas, atraer
inversión y tecnología extranjeras, firmar acuerdos comerciales con mercados
importantes, respetar la propiedad intelectual, firmar convenios de protección
de inversiones.
NOTA.
El autor de estos boletines, escritor de 30 libros sobre temas económicos y profesor
de posgrado por 25 años en varias universidades, ofrece sus servicios para dar
conferencias, efectuar seminarios, asesorar empresas, en Macroeconomía,
Desarrollo Económico, políticas de Comercio Internacional y Exterior, a partir
de agosto. Teléfono: 0999 726954 Correo: llunao@uio.satnet.net
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