jueves, 28 de junio de 2012

EL ECUADOR 2007 – 2011 ALGUNOS INDICADORES IMPORTANTES

Desde el año 2007 gobierna al Ecuador el Presidente Rafael Correa Delgado, profesional joven, con estudios superiores en Europa y Estados Unidos, profesor de importantes universidades de Quito y Guayaquil, que ilusionó a la gran mayoría de votantes. Luego de los 4 años que debió gobernar, él y sus seguidores manifiestan que no ha habido Gobierno mejor en la historia de la República, mientras que otros ciudadanos, incluso de los primeros promotores e incondicionales correístas, dicen que este es un gobierno que se ha equivocado en muchas cosas y sobre todo, que no ha sabido aprovechar la oportunidad que ha tenido para llevar al país al desarrollo.

De explicar los logros y de ampliar excesivamente sus efectos positivos se encargan todos los días los funcionarios y periodistas del Gobierno. Aquí se hará mención a algunos temas en los que surgieron o hay problemas de gran magnitud.

Rafael Correa, desde diversas ópticas, en 2007 se sacó una lotería que le entregaron en bandeja de plata los polítiqueros, varios periodistas con “raiting”, los grandes medios de comunicación, algunos socialistas poco o nada practicantes de lo que predican, los indígenas y el mercado internacional. En lo político, porque en el año 2007 estuvo en el sitio preciso en el momento preciso y aprovechó al máximo la coyuntura de desprestigio de los partidos políticos y de los politiqueros, mostrándose como la opción salvadora y vendiendo una gran esperanza al pueblo. En lo económico, porque sus años de ejercicio del poder han sido de vacas gordas gracias al petróleo y seguramente nunca se ha despertado con la angustia de todos los demás presidentes y dictadores de este país respecto a la falta de dinero; pues, a lo más, se habrá preguntado: Y ahora qué hago con tanta plata? En lo social, porque sabía que existía una enorme masa de población pobre e indigente, a la cual podía contentar con cuenta gotas, para cada año mejorar un tanto su situación y hacerla sentir en algo satisfecha y agradecida. En lo internacional, porque los grandes bloques, incluido en ellos Estados Unidos, han tenido que enfrentar grandes problemas internos y no les han dado mayor atención a los albinos, que no tienen peso específico. Incluso en lo funcional, tuvo y tiene dos maestros de la política, Fidel y Hugo, que le orientan para decirle cómo hay que gobernar, qué hicieron bien, qué les falló y cómo hacer que 4 años se vuelvan 6 y luego eventualmente más.

Los años 2007 – 2011 dan una muestra importante de lo que no se debe hacer desde el Gobierno, so pena de arrastrar al país al desastre. Estos son unos ejemplos:

INDICADORES POLÍTICOS.- Para empezar, fue un objetivo fundamental del Gobierno que el pueblo votara una nueva Constitución y lo logró. Casi nadie leyó el proyecto en su integridad, ni siquiera entre los profesionales; pocos lo leyeron y menos entendieron parcialmente; y, muy pocos comprendieron que era el punto de partida para, sobre la base de declaraciones generales y ofertas populistas, llevar el timón del país al gusto de quien detenta el poder.  Con ello, se aprovechó la ignorancia del pueblo, su obligación de votar y el poder de la publicidad, para lograr la aprobación de una Constitución que adolece de graves fallas y contradicciones, muchas de ellas ya reconocidas por sus mismos autores. Además, se creó “candados” que impedirán que se reforme esa Norma, para evitar que se cambie la orientación política; dando pie a que otro Gobierno busque desde la partida una nueva Constitución, usando el péndulo político de siempre.

Se proclamó que el país aplicaría el socialismo del Siglo XXI,  cuando ejemplos socializantes en otros países solo muestran fracasos y pobreza creciente.

Se eliminó la separación de las tres funciones básicas del Estado, para crear una suerte de dictadura constitucional del Ejecutivo. No puede ser que el Presidente diga lo que tiene o no tiene que hacer la Función Judicial como “opinión” en sus programas de los sábados; y, la Asamblea Constituyente no puede “estar frenada porque espera siempre la última palabra de Carondelet” como dice el ex – Presidente de la Asamblea Constituyente Alberto Acosta. [1]_/

Se creó una función de Participación Ciudadana, que en su práctica atenta contra el orden institucional creado por la misma Constitución, al darle poderes que deben ser parte de los de la Asamblea Nacional (por ejemplo, nombramiento de superintendentes y otras autoridades de control público) y en cuyos concursos solo participan y ganan ciertos ciudadanos, parecería que escogidos de antemano.

Se comprometió a la Asamblea Nacional a aprobar un conjunto de leyes muy importantes para la “Revolución Ciudadana” en un plazo fijo que venció hace mucho y se deja a las leyes que se aprueben después del plazo previsto de un año, ante la posibilidad de que sean declaradas inconstitucionales por un nuevo Gobierno nacional, o no vigentes por tribunales extranjeros, con las repercusiones institucionales y financieras respectivas.  Además, a la Asamblea se le ha neutralizado el poder fiscalizador del Gobierno, igual que a otras entidades.

Se dio voto a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía, convirtiéndolos en sujetos deliberantes, cuando tienen que ser solamente obedientes del poder civil.

Lo más grave, se ha buscado ampliar al máximo el eco de la voz y el poder del Presidente en todo el país y reducir al mínimo posible al grupo opositor y a sus posibilidades y derecho de difundir libremente su pensamiento.  

INDICADORES ECONÓMICOS.-  Se dio vigencia al Plan de Desarrollo del Buen Vivir. Dice un documento de SENPLADES: El modelo del Buen Vivir - Sumak Kawsay, dentro de una política de desarrollo endógeno, constituye la recuperación de un sistema de vida practicado por las culturas andinas, que conceptúa un bienestar equilibrado entre lo material y lo espiritual, contrario al concepto de acumulación, rentabilidad, ganancia y mercado (material)…

Plantear y peor practicar en el Ecuador una política de desarrollo endógeno contraria a la acumulación y al mercado, sabiendo que es un país débil desde muchos puntos de vista, muy dependiente del mercado internacional y con un mercado interno demasiado pequeño, es obligarlo a quedarse retrasado científica y tecnológicamente en el mundo globalizado, con un pueblo empobrecido y exigido por las circunstancias a vivir con lo justo y no a tener el buen vivir que se le ofrece.

Cuando el Gobierno obliga a una sociedad a caminar hacia la igualdad económica y social, lo que sucede es que el Estado necesita adquirir y mantener un enorme poder que le permita limitar al máximo las manifestaciones de descontento de quienes sienten afectado su patrimonio o posición, porque lo que busca es redistribuir lo existente, ya que no habrá mayor generación de nueva riqueza. Eso significa perder la libertad individual y colectiva. La gran mayoría de la población no quiere perder su libertad y menos ir a la igualdad en la pobreza determinada por el Estado. Como alguien decía: libertad sin pan es injusticia y hambre material, pero pan sin libertad es esclavitud y hambre espiritual.

Hay autoridades que han pensado que el Plan del Buen Vivir debe regir para las
actividades de la nueva empresa privada y de la IED y que esas actividades deben estar restringidas a lo que al Estado no le interesa porque no es estratégico; someterse absolutamente a la justicia nacional, salvo en conflictos que puedan arbitrarse en América Latina; y, dar prioridad al capital nacional, pudiendo atender compras públicas solo cuando las empresas nacionales no puedan hacerlo. Esas ideas están fuera de la realidad. Una inversión industrial, por ejemplo, no se hace para los 4 años de un Gobierno en un país que tiene péndulo político en cada elección presidencial, sino para 20 o más años. Cómo reducir sus miras a las del Gobierno de turno? Cómo puede admitirse que la IED deba someterse en forma exclusiva a una justicia que solo tiene el nombre de tal incluso con los nacionales y que además se divide poderes con la justicia indígena? Según la OMC hay trato nacional para los capitales extranjeros y el compromiso es de antes de la Constitución 2008. Se puede dar prioridad al capital nacional cuando es insuficiente para llevar al país al verdadero desarrollo dinámico? Se debe limitar las compras públicas a las empresas nacionales, cuando para los grandes proyectos la mayoría de ellas depende de alguna manera y siempre del exterior?

Se forjaron normas que frenan el crecimiento económico, porque generan grave incertidumbre en los sectores empresariales nacionales y extranjeros con intereses en el país o atentan contra ellos, que aportan directamente  con el 70% de la actividad privada y que no pueden ser remplazados en su labor por el Estado o las PYMES, al menos en el mediano plazo. Entre esas normas, las más preocupantes son: las que hablan de la distribución igualitaria de los ingresos resultantes del desarrollo, las que dejan en la indefinición los sectores estratégicos que puede tomar el Estado para sí, las que niegan el trato nacional a la inversión extranjera; las que no aceptan arbitraje internacional para conflictos entre el Estado y empresas extranjeras.

Se mal utiliza gran parte de los enormes recursos financieros obtenidos por el Estado por el precio internacional del petróleo y se adquiere deuda cara y de corto plazo eventualmente innecesaria.  Se incrementa en exceso la burocracia, se multiplica las entidades públicas  y se gasta en acciones que pudieran no efectuarse.

El PIB ha tenido tasas satisfactorias solo en el 2008 y en el 2011, basadas en los ingresos de la exportación petrolera; el promedio anual 2007 – 2011 es solo de 4,2%, mientras el de los 5 años anteriores, sin tanto dinero del petróleo ni “revolución” y con grandes problemas políticos por medio, fue de 5,2%. El sector agropecuario, muy importante para los campesinos, apenas creció al 3,1% anual en el quinquenio. El sector de minas y canteras, estratégico, dominado por el Estado y fuente de los recursos para la “revolución”, registró bajas en su PIB, de 3.339 millones de dólares en el 2006 a 3.076 millones en el 2011. La refinación de petróleo creció solo 0,5% anual. La intermediación financiera decreció al 10,8% promedio anual.

No se previó la falta de agua por el estiaje para las centrales hidroeléctricas y el país sufrió apagones de varias horas durante varias semanas afectando el normal desarrollo de sus actividades productivas y facilitando la delincuencia.

En 2008 solo se habría ejecutado el 54% del total presupuestado, en 2009 el 75% y en 2010, hasta junio, apenas el 25% del Presupuesto del año, mostrando ineficiencia de muchas de las entidades estatales. El problema central es que si el Gobierno busca que el crecimiento de la economía se base solo en las acciones e inversiones del Estado, el país podría estancarse más pronto de lo esperado.

Los subsidios fiscales, que con la popularidad que tenía el Presidente Correa al iniciar su Mandato, pudieron haber sido eliminados o focalizados, se mantuvieron e incrementaron, cuando los cuantiosos recursos pudieron haber sido útiles para generar empleo y desarrollar infraestructura.

En varias oportunidades se ha querido evitar sin éxito el crecimiento del déficit de la balanza comercial frenando las importaciones, sin tener en cuenta que el contrabando tiene mil opciones y la corrupción medra de los muchos trámites y permisos.

INDICADORES SOCIALES.- Se creó en grupos importantes de la población grandes expectativas respecto a derechos de gratuidad de servicios, de propiedad de territorios, de acceso a ciertas posiciones y posesiones, que ahora son materia de oposición al Gobierno y de exigencias en diversos tonos, incluso agresivos.

Se abrió la frontera a los extranjeros y llegan muchos con pésimos vínculos y antecedentes. El resultado ha sido el incremento de la violencia, de “ciudadanías” de conveniencia y de nuevas formas de delinquir que la policía no puede controlar.

Se abrió las puertas de las cárceles a miles de presos; se fijó valores mínimos al robo, creando en la población la idea de que no es malo robar si es “poquito” y afectando seriamente la moral de las personas; las “mulas” del narcotráfico son víctimas y no delincuentes, si lo que llevan no pasa de un par de kilos.

Se incrementó exageradamente el número de entidades públicas (entre ellas, ministerios, secretarías de Estado, viceministerios, subsecretarías) que es difícil para todo el mundo saber quién es el responsable de una u otra función.

No se pudo crear empleo en la medida necesaria y el resultado es un 4,88% de desempleo abierto y un 44% de subocupación a marzo del 2012, con más de 400 mil personas sin trabajo, 2,4 millones de subempleados y mucha pobreza en todo el país.

Se desarrolla un proceso de depuración universitaria que podría ser plausible, si tras de él no estuviera el intento de que la universidad pública se transforme en una caja cada vez más grande de resonancia de los postulados ideológicos del régimen.

INDICADORES INTERNACIONALES.- En vez de fortalecer los lazos de amistad y cooperación con los bloques y países que han sido amigos tradicionales o con los cuales por lo menos se puede hacer negocios sin problemas mayores, se hizo o se buscó alianzas con países cuyos gobiernos son conocidos como dictatoriales: Irán, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Libia, con lo cual se afectó las relaciones con los países que no sintonizan con esas actitudes, sin obtener, excepto de Venezuela, nada a cambio, ni en lo político, ni en lo económico.

Se abrieron frentes contrarios al Gobierno en los organismos financieros 
internacionales más influyentes en el mundo y ante las dificultades de captar crédito en el exterior, el Gobierno ha logrado crédito chino caro y a corto plazo, en condiciones que parecen más gravosas que las obtenidas antes de otras fuentes. Se recompró deuda externa pública por un valor considerable, sometiendo a sus tenedores a una pérdida muy importante, con lo cual el Ecuador ingresó en el grupo de países con poca posibilidad de acceder al mercado financiero internacional de Occidente, por falta de seriedad.

Se planteó sin consulta ni negociación previa posiciones “soberanas” en reuniones internacionales en las cuales no se aceptó las ideas propuestas por el Ecuador y ganaron en forma abrumadora las tesis contrarias, quedando en ridículo.

Ante las dificultades de captar más crédito en el exterior, el Gobierno ha logrado mucho crédito del IESS, cuando esa entidad no presta servicio satisfactorio a sus afiliados, no tiene personal y equipamiento suficiente ni las medicinas necesarias.

Deben sumarse a estos hechos, otros importantes como: la denuncia de tratados internacionales sin razón suficiente; el desconocimiento de varios contratos del Estado con empresas; el irrespeto de normas internacionales; la acción del Ejecutivo de mantener en emergencia diversos sectores para gobernar por decreto; los cambios frecuentes de posición sobre negociaciones básicas del Estado; la entrega de anticipos por porcentajes muy elevados para obras de infraestructura y el escaso seguimiento y cumplimiento de los proyectos; la falta o la creación de obstáculos a los procesos de fiscalización; el frecuente cambio de ministros y otras altas autoridades, la transformación del Banco Central en un órgano del Ejecutivo; la intervención en política interna de Honduras y Paraguay; la adhesión a la ALBA.


[1] _/ ACOSTA ALBERTO – EXPRESO: Rafael Correa nos invita a violar la Constitución. Guayaquil, Ecuador. Junio 27 de 2010.

martes, 12 de junio de 2012

LOS TLC DE LOS VECINOS CON EUA Y EL ECUADOR


Qué es un TLC?.- Es un tratado internacional, suscrito por dos o más países, con el propósito de llevar adelante un proceso de integración comercial que tiene por objeto derribar las barreras arancelarias y para arancelarias al flujo de las mercaderías (bienes y servicios) entre los países miembros; y, avanzar en acuerdos de armonización de leyes internas o de adopción de normas comunes en temas complementarios con el comercio o que pueden volverse necesarios en función de las expectativas de avance de las normas del tratado.

Qué se negocia en un TLC?.- De la experiencia fallida de la negociación del TLC del Ecuador con los Estados Unidos, los 18 temas materia de negociación fueron: acceso a los mercados agrícola e industrial; reglas de origen, defensa comercial, competencia, normas técnicas, medidas sanitarias y fitosanitarias, procedimientos aduaneros; servicios de telecomunicaciones, servicios financieros, comercio electrónico, compras públicas, tratamiento a las inversiones, propiedad intelectual, asuntos laborales, medio ambiente, solución de diferencias, fortalecimiento de capacidades internas, plazos de avance en el cumplimiento de los compromisos.

Los temas más complicados de negociar fueron: mercado agrícola, por el impacto social de abrir el mercado interno a productos de altísima productividad y por la eventual generación de dependencia externa en alimentos básicos; propiedad intelectual, porque EUA es ofertante y los demás países son compradores casi absolutos y por el riesgo de perder sin reconocimiento alguno los conocimientos ancestrales ; compras públicas, por el alto valor que representan en el presupuesto del Estado y la dependencia tecnológica que pueden determinar. 

Cuál es la situación de los Estados Unidos respecto a suscribir los TLC? La posición es cómoda. Primero, su mercado interno es tan grande que podría pasar sin efectuar comercio exterior, sobre todo con países como los latinoamericanos (desde México hasta Argentina), que en conjunto solo significan el 4% o menos del comercio mundial. Segundo, ya ha suscrito acuerdos de libre comercio o de otro tipo con tantos países en el mundo, que más del 70% de su comercio exterior se realiza bajo esas normas. Tercero, cuenta con un texto marco de Tratado para negociar, que es muy difícil que lo modifique solo para dar gusto a determinados países, salvo en aspectos específicos como es el caso de las normas para comerciar productos tropicales o muy propios de ciertas naciones. Cuarto, su capacidad de exportar bienes industriales y servicios y la logística de que dispone lo ponen en ventaja frente a sus competidores, en el mercado mundial, pero más aún en el mercado latinoamericano.

El TLC de Colombia.- Según manifestaba el Presidente Uribe en su momento, el TLC es una gran oportunidad para Colombia, por tres razones: consolidar las preferencias que Estados Unidos le otorgaba a Colombia con base en las leyes de Preferencias Arancelarias (ATPA – ATPDEA), ganar espacio en el mercado internacional en comparación con otros países que son competidores de Colombia; y, utilizar una herramienta muy útil para ganar competitividad y conquistar mercados antes de que la China e India lo hagan. Necesariamente, en el balance, las ventajas pesan más que las desventajas, pues sería absurda una aventura basada en lo opuesto.

Para los opositores colombianos al TLC, este instrumento será, como en otros países, un medio que utilizarán los Estados Unidos para lograr mayores ventajas en el mercado colombiano, ya sea para productos agropecuarios y agroindustriales que reciben subsidios de producción o de exportación norteamericana, como trigo, cebada, leche, trozas de pollo, papas, y para productos industriales y servicios que competirán con los productos colombianos en situación de gran ventaja tecnológica, de logística y gerencial de estos. Agudizarán el “imperialismo”. Lamentablemente, el balance será negativo, en especial para el sector agropecuario, en desventaja frente a su similar de Estados Unidos, y eso repercutirá en mayor pobreza y desempleo.

El TLC del Perú.- Para el Gobierno del Perú, en esencia las razones de suscribir el TLC con Estados Unidos fueron las mismas que para Colombia, con respecto a las preferencias arancelarias, el desarrollo de competitividad y el aseguramiento de nuevos mercados y de una mayor presencia en el mercado mundial.

Desde el lado académico cuestionador de la firma del Tratado, “el TLC entre Perú y Estados Unidos tiene como objetivos tanto la consolidación y ampliación de los
beneficios temporales establecidos para determinados productos con la ATPA y su posterior ratificación con la ATPDEA, así como intensificar las políticas de ajuste estructural. Todo esto pone en cuestionamiento las funciones mismas del Estado, en su papel de conductor de acciones de coordinación y promoción de las fuerzas productivas nacionales, acciones conducentes a superar las barreras existentes para alcanzar niveles de productividad y competitividad necesarios para hacer frente a la alta competencia que significa un TLC con una economía desarrollada como Estados Unidos y lograr una reinserción activa a la economía global, generando un crecimiento endógeno. La alternativa es dejarse llevar por las fuerzas de atracción en un contexto de laissez faire que conduciría a una reinserción pasiva, lo cual generaría
mayor polarización entre los miembros de la sociedad peruana.” Francisca Bouby Tolentino: El TLC Perú - Estados Unidos: Reinserción Económica Internacional o Subordinación Nacional?. 

El Gobierno de Ecuador no prevé impactos sobre su economía en el corto plazo por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, TLC, entre Estados Unidos y Colombia, aunque sí vislumbra amenazas hacia el futuro, por lo que prepara estrategias para contenerlas. Así lo señaló a Efe el Viceministro ecuatoriano de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, el 17 de mayo de 2012.

Efectos de esos TLC para el Ecuador.- Una primera aproximación preocupante es que para Estados Unidos el Ecuador se vuelva un país con menor importancia política y económica relativa de lo que era anteriormente, no solo en términos de sus propios intereses sino en el del resto de la comunidad internacional, en vista de su obstinación en cerrarse al diálogo y la concertación con sus socios y amigos tradicionales (incluyendo la Unión Europea) y acercarse a países con los cuales tiene pocos o no tiene intereses reales comunes y que además están muy lejos en términos de servicios de transporte, son más pobres que él o producen lo mismo. Es un riesgo inminente el de que se produzca la temida eliminación de las preferencias arancelarias, que no afectaría a unos pocos exportadores, sino a miles de productores que abastecen de productos agropecuarios al mercado norteamericano.

Independientemente de si sigue o no vigente el ATPDEA para el Ecuador, es innegable que habrá una pérdida del mercado de EUA para todo tipo de productos nacionales. No es cuestión solo de precios, sino de otras condiciones de competitividad. A Colombia y el Perú, con mejores y más numerosos puertos y aeropuertos llegarán muchos  más barcos y aviones, con mayores capacidades de bodega disponibles, con más frecuencia y rutas multiplicadas y les darán mejor servicio y bajo flete, generando condiciones para que esos países vendan más, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.

Afectará al Ecuador su falta de atractivos para la inversión extranjera directa (IED) procedente de cualquier país. Todo inversionista del mundo (incluso los estatales de países ahora políticamente cercanos) preferirá ubicarse en los países vecinos del Ecuador, que hablan con orgullo y se promueven como dueños de mercados potenciales de más de mil millones de habitantes (porque tienen acuerdos comerciales con muchos países) y no en el Ecuador, cuyo mercado interno real es muy modesto por población y por ingreso y cuyo mercado externo real y potencial, según la política actual,  no tiene miras de crecer rápidamente y puede hasta reducirse en el mediano plazo, si hay problemas con el petróleo.  

Es muy posible la pérdida del mercado de Colombia para productos industriales ecuatorianos, porque la preferencia arancelaria que tiene el Ecuador en el mercado andino quedará neutralizada por la calidad, los precios, la publicidad y el acceso al mercado de los productos norteamericanos. Así, empresas que han luchado muchos años por conseguir posición en Colombia y la han logrado, como las de autos, línea blanca y textiles, por ejemplo, se verán afectadas y con ellas toda la cadena productiva que les abastece. A ello se sumará el ingreso al Ecuador de productos industriales de EUA vía contrabando o con sellos “Hecho en Colombia” falsos.

Difícilmente habrá mercado del Perú para productos industriales nacionales, por las mismas razones señaladas en el párrafo anterior. Con el agravante de que allá ni siquiera existe todavía un mercado real importante para la industria nacional.

Colombia teme que su agricultura se vea en serios aprietos por la firma del TLC. Los afectados potenciales protestan en todas las formas posibles por el efecto que tendrá sobre sus economías la importación de arroz, azúcar, cuartos traseros de pollo, maíz, papas, trigo, algunos de los cuales exporta Estados Unidos con muy bajos costos derivados de la producción a gran escala y subsidios cuantiosos. La pregunta es: Acaso todos esos productos no podrán cruzar la frontera ecuatoriana por los dos lados terrestres y por el mar como productos colombianos o peruanos? Y como la respuesta es positiva, habrá el ingreso de productos agropecuarios de EUA vía contrabando, en forma incontrolable y con efecto negativo.

El éxito eventual de Colombia y el Perú con sus TLC le asignará al Ecuador una menor cobertura logística internacional. Para nadie es desconocido que los servicios modernos van a donde hay demanda real y potencial grande y consistente.  Las estadísticas muestran que hacia los puertos y aeropuertos de esos países, mucho mejores que los ecuatorianos y en el caso de Colombia más cercanos a Estados Unidos y la UE, se orientarán las conferencias de fletes y las líneas aéreas, mientras el Ecuador seguirá pensando en ser la famosa puerta de acceso del Asia al Brasil, cuando más corto y barato es vincular Asia y la Cuenca del Plata directamente.

Habrá pérdida de competitividad en el mundo, especialmente en EUA. En efecto, para los productos agropecuarios y agroindustriales que exporta el país, las condiciones de venta de los vecinos serán mejores que las del Ecuador, incluso a nivel privado. Por citar un ejemplo, un importador preferirá crear o fortalecer nexos con socios de los países que han suscrito TLC antes que con los que no los tienen; un transportador buscará nexos con los países que les ofrecen muchas oportunidades en pasajeros y carga, antes que con los que les dan pocas y están en riesgo.

La inversión extranjera que llega a un país siempre o casi siempre lleva consigo la tecnología de última data de su país de origen. Colombia y el Perú recibirán junto con la cuantiosa IED que registrarán y de la cual ya hay datos ciertos de los últimos años, tecnología de punta. En cambio, el Ecuador seguirá produciendo con base en tecnologías obsoletas y se demorará en ponerse a la altura de los nuevos inventos.

Lo antes expuesto llevará al país a sufrir una reducción de peso político y económico en la subregión, la región y el mundo, porque no se habrá subido, como dicen algunos, al carro del progreso y de la globalización, y caminará cada vez más solo por la vía del supuesto “desarrollo endógeno”, que cuando quiera transformarse en desarrollo “exógeno”, lo verá más difícil y distante que ahora.

En suma, para el Ecuador habrá menor capacidad de negociación en todos los ámbitos internacionales, incluso en los de los países importantes que hablan mucho y radicalmente del socialismo del siglo XXI, pero que no lo practican, porque tienen como sus socios principales del comercio y el abastecimiento a quienes califican de  imperialistas y enemigos de los pueblos.

Qué hacer?.- Primero, reconocer que el Ecuador es un país que no puede depender únicamente del “desarrollo endógeno” y que necesita del comercio exterior (en el amplio concepto de la OMC: comercio de bienes, comercio de servicios y comercio de propiedad intelectual)  para acelerar su desarrollo y que no puede ni debe ignorar la importancia y el peso político mundial de sus principales socios.

Segundo, decidir un giro sustancial en la política de relaciones económicas internacionales, que reconozca la importancia tradicional, presente y futura de los diferentes países del mundo en relación con el Ecuador; y, que haga diferencia entre las relaciones internacionales políticas y las económicas, para que las primeras, cargadas ahora de “ideología”, no afecten a las segundas.

Tercero, crear un conjunto de mesas de trabajo especializadas del sector público y del sector privado, presidido por el Presidente y verdaderamente representativo del Gobierno, los empresarios, los trabajadores y la Academia, que discuta y prepare las estrategias y los elementos básicos de futuras negociaciones internacionales, para saber qué queremos y qué estamos dispuestos, como país, a ganar o a ceder. 

Cuarto, sentarse a negociar los tratados prioritarios, bajo claras directrices de los responsables de sus relaciones internacionales, sin pensar en la soberanía propia del siglo XIX, sino en la imprescindible interdependencia del siglo XXI, y considerar que en la época de la globalización, a los países lentos y pequeños les aventajan las naciones rápidas y grandes, quitándoles oportunidades de crecer y desarrollarse.

Quinto, crear un centro de formación de negociadores internacionales de mucha exigencia profesional, al que tengan acceso no solo los candidatos a diplomáticos y los Ph. D., sino los trabajadores, los empresarios, los transportistas, los funcionarios del Gobierno de todas las áreas del conocimiento. Si hay una carencia grande en el país es justamente la de gente capaz de negociar con todos los elementos de referencia necesarios para desempeñarse óptimamente.

Sexto, con miras en el largo plazo pero con acciones inmediatas, mejorar los programas educacionales en todos los niveles y volver bilingües a las universidades, para que los estudiantes dominen sus áreas de especialización y al menos un idioma extranjero  y sepan las características del mundo en el que van a trabajar.

Séptimo, desarrollar un programa masivo de investigación y desarrollo de proyectos para la generación de oferta exportable, no solamente sobre la base de lo que produce ahora el país, sino del estudio de los grandes mercados mundiales y de las posibilidades de abastecerlos de ciertos productos que en su ámbito pueden ser de demanda modesta, pero que al Ecuador le pueden significar retos de producción.

En esta tarea será fundamental la contribución que puedan hacer las varias decenas de funcionarios comerciales que ahora hay en el mundo, los que se supone están allá no como premio a sus afinidades políticas o becas, sino porque lo han ganado por conocimientos y méritos y están trabajando para el país.